Editorial / Beneficios y riesgos de la transición energética

El tradicional análisis de Jornada con la actualidad política y económica de Chubut y el país.

El titanosaurio de Trelew y los molinos de fondo. Se multiplicarán las aspas con el hidrógeno verde. (Foto: Daniel Feldman / Jornada)
27 ABR 2024 - 16:45 | Actualizado 27 ABR 2024 - 21:16

Las enormes oportunidades que se le abren a Chubut con el avance incesante de la transición energética son inversamente proporcionales a los riesgos que puede acarrear quedar atados a una lógica de negocios en donde los intereses de la provincia queden relegados por debajo de los de algunos países y empresas multinacionales.

La transición energética no es otra cosa que un fenómeno global con una variable principalmente ambiental, cuyo objetivo central es mitigar el cambio climático pero que -obviamente- encierra otros componentes políticos y económicos internacionales asociados a la seguridad energética de los países centrales y a la disputa por la hegemonía tecnológica e industrial entre Estados Unidos, la Unión Europea y China, que actualmente es el líder tecnológico en sectores estratégicos.

En ese complejo escenario, Chubut empieza a dar los primeros pasos hacia un desarrollo del “hidrógeno verde”, una de las tantas vertientes de las energías limpias que dominarán el mundo hacia 2050, cuyo insumo esencial es el viento, un recurso que la provincia tiene en cantidad y calidad para ofrecer a granel en este nuevo esquema mundial.

El viernes, algunos de los jugadores nacionales e internacionales más influyentes del incipiente negocio del hidrógeno se reunieron en Comodoro Rivadavia en una jornada en donde, además del marco que aportó el Gobierno de Chubut, se pasearon empresarios y diplomáticos extranjeros que ven a la provincia como un centro neurálgico para lo que viene. Todo bajo la organización de la Plataforma H2 Argentina, un grupo de lobby empresario y político cuya cara visible es el extitular de Greenpeace Argentina y exdiputado nacional macrista, Juan Carlos “Cali” Villalonga.

Autoridades provinciales junto a algunos de los invitados, durante el foro realizado en Comodoro Rivadavia.


“Comodoro y Chubut pueden seguir siendo el motor energético del país y pueden seguir aportando muchísimo a la Argentina, pero necesitamos calidad institucional, ser competitivos y seguridad jurídica”, dijo el gobernador Nacho Torres ante un auditorio atento que celebró la decisión del mandatario chubutense de avanzar con celeridad en un tema clave.

El gobernador también pidió no “ideologizar” la agenda energética y reclamó “dejar de debatir para avanzar, firmar y que salga de una vez por todas la ley que necesita el hidrógeno verde para desarrollarse, porque los pueblos que no tienen agendas de desarrollo a mediano y largo plazo son pueblos descartables”. El auditorio oyó esas palabras como música para sus oídos.

El gobernador Torres junto al embajador de la Unión Europea en Argentina, Amador Sánchez Rico.

Marco regulatorio, la clave

“Detrás de esta transición se esconde un gran negocio internacional en el que operan actores globales con una lógica que transciende al cuidado del clima y el ambiente. Estos actores globales buscan alianzas estratégicas con socios minoritarios locales, que también dejan ver con claridad sus objetivos de rentabilidad y acumulación por arriba de los enormes desafíos globales que enfrentaremos en el corto, mediano y largo plazo”, señala un documento del grupo Agenda Chubut, que desde hace varios años viene realizando un trabajo de investigación, seguimiento y puesta en valor de la transición energética como aspecto central de una reindustrialización chubutense como único camino para el desarrollo económico y social.

“Los países centrales, desarrollados, aportan el conocimiento y el desarrollo tecnológico; y los países periféricos, subdesarrollados, los recursos naturales y el territorio para esa producción, cuyo principal destino es la exportación. Esto no es más que una forma de reproducir los modelos extractivistas de los que no han podido desembarazarse las economías periféricas”, alerta Agenda Chubut.

En este sentido, actualmente existen con estado parlamentario en el Congreso de la Nación dos proyectos de ley para regular la actividad de inversión, producción y comercialización de hidrógeno. Uno de ellos, fiel a la lógica del Gobierno de Javier Milei, abre la actividad a la importación de tecnología y a la exportación del vector energético.

