Un poco de cordura para Madryn, después de jugar con fuego toda la semana

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13 SEP 2014 - 21:17 | Actualizado

Creo que hay una salida institucional”, fue la frase que eligió ayer el gobernador Martín Buzzi para ponerles, por primera vez en mucho tiempo, un poco de cordura al manejo que la clase política venía haciendo de la crisis institucional, económica y política de la Municipalidad de Puerto Madryn, la tercera ciudad en importancia de la provincia.

Aunque muchos temieron que ayer terminara mal la movida del intendente Ricardo Sastre de viajar hasta Trelew en compañía de varios dirigentes y muchos militantes para encarar en plena “Casa Abierta” al gobernador Buzzi, finalmente hubo un poco de razonabilidad institucional y todos se fueron con la sensación de que se encendió una luz al final del túnel.

El efecto Máximo

Todos coincidieron en destacar que, más allá de los gestos de Buzzi y Sastre, si todo termina de encaminarse habrá sido responsabilidad directa del intendente de Trelew, Máximo Pérez Catán, quien ayer cumplió un papel clave en el encuentro fuera de agenda.

Dicen que fue el que más paciencia le puso a la charla y el que tendió todos los puentes para que ninguna de las dos partes se bajara del diálogo.

El gobernador volvió a demostrar ayer que lo pueden criticar por todo lo que hace o dejar de hacer, o lo que dice o calla, pero pocos se animarían a endilgarle falta de voluntad para el dipalogo.

Inclusive, en un ámbito como el de ayer, que dio para que muchos funcionarios provinciales magullaran bronca por los rincones tras la “invasión” que sufrieron. “Quisiera ver cuántos gobernadores que pasaron o vendrán se bancarían lo que se bancó Martín hoy”, dijo un ministro buzzista. Argumentos no le faltan a ese comentario.

Principio de acuerdo

Buzzi le recordó a Sastre que hay un proyecto de ley en la Legislatura que permitirá compensar a todos los municipios que han tenido crecimientos de población (nueve en total, Puerto Madryn entre ellos), pero también le enrostró que dependía del apoyo del cada vez más numeroso bloque de diputados provinciales de Chubut Somos Todos, el sector político al que pertenece el jefe comunal madrynense.

El gobernador les pidió que garanticen el apoyo del dasnevismo al proyecto del Ejecutivo que intenta comenzar a reajustar las desigualdades de la coparticipación, a cambio de avanzar en una ley complementaria que les permita a esos nueve municipios perjudicados distribuir los ingresos faltantes para que todo el mundo tenga la cantidad de ingresos de acuerdo al crecimiento de su población y aquellos que han tenido una consolidación, no pierdan, explicó el gobernador.

Sastre se comprometió a realizar las gestiones que sean necesarias para que los diputados de su partido apoyen el proyecto oficial, y Buzzi le dijo que si el avance en la Legislatura es concreto, no tendrá problemas en anticipar fondos que le permitan pagar los sueldos de los empleados municipales y así morigerar la crisis que está atravesando.

Comparaciones odiosas

Sastre se llevó promesas de apoyo y varios reproches. Entre ellos, que el gobernador le dijera que tiene que comenzar a administrar correctamente los recursos. “Cuando fui intendente de Comodoro Rivadavia tenía 1.154 empleados, y cuando me fui había 1.157”, le dijo. “Cuando alguien se jubilaba o se moría lo reemplazaba, pero ningún municipio puede comprometerse a gastos importantes porque las cuentas hay que pagarlas”, le aconsejó.

Sastre se bancó la bajada de línea y terminó redondeando un mensaje esperanzador. Es que sabía que había sido una de las semanas más difíciles de la historia madrynenses, en un año plagado de dificultades y tensiones políticas y económicas.

La peor semana

Desde hacía varios meses, el conflicto de los empleados municipales con el Ejecutivo de Puerto Madryn se encontraba en un punto límite y ésta vez, el resultado fue lamentable.

