"Necesitamos tres nuevos dibujantes, pero es difícil. No es un simple contrato de trabajo, es un compromiso de vida porque los dibujantes son las personas más expuestas a las venganzas de los extremistas", indicó el director financiero, Éric Portheault, quien agregó que esa es la "prioridad" de Charlie Hebdo.
El director financiero admitió las dificultades de la búsqueda y que él mismo tiene miedo, tras subrayar que "lo contrario no sería realista" puesto que los trabajadores del semanario tienen protección policial las 24 horas del día y "trabajar en esas condiciones no es fácil", según informó la agencia de noticias EFE.
Contó que los dos accionistas de "Charlie Hebdo", el director Riss y el propio director financiero, van a abrir "progresivamente" el capital.
"Pero todos los empleados no serán accionistas", explicó Portheault en una entrevista publicada hoy por "Le Figaro".
Los criterios para poder entrar en el capital serán "en primer lugar la competencia" y "la confianza recíproca".
Tras las discordias en el interior del equipo -varios miembros lo han abandonado por diferencias con los accionistas tras los atentados-, Portheault hizo hincapié en que "la empresa tiene que funcionar con accionistas que se entiendan, que se respeten y que tengan la misma línea directriz".
Para el número especial del aniversario del atentado, que salió a la venta la semana pasada con un millón de ejemplares, se va a ampliar la tirada "para hacer frente a la demanda", contó el director financiero, que sin embargo aclaró que no se llegará a los siete millones de revistas que se colocaron en el primer número tras el ataque terrorista.
Las ventas -explicó- rondan los 100.000 ejemplares por semana, cinco veces las que tenían antes del atentado, a lo que hay que añadir 180.000 abonos frente a los 10.000 que había anteriormente.
Portheault reiteró que los 4 millones de euros que obtuvieron por donaciones están en una cuenta y "un comité de sabios" determinará cómo se reparten entre los familiares de las víctimas de la matanza.
En cuanto a los 20 millones de euros de tesorería conseguida por las ventas excepcionales, se guardará para garantizar la continuidad de la publicación.
"El objetivo es que en caso de mala fortuna, no tengamos preocupaciones financieras y podamos reinvertir en actividades remuneradoras", aseguró el director financiero.
El 7 de enero de 2015 Charlie Hebdo fue víctima de un ataque llevado a cabo en la ciudad de París, cuando los hermanos Said y Chérif Kouachi enmascarados y armados con rifles de asalto y otras armas entraron en las oficinas del semanario y dispararon alrededor de 50 tiros, matando a 12 personas e hiriendo a otros 11 al grito de "Al·lahu-àkbar".
En el asalto también murió un oficial de la Policía Nacional de Francia.
Francia elevó el Vigipirate (su alerta de terrorismo) a su nivel más alto y desplegó a soldados en Isla de Francia y Picardía.
El ataque fue reivindicado por la rama yemení de Al Qaeda.
Tras una fuga que mantuvo al país en vilo, los hermanos Kouachi murieron a manos de la policía dos días más tarde en una imprenta al noreste de París en la que se habían atrincherado, además de un cómplice de los dos hombres, Amedy Coulibaly, quien la víspera había asesinado a una policía y tomó como rehenes en un supermercado judío de la capital a una decena de personas, cuatro de los cuales también murieron.
"Necesitamos tres nuevos dibujantes, pero es difícil. No es un simple contrato de trabajo, es un compromiso de vida porque los dibujantes son las personas más expuestas a las venganzas de los extremistas", indicó el director financiero, Éric Portheault, quien agregó que esa es la "prioridad" de Charlie Hebdo.
El director financiero admitió las dificultades de la búsqueda y que él mismo tiene miedo, tras subrayar que "lo contrario no sería realista" puesto que los trabajadores del semanario tienen protección policial las 24 horas del día y "trabajar en esas condiciones no es fácil", según informó la agencia de noticias EFE.
Contó que los dos accionistas de "Charlie Hebdo", el director Riss y el propio director financiero, van a abrir "progresivamente" el capital.
"Pero todos los empleados no serán accionistas", explicó Portheault en una entrevista publicada hoy por "Le Figaro".
Los criterios para poder entrar en el capital serán "en primer lugar la competencia" y "la confianza recíproca".
Tras las discordias en el interior del equipo -varios miembros lo han abandonado por diferencias con los accionistas tras los atentados-, Portheault hizo hincapié en que "la empresa tiene que funcionar con accionistas que se entiendan, que se respeten y que tengan la misma línea directriz".
Para el número especial del aniversario del atentado, que salió a la venta la semana pasada con un millón de ejemplares, se va a ampliar la tirada "para hacer frente a la demanda", contó el director financiero, que sin embargo aclaró que no se llegará a los siete millones de revistas que se colocaron en el primer número tras el ataque terrorista.
Las ventas -explicó- rondan los 100.000 ejemplares por semana, cinco veces las que tenían antes del atentado, a lo que hay que añadir 180.000 abonos frente a los 10.000 que había anteriormente.
Portheault reiteró que los 4 millones de euros que obtuvieron por donaciones están en una cuenta y "un comité de sabios" determinará cómo se reparten entre los familiares de las víctimas de la matanza.
En cuanto a los 20 millones de euros de tesorería conseguida por las ventas excepcionales, se guardará para garantizar la continuidad de la publicación.
"El objetivo es que en caso de mala fortuna, no tengamos preocupaciones financieras y podamos reinvertir en actividades remuneradoras", aseguró el director financiero.
El 7 de enero de 2015 Charlie Hebdo fue víctima de un ataque llevado a cabo en la ciudad de París, cuando los hermanos Said y Chérif Kouachi enmascarados y armados con rifles de asalto y otras armas entraron en las oficinas del semanario y dispararon alrededor de 50 tiros, matando a 12 personas e hiriendo a otros 11 al grito de "Al·lahu-àkbar".
En el asalto también murió un oficial de la Policía Nacional de Francia.
Francia elevó el Vigipirate (su alerta de terrorismo) a su nivel más alto y desplegó a soldados en Isla de Francia y Picardía.
El ataque fue reivindicado por la rama yemení de Al Qaeda.
Tras una fuga que mantuvo al país en vilo, los hermanos Kouachi murieron a manos de la policía dos días más tarde en una imprenta al noreste de París en la que se habían atrincherado, además de un cómplice de los dos hombres, Amedy Coulibaly, quien la víspera había asesinado a una policía y tomó como rehenes en un supermercado judío de la capital a una decena de personas, cuatro de los cuales también murieron.