El cambio climático y los estragos en Patagonia

En los próximos 100 años podrían desaparecer los hielos continentales además de aumentar las sequías y la ausencia de lluvias. Científicos creen que resulta imposible alcanzar los niveles de temperatura que requiere el planeta para no sufrir el calentamiento global.

06 DIC 2014 - 20:55 | Actualizado

La reducción de lluvias, el aumento de sequía y la desaparición de los glaciares andinos serán el saldo del calentamiento global para la región Patagónica en los próximos 100 años. Así lo indica un informe del Banco Mundial conocido esta semana, que pone énfasis también en el crecida global de lluvias torrenciales, la merma de exportaciones agrícolas y el aumento de hasta un metro en el nivel de los mares.

El trabajo, que el Banco Mundial llevó adelante a través de científicos del Postdam Institute for Climate Impact Research y Climate Analytics, se desarrolló bajo la consigna de analizar los posibles impactos del calentamiento actual (0,8 °C) y las proyecciones de 2 °C y 4 °C en producción agrícola, recursos hídricos, centros urbanos y ecosistemas de América Latina y el Caribe, Oriente Medio y Norte de África y partes de Europa y Asia central.

Según este informe, en las regiones estudiadas –Patagonia, entre ellas- el cambio climático ya afecta directamente a los habitantes: las temperaturas que superan los registros históricos son cada vez más frecuentas, las zonas como la nuestra, propensas a sequía, se está volviendo cada vez más secas y las lluvias son cada vez más escasas.

Las pruebas de que el sistema atmosférico de la Tierra sufrirá un calentamiento cercano a los 1,5 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales aumentan día a día, lo que se debe a las emisiones pasadas y previstas de gases de efecto invernadero. Los especialistas creen que los impactos del cambio climático, como las olas de calor, ya resultan inevitables.

En ese marco, las consecuencias para el desarrollo son graves, ya que se reducirían las cosechas, cambiaría la disponibilidad de recursos hídricos, las enfermedades alcanzarían nuevas proporciones y subiría el nivel del mar.

Hielos continentales

Un efecto preocupante del calentamiento global es el impacto sobre los hielos continentales. El cambio climático ya afecta, y afectará aun más, a los recursos hídricos de los Andes –que cruzan la Patagonia de norte a sur- en sus diferentes cuencas y especialmente en los glaciares.

El aumento del derretimiento de los hielos continentales puede subir la disponibilidad del agua en las próximas décadas, pero la reducirá posteriormente. Tanto este derretimiento como las acumulaciones de nieve afectan la cantidad y la temporada de los caudales de agua.

Estos cambios son una amenaza para el suministro de agua para uso hidroeléctrico, agrícola y hogareño. Esto es particularmente relevante en la Patagonia Sur, por ejemplo, en donde los núcleos poblacionales de mayor magnitud se concentran en la zona cordillerana o en regiones áridas en las tierras bajas, costeras, donde las fuentes de agua alternativa no son abundantes.

Además, la combinación energética regional depende en gran medida de la energía hidroeléctrica; los riesgos más altos de cortes de energía pueden repercutir sobre el bienestar además de ocasionar inconvenientes a nivel industrial. Y toda la agricultura y el ganado dependen, también, del recurso hídrico.

Estas situaciones, considera el informe del Banco Mundial, podrían empeorar la actual tendencia hacia la urbanización y ocasionar una mayor migración de las zonas rurales amplificando los riesgos que implica el aumento de la pobreza.

Además de estos cambios más graduales, los fenómenos hidrológicos extremos (como la intensificación del fenómeno del Niño, precipitaciones extremas, caudales altos e inundaciones relacionadas con las crecidas de los lagos creados por los glaciares) aumenta el riesgo de desastres naturales, erosión y desprendimientos de tierras.

