La presidenta Cristina Fernández de Kirchner expresó este miércoles por la noche su certeza de que existe "una conciencia nacional en cuanto a que el desendeudamiento y la necesidad de autonomía no es una cuestión ideológica sino estrictamente operativa".
Al hablar por última vez como Presidenta frente a una Plaza de Mayo colmada de gente, Cristina ironizó sobre la presencia de cierto "aleteo de los buitres" y reafirmó su convencimiento de que el "desendeudamiento y la necesidad de tener autonomía no es una cuestión ideológica sino estrictamente operativa", a favor "del país, de su economía y de sus grandes variables macroeconómicas".
La mandataria sostuvo que su espacio político tiene "la obligación de ser más maduro" y que su responsabilidad es mucho más grande porque han construido "esta Argentina de mayores derechos, que dejamos desendeudada como nadie antes la había desendeudado".
A su vez, ironizó sobre que no puede hablar mucho porque a las doce se convierte "en calabaza" y destacó la política de derechos humanos que posibilitó recuperar 119 nietos y convertir a la Argentina "en un ejemplo para el mundo" y que no se necesitó "un tribunal extranjero para hacernos cargo de nuestra historia".
También habló del fallo judicial de María Servini de Cubría sobre la duración de su mandato y ante los gritos de los militantes que denunciaban un “golpe de Estado”, la mandataria consideró que “con este estado de las cosas, hoy todos los argentinos estamos en libertad condicional”.
“Luego de que el pueblo concurrió tres veces a las urnas, me dolió ver a un presidente a través de una cautelar. Violentar la Constitució y poner un presidente por una resolución judicial es una cuestión un poco mas gruesa".Y pidió "una Argentina sin censura, sin represión y más libre que nunca".
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner expresó este miércoles por la noche su certeza de que existe "una conciencia nacional en cuanto a que el desendeudamiento y la necesidad de autonomía no es una cuestión ideológica sino estrictamente operativa".
Al hablar por última vez como Presidenta frente a una Plaza de Mayo colmada de gente, Cristina ironizó sobre la presencia de cierto "aleteo de los buitres" y reafirmó su convencimiento de que el "desendeudamiento y la necesidad de tener autonomía no es una cuestión ideológica sino estrictamente operativa", a favor "del país, de su economía y de sus grandes variables macroeconómicas".
La mandataria sostuvo que su espacio político tiene "la obligación de ser más maduro" y que su responsabilidad es mucho más grande porque han construido "esta Argentina de mayores derechos, que dejamos desendeudada como nadie antes la había desendeudado".
A su vez, ironizó sobre que no puede hablar mucho porque a las doce se convierte "en calabaza" y destacó la política de derechos humanos que posibilitó recuperar 119 nietos y convertir a la Argentina "en un ejemplo para el mundo" y que no se necesitó "un tribunal extranjero para hacernos cargo de nuestra historia".
También habló del fallo judicial de María Servini de Cubría sobre la duración de su mandato y ante los gritos de los militantes que denunciaban un “golpe de Estado”, la mandataria consideró que “con este estado de las cosas, hoy todos los argentinos estamos en libertad condicional”.
“Luego de que el pueblo concurrió tres veces a las urnas, me dolió ver a un presidente a través de una cautelar. Violentar la Constitució y poner un presidente por una resolución judicial es una cuestión un poco mas gruesa".Y pidió "una Argentina sin censura, sin represión y más libre que nunca".