Apenas un día después que Budapest anunciase que cerca de 10.000 refugiados entraron a su territorio para seguir camino hacia Austria y de ahí a Alemania o los países nórdicos, Croacia, la escala previa, informó que un nuevo flujo masivo llegó a su país y la mayoría ya fueron trasportados a la frontera con Hungría.
Desde que Hungría cerró por completo su frontera con Serbia hace dos semanas, la columna incesante de refugiados de Medio Oriente y África que sube por el continente a través de los Balcanes y los países de Europa central se desvió por Croacia, por donde ya pasaron 73.500 personas, según la Policía local, citada por la agencia de noticias Hina.
En total, en lo que va del año, cerca de 505.700 refugiados e inmigrantes cruzaron el mar Mediterráneo y desembarcaron en las costas del sur de Europa con la esperanza de construir un futuro mejor y en paz en los países más ricos del norte del continente.
Según la Organización Internacional para las Migraciones, al menos 2.873 fallecieron en el intento.
Ante el continuo flujo masivo de refugiados, el gobierno conservador de Hungría anunció que planea cerrar la frontera con Croacia, de la misma manera que lo hizo con Serbia.
Si esto sucede, la principal ruta utilizada hoy por los refugiados recién llegados quedará cerrada y deberán buscar otras vías más caras, más largas y, seguramente, más peligrosas.
La Unión Europea (UE) poco ha podido hacer como bloque regional para mantener abiertas las fronteras entre sus miembros y garantizar la libre circulación, uno de los principios más importantes de las últimas décadas.
Pese a esta parálisis y crisis interna de la UE, los refugiados no paran de arriesgar sus vidas, abandonar Medio Oriente y África y llegar a las costas europeas.
Sólo en el día de hoy, las guardias costeras de Grecia e Italia informaron que rescataron de las movidas aguas del Mediterráneo a más de 1.000 personas.
Cerca de 840 fueron rescatadas por las fuerzas italianas en coordinación con otros grupos, como Médicos Sin Fronteras, mientras que los griegos salvaron a unos 171 refugiados cerca de las islas helenas del mar Egeo.
Últimamente, la mayoría de los refugiados llegan a través del Egeo, en la breve ruta entre las costas del suroeste de Turquía y las islas griegas. Por eso, la mayoría de los naufragios que terminan en tragedia se están concentrando allí.
Al menos 17 refugiados sirios murieron hoy cerca de la isla griega de Cos cuando su bote de goma se hundió, al poco tiempo de abandonar las costas turcas.
La pequeña lancha llevaba 37 personas y había zarpado de las afueras de a localidad turística de Bodrum, según informó a la prensa Amir Çiçek, el gobernador de la provincia de Mugla, donde se encuentra esa ciudad.
Apenas un día después que Budapest anunciase que cerca de 10.000 refugiados entraron a su territorio para seguir camino hacia Austria y de ahí a Alemania o los países nórdicos, Croacia, la escala previa, informó que un nuevo flujo masivo llegó a su país y la mayoría ya fueron trasportados a la frontera con Hungría.
Desde que Hungría cerró por completo su frontera con Serbia hace dos semanas, la columna incesante de refugiados de Medio Oriente y África que sube por el continente a través de los Balcanes y los países de Europa central se desvió por Croacia, por donde ya pasaron 73.500 personas, según la Policía local, citada por la agencia de noticias Hina.
En total, en lo que va del año, cerca de 505.700 refugiados e inmigrantes cruzaron el mar Mediterráneo y desembarcaron en las costas del sur de Europa con la esperanza de construir un futuro mejor y en paz en los países más ricos del norte del continente.
Según la Organización Internacional para las Migraciones, al menos 2.873 fallecieron en el intento.
Ante el continuo flujo masivo de refugiados, el gobierno conservador de Hungría anunció que planea cerrar la frontera con Croacia, de la misma manera que lo hizo con Serbia.
Si esto sucede, la principal ruta utilizada hoy por los refugiados recién llegados quedará cerrada y deberán buscar otras vías más caras, más largas y, seguramente, más peligrosas.
La Unión Europea (UE) poco ha podido hacer como bloque regional para mantener abiertas las fronteras entre sus miembros y garantizar la libre circulación, uno de los principios más importantes de las últimas décadas.
Pese a esta parálisis y crisis interna de la UE, los refugiados no paran de arriesgar sus vidas, abandonar Medio Oriente y África y llegar a las costas europeas.
Sólo en el día de hoy, las guardias costeras de Grecia e Italia informaron que rescataron de las movidas aguas del Mediterráneo a más de 1.000 personas.
Cerca de 840 fueron rescatadas por las fuerzas italianas en coordinación con otros grupos, como Médicos Sin Fronteras, mientras que los griegos salvaron a unos 171 refugiados cerca de las islas helenas del mar Egeo.
Últimamente, la mayoría de los refugiados llegan a través del Egeo, en la breve ruta entre las costas del suroeste de Turquía y las islas griegas. Por eso, la mayoría de los naufragios que terminan en tragedia se están concentrando allí.
Al menos 17 refugiados sirios murieron hoy cerca de la isla griega de Cos cuando su bote de goma se hundió, al poco tiempo de abandonar las costas turcas.
La pequeña lancha llevaba 37 personas y había zarpado de las afueras de a localidad turística de Bodrum, según informó a la prensa Amir Çiçek, el gobernador de la provincia de Mugla, donde se encuentra esa ciudad.