Juicio por Revelación:“Fue una revancha y un ataque a un sector político”

Alberto Gilardino admitió que durante los años de los presuntos retornos “estábamos con un gobernador que se estaba muriendo”. Y negó que su secretaria haya llevado el “sobre bomba” a Legislatura por un despecho. Un expresidente del IPV relató las presiones que lo llevaron a la renuncia.

15 MAR 2021 - 20:23 | Actualizado

"Me callé tres años y me gusta poder decirlo ahora acá”. Lo subrayó Alberto Gilardino, el exministro coordinador de gabinete de Mario Das Neves, al declarar en el juicio oral por la Causa Revelación, en la Oficina Judicial de Rawson.

“Estábamos con un gobernador que se estaba muriendo”, advirtió, al trazar un escenario descarnado de lo que vivió en su paso por la función pública.

“De mí se dijeron muchas barbaridades: que era el jefe de la banda, que me la pasaba tomando cocaína, o que mi exsecretaria llevó un sobre por despecho, lo cual niego rotundamente”. Acerca de ese célebre “sobre bomba” que la mujer dejó en Legislatura y que disparó las investigaciones por corrupción en Chubut, Gilardino aclaró: “Ojalá supiera los motivos y al día de hoy me gustaría saber por qué lo dejó, pero nunca hubo una relación con ella”.

“Para la sociedad soy un buchón, un traidor y un corrupto, poca gente sabe la verdad y sin embargo tengo que seguir caminando, tengo una familia que puso la espalda por mí mucho tiempo. Ese daño nadie lo mide cuando se deja decir cualquier cosa en pasquines o páginas de cuarta de internet. Me sometí siempre a la justicia”.

“Al principio –describió sobre las causas- fue todo raro. Era un ataque muy puntual a un sector, a un grupo, una especie de revancha de lo que no le pudieron hacer a Das Neves en vida porque no se animaban. Y no hablo de Fiscalía sino de la política”.

Sobre su gestión al frente del gabinete, Gilardino la calificó como “muy difícil porque el gobernador empezó con un deterioro de salud cada vez más significativo, con muchas ausencias. Faltaba manejo político”. Él mismo le dijo a Das Neves que la Jefatura de Gabinete “era demasiado para mí, no estaba preparado. Tenía el respaldo de algunos compañeros de gabinete pero tenía mucha interna porque querían otra persona. No era un buen momento económico ni político”.

“Se habían metido con mi familia, se dijeron muchas cosas que no son ciertas, y le dije a Das Neves que no me iba a meter en el barro. No vivo de la política, me fui hace 3 años y no pienso volver”, acotó.

En cuanto a Diego Correa, resaltó que “tenía mucho manejo, mucho peso, incluso más que yo”. Tras asumir la jefatura de Gabinete, el propio Correa le explicó cómo sería la gestión diaria debido al delicado estado de salud del gobernador. Y le ofreció un monto “extra” por estar disponible de lunes a lunes, las 24 horas. “Aunque estuviera en la provincia, Das Neves ya no estaba capacitado para tomar ciertas decisiones. Y si no las tomaba él, no las tomaba nadie”.

Gilardino aparece en las planillas de Diego Lüters cobrando $ 200 mil en concepto de sobresueldo. Negó haber visto esas planillas ni cobrado esa cifra. Es que en la interna del Gobierno él era “Beto” pero en los listados aparece como “Gilardino”. En las fechas que lo señalan, además, ya no era funcionario. Sólo cobró dos veces $ 100 mil en efectivo en la oficina de Correa.

“Habría que sincerar varias cosas; hay mucha hipocresía en la política. Era jefe de gabinete y ganaba 35 mil pesos en 2016. Ningún funcionario de ningún otro Poder ganaba eso”, repasó.

“Se pensaba que como eras funcionario tenías que ganar poco para demostrar honestidad y debería ser distinto: muy bien remunerados para evitar estas cosas. Cuando uno ocupa un cargo de poder son todos amigos y cuando se va critican por lo que uno no hizo. Esto de la plata por afuera pasó toda la vida. Una campaña vale mucha plata”.