Mientras que estas anomalías generalmente pueden disminuir el Producto Bruto Interno del país, el impacto en las diferentes capas de la población no es igual: los pobres de las zonas urbanas que viven sobre pendientes pronunciadas típicamente corren el mayor riesgo.

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06 DIC 2014 - 20:55

La reducción de lluvias, el aumento de sequía y la desaparición de los glaciares andinos serán el saldo del calentamiento global para la región Patagónica en los próximos 100 años. Así lo indica un informe del Banco Mundial conocido esta semana, que pone énfasis también en el crecida global de lluvias torrenciales, la merma de exportaciones agrícolas y el aumento de hasta un metro en el nivel de los mares.

El trabajo, que el Banco Mundial llevó adelante a través de científicos del Postdam Institute for Climate Impact Research y Climate Analytics, se desarrolló bajo la consigna de analizar los posibles impactos del calentamiento actual (0,8 °C) y las proyecciones de 2 °C y 4 °C en producción agrícola, recursos hídricos, centros urbanos y ecosistemas de América Latina y el Caribe, Oriente Medio y Norte de África y partes de Europa y Asia central.

Según este informe, en las regiones estudiadas –Patagonia, entre ellas- el cambio climático ya afecta directamente a los habitantes: las temperaturas que superan los registros históricos son cada vez más frecuentas, las zonas como la nuestra, propensas a sequía, se está volviendo cada vez más secas y las lluvias son cada vez más escasas.

Las pruebas de que el sistema atmosférico de la Tierra sufrirá un calentamiento cercano a los 1,5 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales aumentan día a día, lo que se debe a las emisiones pasadas y previstas de gases de efecto invernadero. Los especialistas creen que los impactos del cambio climático, como las olas de calor, ya resultan inevitables.

En ese marco, las consecuencias para el desarrollo son graves, ya que se reducirían las cosechas, cambiaría la disponibilidad de recursos hídricos, las enfermedades alcanzarían nuevas proporciones y subiría el nivel del mar.

Hielos continentales

Un efecto preocupante del calentamiento global es el impacto sobre los hielos continentales. El cambio climático ya afecta, y afectará aun más, a los recursos hídricos de los Andes –que cruzan la Patagonia de norte a sur- en sus diferentes cuencas y especialmente en los glaciares.

El aumento del derretimiento de los hielos continentales puede subir la disponibilidad del agua en las próximas décadas, pero la reducirá posteriormente. Tanto este derretimiento como las acumulaciones de nieve afectan la cantidad y la temporada de los caudales de agua.

Estos cambios son una amenaza para el suministro de agua para uso hidroeléctrico, agrícola y hogareño. Esto es particularmente relevante en la Patagonia Sur, por ejemplo, en donde los núcleos poblacionales de mayor magnitud se concentran en la zona cordillerana o en regiones áridas en las tierras bajas, costeras, donde las fuentes de agua alternativa no son abundantes.

Además, la combinación energética regional depende en gran medida de la energía hidroeléctrica; los riesgos más altos de cortes de energía pueden repercutir sobre el bienestar además de ocasionar inconvenientes a nivel industrial. Y toda la agricultura y el ganado dependen, también, del recurso hídrico.

Estas situaciones, considera el informe del Banco Mundial, podrían empeorar la actual tendencia hacia la urbanización y ocasionar una mayor migración de las zonas rurales amplificando los riesgos que implica el aumento de la pobreza.

Además de estos cambios más graduales, los fenómenos hidrológicos extremos (como la intensificación del fenómeno del Niño, precipitaciones extremas, caudales altos e inundaciones relacionadas con las crecidas de los lagos creados por los glaciares) aumenta el riesgo de desastres naturales, erosión y desprendimientos de tierras.

Mientras que estas anomalías generalmente pueden disminuir el Producto Bruto Interno del país, el impacto en las diferentes capas de la población no es igual: los pobres de las zonas urbanas que viven sobre pendientes pronunciadas típicamente corren el mayor riesgo.


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