Paraguay: trabajadores de Itaipú quieren hablar con Cartes

Dos mujeres y cinco hombres marcharon hoy, vestidos de blanco y con los brazos atados a tablones de madera colocados sobre sus hombros, desde la embajada de Brasil en Asunción hasta cerca de la Casa de Gobierno de Paraguay en reclamo de que los reciba el presidente Horacio Cartes, para plantearles la situación de los ex trabajadores de la central de Itaipú.

24 AGO 2015 - 19:22 | Actualizado

Los ex empleados de la segunda mayor hidroeléctrica del mundo, compartida entre Brasil y Paraguay, que hace más de dos meses acampan frente a la embajada de Brasil en Asunción, se manifestaron por sus derechos laborales por antigüedad, peligrosidad y otros.

Los ex obreros ya habían estado instalados frente a la embajada durante casi tres meses desde finales del año pasado, cuando cinco de ellos permanecieron crucificados más de cincuenta días, una protesta que abandonaron el pasado 29 de enero tras un preacuerdo con el Gobierno.

Pero por la falta de respuesta a sus reclamos en este período, los ex trabajadores retomaron el acampe a mediados de junio y siete de ellos se volvieron a “crucificar” en el mismo lugar, desde donde hoy caminaron con el tablón a cuestas los casi 3 kilómetros que separan la sede diplomática brasileña del Palacio de Gobierno, ambos ubicados en el centro de la capital paraguaya.

Iban con pantalones y remeras blancas, las dos banderas bordadas en el pecho y la leyenda “Ex trabajadores de Itaipú-Contratistas”.

Por la dificultad del camino, y el dolor que sentían en las manos, los manifestantes, en su mayoría personas en edad de jubilarse, debieron detener la marcha tras dos kilómetros de recorrido.

Cuatro representantes de la Coordinadora de Extrabajadores de Itaipú y Contratistas lograron ser recibidos en el Palacio presidencial.

"Hablamos con el equipo jurídico del presidente y aseguraron que en el transcurso de mañana profundizarán en el diálogo", explicó a la agencia EFE Carlos González, vocero de la Coordinadora que aglutina a unos 5.000 de los casi 15.000 trabajadores paraguayos que participaron en la construcción de la hidroeléctrica ente 1975 y 1991.

Miles de albañiles, soldadores, electricistas y todo tipo de técnicos paraguayos y brasileños empleados en empresas contratistas fueron despedidos al término de la obra, pero los empleados de nacionalidad paraguaya nunca cobraron los bonos alimenticios, de productividad, desarraigo y antigüedad que les correspondían y que sí recibieron sus colegas del otro país, denunció González.

Además, los trabajadores brasileños lograron un acuerdo en 1999 para el abono retroactivo de un plus de peligrosidad, después de varias reclamos.

La Coordinadora reclama unos 800 millones de dólares en concepto de indemnizaciones, pero los sucesivos Gobiernos paraguayos y sus correspondientes directores de la entidad binacional que gestiona Itaipú alegaron que sus reclamos prescribieron.

La construcción de Itaipú, la segunda hidroeléctrica detrás de la chica de Tres Gargantas, llevó unos 16 años e implicó el trabajo de unos 30.000 obreros de Paraguay y Brasil. Enclavada en el río Paraná, límite natural entre Paraguay y Brasil, a unos 350 kilómetros al este de Asunción, fue el destino de decenas de miles de paraguayos que acudieron en la década de 1970 en búsqueda de trabajo, a quienes se les conoce como "los pioneros".

24 AGO 2015 - 19:22

Los ex empleados de la segunda mayor hidroeléctrica del mundo, compartida entre Brasil y Paraguay, que hace más de dos meses acampan frente a la embajada de Brasil en Asunción, se manifestaron por sus derechos laborales por antigüedad, peligrosidad y otros.

Los ex obreros ya habían estado instalados frente a la embajada durante casi tres meses desde finales del año pasado, cuando cinco de ellos permanecieron crucificados más de cincuenta días, una protesta que abandonaron el pasado 29 de enero tras un preacuerdo con el Gobierno.

Pero por la falta de respuesta a sus reclamos en este período, los ex trabajadores retomaron el acampe a mediados de junio y siete de ellos se volvieron a “crucificar” en el mismo lugar, desde donde hoy caminaron con el tablón a cuestas los casi 3 kilómetros que separan la sede diplomática brasileña del Palacio de Gobierno, ambos ubicados en el centro de la capital paraguaya.

Iban con pantalones y remeras blancas, las dos banderas bordadas en el pecho y la leyenda “Ex trabajadores de Itaipú-Contratistas”.

Por la dificultad del camino, y el dolor que sentían en las manos, los manifestantes, en su mayoría personas en edad de jubilarse, debieron detener la marcha tras dos kilómetros de recorrido.

Cuatro representantes de la Coordinadora de Extrabajadores de Itaipú y Contratistas lograron ser recibidos en el Palacio presidencial.

"Hablamos con el equipo jurídico del presidente y aseguraron que en el transcurso de mañana profundizarán en el diálogo", explicó a la agencia EFE Carlos González, vocero de la Coordinadora que aglutina a unos 5.000 de los casi 15.000 trabajadores paraguayos que participaron en la construcción de la hidroeléctrica ente 1975 y 1991.

Miles de albañiles, soldadores, electricistas y todo tipo de técnicos paraguayos y brasileños empleados en empresas contratistas fueron despedidos al término de la obra, pero los empleados de nacionalidad paraguaya nunca cobraron los bonos alimenticios, de productividad, desarraigo y antigüedad que les correspondían y que sí recibieron sus colegas del otro país, denunció González.

Además, los trabajadores brasileños lograron un acuerdo en 1999 para el abono retroactivo de un plus de peligrosidad, después de varias reclamos.

La Coordinadora reclama unos 800 millones de dólares en concepto de indemnizaciones, pero los sucesivos Gobiernos paraguayos y sus correspondientes directores de la entidad binacional que gestiona Itaipú alegaron que sus reclamos prescribieron.

La construcción de Itaipú, la segunda hidroeléctrica detrás de la chica de Tres Gargantas, llevó unos 16 años e implicó el trabajo de unos 30.000 obreros de Paraguay y Brasil. Enclavada en el río Paraná, límite natural entre Paraguay y Brasil, a unos 350 kilómetros al este de Asunción, fue el destino de decenas de miles de paraguayos que acudieron en la década de 1970 en búsqueda de trabajo, a quienes se les conoce como "los pioneros".


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