Reinicia el juicio al ex dictador guatemalteco Ríos Montt

El histórico juicio contra el ex dictador guatemalteco Efraín Ríos Montt por la matanza de 1.771 indígenas debe reanudarse mañana, aunque persisten dudas acerca del desarrollo real que puede tener la jornada a partir de los problemas de salud que alega sufrir el ex militar y las maniobras de sus abogados.

04 ENE 2015 - 14:48 | Actualizado

Fue el Tribunal Primero B de Mayor Riesgo el que fijó para mañana el inicio del nuevo proceso, aunque tras la apertura de la audiencia deberá informarse y tomar una decisión sobre la certificación médica presentada por la defensa del ex jefe de Estado de facto que gobernó Guatemala entre 1982 y 1983.

Ríos Montt es juzgado por la muerte a manos de militares durante su breve mandato -en el que también fue jefe supremo de las Fuerzas Armadas- de 1.771 indígenas de la etnia maya Ixil, en las montañas del conflictivo departamento de Quiché, en el norte del país.

En mayo de 2013, fue condenado a 80 años de prisión por genocidio por el Tribunal Primero A de Mayor Riesgo, pero apenas 10 diez días después la Corte de Constitucionalidad (CC) anuló parte del juicio ante una acción de la defensa.

La medida permitió que el anciano militar regresara a su casa, donde cumple arresto domiciliario.

Si finalmente se reanuda el juicio por genocidio también será acusado el ex jefe de Inteligencia de Ríos Montt, el también general retirado José Mauricio Rodríguez Sánchez, absuelto en 2013, pero obligado a volver al banquillo ante la anulación de la sentencia primera.

"Es una decisión del tribunal establecer qué es lo que los médicos le han dicho, a través de la certificación" presentada, dijo uno de los abogados del equipo de defensa, Luis Rosales.

El abogado explicó que el militar retirado, de 88 años, es objeto de constante evaluación médica por dolores en la espalda provocados por hernias y problemas cardiovasculares, y advirtió que el proceso del 2013 se comprobó que las audiencias son muy largas, lo que impacta en la salud de "un hombre de su edad".

Aunque la Fiscalía no emitió comentarios respecto a las acciones de la defensa, el abogado Héctor Reyes, del Centro de Acción Legal para los Derechos Humanos (Caldh), querellante adhesivo en el proceso, calificó las maniobras de la defensa como una "muestra del litigio malicioso de la defensa".

"Que el tribunal decida y, si lo estima conveniente, que ordene un peritaje forense para evaluar a mi cliente", dijo otro abogado de Ríos Montt, Jaime Hernández, al diario El Periódico, que comparó en su edición de ayer las acciones de la defensa de Ríos Montt con las que realizó en 2005 la defensa del ex chileno Augusto Pinochet, que alegaba demencia senil del acusado.

Las vinculadas a la salud no son, sin embargo, las únicas acciones que pueden trabar el nuevo juicio, porque la defensa de Ríos Montt además recusó la semana pasada a la presidenta del Tribunal, Jeaneth Valdez.

Rosales explicó que la recusación se debe a que Valdez "adelantó criterio y opinión" sobre los hechos que le corresponde juzgar contra Ríos Montt en su tesis doctoral de Derecho Penal, en 2004.

Las jornadas previas a la reanudación del juicio coinciden con una intensa campaña de pintadas en Ciudad de Guatemala y las principales urbes del país en el que la imagen de Río Montt aparece acompañada de las leyendas "Sí hubo genocidio", "Para el que dio la orden de agonía pido castigo" y "Ríos de sangre". Algunos grupos llamaron a concentrase frente a la torre e los

tribunales en la mañana del lunes.

Ríos Montt llegó al poder con el golpe de Estado del 23 de marzo de 1982 y aplicó la que se dio en llamar política de "tierra arrasada" sobre las comunidades indígenas a las que consideró apoyo de la guerrilla que actuaba en el país.

En agosto de 1983 fue derrocado por su entonces ministro de Defensa, Óscar Mejía Víctores, y seis años más tarde fundó el derechista Frente Republicano Guatemalteco (FRG), que llegó a la presidencia en el 2000 con Alfonso Portillo, ahora preso.

Pese a que la Constitución guatemalteca prohíbe a los cabecillas de golpes de Estado aspirar a la presidencia, el ex militar compitió en las elecciones del 2003 y salió tercero.

Ríos Montt fue tres veces diputado -hasta el 2012- y ya desde el 2001 está formalmente acusado ante la justicia por el genocidio de los mayas ixiles, aunque la inmunidad parlamentaria impedía accionar en su contra.

Terminado su mandato, en enero del 2012, se reactivó el proceso en su contra y quedó bajo arresto domiciliario hasta el inicio del juicio. En el medio, la justicia rechazó un pedido para que su accionar quedara bajo el amparo de la Ley de Aministía de 1986, porque esa norma no puede aplicarse para casos de genocidio.

Un informe de 2013 de la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), titulado "Genocidio en Guatemala: Ríos Montt Culpable", revela que los peritajes de antropólogos, sociólogos, historiadores y otros investigadores probaron que el racismo fue un disparador en el genocidio, porque se consideraba a los indígenas como seres inferiores, al punto de cosificarlos y en efecto desaparecerlos.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU), en tanto, reveló que las dictaduras que se sucedieron en el país entre 1960 y 1996 causaron la muerte a más de 250.000 personas e incontables desapariciones.

