"¡Ésa es mi hija!", exclamó Aduriz en dos oportunidades, cuando a pedido de uno de los fiscales del juicio, Fernando Fiszer, se le mostró el video.
"Está con la ropa de gimnasia y el morral de los cuadraditos", dijo Aduriz mientras se reproducían los videos en un LED ubicado en una de las paredes de la sala de audiencias.
El fiscal aprovechó la ocasión para preguntarle a Aduriz cómo veía a su hija, si la veía con el paso apurado o preocupada y la testigo contestó: "Para nada. Camina con su andar habitual".
Esta fue la primera vez que en el marco de la causa, Aduriz también reconoce formalmente el paso de su hija cuando a las 9.50 del día que fue asesinada llegaba al edificio del barrio porteño de Palermo donde vivía con su familia.
El primero en reconocer a Ángeles en esos videos fue el propio imputado, Jorge Mangeri, cuando el miércoles 12 de junio de ese año se hizo un allanamiento y la Policía le pidió que actuara como testigo.
Después fue su propio padre, Franklin Rawson, quien formalizó el reconocimiento de Ángeles en esos videos cuando declaró por primera vez ante el juez de instrucción Javier Ríos.
Los videos fueron grabados por dos cámaras de seguridad de un edificio situado en Ravignani 2330 y fueron la clave, ya que a partir de ellos los investigadores tuvieron la certeza de que Ángeles había llegado al edificio y por eso se comenzó a investigar al entorno de la víctima.
"¡Ésa es mi hija!", exclamó Aduriz en dos oportunidades, cuando a pedido de uno de los fiscales del juicio, Fernando Fiszer, se le mostró el video.
"Está con la ropa de gimnasia y el morral de los cuadraditos", dijo Aduriz mientras se reproducían los videos en un LED ubicado en una de las paredes de la sala de audiencias.
El fiscal aprovechó la ocasión para preguntarle a Aduriz cómo veía a su hija, si la veía con el paso apurado o preocupada y la testigo contestó: "Para nada. Camina con su andar habitual".
Esta fue la primera vez que en el marco de la causa, Aduriz también reconoce formalmente el paso de su hija cuando a las 9.50 del día que fue asesinada llegaba al edificio del barrio porteño de Palermo donde vivía con su familia.
El primero en reconocer a Ángeles en esos videos fue el propio imputado, Jorge Mangeri, cuando el miércoles 12 de junio de ese año se hizo un allanamiento y la Policía le pidió que actuara como testigo.
Después fue su propio padre, Franklin Rawson, quien formalizó el reconocimiento de Ángeles en esos videos cuando declaró por primera vez ante el juez de instrucción Javier Ríos.
Los videos fueron grabados por dos cámaras de seguridad de un edificio situado en Ravignani 2330 y fueron la clave, ya que a partir de ellos los investigadores tuvieron la certeza de que Ángeles había llegado al edificio y por eso se comenzó a investigar al entorno de la víctima.