Continuidad o cambio

Leé La Columna del Domingo, la tradicional editorial de la edición dominical de Jornada, con la mejor información política de Chubut.

21 NOV 2015 - 22:29 | Actualizado

Algo más de 414 mil chubutenses irán hoy a las urnas a aportar su pequeño grano de arena a la democracia. Aunque representan matemáticamente un porcentaje menor del padrón nacional –apenas el 1,29% del total-, el destino del país se jugará en este balotaje histórico en todos los rincones.

Es posible que esta noche los dos aspirantes a la Presidencia de la Nación para el período 2015-2019, Daniel Scioli y Mauricio Macri, terminen peleando voto a voto para ver quién manejará las riendas del país. En ese caso, los votos de los chubutenses valdrán tanto como los de La Matanza, y los de Humahuaca tanto como los de Córdoba. Al fin de cuentas, todos los votos siempre valen uno y este domingo cada voto positivo puede llegar a valer oro.

Lo que se definirá hoy son dos modelos de país, más allá de los nombres. Uno peronista, con matices, pero con mucho del ADN que forjó la historia del justicialismo. Con una fuerte incidencia del Estado en lo social y en la economía.

Y otro liberal que dejará casi todo en manos del mercado y apelará, según su marca de origen, a que los equilibrios sociales y económicos se den manera natural.

Históricamente, y según las épocas, ha habido muchos votos para uno y otro modelo de país. Cada votante deberá sacar ahora sus propias conclusiones para luego elegir la continuidad de un modelo de economía “nacional y popular” o el cambio hacia una economía libremercadista.

Votar a conciencia

Las palabras del Papa Francisco de esta semana sobre el balotaje argentino resonaron fuerte en los sectores políticos. Algunos quisieron interpretar más de lo que esas palabras decían literalmente. Otros, preocupados por esa interpretación, salieron a relativizar la influencia electoral del Santo Padre. Las dos interpretaciones estuvieron de más.

Lo que Francisco dijo es tan simple de decodificar que suena pretencioso explicarlo. Votar a conciencia siempre debería ser la regla básica con la que cualquier ciudadano que se precie entra al cuarto oscuro.

El voto a conciencia incluye, obviamente, los análisis personales que cada uno de los ciudadanos debe hacer a la hora de emitir el voto. Si uno está mejor o peor que antes, si comulga o no con las ideologías de turno o si se siente atraído por el carisma de tal o cual candidato, son elementos claves a la hora de elegir la boleta.

Pero también debería pesar en la decisión final la conveniencia colectiva. Este aspecto es más complejo de analizar, sobre todo porque buena parte de la sociedad se siente ajena a la política.

Por desinterés propio o causado por la sucesión de dirigentes que han ayudado con sus decisiones antipopulares a alejar a la gente de la idea de que la política es el arte de lo posible y la mejor forma de cambiar las cosas que están mal y potenciar las que están bien, muchos ciudadanos siguen entrando al cuarto oscuro más a cumplir con un trámite obligatorio que a ayudar a definir su futuro y el de los demás.

Suena naif pero no lo es ni un poco: el voto es la única herramienta que tiene el ciudadano para fortalecer o defender lo que cree que debe seguir adelante, o para cambiar drásticamente el rumbo de un país, si lo cree necesario.

Así de sencillo pero importante es el voto.

El factor Das Neves

Chubut ya eligió a Mario Das Neves para que defienda sus intereses. Es, de alguna manera, una forma anticipada de sentar posición. Das Neves se corrió del peronismo para ampliar su propuesta desde Chubut Somos Todos pero también, hay que decirlo, porque ya no tenía forma de convivir con muchos dirigentes del PJ que integraron el actual gobierno provincial y lo empujaron del carro.

Lo que pasó después ya es conocido. Arrasó en unas legislativas con olor a elecciones de gobernador en 2013, y tuvo que sudar para recuperar la gobernación en octubre pasado.

Pero nadie duda que la gente eligió a un gobernador para que cuide todo lo bueno que se consiguió en estos años, buena parte de lo cual se construyó durante las dos primeras gestiones dasnevistas, y para que cambie todo lo que se hizo mal en los últimos años.

Como fuere, nadie puede negar que los chubutenses eligieron a un gobernador con ADN peronista para que los lidere al menos hasta 2019.

Es cierto que el país es otra cosa. Pero nadie puede negar que a Das Neves o a cualquier gobernador de cualquier distrito se le hará más cuesta arriba gobernar con un modelo nacional cruzado.

