Las pericias fueron claves en el juicio

Juez Darío Arguiano.

Darío Arguiano. Del tribunal.
18 AGO 2015 - 21:28 | Actualizado

El presidente del tribunal que condenó a Oscar y Eduardo Naya, Darío Arguiano, justificó la pena de 10 y 8 años respectivamente a la cercanía condenatoria que existe entre un homicidio culposo y uno de dolo eventual. También graficó que fueron claves las pericias científicas que se develaron en el juicio para llegar a la determinación del cuerpo colegiado que integró.

A su vez, el magistrado reveló que si bien son parte de la sociedad, no es permeable a la presión de la comunidad para dictar una sentencia. Tras avalar sus casi tres décadas de carrera en la Justicia, expresó que le haría muy mal al Poder Judicial si sus acciones son variables al humor social.

Poca diferencia

Darío Arguiano justificó la sentencia con que “el dolo eventual es muy próximo al homicidio culposo cuya máxima pena es de 5 años de prisión, siendo que el primero de los homicidios citados, el mínimo es de 8 años, pena que recibió Eduardo Naya como partícipe necesario, dos menos que su padre, Oscar, condenado como el autor material de la muerte de Emmanuel Puebla Pires.

Pericias claves

En cuanto a qué partes del juicio fueron fundamentales para arribar a la resolución de esa sentencia, el magistrado indicó que “las pericias científicas fueron determinantes, en donde se mostró la imposibilidad de dar en el blanco con la experiencia de expertos tiradores. Esas pruebas fueron medulares. Lo que sí no podían desconocer los condenados -añadió- es que podía haber gente en esa zona, como sucede habitualmente, incluso admitida por el propio Eduardo Naya que allí llevaba a sus perros”.

En cuanto a la presión social que podría afectar a los jueces con respecto a sus resoluciones, Arguiano dijo que “llevo 29 años en el Poder Judicial y si yo me hubiera llevado, alguna vez, por la llamada presión social, le hubiera hecho muy mal al poder judicial”.

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Darío Arguiano. Del tribunal.
18 AGO 2015 - 21:28

El presidente del tribunal que condenó a Oscar y Eduardo Naya, Darío Arguiano, justificó la pena de 10 y 8 años respectivamente a la cercanía condenatoria que existe entre un homicidio culposo y uno de dolo eventual. También graficó que fueron claves las pericias científicas que se develaron en el juicio para llegar a la determinación del cuerpo colegiado que integró.

A su vez, el magistrado reveló que si bien son parte de la sociedad, no es permeable a la presión de la comunidad para dictar una sentencia. Tras avalar sus casi tres décadas de carrera en la Justicia, expresó que le haría muy mal al Poder Judicial si sus acciones son variables al humor social.

Poca diferencia

Darío Arguiano justificó la sentencia con que “el dolo eventual es muy próximo al homicidio culposo cuya máxima pena es de 5 años de prisión, siendo que el primero de los homicidios citados, el mínimo es de 8 años, pena que recibió Eduardo Naya como partícipe necesario, dos menos que su padre, Oscar, condenado como el autor material de la muerte de Emmanuel Puebla Pires.

Pericias claves

En cuanto a qué partes del juicio fueron fundamentales para arribar a la resolución de esa sentencia, el magistrado indicó que “las pericias científicas fueron determinantes, en donde se mostró la imposibilidad de dar en el blanco con la experiencia de expertos tiradores. Esas pruebas fueron medulares. Lo que sí no podían desconocer los condenados -añadió- es que podía haber gente en esa zona, como sucede habitualmente, incluso admitida por el propio Eduardo Naya que allí llevaba a sus perros”.

En cuanto a la presión social que podría afectar a los jueces con respecto a sus resoluciones, Arguiano dijo que “llevo 29 años en el Poder Judicial y si yo me hubiera llevado, alguna vez, por la llamada presión social, le hubiera hecho muy mal al poder judicial”.


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