Coparticipación: la discusión local no debería dejar de lado los reclamos a Nación

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27 SEP 2014 - 21:37 | Actualizado

La saludable discusión que se ha desatado en los últimos meses en Chubut para determinar cómo se reparten los ingresos del Estado provincial entre los municipios no debería ser el árbol que tape el bosque.

Claro que este debate no unió a los municipios contra el poder central desde el amor sino el espanto que causó la crisis económica y política de la Municipalidad de Puerto Madryn, que alertó al resto de los municipios sobre lo que les podría pasar si las cuentas no se ordenan y la época de vacas flacas llega para quedarse.

Sin embargo, la legitimidad del reclamo de los intendentes al Gobierno provincial no debería hacerles perder de vista que tan importante como consensuar un nuevo esquema de reparto local de la renta sería armar una estrategia global para recuperar de a poco lo que Chubut resignó hace tres décadas en los despachos nacionales.

Es verdad que Chubut es uno de las provincias que menos fondos reparte entre las corporaciones municipales y eso hay que empezar a remediarlo. Pero también es cierto que la torta que representa la coparticipación federal de impuestos cada vez se achica más por la sencilla razón de que cada vez son más los comensales.

Para que se entienda: Chubut recibe de coparticipación federal de parte de Nación lo mismo que hace 30 años, cuando la provincia tenía la mitad de habitantes que tiene hoy.

Las propuestas

El intendente de Comodoro Rivadavia, Néstor Di Pierro, fue uno de los que más levantó la voz para exigir cambios en el reparto y lidera uno de los cuatro proyectos que anda dando vueltas en la Legislatura sobre la coparticipación.

La propuesta alternativa de Comodoro Rivadavia, a la que adhieren todos los municipios de la zona sur, consiste en aumentar medio punto más al punto extra que propone el Gobierno provincial en su proyecto: concretamente, prevé elevar los actuales 10 puntos que Provincia coparticipa a 11,5% y con una categorización de los municipios dividida en dos, de acuerdo a la cantidad de población.

Otra propuesta es la de Trelew, que si bien a través de su intendente, Máximo Pérez Catán, ya dijo que coinciden con el plan presentado por Di Pierro, igualmente avanzarán con ideas propias: entre otras cosas, que las ciudades alcancen un aumento gradual de ingresos que les permita llegar a 2,5% más desde ahora y hasta el 2016.

Pérez Catán propone, además, una alternativa que significaría agregar un punto en el 2014, “fundamentalmente para arreglar el problema de los municipios que no están siendo contemplados e ir agregando de a medio punto o un punto antes del 2015 y otro punto en el 2016, pero nos dijeron que no”, sentenció.

El trelewense acusa a Buzzi de estar “empacado” al decir que solamente tiene un punto disponible de su presupuesto para resolver el tema. Un punto disponible son algo así como 37 millones de pesos por año y los intendentes dicen que eso no les alcanza para nada.

Pérez Catán jura y perjura que la Provincia va a repartir esos 37 millones de pesos entre nueve municipios y a Trelew no le va a tocar nada.

Hay un cuarto proyecto, que en realidad fue el primero que se expuso en la Legislatura y el bloque de Chubut Somos Todos lo retiró hasta que el Gobierno mande el suyo.

Ideado por el jefe de la bancada dasnevista, Jerónimo García, el proyecto de ley propone incrementar en un 3% los recursos a los municipios.

La iniciativa de García no es nueva: fue presentada por primera vez en 2012 y el año pasado nuevamente pero nunca obtuvo tratamiento en las comisiones legislativas que son controladas por los legisladores del Frente para la Victoria.

Buzzi mirá para arriba

En medio de la discusión por el reparto local, el gobernador Martín Buzzi abrió la puerta a un debate que no invalida la discusión con los municipios sino que la pone como punto de partida para ir a reclamar a Nación lo que le corresponde a la Provincia.

Para Buzzi, el problema de origen es que la coparticipación nacional no se discute desde el año 1984: “Hoy duplicamos sobradamente la población de aquellos años y, por supuesto, cada uno de los municipios quiere una proporción mayor, pero también lo que es cierto es que la inequidad viene desde el Estado Nacional hacia el propio Estado Provincial”, enfatizó.

Los recursos nacionales en las cuentas del Estado chubutense no representan más que el 26%. “Todo el resto de los recursos son esencialmente propios, donde la recaudación del Estado está en el primer lugar”, asegura Buzzi.

Esto explicaría que Chubut tenga la misma cantidad de habitantes que San Juan, por ejemplo, y esa provincia recibe tres veces más coparticipación nacional de impuestos.

