Los chilenos votaron en orden y tranquilidad al sucesor del presidente Sebastián Piñera

La primera personalidad en concurrir a emitir su sufragio en el Estadio Nacional fue Pablo Longueira, que renunció a su candidatura presidencial por la Alianza oficialista por una depresión que sufrió a causa de un cáncer que afecta a uno de sus hijos. Michelle Bachelet era la candidata favorita.

17 NOV 2013 - 22:02 | Actualizado 30 SEP 2022 - 4:54

Con sus mejores prendas de vestir o un simple jean, zapatillas y chaqueta, acompañados por hijos o nietos, trasladándose a pie, bicicleta, transporte público o auto particular, los chilenos se volcaron ayer a la mañana en tranquilidad y orden a las calles de barrios ricos y pobres del país para elegir al próximo presidente o presidenta.

En Santiago, los votantes comenzaron a agruparse en buen número fuera de los locales electorales bajo un cielo nublado a partir de las 10, dos horas después del inicio de los comicios, en una mañana fresca de unos 15 grados que contrastó con las altas temperaturas de los últimos días, que a la misma hora orillaban los 27 grados.

Como ocurre habitualmente, en la primera hora algunas mesas no se pusieron en funcionamiento debido a la ausencia de autoridades, pero cerca del mediodía el Servicio Electoral (Servel) anunció que ya estaban en actividad 97 por ciento de los centros de votación.

Uno de éstos, que convocó mayor cantidad de votantes, al menos en la capital chilena, fue el Estadio Nacional, emblemático lugar dado que durante la dictadura pinochetista se convirtió en un centro clandestino de detención y tortura en el que fueron asesinados miles de chilenos, entre ellos el cantautor Víctor Jara, y que hoy convocó la gran atención de medios de prensa local y extranjera.

En el Estadio Nacional funcionaron alrededor de 200 mesas en las que están empadronados 70.000 potenciales votantes, aunque no se puede predecir cuántos serán al fin del día los que se presentarán a hacerlo debido a que el sufragio es voluntario.

Frente a las puertas del estadio, que ostentaban una gran bandera chilena, se establecieron diversos puestos de la Cruz Roja para asistir a quienes pudieran sufrir alguna aglomeración, ya que en algunos casos la gran cantidad de votantes hizo que se formaran grandes concentraciones.

También fue posible ver durante la mañana varios ciudadanos que se presentaron a votar en condiciones singulares, como un gaucho que llegó montado en su caballo en Calama, en el norte, o Corina, una mujer que padece una insuficiencia reumatoidea severa que le impide caminar, y fue trasladada en camilla a su centro de votación en Calama, en la Araucanía, por carabineros y militares.

“Para mi es un esfuerzo grande y hasta arriesgo la condición física, pero lo hago porque votar es bien importante”, le dijo Corina a la televisión chilena.

Las primeras horas de la mañana fueron las elegidas para votar por los candidatos y principales figuras de la política chilena, incluido el presidente Sebastián Piñera.

La primera personalidad en asistir fue Pablo Longueira, quien renunció a su candidatura presidencial por la Alianza oficialista por una depresión que sufrió a causa de un cáncer que afecta a uno de sus hijos.

Longueira asistió serio y bastante delgado a votar y luego dijo, en su primera comparecencia pública en cuatro meses, que la recuperación era “mucho más larga y dura que lo que pensaba”.

El dirigente agradeció “el respeto de los medios de comunicación” para tratar su situación y “el inmenso cariño de la gente, que me ha ayudado a superar la enfermedad”.

Tal como ocurrió con la candidatura presidencial por la Alianza de derecha, a Longueira le siguió Matthei, quien se presentó a votar elegante y sonriente y se mostró segura en que ingresará en la segunda vuelta electoral.

La atención mediática para Matthei se mudó rápidamente hacia dos puntos distintos de la ciudad, ya que al mismo tiempo se presentaron a votar Michelle Bachelet y Piñera.

Como si se tratara de una puja interna por minutos de televisión y flashes de cámaras fotográficas, la exmandataria y su sucesor desplegaron sus armas de seducción mediática, se mostraron alegres por el normal desarrollo de los comicios y comprometieron sus esfuerzos para seguir trabajando por Chile.