La desafortunada intervención policial del martes pasado dejó el saldo de trabajadores lastimados, con balas de goma en sus cuerpos y algunos internados en el hospital.

En medio de la tensión y del caos, las palabras del intendente Sastre solo sirvieron para echar más leña al fuego. Vinculó lo sucedido con el narcotráfico y con el estado etílico de los manifestantes, lo que provocó la ira de los trabajadores. El posterior pedido de disculpas del jefe comunal sirvió pero no alcanzó para morigerar el malestar que ya se había producido.

Madryn sigue siendo una comunidad consternada. La ciudad del progreso y de las grandes inversiones se ha convertido en un lugar de penurias económicas y de profundas divisiones.

Hay mucho odio en Madryn y la antinomia enfermiza que se ha generado atenta contra la razonabilidad y el sentido común. Mientras tanto, en las redes sociales, el encono entre los dos sectores del justicialismo que ha dividido a la ciudad en los últimos tiempos, alcanza ribetes escalofriantes.

Acusaciones y denuncias de todo tipo, lanzadas con inusitada virulencia, en la que todos terminan metidos en el mismo lodo. De la violencia verbal a la violencia física hay un solo paso y muchos son los que parecieran pretender seguir caminando al borde del abismo.

Un dato positivo para señalar lo constituye la decisión de la Cámara de Comercio local y otras instituciones intermedias de convocar a una reunión para este lunes con la idea de analizar las posibles salidas a la crisis que afecta poderosamente a toda la ciudad.

Es encomiable que alguien intente parar la pelota, bajar los decibeles y propiciar un camino de diálogo. No obstante, ningún objetivo se podrá cumplir si los sectores políticos en pugna no se suman a esa idea de concertación.

Si “elicechistas” y “sastristas” no entienden que el juego que vienen disputando desde hace varios años está arrastrando a los madrynenses a un camino sin salida, no alcanzará con el esfuerzo de los sectores productivos de la ciudad.

Es imprescindible que los principales referentes políticos de Madryn se pongan al frente de este derrotero de superación. No se puede seguir jugando con fuego. En el medio de esta pelea interminable está el futuro de una comunidad.

Otro borrador, ¿el último?

Para el Gobierno provincial comenzará mañana otra semana clave. Así han sido casi todas en este último tiempo. así serán todas hasta el final de su mandato, parece ser.

Lo cierto es que esta, particularmente, parecería ser clave entre claves porque podrían comenzar a zanjarse las profundas diferencias con el Gobirno nacional por la tan mentada ley de hidrocarburos.

El jueves, Buzzi recibió de manos del influyente secretario de legal y Técnica de la Presidencia de la Nación, Carlos “Chino” Zannini, el nuevo borrador de la ley petrolera que vienen resistiendo las provincias productoras.

Aunque esta vez hubo un poco más de hermetismo y los términos de la nueva ley no se filtraron por los medios de comunicación con la facilidad del agua entre las manos, se supo que el texto que el martes discutirán los gobernadores de la OFEPHI en la Casa del Chubut en Buenos Aires, sería bastante distinto a los anteriores, lo que dio pie al optimismo exagerado de algunos operadores, que ya dan por hecho el acuerdo de las provincias con Nación.

Los cambios más sustanciales estarían vinculados al canon y las licitaciones de nuevas áreas, que seguirían en manos de las provincias. Dos cambios que, de confirmarse, serían realmente de fondo.

Algunos aseguran que fue la propia Cristina Fernández de Kirchner la que decidió acomodar el texto a las pretensiones de los gobernadores. La Presidenta no quiere fomentar otro foco de conflicto en su delicado frente político, y quiere que la norma llegue al Congreso Nacional con el apoyo de las provincias y así asegurar que no habrá problemas para aprobarla.

La única luz de alerta fue una presunta oposición de los gremios petroleros de Chubut, que curiosamente fue expresada antes de conocerse el nuevo borrador y pocas horas después de una charla telefónica entre el líder de los Petroleros Privados, Joege “Loma” Ávila, y el diputado nacional Mario Das Neves.

