Como signo de la debilidad coyuntural interna de la segunda economía del mundo, las importaciones se redujeron -por décimo primer mes consecutivo- 17,1 por ciento, según la agencia DPA.
La caída de las exportaciones se desaceleró a 1,1 por ciento, limitada por la devaluación del yuan (renminbi) pero sigue mostrando un retroceso de la demanda global de productos "made in china".
La Administración de Aduanas cree que para el cuarto trimestre los efectos de esa devaluación serán más visibles.
Por regiones, las exportaciones a Estados Unidos aumentaron 6,7 por ciento pero a Japón cayeron 4,6 por ciento y a la Unión Europea, 0,2 por ciento.
Los expertos prevén para este año un crecimiento económico más lento del país asiático, del que se verán afectados muchos países occidentales.
Desde comienzos del año, el volumen del comercio exterior chino cayó 7,9 por ciento, situándose en 17,87 billones de yuanes (2,48 billones de euros).
El déficit comercial chino se disparó 82,1 por ciento en los primeros nuevos meses del año, situándose en 2,61 billones de yuanes (326.000 millones de euros).
En ese periodo, las exportaciones cayeron 1,8 por ciento a 10,24 billones de yuanes mientras las importaciones se derrumbaron 15,1 por ciento a 7,63 billones de yuanes, una señal de la desaceleración del crecimiento y de demanda más débil de materias primas.
Tras un crecimiento económico de 7 por ciento en el primer semestre del año, China habría crecido sólo 6,8 por ciento en el tercer trimestre del año, según una encuesta publicad por el "The Wall Street Journal".
"La demanda interna total siguió débil en el tercer trimestre, lo que apunta a una ralentización del crecimiento", escribe también el banco australiano ANZ, que incluso pronostica un crecimiento de 6,4 por ciento en el tercer trimestre; las cifras de crecimiento oficiales serán anunciadas oficialmente el próximo lunes.
El gobierno prevé un crecimiento de "en torno al siete por ciento" este año, el más bajo desde hace 25 años.
Sin embargo incluso ese objetivo estaría en peligro porque el comercio exterior, la producción industrial y las inversiones en equipamiento no crecieron lo suficiente; en 2014 la economía china creció 7,4 por ciento.
Como signo de la debilidad coyuntural interna de la segunda economía del mundo, las importaciones se redujeron -por décimo primer mes consecutivo- 17,1 por ciento, según la agencia DPA.
La caída de las exportaciones se desaceleró a 1,1 por ciento, limitada por la devaluación del yuan (renminbi) pero sigue mostrando un retroceso de la demanda global de productos "made in china".
La Administración de Aduanas cree que para el cuarto trimestre los efectos de esa devaluación serán más visibles.
Por regiones, las exportaciones a Estados Unidos aumentaron 6,7 por ciento pero a Japón cayeron 4,6 por ciento y a la Unión Europea, 0,2 por ciento.
Los expertos prevén para este año un crecimiento económico más lento del país asiático, del que se verán afectados muchos países occidentales.
Desde comienzos del año, el volumen del comercio exterior chino cayó 7,9 por ciento, situándose en 17,87 billones de yuanes (2,48 billones de euros).
El déficit comercial chino se disparó 82,1 por ciento en los primeros nuevos meses del año, situándose en 2,61 billones de yuanes (326.000 millones de euros).
En ese periodo, las exportaciones cayeron 1,8 por ciento a 10,24 billones de yuanes mientras las importaciones se derrumbaron 15,1 por ciento a 7,63 billones de yuanes, una señal de la desaceleración del crecimiento y de demanda más débil de materias primas.
Tras un crecimiento económico de 7 por ciento en el primer semestre del año, China habría crecido sólo 6,8 por ciento en el tercer trimestre del año, según una encuesta publicad por el "The Wall Street Journal".
"La demanda interna total siguió débil en el tercer trimestre, lo que apunta a una ralentización del crecimiento", escribe también el banco australiano ANZ, que incluso pronostica un crecimiento de 6,4 por ciento en el tercer trimestre; las cifras de crecimiento oficiales serán anunciadas oficialmente el próximo lunes.
El gobierno prevé un crecimiento de "en torno al siete por ciento" este año, el más bajo desde hace 25 años.
Sin embargo incluso ese objetivo estaría en peligro porque el comercio exterior, la producción industrial y las inversiones en equipamiento no crecieron lo suficiente; en 2014 la economía china creció 7,4 por ciento.