Desde San Pablo a La Hoya, para disfrutar de la cordillera chubutense
Cada vez llegan más turistas brasileños a esquiar a Esquel.
Cada vez es más frecuente escuchar diálogos en portugés y “portuñol” entre las mesas y pasillos de confitería La Piedra.Es que el turista brasileño ha llegado para quedarse no sólo por las bondades que tiene la nieve del Centro de Actividades de Montaña La Hoya, sino también por la posibilidad de disfrutar en familia inagotables jornadas de ski y snowboard para todos los gustos y edades.
Es el caso de Iván, un abogado de San Pablo que ha llegado a Esquel acompañado de su familia, de cuatro integrantes, y algunos amigos de sus hijos que se sumaron al plan de vacaciones de invierno en Argentina.
Por primera vez en la zona, decidieron pasar una semana en la cordillera chubutense, y ayer ponderó la “buena cantidad de nieve” y le dijo a Jornada, además, que “me pareció una estación de esquí muy buena”. Iván tomó conocimiento del destino en 2011, cuando ocurrió la contingencia del volcán Puyehue, y los vuelos de procedencia internacional con destino a Bariloche debían aterrizar en el aeropuerto Brigadier Parodi de Esquel. “Sabíamos de su existencia, pero nunca pudimos llegar hasta aquí mismo”, reconoció respecto al cerro.
Los brasileños tienen un romance con Bariloche de más de veinte años, pero en los últimos cinco han empezado a ver con buenos ojos otros destinos como Esquel. “En La Hoya se ve menos concentración de gente, y en lugares como Bariloche las pistas se saturan de personas; hay colas muy largas para acceder a los medios de elevación, y aquí todo es más tranquilo”, afirmó el abogado, prometiendo a la vez alternar desde ahora las temporadas invernales entre Bariloche y Esquel.
Sugerencias
Como todo buen viajero, Iván hizo algunas apreciaciones del lugar y las atenciones al turista, sobre todo en la ciudad, que a su entender “requiere más atención para el visitante, porque no hay muchas tiendas con ropa para nieve, y tuve dificultad para encontrarlas; restaurantes hay pocos y podría haber más lugares para comer”.
Precisamente en el rubro gastronómico, hizo especial hincapié en que “no me gustó que las parrillas solamente atiendan después de las 20.30, y es a esa hora cuando estoy casi muerto (cansado de esquiar). Entonces si abrieran un poco más temprano, sería mejor”.
(Fuente:Rossi Ski Rental / Confitería La Piedra)
Cada vez es más frecuente escuchar diálogos en portugés y “portuñol” entre las mesas y pasillos de confitería La Piedra.Es que el turista brasileño ha llegado para quedarse no sólo por las bondades que tiene la nieve del Centro de Actividades de Montaña La Hoya, sino también por la posibilidad de disfrutar en familia inagotables jornadas de ski y snowboard para todos los gustos y edades.
Es el caso de Iván, un abogado de San Pablo que ha llegado a Esquel acompañado de su familia, de cuatro integrantes, y algunos amigos de sus hijos que se sumaron al plan de vacaciones de invierno en Argentina.
Por primera vez en la zona, decidieron pasar una semana en la cordillera chubutense, y ayer ponderó la “buena cantidad de nieve” y le dijo a Jornada, además, que “me pareció una estación de esquí muy buena”. Iván tomó conocimiento del destino en 2011, cuando ocurrió la contingencia del volcán Puyehue, y los vuelos de procedencia internacional con destino a Bariloche debían aterrizar en el aeropuerto Brigadier Parodi de Esquel. “Sabíamos de su existencia, pero nunca pudimos llegar hasta aquí mismo”, reconoció respecto al cerro.
Los brasileños tienen un romance con Bariloche de más de veinte años, pero en los últimos cinco han empezado a ver con buenos ojos otros destinos como Esquel. “En La Hoya se ve menos concentración de gente, y en lugares como Bariloche las pistas se saturan de personas; hay colas muy largas para acceder a los medios de elevación, y aquí todo es más tranquilo”, afirmó el abogado, prometiendo a la vez alternar desde ahora las temporadas invernales entre Bariloche y Esquel.
Sugerencias
Como todo buen viajero, Iván hizo algunas apreciaciones del lugar y las atenciones al turista, sobre todo en la ciudad, que a su entender “requiere más atención para el visitante, porque no hay muchas tiendas con ropa para nieve, y tuve dificultad para encontrarlas; restaurantes hay pocos y podría haber más lugares para comer”.
Precisamente en el rubro gastronómico, hizo especial hincapié en que “no me gustó que las parrillas solamente atiendan después de las 20.30, y es a esa hora cuando estoy casi muerto (cansado de esquiar). Entonces si abrieran un poco más temprano, sería mejor”.
(Fuente:Rossi Ski Rental / Confitería La Piedra)