Sin dudas, dentro de tantos recambios de nombres y movimientos dentro del gabinete provincial de Martín Buzzi, una de las áreas que ha salido fortalecida es la de Seguridad y Justicia. Tanto José Glinski, conductor de la secretaría, como Federico Ruffa, quien lo acompañó desde la subsecretaría de Justicia, recibieron una cuota de apoyo y reconocimiento por el trabajo realizado.
Hoy la seguridad pasó a ser el eje del relanzamiento de la gestión de Martín Buzzi, lo cual se marcó desde lo discursivo, pero también desde el lado de los recursos. Aquí, sin embargo, el mandatario no optó por un viraje en lo que se venía ejecutando hasta ahora, sino por ir más allá, para intentar ponerle un freno los flagelos de la delincuencia y la droga, algo de lo que hasta las mismas autoridades se sorprenden por el nivel que han alcanzado.
El gobernador en primer lugar ratificó a Glinski como titular de la secretaría y anticipó una gran cantidad de fondos para el área en el Presupuesto, para contar con mayor equipamiento (básicamente más móviles) e implementar el tan anticipado plan de cuadrículas, para llevar la protección y la prevención directamente a los barrios.
Ruffa, por su parte, dio un salto hasta la vicecoordinación de gabinete, al lado de Miguel Castro y con la función de lograr una desburocratización de las decisiones que se toman a nivel provincial. Si bien la misión que deberá llevar a cabo en este caso es de características más bien técnicas, el estar como segundo dentro de la organización del gabinete provincial es toda una señal.
“Obviamente uno se siente respaldado y con el apoyo y se siente orgulloso de este gobierno y el trabajo que se puede haber hecho en la subsecretaria de Justicia – afirmó el flamante funcionario-, pero no creo que sean méritos personales, siempre uno aporta lo suyo pero también es el reconocimiento a un grupo de trabajo que junto con José Glinski teníamos la función de dirigir la secretaría de Seguridad y Justicia”.
Miguel Castro probablemente tendrá en sus manos una tarea de índole más política, en la articulación del trabajo con los intendentes, e intentando tener en sus manos soluciones rápidas y planificadas. Por ello, el rol de Ruffa estará más emparentado con lograr que las decisiones tomadas desde arriba finalmente se conviertan en algo concreto, en acciones contundentes. Esa fue una de las críticas que se le había hecho a Buzzi en su momento desde sectores no muy lejanos: le deficiencia de que las órdenes que se impartían no se llevaran a cabo por los funcionarios.
En ese sentido, Ruffa dio una definición de lo que se buscará. “Desde el ministerio de Coordinación, que conduce Miguel Castro y en el que yo trabajo codo a codo, la idea es agilizar la gestión y buscar la forma de tener un contacto directo con la gente y transformar las políticas públicas que el gobernador nos pide que llevemos a la práctica, en respuestas concretas a la gente”.
Dentro de esa tarea, el achicamiento de la planta jugará un papel importante, más allá del alivio en términos presupuestarios que significa para una provincia a la que no sobran los fondos. El exsubsecretario de Justicia también dio su opinión al respecto: “Uno siempre trata de que las burocracias que tienden a paralizar decisiones de gobierno no sucedan y eso es buena parte de nuestra misión. Después cómo se achiquen algunas áreas del estado, será producto de lo que vaya definiendo el gobernador”.
Sin dudas, dentro de tantos recambios de nombres y movimientos dentro del gabinete provincial de Martín Buzzi, una de las áreas que ha salido fortalecida es la de Seguridad y Justicia. Tanto José Glinski, conductor de la secretaría, como Federico Ruffa, quien lo acompañó desde la subsecretaría de Justicia, recibieron una cuota de apoyo y reconocimiento por el trabajo realizado.
Hoy la seguridad pasó a ser el eje del relanzamiento de la gestión de Martín Buzzi, lo cual se marcó desde lo discursivo, pero también desde el lado de los recursos. Aquí, sin embargo, el mandatario no optó por un viraje en lo que se venía ejecutando hasta ahora, sino por ir más allá, para intentar ponerle un freno los flagelos de la delincuencia y la droga, algo de lo que hasta las mismas autoridades se sorprenden por el nivel que han alcanzado.
El gobernador en primer lugar ratificó a Glinski como titular de la secretaría y anticipó una gran cantidad de fondos para el área en el Presupuesto, para contar con mayor equipamiento (básicamente más móviles) e implementar el tan anticipado plan de cuadrículas, para llevar la protección y la prevención directamente a los barrios.
Ruffa, por su parte, dio un salto hasta la vicecoordinación de gabinete, al lado de Miguel Castro y con la función de lograr una desburocratización de las decisiones que se toman a nivel provincial. Si bien la misión que deberá llevar a cabo en este caso es de características más bien técnicas, el estar como segundo dentro de la organización del gabinete provincial es toda una señal.
“Obviamente uno se siente respaldado y con el apoyo y se siente orgulloso de este gobierno y el trabajo que se puede haber hecho en la subsecretaria de Justicia – afirmó el flamante funcionario-, pero no creo que sean méritos personales, siempre uno aporta lo suyo pero también es el reconocimiento a un grupo de trabajo que junto con José Glinski teníamos la función de dirigir la secretaría de Seguridad y Justicia”.
Miguel Castro probablemente tendrá en sus manos una tarea de índole más política, en la articulación del trabajo con los intendentes, e intentando tener en sus manos soluciones rápidas y planificadas. Por ello, el rol de Ruffa estará más emparentado con lograr que las decisiones tomadas desde arriba finalmente se conviertan en algo concreto, en acciones contundentes. Esa fue una de las críticas que se le había hecho a Buzzi en su momento desde sectores no muy lejanos: le deficiencia de que las órdenes que se impartían no se llevaran a cabo por los funcionarios.
En ese sentido, Ruffa dio una definición de lo que se buscará. “Desde el ministerio de Coordinación, que conduce Miguel Castro y en el que yo trabajo codo a codo, la idea es agilizar la gestión y buscar la forma de tener un contacto directo con la gente y transformar las políticas públicas que el gobernador nos pide que llevemos a la práctica, en respuestas concretas a la gente”.
Dentro de esa tarea, el achicamiento de la planta jugará un papel importante, más allá del alivio en términos presupuestarios que significa para una provincia a la que no sobran los fondos. El exsubsecretario de Justicia también dio su opinión al respecto: “Uno siempre trata de que las burocracias que tienden a paralizar decisiones de gobierno no sucedan y eso es buena parte de nuestra misión. Después cómo se achiquen algunas áreas del estado, será producto de lo que vaya definiendo el gobernador”.