Europa extiende las sanciones contra Rusia

La UE impuso en julio de 2014 una serie de sanciones a Moscú por considerar que apoya con dinero, armas y hombres a los separatistas ucranianos que desde abril de ese de año se enfrentan con Kiev por el control de dos provincias del este del país, lindantes con Rusia.

La decisión de extender tal penalidad fue acordada hoy por los embajadores de los 28 Estados miembros y será ratificada oficialmente por el Consejo de la UE el próximo lunes a través de un procedimiento escrito, informó la agencia de noticias EFE

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, había propuesto que los embajadores comunitarios adoptaran esta medida, que por ello no fue abordada en la cumbre de líderes que concluyó hoy en Bruselas.

El Consejo Europeo vinculó en marzo pasado la duración de las medidas restrictivas a la plena implementación de los Acuerdos de paz de Minsk entre Kiev y los rebeldes pro rusos que controlan el este de la ex república soviética.

Esos acuerdos incluyen entre otros aspectos un alto el fuego, la retirada del armamento pesado y la devolución de la gestión de la frontera este a Kiev.

Fuentes diplomáticas comunitarias dijeron que si la evaluación de la situación es positiva para la próxima cumbre europea de marzo, los líderes podrían levantar entonces las sanciones, que ya fueron prolongadas por primera vez en junio pasado.

En concreto, las sanciones impiden a personas o entidades europeas comprar o vender nuevos bonos, acciones o instrumentos financieros similares con un vencimiento superior a 30 días y que fueran emitidos por cinco grandes bancos estatales rusos, sus filiales fuera de la UE o quienes actuasen en su nombre o bajo su control.

Estas entidades bancarias rusas son: Sberbank, VTB Bank, Gazprombank, Vnesheconombank (VEB) y Rosselkhozbank. Se aplicaría el mismo principio a acciones o bonos emitidos por tres principales compañías energéticas y tres grandes empresas de defensa rusas.

Las medidas también vetaron los servicios relacionados con la emisión de esos instrumentos, así como el corretaje, y prohibieron que personas o empresas europeas proporcionaran préstamos a esos cinco grandes bancos estatales rusos.

Además, impusieron un embargo a la importación y exportación de armas y material relacionado desde y hacia Rusia, y la prohibición de la exportación de bienes de uso dual (civil o militar).

Asimismo, las exportaciones a Rusia de ciertos equipos tecnológicos necesitaron del visto bueno de las autoridades competentes de los Estados comunitarios.

Las licencias de exportación se denegarían si esas tecnologías se emplean para la exploración y producción de petróleo en aguas profundas o en el Ártico o para proyectos de petróleo de esquisto en Rusia.

La UE, aunque también Estados Unidos, impusieron penalidades a Rusia por considerar que apoya los separatistas ucranianos.

Para las potencias occidentales, Moscú sigue echando nafta al conflicto armado en Ucrania y alienta a los separatistas a no cumplir un cese del fuego aprobado en negociaciones multilaterales en Minsk, en septiembre de 2014 y en febrero pasado.

Rusia acusa a Estados Unidos y a la UE de estar detrás del levantamiento popular que derrocó al presidente ucraniano pro ruso, Viktor Yanukovich, en febrero de 2014, y sostiene que esas potencias garantizan la impunidad de los crímenes de guerra y las violaciones de derechos humanos cometidos por el Ejército ucraniano y los grupos paramilitares que pelean junto a él.

Por eso, el Kremlin respondió a las sanciones internacionales imponiendo medidas similares a las potencias occidentales, pero el efecto que las primeras tuvieron sobre su economía, sumado al derrumbe de los precios internacionales de petróleo por el aumento de la producción global, dejó las finanzas rusas muy malheridas.

La escalada diplomática entre Rusia y las potencias occidentales por el conflicto ucraniano llegó a niveles inéditos desde el fin de la Guerra Fría.