El otro, presentado a fines del año 2019 por las autoridades de entonces de la Secretaría de Energía, fue elaborado a partir de la interacción de múltiples áreas de gobierno, incluyendo a la Secretaría de Industria, a la Secretaría de Asuntos Estratégicos y al Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación. Este último proyecto promueve, a partir de la explotación de un recurso estratégico, el desarrollo de una cadena de valor asociada, incluyendo la industria local, la promoción del desarrollo tecnológico, la incorporación del trabajo argentino especializado, tendiendo a un proyecto argentino para el desarrollo nacional. También las universidades nacionales -tan vapuleadas en los últimos días-, más los centros tecnológicos y las industrias domésticas tienen el potencial de contribuir enormemente al desarrollo productivo del sector.

Intendentes expansionistas

Sin una conexión ordenada y mucho menos estudiada en profundidad, en el marco del tentador negocio del hidrógeno verde se explican los súbitos movimientos expansionistas que han empezado a expresar algunos intendentes del Valle inferior, como el trelewense Gerardo Merino y el dolavense Dante Bowen, dos de los jefes comunales mediterráneos que expresaron intenciones de ampliar sus ejidos municipales y “llegar al mar”.

Sonrisas. Merino y Bowen avanzan con la ampliación del ejido. El hidrógeno verde se cuela en las agendas municipales.

El dolavense dijo sin medias tintas que detrás de esa idea estaba la posibilidad de que los municipios no queden al margen de la expansión que tendrá el hidrógeno. Algunos creen que extender los límites de sus comunas les permitirá sacar alguna tajada cuando las empresas internacionales busquen nuevas locaciones para inundar de molinos el territorio.

Poner el carro delante del caballo es un error que suelen cometer algunos dirigentes que se entusiasman antes por los potenciales resultados económicos de un negocio que por desarrollar un marco regulatorio que establezca reglas básicas para que el reparto de la torta, además de abundante, sea equitativo.

Rentabilidad empresaria y desarrollo social

La semana pasada, una de las mayores especialistas en el tema, la investigadora del Conicet y exsubsecretaria de Estrategia para el Desarrollo, Verónica Robert, dijo en una entrevista con Jornada y Cadena Tiempo que Chubut “tiene un enorme potencial para la industria del hidrógeno” pero alertó sobre la necesidad de establecer un marco regulatorio en donde la industria del conocimiento local tenga una influencia relevante para, entre otras cosas, evitar que la transición energética “nos termine llevando a una estructura productiva más primarizada que la actual.”

Robert dio datos concretos de lo que está pasando: “La Unión Europea plantea alcanzar metas de cero emisiones para 2050 y esto significa que tiene que reemplazar gran parte de su matriz energética por energías verdes. Si Alemania, por ejemplo, montara parques eólicos para generar toda la energía verde que necesita su actividad industrial, no le alcanzaría el territorio. Un molino en Chubut funciona el doble del tiempo que en Alemania por la calidad del viento -destacó-, por lo tanto, va a generar el doble de energía y va a ser capaz de producir hidrógeno a la mitad de precio”, sentenció.

Verónica Robert, investigadora del Conicet y exsubsecretaria de Estrategia. (Foto: Página 12)

Por todo esto el marco regulatorio que regirá a la industria es central. “Debería tener en consideración todos los aspectos técnicos asociados al hidrógeno para la seguridad de los trabajadores y de los habitantes, pero también las cuestiones ambientales, así como también la previsibilidad que piden los inversores sin dejar de lado la creación de empleo en los territorios”, señaló Robert. “Cuando uno ve los marcos regulatorios del mundo en materia de transición energética advierte que tanto Estados Unidos, la Unión Europea, países latinoamericanos como Chile o Colombia, o países del este asiático como Indonesia, están haciendo política industrial que apunta a la integración nacional, a la generación de empleo y no solamente a garantizar la renta a los inversores sino a ser garantía de desarrollo para para la gente”, explicóRobert.

Se están definiendo cosas importantes sobre el futuro de Chubut y no se puede estar al margen. Los intereses colectivos tienen que pesar más que los beneficios sectoriales en esta etapa que se avecina. O después será tarde. Otra vez.

