Un año que no dará respiro

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Marcha con todos. La movilización petrolera resultó impactante. Sindicatos y gobierno pujan para el mismo lado.
02 ENE 2016 - 22:12 | Actualizado

Todos los comienzos generan incertidumbres y desafíos. El 2016 arranca con un nuevo gobierno en Chubut y uno nuevo al mando de las riendas de la Argentina. Los triunfos de Mario Das Neves y Mauricio Macri despertaron una expectativa inédita y eso implica que la gente esperará de ellos los “cambios” que tanto reclamaban.

En el caso de Das Neves, la gente ya lo conoce. Dio la talla en dos períodos anteriores y ahora, como les gusta decir al círculo íntimo del gobernador, viene “por el bronce.” El tres veces gobernador no se permitirá la intrascendencia y muchos menos el fracaso.

A Macri las cosas no le resultarán sencillas. Logró sumar en tiempo de descuento el puñado de votos necesarios para ganarle por poco al kirchnerismo y ahora se encontró al frente de un país dividido que en sus primeras tres semanas, incluyó un torbellino de medidas, lo hizo cosechar apoyos pero también muchas críticas.

Si bien buena parte de la sociedad –la que lo voto y la que no- entendía que el nuevo Presidente debía echar mano rápidamente a las medidas que fueran necesarias para marcar la cancha a los nuevos tiempos, Macri se vio envuelto demasiado rápido en un esquema de toma de decisiones fuertes a través de decretos de necesidad y urgencia, que en la mayoría de los casos parecían no tener ni demasiada necesidad ni mucho menos urgencia.

Resbaló al querer imponer en sus primeros días al mando del país dos ministros para la Corte Suprema de Justicia con la letra chica de un artículo de la Constitución Nacional que no se usaba desde hace más de un siglo y medio.

Transfirió demasiado poder económico a través de la devaluación y la quita de retenciones a los grandes exportadores, en detrimento de las clases media y baja, que por ahora no han visto una sola decisión que los beneficie.

Y no logró controlar la estampida de precios que generó el ruidoso cambio de gobierno. No fue sólo su culpa pero ya es tarde para echarle la culpa al kirchnerismo. La gente ya no se cree a libro cerrado el argumento de la “herencia recibida”.

Tal vez se trate de los sacudones que todos los líderes suelen tener apenas asumen, un período que suele preceder a momentos de mayor estabilidad y confianza de la sociedad. Pero para garantizar que eso suceda, Macri deberá dar señales de su promesa de “mejorar lo bueno y cambiar lo malo”. Hasta ahora parece haber habido cambios en algunas de las cosas que estaban bien y profundización de lo que ya se venía haciendo mal.

El Presidente tiene el crédito abierto pero, se sabe, nada es eterno.

Confianza

Das Neves tiene otros desafíos y problemas que resolver pero, a diferencia de Macri, cuenta con toda la confianza de la gente. La que lo votó y la que no. Todos saben que el cargo no le pesa ni un poco y que hará trabajar y marchar hasta al funcionario más holgazán.

Las virtudes de Das Neves serán una gran ayuda pero los problemas existen, son en algunos casos graves y habrá que administrarlos y resolverlos con pericia y celeridad, según el caso.

Ayer, en una numerosa reunión de Gabinete en la Casa de Gobierno para evaluar las primeras tres semanas de gestión, el gobernador volvió a trazar un panorama complicado de las cuentas públicas y les volvió a pedir a sus funcionarios que no haya dilaciones.

Das Neves sabe que los problemas que no se resuelven en la primera etapa serán una complicación extra cuando todavía se estén tratando de encaminar las dificultades que requerirán un plazo más largo.

Todos somos petroleros

“Nosotros vamos a estar al lado de ellos”, dijo esta semana el gobernador para graficar sin medias tintas de qué lado estaba parado en el conflicto que más preocupa al Gobierno provincial en este arranque del año.

Tal vez, buena parte de la sociedad chubutense que está disfrutando de sus vacaciones y que no tiene mucha idea de lo que sucede en el sur provincial ni de la importancia que tiene el petróleo en el presente y futuro de sus vidas, desconozca las horas decisivas que está viviendo esa industria.

La extracción de petróleo es la actividad económica dominante de la provincia del Chubut pero se mueve bajo la influencia del precio internacional del crudo y está sujeto a decisiones políticas que se toman en la Casa Rosada, como la regulación de los precios internos.

El poder de maniobra de Chubut es, si se quiere, estrecho pero igualmente relevante. No por nada el gobernador Das Neves y el líder de los petroleros, Jorge “Loma” Ávila, hablaron recientemente de “cerrar las llaves” del petróleo y el gas. Suena a utopía pero no tanto.