El martes comenzarán a develarse muchas incógnitas y a correrse algunos velos.

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13 SEP 2014 - 21:17

Creo que hay una salida institucional”, fue la frase que eligió ayer el gobernador Martín Buzzi para ponerles, por primera vez en mucho tiempo, un poco de cordura al manejo que la clase política venía haciendo de la crisis institucional, económica y política de la Municipalidad de Puerto Madryn, la tercera ciudad en importancia de la provincia.

Aunque muchos temieron que ayer terminara mal la movida del intendente Ricardo Sastre de viajar hasta Trelew en compañía de varios dirigentes y muchos militantes para encarar en plena “Casa Abierta” al gobernador Buzzi, finalmente hubo un poco de razonabilidad institucional y todos se fueron con la sensación de que se encendió una luz al final del túnel.

El efecto Máximo

Todos coincidieron en destacar que, más allá de los gestos de Buzzi y Sastre, si todo termina de encaminarse habrá sido responsabilidad directa del intendente de Trelew, Máximo Pérez Catán, quien ayer cumplió un papel clave en el encuentro fuera de agenda.

Dicen que fue el que más paciencia le puso a la charla y el que tendió todos los puentes para que ninguna de las dos partes se bajara del diálogo.

El gobernador volvió a demostrar ayer que lo pueden criticar por todo lo que hace o dejar de hacer, o lo que dice o calla, pero pocos se animarían a endilgarle falta de voluntad para el dipalogo.

Inclusive, en un ámbito como el de ayer, que dio para que muchos funcionarios provinciales magullaran bronca por los rincones tras la “invasión” que sufrieron. “Quisiera ver cuántos gobernadores que pasaron o vendrán se bancarían lo que se bancó Martín hoy”, dijo un ministro buzzista. Argumentos no le faltan a ese comentario.

Principio de acuerdo

Buzzi le recordó a Sastre que hay un proyecto de ley en la Legislatura que permitirá compensar a todos los municipios que han tenido crecimientos de población (nueve en total, Puerto Madryn entre ellos), pero también le enrostró que dependía del apoyo del cada vez más numeroso bloque de diputados provinciales de Chubut Somos Todos, el sector político al que pertenece el jefe comunal madrynense.

El gobernador les pidió que garanticen el apoyo del dasnevismo al proyecto del Ejecutivo que intenta comenzar a reajustar las desigualdades de la coparticipación, a cambio de avanzar en una ley complementaria que les permita a esos nueve municipios perjudicados distribuir los ingresos faltantes para que todo el mundo tenga la cantidad de ingresos de acuerdo al crecimiento de su población y aquellos que han tenido una consolidación, no pierdan, explicó el gobernador.

Sastre se comprometió a realizar las gestiones que sean necesarias para que los diputados de su partido apoyen el proyecto oficial, y Buzzi le dijo que si el avance en la Legislatura es concreto, no tendrá problemas en anticipar fondos que le permitan pagar los sueldos de los empleados municipales y así morigerar la crisis que está atravesando.

Comparaciones odiosas

Sastre se llevó promesas de apoyo y varios reproches. Entre ellos, que el gobernador le dijera que tiene que comenzar a administrar correctamente los recursos. “Cuando fui intendente de Comodoro Rivadavia tenía 1.154 empleados, y cuando me fui había 1.157”, le dijo. “Cuando alguien se jubilaba o se moría lo reemplazaba, pero ningún municipio puede comprometerse a gastos importantes porque las cuentas hay que pagarlas”, le aconsejó.

Sastre se bancó la bajada de línea y terminó redondeando un mensaje esperanzador. Es que sabía que había sido una de las semanas más difíciles de la historia madrynenses, en un año plagado de dificultades y tensiones políticas y económicas.

La peor semana

Desde hacía varios meses, el conflicto de los empleados municipales con el Ejecutivo de Puerto Madryn se encontraba en un punto límite y ésta vez, el resultado fue lamentable.

La desafortunada intervención policial del martes pasado dejó el saldo de trabajadores lastimados, con balas de goma en sus cuerpos y algunos internados en el hospital.

