Es que en caso de no aplicarse medidas preventivas tendientes al uso eficiente del recurso, en pocos meses más el agua va a escasear. Demasiado. Para lo productivo y para el consumo humano.
Ayer, el presidente del Instituto Provincial del Agua (IPA), Nicolás Cittadini, concurrió a la Legislatura del Chubut para mantener una reunión explicativa sobre los alcances del proyecto de ley de Emergencia Hídrica. Se habló de la prevención y de la concientización. De todos. De aquellos que tienen responsabilidad gubernamental y de la gente de a pie. Se podrá achacar falta de previsibiidad y de no existir una política de Estado en la materia y que llevó a esta situación que no es precisamente el mejor de los escenarios.
Lo concreto es que la tendencia de los niveles de nuestros cursos de agua están en baja hace 10 años y el pronóstico hacia adelante no es muy alentador que digamos. Por ello, la idea primigenia es poder implementar las medidas preventivas necesarias. Y allí aparece la labor de la concientización general y el uso eficiente del recurso del agua. También la elaboración de acciones concretas de regulación y control, entre ellas la implementación de sistemas de compuertas con caudalímetros, y perforaciones para los pequeños productores que no tienen acceso a cursos naturales de agua: un trabajo que llevará décadas y que, evidentemente, no se hizo.
No es novedosa la situación ni tampoco de nuestra provincia. En otras regiones del país también se sufre y sirve como ejemplo la alarmante baja del rio Paraná.
La realidad hoy no es desesperante pero preocupa para el futuro y en una temporada estival donde aumenta la demanda y se incrementan los incendios. Falta nieve, no hay lluvias y los espejos de agua se secan. El panorama no es el mejor. Es hora de tomar conciencia sobre la importancia del agua. No hacerlo será demasiado tarde.
Es que en caso de no aplicarse medidas preventivas tendientes al uso eficiente del recurso, en pocos meses más el agua va a escasear. Demasiado. Para lo productivo y para el consumo humano.
Ayer, el presidente del Instituto Provincial del Agua (IPA), Nicolás Cittadini, concurrió a la Legislatura del Chubut para mantener una reunión explicativa sobre los alcances del proyecto de ley de Emergencia Hídrica. Se habló de la prevención y de la concientización. De todos. De aquellos que tienen responsabilidad gubernamental y de la gente de a pie. Se podrá achacar falta de previsibiidad y de no existir una política de Estado en la materia y que llevó a esta situación que no es precisamente el mejor de los escenarios.
Lo concreto es que la tendencia de los niveles de nuestros cursos de agua están en baja hace 10 años y el pronóstico hacia adelante no es muy alentador que digamos. Por ello, la idea primigenia es poder implementar las medidas preventivas necesarias. Y allí aparece la labor de la concientización general y el uso eficiente del recurso del agua. También la elaboración de acciones concretas de regulación y control, entre ellas la implementación de sistemas de compuertas con caudalímetros, y perforaciones para los pequeños productores que no tienen acceso a cursos naturales de agua: un trabajo que llevará décadas y que, evidentemente, no se hizo.
No es novedosa la situación ni tampoco de nuestra provincia. En otras regiones del país también se sufre y sirve como ejemplo la alarmante baja del rio Paraná.
La realidad hoy no es desesperante pero preocupa para el futuro y en una temporada estival donde aumenta la demanda y se incrementan los incendios. Falta nieve, no hay lluvias y los espejos de agua se secan. El panorama no es el mejor. Es hora de tomar conciencia sobre la importancia del agua. No hacerlo será demasiado tarde.