Otro modelo de GIRSU

Esquel, Trevelin y Los Alerces también procesan sus residuos. La operatoria es toda estatal y el presupuesto, $17 millones por año. Acopian material de poda, neumáticos y chatarra.

31 ENE 2016 - 21:35 | Actualizado

La cordillera tiene su propio GIRSU y a diferencia de la comarca VIRCh Valdés, donde el servicio está tercerizado, allí el proyecto lo realiza el Estado. Desde 2009 Esquel, Trevelin y la administración del Parque Nacional Los Alerces llevan adelante un proyecto para la clasificación y disposición final de residuos sólidos urbanos. El último destino es el relleno sanitario ubicado a 18 kilómetros de Esquel, donde se separan y acopian residuos asimilables a urbanos.

A diferencia de la experiencia valletana, el GIRSU cordillerano es operado en su totalidad por el Estado por un acuerdo por el cual las tres partes cofinancian en partes proporcionales el proyecto. La recolección corre por cuenta de las dos comunas y el Parque Nacional y desde allí son llevados al complejo del GIRSU, donde trabajan 48 operarios y toda la unidad depende de un gerente general.

El servicio cuesta $17 millones por año, sostenido por el aporte de los vecinos de Esquel con impuestos y contribuciones, mientras que Trevelin sostiene el sueldo de 5 empleados y el alquiler de un camión volcador. Parques Nacionales abona a través de rentas un bono por tonelada de basura que aporta al sistema, según indicó Raúl Páez, gerente del GIRSU cordillerano.

La diferencia en los costos - $17 millones allá y $60 en el VIRCh- también se verifica en la cantidad de residuos procesados. Mientras en el GIRSU Esquel se estima que el ingreso promedio va de las 1.300 a las 1.500 toneladas, el Consorcio Intermunicipal VIRCh-Valdes estima un volumen de procesamiento promedio de 3.700 toneladas desde el inicio de sus operaciones en abril de 2013.

Otro punto que diferencia al sistema que funciona hace casi 8 años en la cordillera es que además de la basura domiciliaria, se contiene un importante volumen de residuos asimilables a urbanos, como el producido de la poda de árboles, la chatarra y los neumáticos, además del desecho orgánico producido por el matadero local, siempre y cuando mantenga las condiciones de humedad requerida para su disposición final.

En el caso de ramas, la chatarra y los neumáticos, cada uno tiene su propio espacio de acopio. El material inorgánico que no pueda utilizarse para elaborar compost va a un relleno sanitario de doble capa aislante. Páez indicó que se proyecta un nuevo módulo de enterramiento ya que el que se usa va llegando a su vida útil estimada en diez años, tiempo que se acortó a raíz del incremento en la producción de residuos.

Cifras

Los residuos tienen dos modalidades de ingreso a la planta del GIRSU cordillerano. Martes y jueves entran los residuos inorgánicos. Se procesan en un 100% en una estación especial donde se separa vidrio, cartón, papel, envases PET y PEAD, además de envases Tetra Pak.

Tendrán a futuro un procesamiento local a partir del desarrollo de un proyecto de jóvenes de la ciudad que elaboraron aglomerado y chapas a partir de ese material.

Detalles

Una vez seleccionado, el material inorgánico pasa a almacenamiento en fardos. Se estima en un promedio del 30% el recupero tras el procesamiento de la basura ingresada a la nave de residuos de secos.

Tras su acopio se venden por ofrecimiento público, por lo general dos veces por año.

En cuanto al material orgánico, ingresa tres veces por semana a la planta pero a un sector diferente al usado para separar materiales secos.

En el caso de la basura orgánica, el 70% de los que se recolectan en los barrios de Esquel se procesa; el 30% restante va a relleno sanitario, junto con la toda la basura que llega de Trevelin.

De todo ese material se obtienen entre 20 y 30 toneladas de compost al año, repartido entre los vecinos de Esquel que adhieran al programa “Ecocanje”: entregan diez unidades de cada material reciclable (PET, cartón, papel, vidrio, aluminio y tetra pak) y reciben 4 kilos de compost para su jardín o huerta. Cabe entonces la comparación con el sistema GIRSU valletano.