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El titanosaurio de Trelew y los molinos de fondo. Se multiplicarán las aspas con el hidrógeno verde. (Foto: Daniel Feldman / Jornada)
27 ABR 2024 - 16:45

Las enormes oportunidades que se le abren a Chubut con el avance incesante de la transición energética son inversamente proporcionales a los riesgos que puede acarrear quedar atados a una lógica de negocios en donde los intereses de la provincia queden relegados por debajo de los de algunos países y empresas multinacionales.

La transición energética no es otra cosa que un fenómeno global con una variable principalmente ambiental, cuyo objetivo central es mitigar el cambio climático pero que -obviamente- encierra otros componentes políticos y económicos internacionales asociados a la seguridad energética de los países centrales y a la disputa por la hegemonía tecnológica e industrial entre Estados Unidos, la Unión Europea y China, que actualmente es el líder tecnológico en sectores estratégicos.

En ese complejo escenario, Chubut empieza a dar los primeros pasos hacia un desarrollo del “hidrógeno verde”, una de las tantas vertientes de las energías limpias que dominarán el mundo hacia 2050, cuyo insumo esencial es el viento, un recurso que la provincia tiene en cantidad y calidad para ofrecer a granel en este nuevo esquema mundial.

El viernes, algunos de los jugadores nacionales e internacionales más influyentes del incipiente negocio del hidrógeno se reunieron en Comodoro Rivadavia en una jornada en donde, además del marco que aportó el Gobierno de Chubut, se pasearon empresarios y diplomáticos extranjeros que ven a la provincia como un centro neurálgico para lo que viene. Todo bajo la organización de la Plataforma H2 Argentina, un grupo de lobby empresario y político cuya cara visible es el extitular de Greenpeace Argentina y exdiputado nacional macrista, Juan Carlos “Cali” Villalonga.

Autoridades provinciales junto a algunos de los invitados, durante el foro realizado en Comodoro Rivadavia.


“Comodoro y Chubut pueden seguir siendo el motor energético del país y pueden seguir aportando muchísimo a la Argentina, pero necesitamos calidad institucional, ser competitivos y seguridad jurídica”, dijo el gobernador Nacho Torres ante un auditorio atento que celebró la decisión del mandatario chubutense de avanzar con celeridad en un tema clave.

El gobernador también pidió no “ideologizar” la agenda energética y reclamó “dejar de debatir para avanzar, firmar y que salga de una vez por todas la ley que necesita el hidrógeno verde para desarrollarse, porque los pueblos que no tienen agendas de desarrollo a mediano y largo plazo son pueblos descartables”. El auditorio oyó esas palabras como música para sus oídos.

El gobernador Torres junto al embajador de la Unión Europea en Argentina, Amador Sánchez Rico.

Marco regulatorio, la clave

“Detrás de esta transición se esconde un gran negocio internacional en el que operan actores globales con una lógica que transciende al cuidado del clima y el ambiente. Estos actores globales buscan alianzas estratégicas con socios minoritarios locales, que también dejan ver con claridad sus objetivos de rentabilidad y acumulación por arriba de los enormes desafíos globales que enfrentaremos en el corto, mediano y largo plazo”, señala un documento del grupo Agenda Chubut, que desde hace varios años viene realizando un trabajo de investigación, seguimiento y puesta en valor de la transición energética como aspecto central de una reindustrialización chubutense como único camino para el desarrollo económico y social.

“Los países centrales, desarrollados, aportan el conocimiento y el desarrollo tecnológico; y los países periféricos, subdesarrollados, los recursos naturales y el territorio para esa producción, cuyo principal destino es la exportación. Esto no es más que una forma de reproducir los modelos extractivistas de los que no han podido desembarazarse las economías periféricas”, alerta Agenda Chubut.

En este sentido, actualmente existen con estado parlamentario en el Congreso de la Nación dos proyectos de ley para regular la actividad de inversión, producción y comercialización de hidrógeno. Uno de ellos, fiel a la lógica del Gobierno de Javier Milei, abre la actividad a la importación de tecnología y a la exportación del vector energético.