Marcha de la bronca

Por eso Das Neves se puso decididamente del lado de la vereda desde la que reclaman los trabajadores petroleros. Y no se equivocó: la impactante marcha de más de 15 mil personas por las calles de Comodoro Rivadavia son la muestra más acabada de lo que significa poner a una ciudad de pie al lado de su recurso económico más importante.

La crisis petrolera podría ser el primer gran chispazo entre Macri y Das Neves. Ambos se dispensan elogios en los últimos tiempos pero el chubutense ya le advirtió que las dificultades que atraviesa la industria del petróleo no admiten dilaciones ni decisiones equivocadas.

Das Neves mira de reojo lo que viene haciendo Juan José Aranguren, el polémico ministro de Energía y Minería, que no termina de tomar el toro por las astas y demora respuestas concretas a las demandas de las dos provincias petroleras por excelencia: Chubut y Neuquén.

La impactante movilización de los petroleros tuvo repercusiones. Aunque no se tradujeron en acciones públicas, fuentes del Gobierno provincial aseguran que se dejaron traslucir ciertas reacciones del sector empresarial y también del Gobierno nacional.

Desde Provincia destacan las buenas vías de diálogo con el mayor operador petrolero de Chubut y el segundo del país, Pan American Energy, pero admiten dificultades con la empresa Tecpetrol, que sigue amenazando con bajar equipos petroleros.

Das Neves instruyó a sus funcionarios para que aceleren el proceso de seguimiento y control del contrato con Tecpetrol para que no haya ningún tipo de incumplimiento de las obligaciones por parte de la compañía que pertenece al poderoso conglomerado Techint.

Mañana, ¿reunión clave?

La crisis petrolera no se discute sólo puertas adentro de Chubut. El gremio liderado por “Loma” Ávila viene manteniendo ingentes reuniones en Buenos Aires, en donde se “cocinan” las soluciones.

Este lunes, Ávila se volverá a reunir con funcionarios nacionales y directivos de las operadoras, como ya hizo la semana pasada con el ministro de Trabajo de Nación, Jorge Triaca, y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, para acercar posiciones y poder encontrar una salida.

Ávila logró que Triaca ordenara una conciliación obligatoria ante los posibles despidos en Tecpetrol y se entusiasma con que esta semana haya un avance definitivo que implique la firma de un acuerdo con todas las partes, y hasta que incluya la presencia del gobernador.

Hay algo que todos deberían saber: si a los 10 mil trabajadores petroleros les empieza a ir mal, nos va a ir mal a los 550 mil chubutenses.

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Marcha con todos. La movilización petrolera resultó impactante. Sindicatos y gobierno pujan para el mismo lado.
02 ENE 2016 - 22:12

Todos los comienzos generan incertidumbres y desafíos. El 2016 arranca con un nuevo gobierno en Chubut y uno nuevo al mando de las riendas de la Argentina. Los triunfos de Mario Das Neves y Mauricio Macri despertaron una expectativa inédita y eso implica que la gente esperará de ellos los “cambios” que tanto reclamaban.

En el caso de Das Neves, la gente ya lo conoce. Dio la talla en dos períodos anteriores y ahora, como les gusta decir al círculo íntimo del gobernador, viene “por el bronce.” El tres veces gobernador no se permitirá la intrascendencia y muchos menos el fracaso.

A Macri las cosas no le resultarán sencillas. Logró sumar en tiempo de descuento el puñado de votos necesarios para ganarle por poco al kirchnerismo y ahora se encontró al frente de un país dividido que en sus primeras tres semanas, incluyó un torbellino de medidas, lo hizo cosechar apoyos pero también muchas críticas.

Si bien buena parte de la sociedad –la que lo voto y la que no- entendía que el nuevo Presidente debía echar mano rápidamente a las medidas que fueran necesarias para marcar la cancha a los nuevos tiempos, Macri se vio envuelto demasiado rápido en un esquema de toma de decisiones fuertes a través de decretos de necesidad y urgencia, que en la mayoría de los casos parecían no tener ni demasiada necesidad ni mucho menos urgencia.

Resbaló al querer imponer en sus primeros días al mando del país dos ministros para la Corte Suprema de Justicia con la letra chica de un artículo de la Constitución Nacional que no se usaba desde hace más de un siglo y medio.

Transfirió demasiado poder económico a través de la devaluación y la quita de retenciones a los grandes exportadores, en detrimento de las clases media y baja, que por ahora no han visto una sola decisión que los beneficie.

Y no logró controlar la estampida de precios que generó el ruidoso cambio de gobierno. No fue sólo su culpa pero ya es tarde para echarle la culpa al kirchnerismo. La gente ya no se cree a libro cerrado el argumento de la “herencia recibida”.