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31 ENE 2016 - 21:35

La cordillera tiene su propio GIRSU y a diferencia de la comarca VIRCh Valdés, donde el servicio está tercerizado, allí el proyecto lo realiza el Estado. Desde 2009 Esquel, Trevelin y la administración del Parque Nacional Los Alerces llevan adelante un proyecto para la clasificación y disposición final de residuos sólidos urbanos. El último destino es el relleno sanitario ubicado a 18 kilómetros de Esquel, donde se separan y acopian residuos asimilables a urbanos.

A diferencia de la experiencia valletana, el GIRSU cordillerano es operado en su totalidad por el Estado por un acuerdo por el cual las tres partes cofinancian en partes proporcionales el proyecto. La recolección corre por cuenta de las dos comunas y el Parque Nacional y desde allí son llevados al complejo del GIRSU, donde trabajan 48 operarios y toda la unidad depende de un gerente general.

El servicio cuesta $17 millones por año, sostenido por el aporte de los vecinos de Esquel con impuestos y contribuciones, mientras que Trevelin sostiene el sueldo de 5 empleados y el alquiler de un camión volcador. Parques Nacionales abona a través de rentas un bono por tonelada de basura que aporta al sistema, según indicó Raúl Páez, gerente del GIRSU cordillerano.

La diferencia en los costos - $17 millones allá y $60 en el VIRCh- también se verifica en la cantidad de residuos procesados. Mientras en el GIRSU Esquel se estima que el ingreso promedio va de las 1.300 a las 1.500 toneladas, el Consorcio Intermunicipal VIRCh-Valdes estima un volumen de procesamiento promedio de 3.700 toneladas desde el inicio de sus operaciones en abril de 2013.

Otro punto que diferencia al sistema que funciona hace casi 8 años en la cordillera es que además de la basura domiciliaria, se contiene un importante volumen de residuos asimilables a urbanos, como el producido de la poda de árboles, la chatarra y los neumáticos, además del desecho orgánico producido por el matadero local, siempre y cuando mantenga las condiciones de humedad requerida para su disposición final.

En el caso de ramas, la chatarra y los neumáticos, cada uno tiene su propio espacio de acopio. El material inorgánico que no pueda utilizarse para elaborar compost va a un relleno sanitario de doble capa aislante. Páez indicó que se proyecta un nuevo módulo de enterramiento ya que el que se usa va llegando a su vida útil estimada en diez años, tiempo que se acortó a raíz del incremento en la producción de residuos.

Cifras

Los residuos tienen dos modalidades de ingreso a la planta del GIRSU cordillerano. Martes y jueves entran los residuos inorgánicos. Se procesan en un 100% en una estación especial donde se separa vidrio, cartón, papel, envases PET y PEAD, además de envases Tetra Pak.

Tendrán a futuro un procesamiento local a partir del desarrollo de un proyecto de jóvenes de la ciudad que elaboraron aglomerado y chapas a partir de ese material.

Detalles

Una vez seleccionado, el material inorgánico pasa a almacenamiento en fardos. Se estima en un promedio del 30% el recupero tras el procesamiento de la basura ingresada a la nave de residuos de secos.

Tras su acopio se venden por ofrecimiento público, por lo general dos veces por año.

En cuanto al material orgánico, ingresa tres veces por semana a la planta pero a un sector diferente al usado para separar materiales secos.

En el caso de la basura orgánica, el 70% de los que se recolectan en los barrios de Esquel se procesa; el 30% restante va a relleno sanitario, junto con la toda la basura que llega de Trevelin.

De todo ese material se obtienen entre 20 y 30 toneladas de compost al año, repartido entre los vecinos de Esquel que adhieran al programa “Ecocanje”: entregan diez unidades de cada material reciclable (PET, cartón, papel, vidrio, aluminio y tetra pak) y reciben 4 kilos de compost para su jardín o huerta. Cabe entonces la comparación con el sistema GIRSU valletano.