El Turca Salvaje llegó a destino

El velero, con tripulación completa de Puerto Madryn, cumplió la totalidad de la regata oceánica que unió Buenos Aires con Río de Janeiro

06 MAR 2014 - 22:36 | Actualizado

El velero “Turca Salvaje”, del Club Náutico Atlántico Sur (CNAS), cumplió su misión y arribó al final de la regata oceánica Buenos Aires-Río de Janeiro.

Tras 17 días de dura navegación la tripulación arribó a destino el miércoles a la madrugada, en buen estado, según publicó en Facebook, Eduardo Martín Villella, dueño de la embarcación y líder del grupo humano que realizó primero una travesía de 850 millas para unir Puerto Madryn con Buenos Aires, a principios de enero de este año y que en las últimas tres semanas participó de la tradicional regata.

El “Turca Salvaje” es un velero de 44.8 pies (14 metros) diseñado por Domato y construido en 1978, que ya había participado en otras regatas, como la Buenos Aires – Punta del Este cuando tenía la denominación “Salvaje”, que aún conserva en sus registros de inscripción.

La primera parte del viaje, hasta Buenos Aires, fue realizada por

Eduardo y Nicolás Villella, junto a Santiago y Carlos Lena, además de Enrique Guilloz. Allí tomo amarras durante algunos días en el Yacht Club Puerto Madero y luego la embarcación se trasladó hasta el Club Las Barrancas, en San Isidro, mientras la tripulación se prepara para afrontar la regata.

En las semanas previas la nave tomó parte de una regata interclubes con otras 50 embarcaciones, donde hizo su primera aproximación al Río de la Plata. Previo a la competencia el “Turca Salvaje” tomó amarras en la dársena del Yacht Club Argentino, lugar desde el cual se largó la XXIVº Regata Oceánica Buenos Aires – Río de Janeiro, en la cual largaron 28 embarcaciones.

Según relata Eduardo Villella en sus primeras notas de la red social Facebook “en enero había 50 inscriptos, largamos 28 y llegamos 19. Felicito a los ganadores y a los que hicieron la regata en menor tiempo, pero a nadie le costó más que a nosotros, eso me llena de emoción y orgullo” y asegura sentir “orgullo de haber tenido una tripulación lista para todo, fueron 17 días que los 7 enfrentamos lo que vino, y les aseguro que fue mucho, por eso mi reconocimiento a Enrique Guilloz, Matías Villella, Nicolás Villella, Mauro Donato, Manuel Iglesias, Javier Sabatto”, escribió el propietario del “Turca Salvaje”.

El recorrido fue duro e incluso durante varios días no se tenía noticias de ellos. Villella asegura que otros veleros, “muchos más nuevos y equipados sufrieron y rompieron, el Turca Salvaje está intacto, es un barcazo”.

Un párrafo emotivo es el que Eduardo Villella dedica a Sebastián Piñeiro, el joven fallecido a causa del hantavirus a principios de año, un querido y apreciado navegante del Golfo Nuevo. “Desde el cielo como en nuestra popa a Seba lo sentí con nosotros, gracias a todos, que fueron muchos, los que estuvieron pendientes, y nos siguieron” dijo quien impulsó junto a su familia y amigos de la náutica esta idea, antes de hacer una lista de agradecimientos particulares.

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06 MAR 2014 - 22:36

El velero “Turca Salvaje”, del Club Náutico Atlántico Sur (CNAS), cumplió su misión y arribó al final de la regata oceánica Buenos Aires-Río de Janeiro.

Tras 17 días de dura navegación la tripulación arribó a destino el miércoles a la madrugada, en buen estado, según publicó en Facebook, Eduardo Martín Villella, dueño de la embarcación y líder del grupo humano que realizó primero una travesía de 850 millas para unir Puerto Madryn con Buenos Aires, a principios de enero de este año y que en las últimas tres semanas participó de la tradicional regata.

El “Turca Salvaje” es un velero de 44.8 pies (14 metros) diseñado por Domato y construido en 1978, que ya había participado en otras regatas, como la Buenos Aires – Punta del Este cuando tenía la denominación “Salvaje”, que aún conserva en sus registros de inscripción.

La primera parte del viaje, hasta Buenos Aires, fue realizada por

Eduardo y Nicolás Villella, junto a Santiago y Carlos Lena, además de Enrique Guilloz. Allí tomo amarras durante algunos días en el Yacht Club Puerto Madero y luego la embarcación se trasladó hasta el Club Las Barrancas, en San Isidro, mientras la tripulación se prepara para afrontar la regata.

En las semanas previas la nave tomó parte de una regata interclubes con otras 50 embarcaciones, donde hizo su primera aproximación al Río de la Plata. Previo a la competencia el “Turca Salvaje” tomó amarras en la dársena del Yacht Club Argentino, lugar desde el cual se largó la XXIVº Regata Oceánica Buenos Aires – Río de Janeiro, en la cual largaron 28 embarcaciones.

Según relata Eduardo Villella en sus primeras notas de la red social Facebook “en enero había 50 inscriptos, largamos 28 y llegamos 19. Felicito a los ganadores y a los que hicieron la regata en menor tiempo, pero a nadie le costó más que a nosotros, eso me llena de emoción y orgullo” y asegura sentir “orgullo de haber tenido una tripulación lista para todo, fueron 17 días que los 7 enfrentamos lo que vino, y les aseguro que fue mucho, por eso mi reconocimiento a Enrique Guilloz, Matías Villella, Nicolás Villella, Mauro Donato, Manuel Iglesias, Javier Sabatto”, escribió el propietario del “Turca Salvaje”.

El recorrido fue duro e incluso durante varios días no se tenía noticias de ellos. Villella asegura que otros veleros, “muchos más nuevos y equipados sufrieron y rompieron, el Turca Salvaje está intacto, es un barcazo”.

Un párrafo emotivo es el que Eduardo Villella dedica a Sebastián Piñeiro, el joven fallecido a causa del hantavirus a principios de año, un querido y apreciado navegante del Golfo Nuevo. “Desde el cielo como en nuestra popa a Seba lo sentí con nosotros, gracias a todos, que fueron muchos, los que estuvieron pendientes, y nos siguieron” dijo quien impulsó junto a su familia y amigos de la náutica esta idea, antes de hacer una lista de agradecimientos particulares.


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