En medio de la tensión y del caos, las palabras del intendente Sastre solo sirvieron para echar más leña al fuego. Vinculó lo sucedido con el narcotráfico y con el estado etílico de los manifestantes, lo que provocó la ira de los trabajadores. El posterior pedido de disculpas del jefe comunal sirvió pero no alcanzó para morigerar el malestar que ya se había producido.

Madryn sigue siendo una comunidad consternada. La ciudad del progreso y de las grandes inversiones se ha convertido en un lugar de penurias económicas y de profundas divisiones.

Hay mucho odio en Madryn y la antinomia enfermiza que se ha generado atenta contra la razonabilidad y el sentido común. Mientras tanto, en las redes sociales, el encono entre los dos sectores del justicialismo que ha dividido a la ciudad en los últimos tiempos, alcanza ribetes escalofriantes.

Acusaciones y denuncias de todo tipo, lanzadas con inusitada virulencia, en la que todos terminan metidos en el mismo lodo. De la violencia verbal a la violencia física hay un solo paso y muchos son los que parecieran pretender seguir caminando al borde del abismo.

Un dato positivo para señalar lo constituye la decisión de la Cámara de Comercio local y otras instituciones intermedias de convocar a una reunión para este lunes con la idea de analizar las posibles salidas a la crisis que afecta poderosamente a toda la ciudad.

Es encomiable que alguien intente parar la pelota, bajar los decibeles y propiciar un camino de diálogo. No obstante, ningún objetivo se podrá cumplir si los sectores políticos en pugna no se suman a esa idea de concertación.

Si “elicechistas” y “sastristas” no entienden que el juego que vienen disputando desde hace varios años está arrastrando a los madrynenses a un camino sin salida, no alcanzará con el esfuerzo de los sectores productivos de la ciudad.

Es imprescindible que los principales referentes políticos de Madryn se pongan al frente de este derrotero de superación. No se puede seguir jugando con fuego. En el medio de esta pelea interminable está el futuro de una comunidad.

Otro borrador, ¿el último?

Para el Gobierno provincial comenzará mañana otra semana clave. Así han sido casi todas en este último tiempo. así serán todas hasta el final de su mandato, parece ser.

Lo cierto es que esta, particularmente, parecería ser clave entre claves porque podrían comenzar a zanjarse las profundas diferencias con el Gobirno nacional por la tan mentada ley de hidrocarburos.

El jueves, Buzzi recibió de manos del influyente secretario de legal y Técnica de la Presidencia de la Nación, Carlos “Chino” Zannini, el nuevo borrador de la ley petrolera que vienen resistiendo las provincias productoras.

Aunque esta vez hubo un poco más de hermetismo y los términos de la nueva ley no se filtraron por los medios de comunicación con la facilidad del agua entre las manos, se supo que el texto que el martes discutirán los gobernadores de la OFEPHI en la Casa del Chubut en Buenos Aires, sería bastante distinto a los anteriores, lo que dio pie al optimismo exagerado de algunos operadores, que ya dan por hecho el acuerdo de las provincias con Nación.

Los cambios más sustanciales estarían vinculados al canon y las licitaciones de nuevas áreas, que seguirían en manos de las provincias. Dos cambios que, de confirmarse, serían realmente de fondo.

Algunos aseguran que fue la propia Cristina Fernández de Kirchner la que decidió acomodar el texto a las pretensiones de los gobernadores. La Presidenta no quiere fomentar otro foco de conflicto en su delicado frente político, y quiere que la norma llegue al Congreso Nacional con el apoyo de las provincias y así asegurar que no habrá problemas para aprobarla.

La única luz de alerta fue una presunta oposición de los gremios petroleros de Chubut, que curiosamente fue expresada antes de conocerse el nuevo borrador y pocas horas después de una charla telefónica entre el líder de los Petroleros Privados, Joege “Loma” Ávila, y el diputado nacional Mario Das Neves.

El martes comenzarán a develarse muchas incógnitas y a correrse algunos velos.


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