Cerca de un año electoral parecería una utopía, pero los líderes de las principales fuerzas políticas de Chubut deberían animarse a dar juntos un debate contra Nación. Bajando algunas banderas y mezquindades propias se podría comenzar a sentar las bases para que en los próximos años se modifique una distribución inequitativa de la que Chubut es una de las principales perjudicadas.

Todo es historia

Sólo los memoriosos recuerdan que hubo una fecha clave en la que Chubut comenzó a resignar derechos (y mucho dinero, por cierto) que nunca más se recuperaron: el 8 de junio de 1984, los ministros de Economía, Hacienda y Finanzas de todas las provincias argentinas (veintidós en aquel momento, ya que no existían como tales Tierra del Fuego y la Ciudad de Buenos Aires) firmaron un acuerdo fiscal en la sede del Consejo Federal de inversiones.

En aquella mesa se sentó Cristian Asencio, un joven geólogo cordobés que había sido designado por el entonces gobernador Atilio Viglione como ministro de Economía.

Asencio, recordado por su brillantez y simpatía, también debería ser recordado por haber convencido a Viglione de firmar un pacto que le hizo perder a Chubut miles de millones de pesos a lo largo de tres décadas en concepto de coparticipación federal de impuestos.

Dicen que el cordobés le aseguró al recordado gobernador radical que la resignación de ingresos por coparticipación se compensarían con millones de pesos que llegarían desde Nación para hacer obras. Eso, obviamente, nunca ocurrió.

De las 22 provincias, sólo Chubut y la Provincia de Buenos Aires resignaron porcentajes de su coparticipación. Algunos años después, a Buenos Aires la “indemnizaron” otorgándole un millonario Fondo del Conurbano Bonaerense que compensó todas aquellas pérdidas. Chubut, en cambio, sigue esperando.

El acuerdo de ministros provinciales con Nación terminó de plasmarse en la Ley N° 23.548, aprobada por el Congreso de la Nación en 1988 (sin ningún tipo de oposición de los entonces legisladores provinciales por Chubut), lo que significó el certificado de defunción de los derechos que había comenzado a ceder Chubut.

Extrañamente, Asencio se fue de la provincia poco después de firmar aquel pacto de 1984 y terminó siendo secretario de Finanzas de Eduardo Angeloz, lo que incluyó un paso por la cárcel, acusado de malversar fondos del Banco de Córdoba.

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27 SEP 2014 - 21:37

La saludable discusión que se ha desatado en los últimos meses en Chubut para determinar cómo se reparten los ingresos del Estado provincial entre los municipios no debería ser el árbol que tape el bosque.

Claro que este debate no unió a los municipios contra el poder central desde el amor sino el espanto que causó la crisis económica y política de la Municipalidad de Puerto Madryn, que alertó al resto de los municipios sobre lo que les podría pasar si las cuentas no se ordenan y la época de vacas flacas llega para quedarse.

Sin embargo, la legitimidad del reclamo de los intendentes al Gobierno provincial no debería hacerles perder de vista que tan importante como consensuar un nuevo esquema de reparto local de la renta sería armar una estrategia global para recuperar de a poco lo que Chubut resignó hace tres décadas en los despachos nacionales.

Es verdad que Chubut es uno de las provincias que menos fondos reparte entre las corporaciones municipales y eso hay que empezar a remediarlo. Pero también es cierto que la torta que representa la coparticipación federal de impuestos cada vez se achica más por la sencilla razón de que cada vez son más los comensales.

Para que se entienda: Chubut recibe de coparticipación federal de parte de Nación lo mismo que hace 30 años, cuando la provincia tenía la mitad de habitantes que tiene hoy.

Las propuestas

El intendente de Comodoro Rivadavia, Néstor Di Pierro, fue uno de los que más levantó la voz para exigir cambios en el reparto y lidera uno de los cuatro proyectos que anda dando vueltas en la Legislatura sobre la coparticipación.

La propuesta alternativa de Comodoro Rivadavia, a la que adhieren todos los municipios de la zona sur, consiste en aumentar medio punto más al punto extra que propone el Gobierno provincial en su proyecto: concretamente, prevé elevar los actuales 10 puntos que Provincia coparticipa a 11,5% y con una categorización de los municipios dividida en dos, de acuerdo a la cantidad de población.

Otra propuesta es la de Trelew, que si bien a través de su intendente, Máximo Pérez Catán, ya dijo que coinciden con el plan presentado por Di Pierro, igualmente avanzarán con ideas propias: entre otras cosas, que las ciudades alcancen un aumento gradual de ingresos que les permita llegar a 2,5% más desde ahora y hasta el 2016.

