En Gaiman sigue el revuelo por la polémica entrega de viviendas del último fin de semana. Vecinos de la pequeña localidad del valle se agolparon en la plaza principal, frente a la Municipalidad, para esperar la llegada del intendente Gabriel Restucha. Pero “Gabro” nunca llegó. “Él nos prometió que iba a venir, sin embargo no apareció”, se quejó una de las ciudadanas. Ante tanta espera, un grupo de gente fue hasta el domicilio del jefe comunal.
El encuentro estaba previsto para las 16 en la plaza principal. De apoco los vecinos fueron llegando al lugar para recibir las explicaciones del intendente del por qué hubo irregularidades en la adjudicación de casas. Cincuenta minutos después de la hora citada y ante tanta demora, ofuscada, una vecina decidió ir hasta la casa del jefe comunal para que se haga presente en la reunión. Cuarenta minutos más tarde, la misma persona vuelve al espacio verde para comunicarle al resto de la gente que “Restucha está enfermo” por lo que “no nos puede atender”. Todo fue tensión, incluso en los alrededores del cuadro verde circulaban patrulleros por cualquier desmán que pudiera producirse.
Tras deliberar qué acciones tomar, un grupo de vecinos que permanecieron por casi 2 horas en la plaza decidieron movilizarse hasta el domicilio de Restucha. En el barrio Docente, la esposa del intendente recibió los reclamos. Junto a ese pequeño grupo de gente llegó un móvil policial que siguió el diálogo entre las partes desde media distancia.
“No nos sentimos respaldados por las autoridades locales, queremos que el intendente nos de explicaciones. Él nos prometió las viviendas”, dijeron molestos los vecinos. “Acá se les entregó casas a gente de Paso de Indios, del Dique Florentino Ameghino. Y hay familias, desde hace 14 años, que esperan tener su terreno”, graficaron.
Otro de los vecinos dijo sentir “vergüenza ajena. Cada autoridad acarrea agua para su molino. Aquellos que no nos metemos en la política siempre quedamos afuera de estas cuestiones. Acá no hay intendente, no hay nada”, protestaron.
Escuchando cada voz, la esposa del intendente coincidió en que “la entrega de llaves y el modo en que se hizo fue una vergüenza”. Pero de todos modos “tienen que hacer el reclamo ante el IPV”. A esto, la gente recriminó: “Restucha nos prometió una reunión y no fue. Es un mentiroso y no cumple con la gente de Gaiman. Él no está enfermo, queremos respuestas, somos quienes lo votamos”.
Ante la insistencia de la gente, asesores del intendente dejaron en claro que “el terreno los pone el IPV, los asistentes sociales y el financiamiento también, todo pasa por ese órgano, vayan y reclamen allá”. Y la esposa del jefe comunal agregó: “Él no va a dar la cara porque cuando le dijeron que era un demagogo nadie lo defendió. Aparte no es obligación del municipio construir casas”. El clima era tenso, por eso los efectivos policiales hacinados en inmediaciones al domicilio de Restucha se incrementaron. Pero la situación no se agravó. Incluso hubo quejas: “Está la policía, queremos que sepan que no somos agresivos”.
Después de 40 minutos de tensa charla, la gente se fue alejando de la casa de Gabriel Restucha, pero sin solución alguna. #
En Gaiman sigue el revuelo por la polémica entrega de viviendas del último fin de semana. Vecinos de la pequeña localidad del valle se agolparon en la plaza principal, frente a la Municipalidad, para esperar la llegada del intendente Gabriel Restucha. Pero “Gabro” nunca llegó. “Él nos prometió que iba a venir, sin embargo no apareció”, se quejó una de las ciudadanas. Ante tanta espera, un grupo de gente fue hasta el domicilio del jefe comunal.
El encuentro estaba previsto para las 16 en la plaza principal. De apoco los vecinos fueron llegando al lugar para recibir las explicaciones del intendente del por qué hubo irregularidades en la adjudicación de casas. Cincuenta minutos después de la hora citada y ante tanta demora, ofuscada, una vecina decidió ir hasta la casa del jefe comunal para que se haga presente en la reunión. Cuarenta minutos más tarde, la misma persona vuelve al espacio verde para comunicarle al resto de la gente que “Restucha está enfermo” por lo que “no nos puede atender”. Todo fue tensión, incluso en los alrededores del cuadro verde circulaban patrulleros por cualquier desmán que pudiera producirse.
Tras deliberar qué acciones tomar, un grupo de vecinos que permanecieron por casi 2 horas en la plaza decidieron movilizarse hasta el domicilio de Restucha. En el barrio Docente, la esposa del intendente recibió los reclamos. Junto a ese pequeño grupo de gente llegó un móvil policial que siguió el diálogo entre las partes desde media distancia.
“No nos sentimos respaldados por las autoridades locales, queremos que el intendente nos de explicaciones. Él nos prometió las viviendas”, dijeron molestos los vecinos. “Acá se les entregó casas a gente de Paso de Indios, del Dique Florentino Ameghino. Y hay familias, desde hace 14 años, que esperan tener su terreno”, graficaron.
Otro de los vecinos dijo sentir “vergüenza ajena. Cada autoridad acarrea agua para su molino. Aquellos que no nos metemos en la política siempre quedamos afuera de estas cuestiones. Acá no hay intendente, no hay nada”, protestaron.
Escuchando cada voz, la esposa del intendente coincidió en que “la entrega de llaves y el modo en que se hizo fue una vergüenza”. Pero de todos modos “tienen que hacer el reclamo ante el IPV”. A esto, la gente recriminó: “Restucha nos prometió una reunión y no fue. Es un mentiroso y no cumple con la gente de Gaiman. Él no está enfermo, queremos respuestas, somos quienes lo votamos”.
Ante la insistencia de la gente, asesores del intendente dejaron en claro que “el terreno los pone el IPV, los asistentes sociales y el financiamiento también, todo pasa por ese órgano, vayan y reclamen allá”. Y la esposa del jefe comunal agregó: “Él no va a dar la cara porque cuando le dijeron que era un demagogo nadie lo defendió. Aparte no es obligación del municipio construir casas”. El clima era tenso, por eso los efectivos policiales hacinados en inmediaciones al domicilio de Restucha se incrementaron. Pero la situación no se agravó. Incluso hubo quejas: “Está la policía, queremos que sepan que no somos agresivos”.
Después de 40 minutos de tensa charla, la gente se fue alejando de la casa de Gabriel Restucha, pero sin solución alguna. #