La gira de las “Cebras”

La delegación se despide de Gales y parte hacia Francia. Partidos, hoteles y culturas diferentes para un grupo de chicos que, mientras juega, crece y aprende con todos los sentidos en alerta máxima. Los espera otro país con fuerte tradición dentro del rugby, en donde además verán al local contra Irlanda.

11 MAR 2014 - 21:34 | Actualizado

Trelew Rugby Club dejará hoy Cardiff para trasladarse a París, vía Londres, en el tramo final de su histórica gira por Europa, que culminará la próxima semana en la ciudad luz. Hasta aquí las cuatro formaciones del equipo chubutense jugaron partidos en Inglaterra, primero y Gales, después, cuyo saldo estadístico arrojó victorias y derrotas en las distintas categorías pero que ya acumula como balance positivo un bagaje de experiencia inédito y, se coincide, irrepetible.

La geografía elegida por el club trelewnese no es baladí: allí nació este deporte y allí están buena parte de los mejores jugadores del planeta, sea porque pertenecen a la Gran Bretaña o porque militan en alguno de sus múltiples clubes, muchos de ellos de categoría mundial. Inglaterra y Gales están en la médula misma de esta disciplina y para ellos, para sus sociedades, el rugby conforma mucho más que un deporte, o un pasatiempo. También eso fueron a ver, y aprender, los más de 70 jugadores de divisiones formativas que cruzaron el Atlántico.

En Londres los chicos de Trelew, junto a Patoruzú, Bigornia, Draig Goch y Puerto Madryn, los restantes clubes de la Unión del Valle que aportaron jugadores para las formaciones de las Cebras, midieron fuerzas con London Wasp, que fue su generoso anfitrión dentro de los límites de la cancha primero y en toda su institución después. Hubo allí victorias y derrotas lo que marca, en principio, una buena preparación que les permitió estar a la altura de un rival de fuste, animador de los competitivos torneos colegiales de ese país.

En Cardiff, en tanto, los encuentros fueron ante Ysgol Gyfun Bro Morgannwg, con perfomance similares, en lo que marcó la despedida deportiva del Reino Unido.

Hoy la delegación se trasladará hasta Londres, vía terrestre, y allí tomará el tren de Alta Velocidad para dirigirse a París, Francia, punto de cierre de la gira. Allí las categorías se medirán con rivales diferentes: M-16 y M-17 frente a Scuf, al igual que M-15 y M-14 contra Trophee Simmler 7S en el marco de un torneo del cual participan varios clubes de Francia, entre ellos el Racing Metro, y también Inglaterra.

Uno de los puntos culminantes de la gira ocurrirá en el país galo: allí la delegación presenciará el partido entre Francia e Irlanda –podría haber campeón- en el Stade Francais por el torneo Seis Naciones. En París, además, habrá un análisis de video con el especialista del Stade Francais, staff con el cual, además, entrenarán.

¿Qué se traerán?

La gira por Europa constituye, claro, una serie de encuentros con equipos de Inglaterra, Gales y Francia pero, sobre todo, interesa en varios aspectos relacionados con la formación de los chicos (no debe soslayarse que le empresa implicó el traslado de unos 70 menores de edad fuera del país) más allá incluso de los aspectos meramente deportivos.

Es la chance, formidable, de conocer otras culturas, otras costumbres, otras formas de vida. De hecho tanto en Inglaterra como en Gales se midieron ante rivales que representan a colegios, y no a clubes, como ocurre en Argentina. Es porque el rugby constituye, para las instituciones, una posibilidad de formación más allá del juego en sí y porque las estructuras deportivas, como política de Estado, tienen su base en el sistema educativo: no constituyen una tarea menor, ni tangencial, en la formación de la sociedad.

Implica esta gira, además, la posibilidad de relacionarse como grupo de seres humanos y también la interrelación con sus ocasionales rivales y anfitriones. Esto está cruzado, también, por la formidable idea de compartir la experiencia con chicos de otros clubes de la zona, cuyo esfuerzo por hacer el viaje fue exactamente igual al hecho por quienes visten desde siempre la casaca del club Trelew. Se estrechan los lazos de amistad, y también se aprende a convivir lejos de casa con un grupo de pares; involucra responsabilidades que no siempre, en sus actuales edades, afrontan. Es un viaje a Europa pero, sobre todo, es un viaje al crecimiento.

