La ONU anuncia un gobierno de unidad en Libia

Un gobierno libio de unión nacional, integrado por 32 ministros y cuya primera tarea será lograr el reconocimiento de los dos Parlamentos rivales en el fracturado país -el de Tripoli y de Tobruk-, fue anunciado hoy por la ONU en Túnez.

19 ENE 2016 - 10:07 | Actualizado

El gobierno, sin fecha aún para trasladarse a Libia, quedará bajo la dirección del actual jefe del Consejo Presidencial, Mohamad Fayez Al Serraj, y sus ministros fueron elegidos de forma proporcional a las principales regiones libias, según informó la agencia de noticias EFE.

El anuncio se produce en el marco del acuerdo alcanzado entre legisladores de ambos Parlamentos en diciembre pasado en Marruecos, bajo mediación de la ONU, que busca poner fin a cuatro años de conflictos en el país y contener el avance del grupo yihadista Estado Islámico (EI), cuya presencia es creciente y amenazante en la región petrolera de Sirte, en el desierto libio.

La composición del nuevo gobierno debería haberse anunciado el pasado domingo, pero se retrasó por las disidencias entre las partes sobre la futura cúpula militar conjunta.

Fayez al Serraj cuenta con el respaldo sin fisuras del Consejo de Seguridad de la ONU, de los países vecinos de Libia y de la Unión Europea (UE), que tiene previsto otorgar un crédito de 100 millones de euros en cuanto el gobierno inicie su andadura.

La meta de la ONU es que el gobierno empezara a ejercer sus funciones en el país norafricano a partir de finales de este mes y que logre el reconocimiento de los Parlamentos de Trípoli y Tobruk, ambos improbables en el corto plazo.

Libia es un estado fracturado tras la rebelión de 2011 que terminó con el derrocamiento de Muammar Kaddafi por parte de grupos rebeldes, en su mayoría islamistas, apoyados por una campaña de ataques aéreos de la OTAN.

El país cuenta con un gobierno en Trípoli y otro impulsado por la OTAN e internacionalmente reconocido en Tobruk.

Ambos luchan por el control de los recursos naturales con apoyo de antiguos miembros del gobierno de Kaddafi, islamistas radicales, líderes tribales y señores de la guerra que trafican con armas, drogas y personas.

En cuanto se difundió hoy la noticia del gobierno de unidad nacional, el enviado especial de la ONU para Libia, Martin Kobler, instó al Parlamento en Tobruk a reunirse rápidamente para hacer lo propio con el nuevo ejecutivo y que este pueda recibir fondos y comenzar a trabajar, según dijo en su cuenta de Twitter.

Fuentes cercanas al consejo presidencial aseguraron que el representante de Tobruk en ese órgano, Ali al Katrani, y su colega Fathi al Mojbari habían amenazado con abandonarlo si no se aceptaban las demandas de la región oriental para la provincia de Berqa, que exige un tercio de los ministerios.

Además, exigieron garantías de que en el futuro mando militar conjunto este integrado, como comandante jefe, el general sublevado Jalifa Hafter, antiguo miembro de la cúpula kaddafista y actual jefe de las Fuerzas Armadas leales a Tobruk.

Hafter, quien en la década de los ochenta se convirtió en uno de los principales opositores a Kaddafi en el exilio y se mudó a Washington, donde vivió hasta su regreso en la revuelta de 2011, está considerado uno de los principales escollos para la paz en el país.

El parlamento de Tripoli amenazó este fin de semana con arrestar a cualquier miembro de las fuerzas de seguridad del consejo presidencial que pise la capital, lugar donde debe establecer su sede el nuevo gobierno.

19 ENE 2016 - 10:07

El gobierno, sin fecha aún para trasladarse a Libia, quedará bajo la dirección del actual jefe del Consejo Presidencial, Mohamad Fayez Al Serraj, y sus ministros fueron elegidos de forma proporcional a las principales regiones libias, según informó la agencia de noticias EFE.

El anuncio se produce en el marco del acuerdo alcanzado entre legisladores de ambos Parlamentos en diciembre pasado en Marruecos, bajo mediación de la ONU, que busca poner fin a cuatro años de conflictos en el país y contener el avance del grupo yihadista Estado Islámico (EI), cuya presencia es creciente y amenazante en la región petrolera de Sirte, en el desierto libio.

La composición del nuevo gobierno debería haberse anunciado el pasado domingo, pero se retrasó por las disidencias entre las partes sobre la futura cúpula militar conjunta.

Fayez al Serraj cuenta con el respaldo sin fisuras del Consejo de Seguridad de la ONU, de los países vecinos de Libia y de la Unión Europea (UE), que tiene previsto otorgar un crédito de 100 millones de euros en cuanto el gobierno inicie su andadura.

La meta de la ONU es que el gobierno empezara a ejercer sus funciones en el país norafricano a partir de finales de este mes y que logre el reconocimiento de los Parlamentos de Trípoli y Tobruk, ambos improbables en el corto plazo.

Libia es un estado fracturado tras la rebelión de 2011 que terminó con el derrocamiento de Muammar Kaddafi por parte de grupos rebeldes, en su mayoría islamistas, apoyados por una campaña de ataques aéreos de la OTAN.

El país cuenta con un gobierno en Trípoli y otro impulsado por la OTAN e internacionalmente reconocido en Tobruk.

Ambos luchan por el control de los recursos naturales con apoyo de antiguos miembros del gobierno de Kaddafi, islamistas radicales, líderes tribales y señores de la guerra que trafican con armas, drogas y personas.

En cuanto se difundió hoy la noticia del gobierno de unidad nacional, el enviado especial de la ONU para Libia, Martin Kobler, instó al Parlamento en Tobruk a reunirse rápidamente para hacer lo propio con el nuevo ejecutivo y que este pueda recibir fondos y comenzar a trabajar, según dijo en su cuenta de Twitter.

Fuentes cercanas al consejo presidencial aseguraron que el representante de Tobruk en ese órgano, Ali al Katrani, y su colega Fathi al Mojbari habían amenazado con abandonarlo si no se aceptaban las demandas de la región oriental para la provincia de Berqa, que exige un tercio de los ministerios.

Además, exigieron garantías de que en el futuro mando militar conjunto este integrado, como comandante jefe, el general sublevado Jalifa Hafter, antiguo miembro de la cúpula kaddafista y actual jefe de las Fuerzas Armadas leales a Tobruk.

Hafter, quien en la década de los ochenta se convirtió en uno de los principales opositores a Kaddafi en el exilio y se mudó a Washington, donde vivió hasta su regreso en la revuelta de 2011, está considerado uno de los principales escollos para la paz en el país.

El parlamento de Tripoli amenazó este fin de semana con arrestar a cualquier miembro de las fuerzas de seguridad del consejo presidencial que pise la capital, lugar donde debe establecer su sede el nuevo gobierno.


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