"Los trabajadores de Aluar no estamos seguros ni trabajamos tranquilos"

Lo dijo Federico Navarro, delegado de planta de la firma productora de aluminio. Criticó a la empresa por no hacer inversiones en las estructuras del sector de electrólisis. Opina que el accidente de Jorge Cayo se podría haber evitado y sostiene que sus compañeros tienen miedo porque hay muchos puntos de riesgo.

17 ENE 2015 - 21:28 | Actualizado

Federico Navarro es delegado de los trabajadores de Aluar en el sector de semielaborados. Conoce al dedillo lo que sucede en la planta de aluminio e intenta que la comunidad también sepa las situaciones por las que deben atravesar los trabajadores. “Muchos creen que acá se ganan grandes sueldos y que estamos laboralmente por encima del resto, pero no conocen lo que realmente pasa adentro, los peligros que tiene una actividad manual en una industria pesada y los riesgos a los que estamos sometidos diariamente los operarios de planta”, señaló el representante de los trabajadores.

Las graves lesiones sufridas por Jorge Cayo, la pasada semana, en el sector de electrólisis, pusieron en discusión nuevamente la eficacia de las medidas de seguridad que implementa Aluar, para preservar la integridad de sus empleados.

En declaraciones a FM Tiempo de Puerto Madryn (99.1), Navarro indicó que “fue un duro golpe para la comunidad y para la gente que trabaja acá diariamente, porque no fue un caso fortuito, un accidente se puede evitar, pero hay que hacer inversión para que estas cosas no sucedan”.

Falta de respuestas

El delegado reveló que “el sector de electrólisis tiene una antigüedad de más de 40 años, es un edificio viejo de 600 metros de largo que seguramente tiene sus vicios de construcción y también los vicios que se presentan con el correr de los años”. Agregó que “no hubiese ocurrido lo de Jorge si se hubiese hecho una revisión completa de las instalaciones del edificio, porque está claro que los compañeros y los delegados habíamos denunciado las condiciones en las que se encontraba este edificio”. También aseguró que “esta preocupación fue debidamente notificada, incluso los compañeros hicieron apertura de partes para que se arreglen las instalaciones, pero bueno, la empresa selecciona lo que hace y lo que no hace y no ha tenido presente la reparación de este sector”.

El caso Cayo

Navarro habló con dolor del evento que tuvo como protagonista a Jorge Cayo, el operario de 35 años que sufrió graves lesiones en el sector de electrólisis A B. “La loseta que se cayó, es una construcción de cemento que va adherida a una estructura, la adhesión a la estructura fue cediendo y al desprenderse, cayó de una altura de 5 metros”, subrayó. El delegado opina que “estos accidentes se pueden evitar, haciendo un relevamiento, haciendo inversión, acá se hicieron algunas modificaciones, parchando la estructura, pero no con un cambio integral de la misma”.

El representante de los trabajadores indicó que “esta loseta no es la única que estaba con problemas, esto se puede repetir en otros puntos en la nave de electrólisis, fíjense que con posterioridad al accidente se hizo una evaluación y se encontraron otros puntos que presentan riesgos de caída, las inspecciones se hicieron porque los compañeros tenían miedo de circular por el sector y se encontraron que otras losetas estaban en condición de caerse”.

Con respecto a la intranquilidad con la que trabajan los operarios de la planta, Navarro consignó que “ahora se prohibió el paso por arriba y por abajo en los puntos de riesgo pero no tenemos la garantía de que en otros sectores no vaya a ocurrir lo mismo, la verdad es que desconfiamos del deber de cuidado, los trabajadores de Aluar no estamos seguros ni trabajamos tranquilos”. También se quejó de las medidas adoptadas por la empresa al señalar que “Aluar tiene un equipo de profesionales, supuestamente idóneo para hacer relevamientos e inspecciones, pero no las hace y tampoco las inversiones que debería hacer”.

