La reunión de los más de 300 principales responsables del partido que gobierna China desde hace más de 60 años desató gran expectativa en el ámbito político y se espera que de ella salgan las medidas que permitan enmendar la desaceleración del gigante asiático y asegurar un crecimiento de entre el 6,5 y el 7% anual.
El cónclave se desarrolla a puertas cerradas y normalmente se van anunciando detalles que son divulgadas por la agencia de noticias oficial, Xinhua.
Este nuevo plan quinquenal (2016-2020) será aprobado formalmente en marzo de 2016 por el pleno de la Asamblea Nacional Popular, y uno de los elementos más esperados será la cifra objetivo de crecimiento económico para ese período que se incluya, como es tradicional, en el documento.
El debate sobre el nuevo plan quinquenal, el decimotercero desde la llegada del Partido Comunista al poder en 1949, llega una semana después de que se anunciara un crecimiento del 6,9 % durante el tercer trimestre del año, el ritmo más bajo desde el segundo trimestre de 2009.
La caída continuada del índice de precios al productor, la pérdida de impulso de la producción industrial y el descenso del comercio exterior enmarcan la reunión y contribuyen a inquietar al Gobierno de Beijing y a los mercados financieros.
Según adelantó el Diario del Pueblo, órgano oficial del PCCh, el plan tendrá diez elementos esenciales, entre los que destacan eliminar los obstáculos que frenan a los principales factores del crecimiento económico y continuar la transformación de la economía, para que esté basada en el consumo y los servicios, frente al énfasis de los últimos decenios en la industria de exportación.
También se destacan la reforma del sector industrial, para que haya un mayor componente tecnológico y un mayor valor añadido, y la modernización de la agricultura a fin de aumentar la producción y la seguridad alimentaria nacional.
La mejora del medio ambiente, el incremento del nivel de vida de la población y la reducción de los niveles de pobreza son otros de los capítulos del plan quinquenal el primero que se elabora bajo el mandato del presidente Xi Jinping, llegado al poder en 2013.
China, país en el que sólo un 25 por ciento de la industria es pública y que desde su entrada en la Organización Mundial del Comercio en 2001 parece cada vez más consagrada a las leyes del mercado -aunque con un persistente proteccionismo-, sigue fiel a la planificación por lustros que Moscú inculcó hace más de 60 años.
La reunión de los más de 300 principales responsables del partido que gobierna China desde hace más de 60 años desató gran expectativa en el ámbito político y se espera que de ella salgan las medidas que permitan enmendar la desaceleración del gigante asiático y asegurar un crecimiento de entre el 6,5 y el 7% anual.
El cónclave se desarrolla a puertas cerradas y normalmente se van anunciando detalles que son divulgadas por la agencia de noticias oficial, Xinhua.
Este nuevo plan quinquenal (2016-2020) será aprobado formalmente en marzo de 2016 por el pleno de la Asamblea Nacional Popular, y uno de los elementos más esperados será la cifra objetivo de crecimiento económico para ese período que se incluya, como es tradicional, en el documento.
El debate sobre el nuevo plan quinquenal, el decimotercero desde la llegada del Partido Comunista al poder en 1949, llega una semana después de que se anunciara un crecimiento del 6,9 % durante el tercer trimestre del año, el ritmo más bajo desde el segundo trimestre de 2009.
La caída continuada del índice de precios al productor, la pérdida de impulso de la producción industrial y el descenso del comercio exterior enmarcan la reunión y contribuyen a inquietar al Gobierno de Beijing y a los mercados financieros.
Según adelantó el Diario del Pueblo, órgano oficial del PCCh, el plan tendrá diez elementos esenciales, entre los que destacan eliminar los obstáculos que frenan a los principales factores del crecimiento económico y continuar la transformación de la economía, para que esté basada en el consumo y los servicios, frente al énfasis de los últimos decenios en la industria de exportación.
También se destacan la reforma del sector industrial, para que haya un mayor componente tecnológico y un mayor valor añadido, y la modernización de la agricultura a fin de aumentar la producción y la seguridad alimentaria nacional.
La mejora del medio ambiente, el incremento del nivel de vida de la población y la reducción de los niveles de pobreza son otros de los capítulos del plan quinquenal el primero que se elabora bajo el mandato del presidente Xi Jinping, llegado al poder en 2013.
China, país en el que sólo un 25 por ciento de la industria es pública y que desde su entrada en la Organización Mundial del Comercio en 2001 parece cada vez más consagrada a las leyes del mercado -aunque con un persistente proteccionismo-, sigue fiel a la planificación por lustros que Moscú inculcó hace más de 60 años.