“Era un sistema perverso que estaba mal, lo reconozco y lo asumo –testimonió-. Pero hay una hipocresía social de que en un cargo uno debe ganar 2 pesos porque es más trasparente”.

Gilardino destacó el rol del exministro de Economía, Pablo Oca. “Su tarea era la más ingrata, decirle que no a todo el mundo porque no había plata. Por su forma de decirlo más de una vez casi se van a las manos con Correa. A Oca no lo manejaba nadie”.

Luego declaró Alejandro Bertorini, presidente del Instituto Provincial de la Vivienda entre 2015 y 2016. “Había cosas que no me gustaban. No estaba de acuerdo con el clientelismo y el abuso de poder de personas que pensaban que podían hacer cualquier cosa porque fueron electos. Me refiero a la Secretaría Privada del gobernador”.

Reveló que “me hacían pedidos indebidos para adjudicar casas a gente relacionada con la política, o parientes y amigos. Yo me negaba y ahí empezaron los problemas”.

En una ocasión, Bertorini se enteró de que “estaban adulterando el padrón permanente de más de 30 mil personas y alguien vinculado con la política apareció de un día para el otro dentro de los 10 primeros postulantes. Un hecho horrible y muy desagradable”. El extitular del IPV lo desplazó y le inició un sumario. “A los pocos días me pidieron reincorporarlo porque era un militante intocable. Esas cosas generaban mucha indignación y mala relación”.

El expresidente del IPV explicó que su relación con Gonzalo Carpintero, exsecretario de Das Neves, era mala. “Me pidieron la renuncia del gerente general porque me advertían que su tarea con las cooperativas era deficiente”. Era Guillermo Meyer, persona de confianza para Bertorini. “Me dijeron que debía designar en su reemplazo a Jorge Etchepareborda. Me negué y les dije que de ninguna manera porque no tenía los requisitos”.

“Necesitaban alguien totalmente funcional y dispuesto a cumplir cualquier tipo de orden sin importar si trasgredían la ley”, concluyó.

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15 MAR 2021 - 20:23

"Me callé tres años y me gusta poder decirlo ahora acá”. Lo subrayó Alberto Gilardino, el exministro coordinador de gabinete de Mario Das Neves, al declarar en el juicio oral por la Causa Revelación, en la Oficina Judicial de Rawson.

“Estábamos con un gobernador que se estaba muriendo”, advirtió, al trazar un escenario descarnado de lo que vivió en su paso por la función pública.

“De mí se dijeron muchas barbaridades: que era el jefe de la banda, que me la pasaba tomando cocaína, o que mi exsecretaria llevó un sobre por despecho, lo cual niego rotundamente”. Acerca de ese célebre “sobre bomba” que la mujer dejó en Legislatura y que disparó las investigaciones por corrupción en Chubut, Gilardino aclaró: “Ojalá supiera los motivos y al día de hoy me gustaría saber por qué lo dejó, pero nunca hubo una relación con ella”.

“Para la sociedad soy un buchón, un traidor y un corrupto, poca gente sabe la verdad y sin embargo tengo que seguir caminando, tengo una familia que puso la espalda por mí mucho tiempo. Ese daño nadie lo mide cuando se deja decir cualquier cosa en pasquines o páginas de cuarta de internet. Me sometí siempre a la justicia”.

“Al principio –describió sobre las causas- fue todo raro. Era un ataque muy puntual a un sector, a un grupo, una especie de revancha de lo que no le pudieron hacer a Das Neves en vida porque no se animaban. Y no hablo de Fiscalía sino de la política”.