Compromiso con los trabajadores

Federico Navarro manifestó que “salgo a decir todo esto porque parecería que hay un cerco mediático para que no se hable de las cosas que pasan en la planta, pero yo tengo una posición particular como dirigente y debo expresarme cuando está en juego la seguridad de mis compañeros”. El delegado metalúrgico agregó que luego del accidente tiene que generarse un cambio o una solución, lamentablemente tienen que suceder cosas graves para que aparezcan los recursos o se produzcan cambios estructurales”.#

La salud de Cayo

El hecho se produjo el jueves 8 de enero a las 5:30 de la madrugada. Una loseta cedió y se derrumbó sobre la humanidad de Jorge Cayo, trabajador del sector electrólisis AB de la planta de aluminio. Al caer de una altura de 5 metros el golpe que recibió el operario fue tremendo. Fue derivado a Buenos Aires y fue intervenido en el Sanatorio Finocchieto. Sufrió fractura de fémur en una de sus piernas, pero los daños más importantes se produjeron en la columna. La lesión afectó el 80 por ciento de la médula y lesionó una vértebra.

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Editorial: Una mancha más al tigre

Por Esteban Gallo

El accidente del que fue víctima el operario Jorge Cayo, colocó a la empresa Aluar otra vez en el ojo de la tormenta.

La noticia trascendió en los medios a partir de la información brindada por los familiares del operario accidentado y recién se hizo pública en la tarde del jueves pasado. El episodio ocurrió a las 5 de la mañana y la empresa emitió un escueto comunicado recién a las 19 horas.

Pero la postura sibilina de los máximos responsables de la planta de aluminio no se circunscribió a los medios de prensa, sino también a los organismos que deben investigar un episodio de estas características.

La policía local recién pudo hacer la inspección ocular, in situ, el viernes al mediodía, 16 horas después de ocurrido el evento. Es difícil de digerir. Una loseta se derrumbó en la humanidad de un trabajador provocándole heridas gravísimas y el ingeniero Eduardo Ricci, jefe de planta y el Dr. Juan Carlos Mamani, gerente de Relaciones Industriales, no informaron nada, no llamaron a la policía, no se lo comunicaron a la Justicia. La postura adoptada es cuanto menos irresponsable. Un hecho de esta envergadura, que pudiera constituir un delito, culposo o doloso, requiere de la inmediata intervención de policías y fiscales. Es lamentable que la inspección ocular se haya realizado un día y medio más tarde, después de que las autoridades se enteraran de lo ocurrido, leyendo Jornada.

En Madryn, esta práctica turbia con la que se maneja Aluar no constituye una novedad. Nunca se caracterizó por llevar adelante una política de esclarecimiento de sus acciones. Al contrario, Aluar ha practicado sistemáticamente un régimen de esconder, tapar, silenciar y encubrir las cosas que no les conviene que se sepan.

Aluar no ha sido transparente ni con la comunidad ni con sus trabajadores y los ejemplos abundan. Todos recordamos lo que pasó hace un par de años cuando cobró notoriedad la situación de los trabajadores del sector Moliendas. Quedaron asentados más de un centenar de testimonios de operarios que expresaron ante el Fiscal Daniel Báez, que la empresa NUNCA LES DIJO que trabajaban con sustancias cancerígenas. Vale recordar que la empresa construyó un vestuario para que la gente se cambie y un lavadero para que no se lleven la ropa contaminada con brea a la casa, mucho tiempo después de que el Dr. Hugo Trovant lo pidiera y recién cuando este medio hizo público lo que estaba pasando.

Las declaraciones del delegado de planta, Federico Navarro, con respecto al accidente que sufrió Cayo, tampoco dejan bien parada a la empresa. Si como dice el empleado, “los operarios trabajan con miedo” estamos en presencia de un hecho de extrema gravedad. Es de suponer que el Ministerio Público Fiscal hará una investigación a fondo del caso, porque las aseveraciones del delegado a FM Tiempo, diciendo que la caída de la loseta que hirió gravemente al operario de electrólisis, se debió al estado obsoleto de los materiales y a la falta de inversión, no se las puede llevar el viento.