Tal vez se trate de los sacudones que todos los líderes suelen tener apenas asumen, un período que suele preceder a momentos de mayor estabilidad y confianza de la sociedad. Pero para garantizar que eso suceda, Macri deberá dar señales de su promesa de “mejorar lo bueno y cambiar lo malo”. Hasta ahora parece haber habido cambios en algunas de las cosas que estaban bien y profundización de lo que ya se venía haciendo mal.

El Presidente tiene el crédito abierto pero, se sabe, nada es eterno.

Confianza

Das Neves tiene otros desafíos y problemas que resolver pero, a diferencia de Macri, cuenta con toda la confianza de la gente. La que lo votó y la que no. Todos saben que el cargo no le pesa ni un poco y que hará trabajar y marchar hasta al funcionario más holgazán.

Las virtudes de Das Neves serán una gran ayuda pero los problemas existen, son en algunos casos graves y habrá que administrarlos y resolverlos con pericia y celeridad, según el caso.

Ayer, en una numerosa reunión de Gabinete en la Casa de Gobierno para evaluar las primeras tres semanas de gestión, el gobernador volvió a trazar un panorama complicado de las cuentas públicas y les volvió a pedir a sus funcionarios que no haya dilaciones.

Das Neves sabe que los problemas que no se resuelven en la primera etapa serán una complicación extra cuando todavía se estén tratando de encaminar las dificultades que requerirán un plazo más largo.

Todos somos petroleros

“Nosotros vamos a estar al lado de ellos”, dijo esta semana el gobernador para graficar sin medias tintas de qué lado estaba parado en el conflicto que más preocupa al Gobierno provincial en este arranque del año.

Tal vez, buena parte de la sociedad chubutense que está disfrutando de sus vacaciones y que no tiene mucha idea de lo que sucede en el sur provincial ni de la importancia que tiene el petróleo en el presente y futuro de sus vidas, desconozca las horas decisivas que está viviendo esa industria.

La extracción de petróleo es la actividad económica dominante de la provincia del Chubut pero se mueve bajo la influencia del precio internacional del crudo y está sujeto a decisiones políticas que se toman en la Casa Rosada, como la regulación de los precios internos.

El poder de maniobra de Chubut es, si se quiere, estrecho pero igualmente relevante. No por nada el gobernador Das Neves y el líder de los petroleros, Jorge “Loma” Ávila, hablaron recientemente de “cerrar las llaves” del petróleo y el gas. Suena a utopía pero no tanto.

Marcha de la bronca

Por eso Das Neves se puso decididamente del lado de la vereda desde la que reclaman los trabajadores petroleros. Y no se equivocó: la impactante marcha de más de 15 mil personas por las calles de Comodoro Rivadavia son la muestra más acabada de lo que significa poner a una ciudad de pie al lado de su recurso económico más importante.

La crisis petrolera podría ser el primer gran chispazo entre Macri y Das Neves. Ambos se dispensan elogios en los últimos tiempos pero el chubutense ya le advirtió que las dificultades que atraviesa la industria del petróleo no admiten dilaciones ni decisiones equivocadas.

Das Neves mira de reojo lo que viene haciendo Juan José Aranguren, el polémico ministro de Energía y Minería, que no termina de tomar el toro por las astas y demora respuestas concretas a las demandas de las dos provincias petroleras por excelencia: Chubut y Neuquén.

La impactante movilización de los petroleros tuvo repercusiones. Aunque no se tradujeron en acciones públicas, fuentes del Gobierno provincial aseguran que se dejaron traslucir ciertas reacciones del sector empresarial y también del Gobierno nacional.

Desde Provincia destacan las buenas vías de diálogo con el mayor operador petrolero de Chubut y el segundo del país, Pan American Energy, pero admiten dificultades con la empresa Tecpetrol, que sigue amenazando con bajar equipos petroleros.

Das Neves instruyó a sus funcionarios para que aceleren el proceso de seguimiento y control del contrato con Tecpetrol para que no haya ningún tipo de incumplimiento de las obligaciones por parte de la compañía que pertenece al poderoso conglomerado Techint.

Mañana, ¿reunión clave?

La crisis petrolera no se discute sólo puertas adentro de Chubut. El gremio liderado por “Loma” Ávila viene manteniendo ingentes reuniones en Buenos Aires, en donde se “cocinan” las soluciones.

Este lunes, Ávila se volverá a reunir con funcionarios nacionales y directivos de las operadoras, como ya hizo la semana pasada con el ministro de Trabajo de Nación, Jorge Triaca, y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, para acercar posiciones y poder encontrar una salida.

Ávila logró que Triaca ordenara una conciliación obligatoria ante los posibles despidos en Tecpetrol y se entusiasma con que esta semana haya un avance definitivo que implique la firma de un acuerdo con todas las partes, y hasta que incluya la presencia del gobernador.

Hay algo que todos deberían saber: si a los 10 mil trabajadores petroleros les empieza a ir mal, nos va a ir mal a los 550 mil chubutenses.


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