Con los remos y a pulmón

Se llama Moira Porman y es de Rawson. Se cortó el pelo y lo vendió para poder competir. Además, trabaja con su padre en un criadero de chanchos. Ganó 6 medallas.

24 OCT 2014 - 22:43 | Actualizado

Por Carlos Guajardo

En el ambiente del deporte, todos conocen los logros de Moira Ayelén Porman. Pero tal vez, pocos sepan de sus sacrificios. Los que hizo para poder competir, pese a las enormes condiciones que, con el tiempo, pueden convertirla en una atleta olímpica. En abril de este año, Moira participó del campeonato sudamericano de kayaks realizado en Canelones, Uruguay. Trajo nada menos que 6 medallas de oro. Fue una de las que más preseas conquistó en la delegación argentina. Pero no muchos saben de sus sacrificios para poder viajar, pese al apoyo de Chubut Deportes, a cargo de Ricardo Fueyo. Para completar sus gastos, Moira se hizo cortar el cabello y lo vendió. Le dieron 1.500 pesos por el pelo que a los 16 años conservaba desde que nació.

“Fue un momento terrible. Mi cuñada me convenció que lo haga pero yo sabía que me desprendía de algo que formaba parte de mí. Igual no me arrepiento. Yo se que para alcanzar logros hay que hacer sacrificios. Y este fue uno de ellos”, le dijo a Jornada. Moira representa actualmente al Club Bigornia de Rawson. Sus logros deportivos fueron profusamente difundidos por los medios locales, aunque no lo que tuvo que pasar para lograrlos.

Además de vender su cabello, Moira trabaja en el criadero de chanchos de su padre. Hace de “partera” cuando un cerdo va a nacer, ayuda a carnear, realiza trabajos de apicultura y hasta junta cartones para después venderlos. También organiza rifas como ahora para comprarse una pala (remo) liviana que le permita competir con mayores posibilidades. Aunque tal vez, Moira tenga el ángel de los elegidos. Compite desde los 11 años y ya ganó 60 medallas. La mayoría de oro. No es poco para una chica que con sacrificio busca cumplir sus sueños.

“Me inicié en el club Regatas de Rawson. Pero allí me pasaron cosas que no me gustaron. Por ejemplo, me robaron algunas cosas. Entonces me fui y comencé a entrenar sola. Hasta que surgió la posibilidad de irme a Conesa, en Río Negro”, le contó a Jornada.

Con el tiempo, comenzó a ganar competencias. Las becas en Río Negro eran muy bajas. Apenas de 300 pesos. Pidió que la ayuden en Chubut, pero no podían hacerlo si estaba en otra provincia. Ricardo Fueyo, titular de Chubut Deportes, vio en ella a una atleta en potencia. Bigornia la repatrió y comenzó a recibir apoyo provincial. De Nación nada. Incluso, le mandaron muchas notas a Aldo Marconetto, que se desempeña en el ministerio de Acción Social de Nación pero nunca recibieron respuesta.

“Cuando fuimos a Canelones, la provincia me pagó el pasaje. Pero hacía falta dinero para otras cosas. Por ejemplo la ropa que para el canotaje es muy cara. Y también para vivir el día a día en otro país. Entonces es que decidí cortarme el pelo y venderlo. Me dieron unos 1.500 pesos. Y aunque no fue mucha plata, me ayudó”, contó Moira.

Está muy agradecida de su padre Héctor “Pato” Porman. Es un ex empleado municipal muy conocido en Rawson, residente en uno de sus barrios más emblemáticos: el San Ramón. Ahora está jubilado por problemas de salud, pero siempre la acompañó a todos lados.

“Quiero cumplir el sueño de mi papá. Competir en un mundial y llegar a una olimpíada. Pero se que eso se logra con sacrificio. Por eso entreno fuerte y trato de superarme. Pero no descuido mis estudios”, dijo Moira. La chica va a la Escuela 729 donde cursa el cuarto año. Tiene cinco hermanos y su mamá Elena es su permanente consejera.

“Tengo muchas cosas que agradecer. Incluso a mis rivales que me tratan bien y me apoyan. No es fácil competir en un deporte como este, se necesita mucho apoyo. Pero eso lo sabemos y por eso tratamos de pelearla de la manera que sea”.

Moira representa al Bigornia Club, tras su paso por Río Negro. La presidenta de la entidad, María Rosa Evans le da un permanente apoyo. Y su profesora Cristina Campos es su guía, al igual que con todo el equipo que todos los días entrena en el club de la capital provincial.

Para Campos, la chica es “muy buena fondista, pero le falta trabajar un poco más en distancias cortas”. En Uruguay ganó en las categorías K1,K2 y K4 en diferentes distancias. Desde que comenzó a competir lleva ganadas ya más de 60 medallas, la mayoría de oro.

Pero todo lo hizo con sacrificio. Empezaron a fijarse en Moira cuando vieron sus condiciones, al igual que pasa con muchos atletas de deportes no tan populares. Moira tiene claros sus objetivos. A pesar de sus 16 jóvenes años, habla como una adulta. “Nada se logra sin sacrificio. Por eso, estudio, entreno y trabajo”. No es de salir mucho. Sólo algunas caminatas por Playa Unión con algunas amigas. Aunque puede decirse que recién empieza, la carrera de Moira necesita de ayuda. Para los que saben de este deporte, es una “elegida”. Pero no llegará muy lejos sin apoyo, pese a sus condiciones. De todas maneras, ella no se rinde. Y termina la nota de una manera que la describe: “Miren, el pelo ya me creció un poco. Si me hace falta plata para competir, en cualquier momento le pego otro tijeretezo”.