Por supuesto que estas cuestiones no resultan fácil de digerir. ¡Si hay una empresa de la que uno espera que estas cosas no sucedan es Aluar! ¿O no es la organización industrial más importante de la ciudad? ¿No es la empresa que debería destacarse por la previsión y la seguridad? Una empresa líder, que gana millones de dólares al año, que ofrece visitas guiadas a turistas de todo el país, no puede estar envuelta en un suceso en donde vuelven a ponerse en tela de juicio las condiciones de seguridad que brinda a sus trabajadores.#

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17 ENE 2015 - 21:28

Federico Navarro es delegado de los trabajadores de Aluar en el sector de semielaborados. Conoce al dedillo lo que sucede en la planta de aluminio e intenta que la comunidad también sepa las situaciones por las que deben atravesar los trabajadores. “Muchos creen que acá se ganan grandes sueldos y que estamos laboralmente por encima del resto, pero no conocen lo que realmente pasa adentro, los peligros que tiene una actividad manual en una industria pesada y los riesgos a los que estamos sometidos diariamente los operarios de planta”, señaló el representante de los trabajadores.

Las graves lesiones sufridas por Jorge Cayo, la pasada semana, en el sector de electrólisis, pusieron en discusión nuevamente la eficacia de las medidas de seguridad que implementa Aluar, para preservar la integridad de sus empleados.

En declaraciones a FM Tiempo de Puerto Madryn (99.1), Navarro indicó que “fue un duro golpe para la comunidad y para la gente que trabaja acá diariamente, porque no fue un caso fortuito, un accidente se puede evitar, pero hay que hacer inversión para que estas cosas no sucedan”.

Falta de respuestas

El delegado reveló que “el sector de electrólisis tiene una antigüedad de más de 40 años, es un edificio viejo de 600 metros de largo que seguramente tiene sus vicios de construcción y también los vicios que se presentan con el correr de los años”. Agregó que “no hubiese ocurrido lo de Jorge si se hubiese hecho una revisión completa de las instalaciones del edificio, porque está claro que los compañeros y los delegados habíamos denunciado las condiciones en las que se encontraba este edificio”. También aseguró que “esta preocupación fue debidamente notificada, incluso los compañeros hicieron apertura de partes para que se arreglen las instalaciones, pero bueno, la empresa selecciona lo que hace y lo que no hace y no ha tenido presente la reparación de este sector”.

El caso Cayo

Navarro habló con dolor del evento que tuvo como protagonista a Jorge Cayo, el operario de 35 años que sufrió graves lesiones en el sector de electrólisis A B. “La loseta que se cayó, es una construcción de cemento que va adherida a una estructura, la adhesión a la estructura fue cediendo y al desprenderse, cayó de una altura de 5 metros”, subrayó. El delegado opina que “estos accidentes se pueden evitar, haciendo un relevamiento, haciendo inversión, acá se hicieron algunas modificaciones, parchando la estructura, pero no con un cambio integral de la misma”.

El representante de los trabajadores indicó que “esta loseta no es la única que estaba con problemas, esto se puede repetir en otros puntos en la nave de electrólisis, fíjense que con posterioridad al accidente se hizo una evaluación y se encontraron otros puntos que presentan riesgos de caída, las inspecciones se hicieron porque los compañeros tenían miedo de circular por el sector y se encontraron que otras losetas estaban en condición de caerse”.

Con respecto a la intranquilidad con la que trabajan los operarios de la planta, Navarro consignó que “ahora se prohibió el paso por arriba y por abajo en los puntos de riesgo pero no tenemos la garantía de que en otros sectores no vaya a ocurrir lo mismo, la verdad es que desconfiamos del deber de cuidado, los trabajadores de Aluar no estamos seguros ni trabajamos tranquilos”. También se quejó de las medidas adoptadas por la empresa al señalar que “Aluar tiene un equipo de profesionales, supuestamente idóneo para hacer relevamientos e inspecciones, pero no las hace y tampoco las inversiones que debería hacer”.