Pérez Catán propone, además, una alternativa que significaría agregar un punto en el 2014, “fundamentalmente para arreglar el problema de los municipios que no están siendo contemplados e ir agregando de a medio punto o un punto antes del 2015 y otro punto en el 2016, pero nos dijeron que no”, sentenció.

El trelewense acusa a Buzzi de estar “empacado” al decir que solamente tiene un punto disponible de su presupuesto para resolver el tema. Un punto disponible son algo así como 37 millones de pesos por año y los intendentes dicen que eso no les alcanza para nada.

Pérez Catán jura y perjura que la Provincia va a repartir esos 37 millones de pesos entre nueve municipios y a Trelew no le va a tocar nada.

Hay un cuarto proyecto, que en realidad fue el primero que se expuso en la Legislatura y el bloque de Chubut Somos Todos lo retiró hasta que el Gobierno mande el suyo.

Ideado por el jefe de la bancada dasnevista, Jerónimo García, el proyecto de ley propone incrementar en un 3% los recursos a los municipios.

La iniciativa de García no es nueva: fue presentada por primera vez en 2012 y el año pasado nuevamente pero nunca obtuvo tratamiento en las comisiones legislativas que son controladas por los legisladores del Frente para la Victoria.

Buzzi mirá para arriba

En medio de la discusión por el reparto local, el gobernador Martín Buzzi abrió la puerta a un debate que no invalida la discusión con los municipios sino que la pone como punto de partida para ir a reclamar a Nación lo que le corresponde a la Provincia.

Para Buzzi, el problema de origen es que la coparticipación nacional no se discute desde el año 1984: “Hoy duplicamos sobradamente la población de aquellos años y, por supuesto, cada uno de los municipios quiere una proporción mayor, pero también lo que es cierto es que la inequidad viene desde el Estado Nacional hacia el propio Estado Provincial”, enfatizó.

Los recursos nacionales en las cuentas del Estado chubutense no representan más que el 26%. “Todo el resto de los recursos son esencialmente propios, donde la recaudación del Estado está en el primer lugar”, asegura Buzzi.

Esto explicaría que Chubut tenga la misma cantidad de habitantes que San Juan, por ejemplo, y esa provincia recibe tres veces más coparticipación nacional de impuestos.

Cerca de un año electoral parecería una utopía, pero los líderes de las principales fuerzas políticas de Chubut deberían animarse a dar juntos un debate contra Nación. Bajando algunas banderas y mezquindades propias se podría comenzar a sentar las bases para que en los próximos años se modifique una distribución inequitativa de la que Chubut es una de las principales perjudicadas.

Todo es historia

Sólo los memoriosos recuerdan que hubo una fecha clave en la que Chubut comenzó a resignar derechos (y mucho dinero, por cierto) que nunca más se recuperaron: el 8 de junio de 1984, los ministros de Economía, Hacienda y Finanzas de todas las provincias argentinas (veintidós en aquel momento, ya que no existían como tales Tierra del Fuego y la Ciudad de Buenos Aires) firmaron un acuerdo fiscal en la sede del Consejo Federal de inversiones.

En aquella mesa se sentó Cristian Asencio, un joven geólogo cordobés que había sido designado por el entonces gobernador Atilio Viglione como ministro de Economía.

Asencio, recordado por su brillantez y simpatía, también debería ser recordado por haber convencido a Viglione de firmar un pacto que le hizo perder a Chubut miles de millones de pesos a lo largo de tres décadas en concepto de coparticipación federal de impuestos.

Dicen que el cordobés le aseguró al recordado gobernador radical que la resignación de ingresos por coparticipación se compensarían con millones de pesos que llegarían desde Nación para hacer obras. Eso, obviamente, nunca ocurrió.

De las 22 provincias, sólo Chubut y la Provincia de Buenos Aires resignaron porcentajes de su coparticipación. Algunos años después, a Buenos Aires la “indemnizaron” otorgándole un millonario Fondo del Conurbano Bonaerense que compensó todas aquellas pérdidas. Chubut, en cambio, sigue esperando.

El acuerdo de ministros provinciales con Nación terminó de plasmarse en la Ley N° 23.548, aprobada por el Congreso de la Nación en 1988 (sin ningún tipo de oposición de los entonces legisladores provinciales por Chubut), lo que significó el certificado de defunción de los derechos que había comenzado a ceder Chubut.

Extrañamente, Asencio se fue de la provincia poco después de firmar aquel pacto de 1984 y terminó siendo secretario de Finanzas de Eduardo Angeloz, lo que incluyó un paso por la cárcel, acusado de malversar fondos del Banco de Córdoba.


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