Se agrava la crisis en la frontera sirio-turca

Más de medio millar de personas murieron este mes por una ofensiva sirio-rusa en la norteña provincia siria de Alepo, según informó hoy una ONG, mientras crece la presión sobre Turquía para que deje entrar a decenas de miles refugiados más que escapan de los combates y sobre Rusia para que detenga sus bombardeos.

10 FEB 2016 - 18:23 | Actualizado

Naciones Unidas ya ha exhortado a Rusia a frenar sus ataques aéreos en Siria antes de nuevos esfuerzos diplomáticos para tratar de detener la guerra, incluyendo una reunión de cancilleres convocada para mañana en Múnich, Alemania, con la meta de volver a poner en marcha el problemático proceso de paz.

Redoblando la presión sobre Rusia, el Reino Unido, Francia y sus aliados en el Consejo de Seguridad volvieron a exigir hoy a Rusia que pare con sus ataques aéreos en Alepo y al gobierno sirio del presidente Bashar Al Assad que permita el ingreso de ayuda humanitaria a ciudades sitiadas por el Ejército.

Desde Washington, en tanto, Estados Unidos dijo que la ofensiva de Rusia en Alepo está beneficiando al Estado Islámico (EI) al tener como blanco a grupos rebeldes que, al mismo tiempo, combaten al gobierno de Al Assad y al grupo islamista radical, dando otro ángulo a sus críticas a las operaciones rusas.

El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, una ONG con sede en Londres y opositora al gobierno de Bashar Al Assad,informó hoy que al menos 518 personas, entre ellas 101 civiles, murieron desde que el Ejército sirio y la aviación rusa lanzaron su ofensiva en Alepo, el 1 de febrero.

Entre los muertos se incluyen 23 niños que fallecieron en ataques aéreos rusos, agregó la ONG, que documenta la guerra mediante una red de informantes en Siria.

Decenas de miles de refugiados sirios seguían hoy agolpados en el paso fronterizo turco de Oncupinar, que Turquía ha mantenido cerrado desde hace días pese a reiterados pedidos de la ONU y varios países.

Hoy, las máximas autoridades turcas criticaron estos llamados a dejar entrar a más refugiados y hasta los calificaron de "hipócritas" por considerar que no se hace nada por exigir a Rusia que frene los bombardeos que provocaron el nuevo éxodo.

Turquía -que ya alberga a 3 millones de refugiados, incluyendo a más de 2,5 millones de sirios- ha optado por asistir a la nueva oleada de refugiados en campamentos ubicados del lado sirio de la frontera, pese a cuestionamientos de la ONU.

Con el paso fronterizo aún cerrado para los refugiados, el organismo de la ONU para los refugiados (Acnur) volvió a exhortar hoy a Turquía a admitir a "todos los civiles que están huyendo del peligro y buscando protección internacional, como lo han hecho desde el comienzo de la crisis".

En rueda de prensa en La Haya con su par holandés, el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, dijo hoy que el Consejo de Seguridad de la ONU y la comunidad internacional tienen "dos caras" porque le piden a Turquía que abra sus fronteras pero no mueven "ni un dedo para resolver la crisis siria" ni detener los ataques rusos.

"Encuentro hipócrita que algunos círculos le digan a Turquía 'abrí tus fronteras' mientras no le dicen a Rusia 'ya es suficiente'", dijo Davutoglu, quien sin embargo no mencionó que los rebeldes que operan en Alepo cuentan con apoyo de Turquía, de donde reciben armas.

Más duro incluso fue el presidente, Recep Tayyip Erdogan: "Nosotros hemos recibido hasta ahora en nuestro hogar a tres millones de sirios e iraquíes. ¿A cuántos has recibido tú? ¿En qué país?", dijo en Ankara, dirigiéndose a Naciones Unidas.

Davutoglu dijo que el paso de Oncupinar, en la provincia de Kilis, aunque cerrado para los refugiados, sigue abierto al tránsito de camiones que llevan ayuda humanitaria hacia el lado sirio, donde están agolpados las decenas de miles de desplazados en varios campamentos, muchos durmiendo a la intemperie.

Cuántos son es una pregunta difícil. "Unos 30.000", estimó Abdussalam Sherif, logista de la ONG turca Insan Yardim Vakfi (IHH), en declaraciones a la agencia de noticias EFE, aunque Davutoglu mencionó una cifra de 60.000.

La organización humanitaria internacional Médicos Sin Fronteras (MSF) dijo hoy que el sistema de salud en los alrededores de la localidad de Azaz, en la provincia de Alepo, estaba "al borde del colapso" debido a la intensificación de los combates en el área.

Desde el sábado pasado, un hospital de MSF en Azaz registró un aumento del 50% de las consultas en su departamento de pacientes ambulatorios, muchos de los cuales sufren infecciones respiratorias, dijo Muskilda Zancada, jefa de la misión de MSF en Siria.

La semana pasada, la ONU suspendió conversaciones de paz para Siria que había abierto días antes en Ginebra en medio de diferencias insalvables entre el gobierno y la oposición siria potenciadas por la ofensiva en Alepo, aunque espera reanudarlas antes de fin de mes.

El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, ha encabezado las críticas a Rusia acusándola de haber socavado los esfuerzos diplomáticos para Siria con sus ataques en Alepo en apoyo a Al Assad.

Kerry y otros 20 cancilleres, incluyendo al ruso Serguei Lavrov, se reunirán mañana en Múnich para tratar de acordar un alto el fuego y un acceso de ayuda humanitaria a las ciudad asediadas por el Ejército.

Antes del encuentro, Francia, el Reino Unido y sus aliados en el Consejo de Seguridad volvieron a criticar hoy a Rusia por sus operaciones en Siria y a pedir el fin de los ataques y el ingreso de ayuda humanitaria.