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11 MAR 2014 - 21:34

Trelew Rugby Club dejará hoy Cardiff para trasladarse a París, vía Londres, en el tramo final de su histórica gira por Europa, que culminará la próxima semana en la ciudad luz. Hasta aquí las cuatro formaciones del equipo chubutense jugaron partidos en Inglaterra, primero y Gales, después, cuyo saldo estadístico arrojó victorias y derrotas en las distintas categorías pero que ya acumula como balance positivo un bagaje de experiencia inédito y, se coincide, irrepetible.

La geografía elegida por el club trelewnese no es baladí: allí nació este deporte y allí están buena parte de los mejores jugadores del planeta, sea porque pertenecen a la Gran Bretaña o porque militan en alguno de sus múltiples clubes, muchos de ellos de categoría mundial. Inglaterra y Gales están en la médula misma de esta disciplina y para ellos, para sus sociedades, el rugby conforma mucho más que un deporte, o un pasatiempo. También eso fueron a ver, y aprender, los más de 70 jugadores de divisiones formativas que cruzaron el Atlántico.

En Londres los chicos de Trelew, junto a Patoruzú, Bigornia, Draig Goch y Puerto Madryn, los restantes clubes de la Unión del Valle que aportaron jugadores para las formaciones de las Cebras, midieron fuerzas con London Wasp, que fue su generoso anfitrión dentro de los límites de la cancha primero y en toda su institución después. Hubo allí victorias y derrotas lo que marca, en principio, una buena preparación que les permitió estar a la altura de un rival de fuste, animador de los competitivos torneos colegiales de ese país.

En Cardiff, en tanto, los encuentros fueron ante Ysgol Gyfun Bro Morgannwg, con perfomance similares, en lo que marcó la despedida deportiva del Reino Unido.

Hoy la delegación se trasladará hasta Londres, vía terrestre, y allí tomará el tren de Alta Velocidad para dirigirse a París, Francia, punto de cierre de la gira. Allí las categorías se medirán con rivales diferentes: M-16 y M-17 frente a Scuf, al igual que M-15 y M-14 contra Trophee Simmler 7S en el marco de un torneo del cual participan varios clubes de Francia, entre ellos el Racing Metro, y también Inglaterra.

Uno de los puntos culminantes de la gira ocurrirá en el país galo: allí la delegación presenciará el partido entre Francia e Irlanda –podría haber campeón- en el Stade Francais por el torneo Seis Naciones. En París, además, habrá un análisis de video con el especialista del Stade Francais, staff con el cual, además, entrenarán.

¿Qué se traerán?

La gira por Europa constituye, claro, una serie de encuentros con equipos de Inglaterra, Gales y Francia pero, sobre todo, interesa en varios aspectos relacionados con la formación de los chicos (no debe soslayarse que le empresa implicó el traslado de unos 70 menores de edad fuera del país) más allá incluso de los aspectos meramente deportivos.

Es la chance, formidable, de conocer otras culturas, otras costumbres, otras formas de vida. De hecho tanto en Inglaterra como en Gales se midieron ante rivales que representan a colegios, y no a clubes, como ocurre en Argentina. Es porque el rugby constituye, para las instituciones, una posibilidad de formación más allá del juego en sí y porque las estructuras deportivas, como política de Estado, tienen su base en el sistema educativo: no constituyen una tarea menor, ni tangencial, en la formación de la sociedad.

Implica esta gira, además, la posibilidad de relacionarse como grupo de seres humanos y también la interrelación con sus ocasionales rivales y anfitriones. Esto está cruzado, también, por la formidable idea de compartir la experiencia con chicos de otros clubes de la zona, cuyo esfuerzo por hacer el viaje fue exactamente igual al hecho por quienes visten desde siempre la casaca del club Trelew. Se estrechan los lazos de amistad, y también se aprende a convivir lejos de casa con un grupo de pares; involucra responsabilidades que no siempre, en sus actuales edades, afrontan. Es un viaje a Europa pero, sobre todo, es un viaje al crecimiento.


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