Compromiso con los trabajadores

Federico Navarro manifestó que “salgo a decir todo esto porque parecería que hay un cerco mediático para que no se hable de las cosas que pasan en la planta, pero yo tengo una posición particular como dirigente y debo expresarme cuando está en juego la seguridad de mis compañeros”. El delegado metalúrgico agregó que luego del accidente tiene que generarse un cambio o una solución, lamentablemente tienen que suceder cosas graves para que aparezcan los recursos o se produzcan cambios estructurales”.#

La salud de Cayo

El hecho se produjo el jueves 8 de enero a las 5:30 de la madrugada. Una loseta cedió y se derrumbó sobre la humanidad de Jorge Cayo, trabajador del sector electrólisis AB de la planta de aluminio. Al caer de una altura de 5 metros el golpe que recibió el operario fue tremendo. Fue derivado a Buenos Aires y fue intervenido en el Sanatorio Finocchieto. Sufrió fractura de fémur en una de sus piernas, pero los daños más importantes se produjeron en la columna. La lesión afectó el 80 por ciento de la médula y lesionó una vértebra.

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Editorial: Una mancha más al tigre

Por Esteban Gallo

El accidente del que fue víctima el operario Jorge Cayo, colocó a la empresa Aluar otra vez en el ojo de la tormenta.

La noticia trascendió en los medios a partir de la información brindada por los familiares del operario accidentado y recién se hizo pública en la tarde del jueves pasado. El episodio ocurrió a las 5 de la mañana y la empresa emitió un escueto comunicado recién a las 19 horas.

Pero la postura sibilina de los máximos responsables de la planta de aluminio no se circunscribió a los medios de prensa, sino también a los organismos que deben investigar un episodio de estas características.

La policía local recién pudo hacer la inspección ocular, in situ, el viernes al mediodía, 16 horas después de ocurrido el evento. Es difícil de digerir. Una loseta se derrumbó en la humanidad de un trabajador provocándole heridas gravísimas y el ingeniero Eduardo Ricci, jefe de planta y el Dr. Juan Carlos Mamani, gerente de Relaciones Industriales, no informaron nada, no llamaron a la policía, no se lo comunicaron a la Justicia. La postura adoptada es cuanto menos irresponsable. Un hecho de esta envergadura, que pudiera constituir un delito, culposo o doloso, requiere de la inmediata intervención de policías y fiscales. Es lamentable que la inspección ocular se haya realizado un día y medio más tarde, después de que las autoridades se enteraran de lo ocurrido, leyendo Jornada.

En Madryn, esta práctica turbia con la que se maneja Aluar no constituye una novedad. Nunca se caracterizó por llevar adelante una política de esclarecimiento de sus acciones. Al contrario, Aluar ha practicado sistemáticamente un régimen de esconder, tapar, silenciar y encubrir las cosas que no les conviene que se sepan.

Aluar no ha sido transparente ni con la comunidad ni con sus trabajadores y los ejemplos abundan. Todos recordamos lo que pasó hace un par de años cuando cobró notoriedad la situación de los trabajadores del sector Moliendas. Quedaron asentados más de un centenar de testimonios de operarios que expresaron ante el Fiscal Daniel Báez, que la empresa NUNCA LES DIJO que trabajaban con sustancias cancerígenas. Vale recordar que la empresa construyó un vestuario para que la gente se cambie y un lavadero para que no se lleven la ropa contaminada con brea a la casa, mucho tiempo después de que el Dr. Hugo Trovant lo pidiera y recién cuando este medio hizo público lo que estaba pasando.

Las declaraciones del delegado de planta, Federico Navarro, con respecto al accidente que sufrió Cayo, tampoco dejan bien parada a la empresa. Si como dice el empleado, “los operarios trabajan con miedo” estamos en presencia de un hecho de extrema gravedad. Es de suponer que el Ministerio Público Fiscal hará una investigación a fondo del caso, porque las aseveraciones del delegado a FM Tiempo, diciendo que la caída de la loseta que hirió gravemente al operario de electrólisis, se debió al estado obsoleto de los materiales y a la falta de inversión, no se las puede llevar el viento.

Por supuesto que estas cuestiones no resultan fácil de digerir. ¡Si hay una empresa de la que uno espera que estas cosas no sucedan es Aluar! ¿O no es la organización industrial más importante de la ciudad? ¿No es la empresa que debería destacarse por la previsión y la seguridad? Una empresa líder, que gana millones de dólares al año, que ofrece visitas guiadas a turistas de todo el país, no puede estar envuelta en un suceso en donde vuelven a ponerse en tela de juicio las condiciones de seguridad que brinda a sus trabajadores.#


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