Bachelet anticipó que, de llegar al gobierno, mantendrá las mejores relaciones con todos los vecinos, incluido Bolivia, país que le reclama una salida al mar, y Piñera se comprometió a colaborar “con patriotismo” en la sucesión, sea quien fuere el próximo presidente o presidenta.

17 NOV 2013 - 22:02

Con sus mejores prendas de vestir o un simple jean, zapatillas y chaqueta, acompañados por hijos o nietos, trasladándose a pie, bicicleta, transporte público o auto particular, los chilenos se volcaron ayer a la mañana en tranquilidad y orden a las calles de barrios ricos y pobres del país para elegir al próximo presidente o presidenta.

En Santiago, los votantes comenzaron a agruparse en buen número fuera de los locales electorales bajo un cielo nublado a partir de las 10, dos horas después del inicio de los comicios, en una mañana fresca de unos 15 grados que contrastó con las altas temperaturas de los últimos días, que a la misma hora orillaban los 27 grados.

Como ocurre habitualmente, en la primera hora algunas mesas no se pusieron en funcionamiento debido a la ausencia de autoridades, pero cerca del mediodía el Servicio Electoral (Servel) anunció que ya estaban en actividad 97 por ciento de los centros de votación.

Uno de éstos, que convocó mayor cantidad de votantes, al menos en la capital chilena, fue el Estadio Nacional, emblemático lugar dado que durante la dictadura pinochetista se convirtió en un centro clandestino de detención y tortura en el que fueron asesinados miles de chilenos, entre ellos el cantautor Víctor Jara, y que hoy convocó la gran atención de medios de prensa local y extranjera.

En el Estadio Nacional funcionaron alrededor de 200 mesas en las que están empadronados 70.000 potenciales votantes, aunque no se puede predecir cuántos serán al fin del día los que se presentarán a hacerlo debido a que el sufragio es voluntario.

Frente a las puertas del estadio, que ostentaban una gran bandera chilena, se establecieron diversos puestos de la Cruz Roja para asistir a quienes pudieran sufrir alguna aglomeración, ya que en algunos casos la gran cantidad de votantes hizo que se formaran grandes concentraciones.

También fue posible ver durante la mañana varios ciudadanos que se presentaron a votar en condiciones singulares, como un gaucho que llegó montado en su caballo en Calama, en el norte, o Corina, una mujer que padece una insuficiencia reumatoidea severa que le impide caminar, y fue trasladada en camilla a su centro de votación en Calama, en la Araucanía, por carabineros y militares.

“Para mi es un esfuerzo grande y hasta arriesgo la condición física, pero lo hago porque votar es bien importante”, le dijo Corina a la televisión chilena.

Las primeras horas de la mañana fueron las elegidas para votar por los candidatos y principales figuras de la política chilena, incluido el presidente Sebastián Piñera.

La primera personalidad en asistir fue Pablo Longueira, quien renunció a su candidatura presidencial por la Alianza oficialista por una depresión que sufrió a causa de un cáncer que afecta a uno de sus hijos.

Longueira asistió serio y bastante delgado a votar y luego dijo, en su primera comparecencia pública en cuatro meses, que la recuperación era “mucho más larga y dura que lo que pensaba”.

El dirigente agradeció “el respeto de los medios de comunicación” para tratar su situación y “el inmenso cariño de la gente, que me ha ayudado a superar la enfermedad”.

Tal como ocurrió con la candidatura presidencial por la Alianza de derecha, a Longueira le siguió Matthei, quien se presentó a votar elegante y sonriente y se mostró segura en que ingresará en la segunda vuelta electoral.

La atención mediática para Matthei se mudó rápidamente hacia dos puntos distintos de la ciudad, ya que al mismo tiempo se presentaron a votar Michelle Bachelet y Piñera.

Como si se tratara de una puja interna por minutos de televisión y flashes de cámaras fotográficas, la exmandataria y su sucesor desplegaron sus armas de seducción mediática, se mostraron alegres por el normal desarrollo de los comicios y comprometieron sus esfuerzos para seguir trabajando por Chile.

Bachelet anticipó que, de llegar al gobierno, mantendrá las mejores relaciones con todos los vecinos, incluido Bolivia, país que le reclama una salida al mar, y Piñera se comprometió a colaborar “con patriotismo” en la sucesión, sea quien fuere el próximo presidente o presidenta.


NOTICIAS RELACIONADAS