Todo dicho.

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24 OCT 2014 - 22:43

Por Carlos Guajardo

En el ambiente del deporte, todos conocen los logros de Moira Ayelén Porman. Pero tal vez, pocos sepan de sus sacrificios. Los que hizo para poder competir, pese a las enormes condiciones que, con el tiempo, pueden convertirla en una atleta olímpica. En abril de este año, Moira participó del campeonato sudamericano de kayaks realizado en Canelones, Uruguay. Trajo nada menos que 6 medallas de oro. Fue una de las que más preseas conquistó en la delegación argentina. Pero no muchos saben de sus sacrificios para poder viajar, pese al apoyo de Chubut Deportes, a cargo de Ricardo Fueyo. Para completar sus gastos, Moira se hizo cortar el cabello y lo vendió. Le dieron 1.500 pesos por el pelo que a los 16 años conservaba desde que nació.

“Fue un momento terrible. Mi cuñada me convenció que lo haga pero yo sabía que me desprendía de algo que formaba parte de mí. Igual no me arrepiento. Yo se que para alcanzar logros hay que hacer sacrificios. Y este fue uno de ellos”, le dijo a Jornada. Moira representa actualmente al Club Bigornia de Rawson. Sus logros deportivos fueron profusamente difundidos por los medios locales, aunque no lo que tuvo que pasar para lograrlos.

Además de vender su cabello, Moira trabaja en el criadero de chanchos de su padre. Hace de “partera” cuando un cerdo va a nacer, ayuda a carnear, realiza trabajos de apicultura y hasta junta cartones para después venderlos. También organiza rifas como ahora para comprarse una pala (remo) liviana que le permita competir con mayores posibilidades. Aunque tal vez, Moira tenga el ángel de los elegidos. Compite desde los 11 años y ya ganó 60 medallas. La mayoría de oro. No es poco para una chica que con sacrificio busca cumplir sus sueños.

“Me inicié en el club Regatas de Rawson. Pero allí me pasaron cosas que no me gustaron. Por ejemplo, me robaron algunas cosas. Entonces me fui y comencé a entrenar sola. Hasta que surgió la posibilidad de irme a Conesa, en Río Negro”, le contó a Jornada.

Con el tiempo, comenzó a ganar competencias. Las becas en Río Negro eran muy bajas. Apenas de 300 pesos. Pidió que la ayuden en Chubut, pero no podían hacerlo si estaba en otra provincia. Ricardo Fueyo, titular de Chubut Deportes, vio en ella a una atleta en potencia. Bigornia la repatrió y comenzó a recibir apoyo provincial. De Nación nada. Incluso, le mandaron muchas notas a Aldo Marconetto, que se desempeña en el ministerio de Acción Social de Nación pero nunca recibieron respuesta.

“Cuando fuimos a Canelones, la provincia me pagó el pasaje. Pero hacía falta dinero para otras cosas. Por ejemplo la ropa que para el canotaje es muy cara. Y también para vivir el día a día en otro país. Entonces es que decidí cortarme el pelo y venderlo. Me dieron unos 1.500 pesos. Y aunque no fue mucha plata, me ayudó”, contó Moira.

Está muy agradecida de su padre Héctor “Pato” Porman. Es un ex empleado municipal muy conocido en Rawson, residente en uno de sus barrios más emblemáticos: el San Ramón. Ahora está jubilado por problemas de salud, pero siempre la acompañó a todos lados.

“Quiero cumplir el sueño de mi papá. Competir en un mundial y llegar a una olimpíada. Pero se que eso se logra con sacrificio. Por eso entreno fuerte y trato de superarme. Pero no descuido mis estudios”, dijo Moira. La chica va a la Escuela 729 donde cursa el cuarto año. Tiene cinco hermanos y su mamá Elena es su permanente consejera.

“Tengo muchas cosas que agradecer. Incluso a mis rivales que me tratan bien y me apoyan. No es fácil competir en un deporte como este, se necesita mucho apoyo. Pero eso lo sabemos y por eso tratamos de pelearla de la manera que sea”.

Moira representa al Bigornia Club, tras su paso por Río Negro. La presidenta de la entidad, María Rosa Evans le da un permanente apoyo. Y su profesora Cristina Campos es su guía, al igual que con todo el equipo que todos los días entrena en el club de la capital provincial.

Para Campos, la chica es “muy buena fondista, pero le falta trabajar un poco más en distancias cortas”. En Uruguay ganó en las categorías K1,K2 y K4 en diferentes distancias. Desde que comenzó a competir lleva ganadas ya más de 60 medallas, la mayoría de oro.

Pero todo lo hizo con sacrificio. Empezaron a fijarse en Moira cuando vieron sus condiciones, al igual que pasa con muchos atletas de deportes no tan populares. Moira tiene claros sus objetivos. A pesar de sus 16 jóvenes años, habla como una adulta. “Nada se logra sin sacrificio. Por eso, estudio, entreno y trabajo”. No es de salir mucho. Sólo algunas caminatas por Playa Unión con algunas amigas. Aunque puede decirse que recién empieza, la carrera de Moira necesita de ayuda. Para los que saben de este deporte, es una “elegida”. Pero no llegará muy lejos sin apoyo, pese a sus condiciones. De todas maneras, ella no se rinde. Y termina la nota de una manera que la describe: “Miren, el pelo ya me creció un poco. Si me hace falta plata para competir, en cualquier momento le pego otro tijeretezo”.

Todo dicho.


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