04 ENE 2015 - 14:48

Fue el Tribunal Primero B de Mayor Riesgo el que fijó para mañana el inicio del nuevo proceso, aunque tras la apertura de la audiencia deberá informarse y tomar una decisión sobre la certificación médica presentada por la defensa del ex jefe de Estado de facto que gobernó Guatemala entre 1982 y 1983.

Ríos Montt es juzgado por la muerte a manos de militares durante su breve mandato -en el que también fue jefe supremo de las Fuerzas Armadas- de 1.771 indígenas de la etnia maya Ixil, en las montañas del conflictivo departamento de Quiché, en el norte del país.

En mayo de 2013, fue condenado a 80 años de prisión por genocidio por el Tribunal Primero A de Mayor Riesgo, pero apenas 10 diez días después la Corte de Constitucionalidad (CC) anuló parte del juicio ante una acción de la defensa.

La medida permitió que el anciano militar regresara a su casa, donde cumple arresto domiciliario.

Si finalmente se reanuda el juicio por genocidio también será acusado el ex jefe de Inteligencia de Ríos Montt, el también general retirado José Mauricio Rodríguez Sánchez, absuelto en 2013, pero obligado a volver al banquillo ante la anulación de la sentencia primera.

"Es una decisión del tribunal establecer qué es lo que los médicos le han dicho, a través de la certificación" presentada, dijo uno de los abogados del equipo de defensa, Luis Rosales.

El abogado explicó que el militar retirado, de 88 años, es objeto de constante evaluación médica por dolores en la espalda provocados por hernias y problemas cardiovasculares, y advirtió que el proceso del 2013 se comprobó que las audiencias son muy largas, lo que impacta en la salud de "un hombre de su edad".

Aunque la Fiscalía no emitió comentarios respecto a las acciones de la defensa, el abogado Héctor Reyes, del Centro de Acción Legal para los Derechos Humanos (Caldh), querellante adhesivo en el proceso, calificó las maniobras de la defensa como una "muestra del litigio malicioso de la defensa".

"Que el tribunal decida y, si lo estima conveniente, que ordene un peritaje forense para evaluar a mi cliente", dijo otro abogado de Ríos Montt, Jaime Hernández, al diario El Periódico, que comparó en su edición de ayer las acciones de la defensa de Ríos Montt con las que realizó en 2005 la defensa del ex chileno Augusto Pinochet, que alegaba demencia senil del acusado.

Las vinculadas a la salud no son, sin embargo, las únicas acciones que pueden trabar el nuevo juicio, porque la defensa de Ríos Montt además recusó la semana pasada a la presidenta del Tribunal, Jeaneth Valdez.

Rosales explicó que la recusación se debe a que Valdez "adelantó criterio y opinión" sobre los hechos que le corresponde juzgar contra Ríos Montt en su tesis doctoral de Derecho Penal, en 2004.

Las jornadas previas a la reanudación del juicio coinciden con una intensa campaña de pintadas en Ciudad de Guatemala y las principales urbes del país en el que la imagen de Río Montt aparece acompañada de las leyendas "Sí hubo genocidio", "Para el que dio la orden de agonía pido castigo" y "Ríos de sangre". Algunos grupos llamaron a concentrase frente a la torre e los

tribunales en la mañana del lunes.

Ríos Montt llegó al poder con el golpe de Estado del 23 de marzo de 1982 y aplicó la que se dio en llamar política de "tierra arrasada" sobre las comunidades indígenas a las que consideró apoyo de la guerrilla que actuaba en el país.

En agosto de 1983 fue derrocado por su entonces ministro de Defensa, Óscar Mejía Víctores, y seis años más tarde fundó el derechista Frente Republicano Guatemalteco (FRG), que llegó a la presidencia en el 2000 con Alfonso Portillo, ahora preso.

Pese a que la Constitución guatemalteca prohíbe a los cabecillas de golpes de Estado aspirar a la presidencia, el ex militar compitió en las elecciones del 2003 y salió tercero.

Ríos Montt fue tres veces diputado -hasta el 2012- y ya desde el 2001 está formalmente acusado ante la justicia por el genocidio de los mayas ixiles, aunque la inmunidad parlamentaria impedía accionar en su contra.

Terminado su mandato, en enero del 2012, se reactivó el proceso en su contra y quedó bajo arresto domiciliario hasta el inicio del juicio. En el medio, la justicia rechazó un pedido para que su accionar quedara bajo el amparo de la Ley de Aministía de 1986, porque esa norma no puede aplicarse para casos de genocidio.

Un informe de 2013 de la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), titulado "Genocidio en Guatemala: Ríos Montt Culpable", revela que los peritajes de antropólogos, sociólogos, historiadores y otros investigadores probaron que el racismo fue un disparador en el genocidio, porque se consideraba a los indígenas como seres inferiores, al punto de cosificarlos y en efecto desaparecerlos.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU), en tanto, reveló que las dictaduras que se sucedieron en el país entre 1960 y 1996 causaron la muerte a más de 250.000 personas e incontables desapariciones.


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