Das Neves puede dar fe de eso: cuando se corrió del kirchnerismo en 2009 tuvo que surfear casi en soledad las olas de una economía que se había puesto más complicada. Todo porque dejó de comulgar con el poder central de entonces.

Así de cruel pueden resultar las cosas.

Intereses regionales

El voto de hoy definirá qué modelo de país quiere la gente pero también qué modelo de provincia tocará vivir, de acuerdo al resultado, en los próximos cuatro años.

Los chubutenses votarán influenciados, como el resto de los argentinos, por las propuestas globales de uno y otro candidato. Pero no son pocos los que miran de reojo cómo podría impactar en Chubut el modelo de uno y de otro.

Chubut es una provincia que desde su creación, hace casi seis décadas, basa su matriz productiva en los hidrocarburos. Los modelos que pugnarán este domingo en el balotaje tienen miradas bastante distintas sobre la cuestión energética. De hecho, ambos candidatos han fortalecido su discurso o lo han disimulado, según el caso, con la clara intención de que el electorado chubutense –y el patagónico en general- los apoye en el balotaje. A muchos ciudadanos esta cuestión parece importarles muy poco. Pero a muchos otros, lo que Scioli y Macri piensan hacer con la principal actividad económica de Chubut los desvela. Tiene sentido: importa lo global pero también lo que ocurra en el pago chico del votante, eso que termina influyendo en la economía personal, en el bolsillo de todos y cada uno.

Qué va a ocurrir con el sector petrolero, con la pesca, con el turismo y con las pequeñas y medianas empresas que son el motor laboral del país y también de la provincia, es algo que debería preocupar a todos.

También la política que el futuro gobierno aplique con el dólar debería ser tenida en cuenta a la hora de elegir. En ese caso, habrá que pensar si es más conveniente un dólar alto para beneficiar a los grandes exportadores, que en el caso de Chubut están representados por empresas como Aluar y Pan American Energy. O seguir apelando a un control de cambios que permita tener los dólares suficientes para expandir la economía interna. O si lo que la mayoría quiere es que cada hijo de vecino tenga libertad para ahorrar en la divisa que se le antoje. O si es más importante proteger a la industria nacional.

La continuidad o el cambio implican contestar todas esas preguntas antes de votar. Todas son opciones válidas en un sistema democrático. Lo que no se puede es ignorar el efecto que cada una de ellas tendrá en la vida de los que eligen.

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21 NOV 2015 - 22:29

Algo más de 414 mil chubutenses irán hoy a las urnas a aportar su pequeño grano de arena a la democracia. Aunque representan matemáticamente un porcentaje menor del padrón nacional –apenas el 1,29% del total-, el destino del país se jugará en este balotaje histórico en todos los rincones.

Es posible que esta noche los dos aspirantes a la Presidencia de la Nación para el período 2015-2019, Daniel Scioli y Mauricio Macri, terminen peleando voto a voto para ver quién manejará las riendas del país. En ese caso, los votos de los chubutenses valdrán tanto como los de La Matanza, y los de Humahuaca tanto como los de Córdoba. Al fin de cuentas, todos los votos siempre valen uno y este domingo cada voto positivo puede llegar a valer oro.

Lo que se definirá hoy son dos modelos de país, más allá de los nombres. Uno peronista, con matices, pero con mucho del ADN que forjó la historia del justicialismo. Con una fuerte incidencia del Estado en lo social y en la economía.

Y otro liberal que dejará casi todo en manos del mercado y apelará, según su marca de origen, a que los equilibrios sociales y económicos se den manera natural.

Históricamente, y según las épocas, ha habido muchos votos para uno y otro modelo de país. Cada votante deberá sacar ahora sus propias conclusiones para luego elegir la continuidad de un modelo de economía “nacional y popular” o el cambio hacia una economía libremercadista.

Votar a conciencia

Las palabras del Papa Francisco de esta semana sobre el balotaje argentino resonaron fuerte en los sectores políticos. Algunos quisieron interpretar más de lo que esas palabras decían literalmente. Otros, preocupados por esa interpretación, salieron a relativizar la influencia electoral del Santo Padre. Las dos interpretaciones estuvieron de más.

Lo que Francisco dijo es tan simple de decodificar que suena pretencioso explicarlo. Votar a conciencia siempre debería ser la regla básica con la que cualquier ciudadano que se precie entra al cuarto oscuro.

El voto a conciencia incluye, obviamente, los análisis personales que cada uno de los ciudadanos debe hacer a la hora de emitir el voto. Si uno está mejor o peor que antes, si comulga o no con las ideologías de turno o si se siente atraído por el carisma de tal o cual candidato, son elementos claves a la hora de elegir la boleta.

