“De un patrullero bajó un policía y me pegó aún teniendo la cara contra el piso”

Dramático relato de Iñaki Vera Basso, que denunció violencia policial en Trelew.

03 FEB 2014 - 0:00 | Actualizado

"Pasa un patrullero, se baja un policía, empieza a pegarme y me deja tirado en piso. Ahí, me dan también la cara contra el piso”. Así empezó Iñaki Vera Basso a relatar la madrugada de horror que le tocó vivir con sólo 17 años el pasado 11 de enero. Salía de un cumpleaños y fue detenido cuando con otros, estaba en la Plaza Alfredo García, de Trelew.

Sus padres, desde el día del episodio contaron lo que sufrió su hijo por distintas vías e hicieron la denuncia policial y en Fiscalía. Pero nada les parece suficiente. Pidieron en forma reiterada que “dejen de maltratar” a jóvenes en las comisarías más allá de la infracción por la que hayan sido detenidos.

La semana pasada Iñaki cumplió 18 años y decidió contar en primera persona lo que vivió en carne propia. “Fui a un cumpleaños en la casa de un amigo. Eramos 4. Termina el cumple y salimos en grupo. Se separa uno de mis amigos y sigo con las chicas. Vamos frente a pista de atletismo y nos sentamos en la plaza. Empieza un problema con la policía y corren. Automáticamente salimos corriendo. Yo, empiezo a caminar”, reveló.

Recordó lo que le sucedió. “Pasó un patrullero, se baja un policía, empieza a pegarme y me deja tirado en piso. Ahí, me dan la cara contra el piso y además, me mordió un perro”, aseveró.

Admite el joven, que fue nunca había atravesado por una situación similar en su vida. “Todo fue de golpe. Yo escuché la discusión y que todos corrían. No participé de eso. Fue todo muy sorpresivo” dijo, a la vez que agregó: “De ahí me llevan a la comisaría. Nos dicen cuando nos detienen que estábamos ahí por resistencia a la autoridad y daños”, manifestó.

Iñaki asegura que no entendía nada y que su detención fue injusta. “Yo estaba a metros de lo que pasó. No sabía que se estaban pegando ni que hubo discusión con la policía. Es la primera vez que me detienen y estoy en esa situación. En el calabozo hacía mucho calor, estábamos sofocados. Uno de mis amigos, tenía las esposas muy apretadas. Nos decían que eran maricones”, indicó.

El chico aseguró que su angustia aumentó cuando al llegar a la Seccional Cuarta, no le avisaron a sus padres que estaba allí. “Llegamos y nos tomaron los datos. Nos hicieron apagar los celulares y no pudimos avisar”, reveló.

Aseguró además sentirse muy mal porque el temor por no saber cómo iba a terminar todo, se incrementaba a medida que pasaban los minutos. “tenía miedo porque me habían pegado mucho y yo en ningún momento ofrecí resistencia. El tema, es que se atreven a pegar y nunca pasa nada”, sostuvo.

Iñaki analizó lo que le pasó. “Lo que yo viví no es un hecho aislado. Por más que las personas estén como estén (alcoholizadas o no) no justifica que les peguen. Y además, les sigan pegando cuando ya están reducidos. No es necesario”.

Para finalizar admitió que para él no es fácil hablar y dar la cara. Que le cuesta mucho. Pero aclara que lo hace por todos aquellos jóvenes que no se animan a denuncian. “Tienen miedo. La violencia existe”, concluyó.

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03 FEB 2014 - 0:00

"Pasa un patrullero, se baja un policía, empieza a pegarme y me deja tirado en piso. Ahí, me dan también la cara contra el piso”. Así empezó Iñaki Vera Basso a relatar la madrugada de horror que le tocó vivir con sólo 17 años el pasado 11 de enero. Salía de un cumpleaños y fue detenido cuando con otros, estaba en la Plaza Alfredo García, de Trelew.

Sus padres, desde el día del episodio contaron lo que sufrió su hijo por distintas vías e hicieron la denuncia policial y en Fiscalía. Pero nada les parece suficiente. Pidieron en forma reiterada que “dejen de maltratar” a jóvenes en las comisarías más allá de la infracción por la que hayan sido detenidos.

La semana pasada Iñaki cumplió 18 años y decidió contar en primera persona lo que vivió en carne propia. “Fui a un cumpleaños en la casa de un amigo. Eramos 4. Termina el cumple y salimos en grupo. Se separa uno de mis amigos y sigo con las chicas. Vamos frente a pista de atletismo y nos sentamos en la plaza. Empieza un problema con la policía y corren. Automáticamente salimos corriendo. Yo, empiezo a caminar”, reveló.

Recordó lo que le sucedió. “Pasó un patrullero, se baja un policía, empieza a pegarme y me deja tirado en piso. Ahí, me dan la cara contra el piso y además, me mordió un perro”, aseveró.

Admite el joven, que fue nunca había atravesado por una situación similar en su vida. “Todo fue de golpe. Yo escuché la discusión y que todos corrían. No participé de eso. Fue todo muy sorpresivo” dijo, a la vez que agregó: “De ahí me llevan a la comisaría. Nos dicen cuando nos detienen que estábamos ahí por resistencia a la autoridad y daños”, manifestó.

Iñaki asegura que no entendía nada y que su detención fue injusta. “Yo estaba a metros de lo que pasó. No sabía que se estaban pegando ni que hubo discusión con la policía. Es la primera vez que me detienen y estoy en esa situación. En el calabozo hacía mucho calor, estábamos sofocados. Uno de mis amigos, tenía las esposas muy apretadas. Nos decían que eran maricones”, indicó.

El chico aseguró que su angustia aumentó cuando al llegar a la Seccional Cuarta, no le avisaron a sus padres que estaba allí. “Llegamos y nos tomaron los datos. Nos hicieron apagar los celulares y no pudimos avisar”, reveló.

Aseguró además sentirse muy mal porque el temor por no saber cómo iba a terminar todo, se incrementaba a medida que pasaban los minutos. “tenía miedo porque me habían pegado mucho y yo en ningún momento ofrecí resistencia. El tema, es que se atreven a pegar y nunca pasa nada”, sostuvo.

Iñaki analizó lo que le pasó. “Lo que yo viví no es un hecho aislado. Por más que las personas estén como estén (alcoholizadas o no) no justifica que les peguen. Y además, les sigan pegando cuando ya están reducidos. No es necesario”.

Para finalizar admitió que para él no es fácil hablar y dar la cara. Que le cuesta mucho. Pero aclara que lo hace por todos aquellos jóvenes que no se animan a denuncian. “Tienen miedo. La violencia existe”, concluyó.


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