Desde hace una semana, los 11 despedidos de Fipasa en Dolavon están apostados en el ingreso a la empresa impidiendo el traslado de mercadería. Hasta el momento ni los directivos ni la Secretaría de Trabajo de provincia tomaron contacto con los manifestantes. La firma le adeuda cerca de 200 mil pesos a cada trabajador, como indemnización por los despidos.
Desde hace una semana continúan con la medida de fuerza en reclamo por la indemnización correspondiente a sus despidos.
El piquete se viene desarrollando de forma pacífica frente al ingreso principal a la empresa. Allí improvisaron una suerte de casilla, hecha con chapas, donde pasan día y noche a la espera de que se destrabe el conflicto. Los trabajadores armaron este búnker desde el cual defienden su postura y exigen una respuesta a sus demandas.
Ausencias
Desde la Asociación Obrera Textil, su secretario adjunto, Sergio Cárdenas, dijo que la situación empeora con los días porque no hay ningún tipo de contacto ni con los principales responsables, ni con el organismo mediador del Gobierno. “Todos brillan por su ausencia”, se quejó, al tiempo que redobló la apuesta tras reafirmar la medida de fuerza en defensa de los intereses de los trabajadores de Fipasa: “Estamos firmes en la voluntad y continuaremos con el reclamo pacífico que estamos realizando”, precisó el sindicalista.
En cuanto al desenlace de este conflicto, Cárdenas indicó que el panorama es incierto, aunque los damnificados están con buen ánimo para continuar con la lucha. En relación al estado del conflicto, el gremialista puntualizó: “Es un fraude laboral escandaloso que se debe solucionar cuanto antes, se trata de un hecho que conmociona a toda la sociedad de Dolavon. La AOT está abierta al diálogo pero hasta el momento nadie se ha contactado con nosotros”.
Sensación encontrada
El reclamo que mantienen los trabajadores de Fipasa se da no sólo en el Día del Obrero Textil sino también en una jornada muy importante para el gremio. Es que ayer se entregaron 32 viviendas para los afiliados del sindicato, en un acto en Mármol N°1.039, del barrio Guayra.
En cuanto a la presencia de los dirigentes de la AOT en el acto de adjudicación, Cárdenas indicó: “No asistí a la entrega porque me solidaricé y conservé mi apoyo a los trabajadores que mantienen la medida en Fipasa. En representación del gremio concurrió José Arenas”.
En relación a la adjudicación de viviendas, el gremialista se mostró, por un lado, muy contento por las familias que ya tienen su techo propio y, por otro lado, con un severo malestar por la delicada situación de los 11 trabajadores.
“Tenemos un montón de emociones encontradas, contentos pero muy preocupados a la vez”, sintetizó Cárdenas.
Desde hace una semana, los 11 despedidos de Fipasa en Dolavon están apostados en el ingreso a la empresa impidiendo el traslado de mercadería. Hasta el momento ni los directivos ni la Secretaría de Trabajo de provincia tomaron contacto con los manifestantes. La firma le adeuda cerca de 200 mil pesos a cada trabajador, como indemnización por los despidos.
Desde hace una semana continúan con la medida de fuerza en reclamo por la indemnización correspondiente a sus despidos.
El piquete se viene desarrollando de forma pacífica frente al ingreso principal a la empresa. Allí improvisaron una suerte de casilla, hecha con chapas, donde pasan día y noche a la espera de que se destrabe el conflicto. Los trabajadores armaron este búnker desde el cual defienden su postura y exigen una respuesta a sus demandas.
Ausencias
Desde la Asociación Obrera Textil, su secretario adjunto, Sergio Cárdenas, dijo que la situación empeora con los días porque no hay ningún tipo de contacto ni con los principales responsables, ni con el organismo mediador del Gobierno. “Todos brillan por su ausencia”, se quejó, al tiempo que redobló la apuesta tras reafirmar la medida de fuerza en defensa de los intereses de los trabajadores de Fipasa: “Estamos firmes en la voluntad y continuaremos con el reclamo pacífico que estamos realizando”, precisó el sindicalista.
En cuanto al desenlace de este conflicto, Cárdenas indicó que el panorama es incierto, aunque los damnificados están con buen ánimo para continuar con la lucha. En relación al estado del conflicto, el gremialista puntualizó: “Es un fraude laboral escandaloso que se debe solucionar cuanto antes, se trata de un hecho que conmociona a toda la sociedad de Dolavon. La AOT está abierta al diálogo pero hasta el momento nadie se ha contactado con nosotros”.
Sensación encontrada
El reclamo que mantienen los trabajadores de Fipasa se da no sólo en el Día del Obrero Textil sino también en una jornada muy importante para el gremio. Es que ayer se entregaron 32 viviendas para los afiliados del sindicato, en un acto en Mármol N°1.039, del barrio Guayra.
En cuanto a la presencia de los dirigentes de la AOT en el acto de adjudicación, Cárdenas indicó: “No asistí a la entrega porque me solidaricé y conservé mi apoyo a los trabajadores que mantienen la medida en Fipasa. En representación del gremio concurrió José Arenas”.
En relación a la adjudicación de viviendas, el gremialista se mostró, por un lado, muy contento por las familias que ya tienen su techo propio y, por otro lado, con un severo malestar por la delicada situación de los 11 trabajadores.
“Tenemos un montón de emociones encontradas, contentos pero muy preocupados a la vez”, sintetizó Cárdenas.