Pero también debería pesar en la decisión final la conveniencia colectiva. Este aspecto es más complejo de analizar, sobre todo porque buena parte de la sociedad se siente ajena a la política.

Por desinterés propio o causado por la sucesión de dirigentes que han ayudado con sus decisiones antipopulares a alejar a la gente de la idea de que la política es el arte de lo posible y la mejor forma de cambiar las cosas que están mal y potenciar las que están bien, muchos ciudadanos siguen entrando al cuarto oscuro más a cumplir con un trámite obligatorio que a ayudar a definir su futuro y el de los demás.

Suena naif pero no lo es ni un poco: el voto es la única herramienta que tiene el ciudadano para fortalecer o defender lo que cree que debe seguir adelante, o para cambiar drásticamente el rumbo de un país, si lo cree necesario.

Así de sencillo pero importante es el voto.

El factor Das Neves

Chubut ya eligió a Mario Das Neves para que defienda sus intereses. Es, de alguna manera, una forma anticipada de sentar posición. Das Neves se corrió del peronismo para ampliar su propuesta desde Chubut Somos Todos pero también, hay que decirlo, porque ya no tenía forma de convivir con muchos dirigentes del PJ que integraron el actual gobierno provincial y lo empujaron del carro.

Lo que pasó después ya es conocido. Arrasó en unas legislativas con olor a elecciones de gobernador en 2013, y tuvo que sudar para recuperar la gobernación en octubre pasado.

Pero nadie duda que la gente eligió a un gobernador para que cuide todo lo bueno que se consiguió en estos años, buena parte de lo cual se construyó durante las dos primeras gestiones dasnevistas, y para que cambie todo lo que se hizo mal en los últimos años.

Como fuere, nadie puede negar que los chubutenses eligieron a un gobernador con ADN peronista para que los lidere al menos hasta 2019.

Es cierto que el país es otra cosa. Pero nadie puede negar que a Das Neves o a cualquier gobernador de cualquier distrito se le hará más cuesta arriba gobernar con un modelo nacional cruzado.

Das Neves puede dar fe de eso: cuando se corrió del kirchnerismo en 2009 tuvo que surfear casi en soledad las olas de una economía que se había puesto más complicada. Todo porque dejó de comulgar con el poder central de entonces.

Así de cruel pueden resultar las cosas.

Intereses regionales

El voto de hoy definirá qué modelo de país quiere la gente pero también qué modelo de provincia tocará vivir, de acuerdo al resultado, en los próximos cuatro años.

Los chubutenses votarán influenciados, como el resto de los argentinos, por las propuestas globales de uno y otro candidato. Pero no son pocos los que miran de reojo cómo podría impactar en Chubut el modelo de uno y de otro.

Chubut es una provincia que desde su creación, hace casi seis décadas, basa su matriz productiva en los hidrocarburos. Los modelos que pugnarán este domingo en el balotaje tienen miradas bastante distintas sobre la cuestión energética. De hecho, ambos candidatos han fortalecido su discurso o lo han disimulado, según el caso, con la clara intención de que el electorado chubutense –y el patagónico en general- los apoye en el balotaje. A muchos ciudadanos esta cuestión parece importarles muy poco. Pero a muchos otros, lo que Scioli y Macri piensan hacer con la principal actividad económica de Chubut los desvela. Tiene sentido: importa lo global pero también lo que ocurra en el pago chico del votante, eso que termina influyendo en la economía personal, en el bolsillo de todos y cada uno.

Qué va a ocurrir con el sector petrolero, con la pesca, con el turismo y con las pequeñas y medianas empresas que son el motor laboral del país y también de la provincia, es algo que debería preocupar a todos.

También la política que el futuro gobierno aplique con el dólar debería ser tenida en cuenta a la hora de elegir. En ese caso, habrá que pensar si es más conveniente un dólar alto para beneficiar a los grandes exportadores, que en el caso de Chubut están representados por empresas como Aluar y Pan American Energy. O seguir apelando a un control de cambios que permita tener los dólares suficientes para expandir la economía interna. O si lo que la mayoría quiere es que cada hijo de vecino tenga libertad para ahorrar en la divisa que se le antoje. O si es más importante proteger a la industria nacional.

La continuidad o el cambio implican contestar todas esas preguntas antes de votar. Todas son opciones válidas en un sistema democrático. Lo que no se puede es ignorar el efecto que cada una de ellas tendrá en la vida de los que eligen.


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