El otro, presentado a fines del año 2019 por las autoridades de entonces de la Secretaría de Energía, fue elaborado a partir de la interacción de múltiples áreas de gobierno, incluyendo a la Secretaría de Industria, a la Secretaría de Asuntos Estratégicos y al Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación. Este último proyecto promueve, a partir de la explotación de un recurso estratégico, el desarrollo de una cadena de valor asociada, incluyendo la industria local, la promoción del desarrollo tecnológico, la incorporación del trabajo argentino especializado, tendiendo a un proyecto argentino para el desarrollo nacional. También las universidades nacionales -tan vapuleadas en los últimos días-, más los centros tecnológicos y las industrias domésticas tienen el potencial de contribuir enormemente al desarrollo productivo del sector.

Intendentes expansionistas

Sin una conexión ordenada y mucho menos estudiada en profundidad, en el marco del tentador negocio del hidrógeno verde se explican los súbitos movimientos expansionistas que han empezado a expresar algunos intendentes del Valle inferior, como el trelewense Gerardo Merino y el dolavense Dante Bowen, dos de los jefes comunales mediterráneos que expresaron intenciones de ampliar sus ejidos municipales y “llegar al mar”.

Sonrisas. Merino y Bowen avanzan con la ampliación del ejido. El hidrógeno verde se cuela en las agendas municipales.

El dolavense dijo sin medias tintas que detrás de esa idea estaba la posibilidad de que los municipios no queden al margen de la expansión que tendrá el hidrógeno. Algunos creen que extender los límites de sus comunas les permitirá sacar alguna tajada cuando las empresas internacionales busquen nuevas locaciones para inundar de molinos el territorio.

Poner el carro delante del caballo es un error que suelen cometer algunos dirigentes que se entusiasman antes por los potenciales resultados económicos de un negocio que por desarrollar un marco regulatorio que establezca reglas básicas para que el reparto de la torta, además de abundante, sea equitativo.

Rentabilidad empresaria y desarrollo social

La semana pasada, una de las mayores especialistas en el tema, la investigadora del Conicet y exsubsecretaria de Estrategia para el Desarrollo, Verónica Robert, dijo en una entrevista con Jornada y Cadena Tiempo que Chubut “tiene un enorme potencial para la industria del hidrógeno” pero alertó sobre la necesidad de establecer un marco regulatorio en donde la industria del conocimiento local tenga una influencia relevante para, entre otras cosas, evitar que la transición energética “nos termine llevando a una estructura productiva más primarizada que la actual.”

Robert dio datos concretos de lo que está pasando: “La Unión Europea plantea alcanzar metas de cero emisiones para 2050 y esto significa que tiene que reemplazar gran parte de su matriz energética por energías verdes. Si Alemania, por ejemplo, montara parques eólicos para generar toda la energía verde que necesita su actividad industrial, no le alcanzaría el territorio. Un molino en Chubut funciona el doble del tiempo que en Alemania por la calidad del viento -destacó-, por lo tanto, va a generar el doble de energía y va a ser capaz de producir hidrógeno a la mitad de precio”, sentenció.

Verónica Robert, investigadora del Conicet y exsubsecretaria de Estrategia. (Foto: Página 12)

Por todo esto el marco regulatorio que regirá a la industria es central. “Debería tener en consideración todos los aspectos técnicos asociados al hidrógeno para la seguridad de los trabajadores y de los habitantes, pero también las cuestiones ambientales, así como también la previsibilidad que piden los inversores sin dejar de lado la creación de empleo en los territorios”, señaló Robert. “Cuando uno ve los marcos regulatorios del mundo en materia de transición energética advierte que tanto Estados Unidos, la Unión Europea, países latinoamericanos como Chile o Colombia, o países del este asiático como Indonesia, están haciendo política industrial que apunta a la integración nacional, a la generación de empleo y no solamente a garantizar la renta a los inversores sino a ser garantía de desarrollo para para la gente”, explicóRobert.

Se están definiendo cosas importantes sobre el futuro de Chubut y no se puede estar al margen. Los intereses colectivos tienen que pesar más que los beneficios sectoriales en esta etapa que se avecina. O después será tarde. Otra vez.


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