Sobre su gestión al frente del gabinete, Gilardino la calificó como “muy difícil porque el gobernador empezó con un deterioro de salud cada vez más significativo, con muchas ausencias. Faltaba manejo político”. Él mismo le dijo a Das Neves que la Jefatura de Gabinete “era demasiado para mí, no estaba preparado. Tenía el respaldo de algunos compañeros de gabinete pero tenía mucha interna porque querían otra persona. No era un buen momento económico ni político”.

“Se habían metido con mi familia, se dijeron muchas cosas que no son ciertas, y le dije a Das Neves que no me iba a meter en el barro. No vivo de la política, me fui hace 3 años y no pienso volver”, acotó.

En cuanto a Diego Correa, resaltó que “tenía mucho manejo, mucho peso, incluso más que yo”. Tras asumir la jefatura de Gabinete, el propio Correa le explicó cómo sería la gestión diaria debido al delicado estado de salud del gobernador. Y le ofreció un monto “extra” por estar disponible de lunes a lunes, las 24 horas. “Aunque estuviera en la provincia, Das Neves ya no estaba capacitado para tomar ciertas decisiones. Y si no las tomaba él, no las tomaba nadie”.

Gilardino aparece en las planillas de Diego Lüters cobrando $ 200 mil en concepto de sobresueldo. Negó haber visto esas planillas ni cobrado esa cifra. Es que en la interna del Gobierno él era “Beto” pero en los listados aparece como “Gilardino”. En las fechas que lo señalan, además, ya no era funcionario. Sólo cobró dos veces $ 100 mil en efectivo en la oficina de Correa.

“Habría que sincerar varias cosas; hay mucha hipocresía en la política. Era jefe de gabinete y ganaba 35 mil pesos en 2016. Ningún funcionario de ningún otro Poder ganaba eso”, repasó.

“Se pensaba que como eras funcionario tenías que ganar poco para demostrar honestidad y debería ser distinto: muy bien remunerados para evitar estas cosas. Cuando uno ocupa un cargo de poder son todos amigos y cuando se va critican por lo que uno no hizo. Esto de la plata por afuera pasó toda la vida. Una campaña vale mucha plata”.

“Era un sistema perverso que estaba mal, lo reconozco y lo asumo –testimonió-. Pero hay una hipocresía social de que en un cargo uno debe ganar 2 pesos porque es más trasparente”.

Gilardino destacó el rol del exministro de Economía, Pablo Oca. “Su tarea era la más ingrata, decirle que no a todo el mundo porque no había plata. Por su forma de decirlo más de una vez casi se van a las manos con Correa. A Oca no lo manejaba nadie”.

Luego declaró Alejandro Bertorini, presidente del Instituto Provincial de la Vivienda entre 2015 y 2016. “Había cosas que no me gustaban. No estaba de acuerdo con el clientelismo y el abuso de poder de personas que pensaban que podían hacer cualquier cosa porque fueron electos. Me refiero a la Secretaría Privada del gobernador”.

Reveló que “me hacían pedidos indebidos para adjudicar casas a gente relacionada con la política, o parientes y amigos. Yo me negaba y ahí empezaron los problemas”.

En una ocasión, Bertorini se enteró de que “estaban adulterando el padrón permanente de más de 30 mil personas y alguien vinculado con la política apareció de un día para el otro dentro de los 10 primeros postulantes. Un hecho horrible y muy desagradable”. El extitular del IPV lo desplazó y le inició un sumario. “A los pocos días me pidieron reincorporarlo porque era un militante intocable. Esas cosas generaban mucha indignación y mala relación”.

El expresidente del IPV explicó que su relación con Gonzalo Carpintero, exsecretario de Das Neves, era mala. “Me pidieron la renuncia del gerente general porque me advertían que su tarea con las cooperativas era deficiente”. Era Guillermo Meyer, persona de confianza para Bertorini. “Me dijeron que debía designar en su reemplazo a Jorge Etchepareborda. Me negué y les dije que de ninguna manera porque no tenía los requisitos”.

“Necesitaban alguien totalmente funcional y dispuesto a cumplir cualquier tipo de orden sin importar si trasgredían la ley”, concluyó.


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