"Permítanme ser claro sobre esto: no estamos pidiendo un favor al régimen sirio y sus aliados, es su obligación", dijo el embajador francés ante la ONU, Francois Delattre, a periodistas.

El Consejo de Seguridad se reunió para discutir la crisis en Alepo, a pedido de España y Nueva Zelanda.

En los últimos días, el Ejército sirio recuperó varias localidades cerca de Alepo, la capital provincial, y logró cortar una vía de suministros clave que los rebeldes usaban para abastecerse en la ciudad, dividida desde 2012 en un sector este controlado por los insurgentes y un sector oeste bajo control del gobierno.

Cuatro meses de ataques rusos han inclinado la balanza claramente a favor del Ejército sirio, que antes de la intervención rusa parecía al borde de la derrota, complicado ante múltiples frentes.

Occidente ha dicho que la mayoría de los bombardeos rusos han tenido como blanco a grupos rebeldes apoyados por Turquía, Arabia Saudita o Estados Unidos, y no el EI.

Estados Unidos encabeza una coalición de países que desde 2014 realiza una campaña de bombardeos contra el EI, separada de la de Rusia.

"Lo que Rusia está haciendo es beneficiar directamente al EI" con su ofensiva en Alepo contra grupos rebeldes que lo combaten, dijo hoy Brett McGurk, el enviado especial estadounidense para la coalición anti EI, en un testimonio ante la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, en Washington.

10 FEB 2016 - 18:23

Naciones Unidas ya ha exhortado a Rusia a frenar sus ataques aéreos en Siria antes de nuevos esfuerzos diplomáticos para tratar de detener la guerra, incluyendo una reunión de cancilleres convocada para mañana en Múnich, Alemania, con la meta de volver a poner en marcha el problemático proceso de paz.

Redoblando la presión sobre Rusia, el Reino Unido, Francia y sus aliados en el Consejo de Seguridad volvieron a exigir hoy a Rusia que pare con sus ataques aéreos en Alepo y al gobierno sirio del presidente Bashar Al Assad que permita el ingreso de ayuda humanitaria a ciudades sitiadas por el Ejército.

Desde Washington, en tanto, Estados Unidos dijo que la ofensiva de Rusia en Alepo está beneficiando al Estado Islámico (EI) al tener como blanco a grupos rebeldes que, al mismo tiempo, combaten al gobierno de Al Assad y al grupo islamista radical, dando otro ángulo a sus críticas a las operaciones rusas.

El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, una ONG con sede en Londres y opositora al gobierno de Bashar Al Assad,informó hoy que al menos 518 personas, entre ellas 101 civiles, murieron desde que el Ejército sirio y la aviación rusa lanzaron su ofensiva en Alepo, el 1 de febrero.

Entre los muertos se incluyen 23 niños que fallecieron en ataques aéreos rusos, agregó la ONG, que documenta la guerra mediante una red de informantes en Siria.

Decenas de miles de refugiados sirios seguían hoy agolpados en el paso fronterizo turco de Oncupinar, que Turquía ha mantenido cerrado desde hace días pese a reiterados pedidos de la ONU y varios países.

Hoy, las máximas autoridades turcas criticaron estos llamados a dejar entrar a más refugiados y hasta los calificaron de "hipócritas" por considerar que no se hace nada por exigir a Rusia que frene los bombardeos que provocaron el nuevo éxodo.

Turquía -que ya alberga a 3 millones de refugiados, incluyendo a más de 2,5 millones de sirios- ha optado por asistir a la nueva oleada de refugiados en campamentos ubicados del lado sirio de la frontera, pese a cuestionamientos de la ONU.

Con el paso fronterizo aún cerrado para los refugiados, el organismo de la ONU para los refugiados (Acnur) volvió a exhortar hoy a Turquía a admitir a "todos los civiles que están huyendo del peligro y buscando protección internacional, como lo han hecho desde el comienzo de la crisis".

En rueda de prensa en La Haya con su par holandés, el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, dijo hoy que el Consejo de Seguridad de la ONU y la comunidad internacional tienen "dos caras" porque le piden a Turquía que abra sus fronteras pero no mueven "ni un dedo para resolver la crisis siria" ni detener los ataques rusos.

"Encuentro hipócrita que algunos círculos le digan a Turquía 'abrí tus fronteras' mientras no le dicen a Rusia 'ya es suficiente'", dijo Davutoglu, quien sin embargo no mencionó que los rebeldes que operan en Alepo cuentan con apoyo de Turquía, de donde reciben armas.

Más duro incluso fue el presidente, Recep Tayyip Erdogan: "Nosotros hemos recibido hasta ahora en nuestro hogar a tres millones de sirios e iraquíes. ¿A cuántos has recibido tú? ¿En qué país?", dijo en Ankara, dirigiéndose a Naciones Unidas.

Davutoglu dijo que el paso de Oncupinar, en la provincia de Kilis, aunque cerrado para los refugiados, sigue abierto al tránsito de camiones que llevan ayuda humanitaria hacia el lado sirio, donde están agolpados las decenas de miles de desplazados en varios campamentos, muchos durmiendo a la intemperie.

Cuántos son es una pregunta difícil. "Unos 30.000", estimó Abdussalam Sherif, logista de la ONG turca Insan Yardim Vakfi (IHH), en declaraciones a la agencia de noticias EFE, aunque Davutoglu mencionó una cifra de 60.000.

La organización humanitaria internacional Médicos Sin Fronteras (MSF) dijo hoy que el sistema de salud en los alrededores de la localidad de Azaz, en la provincia de Alepo, estaba "al borde del colapso" debido a la intensificación de los combates en el área.

Desde el sábado pasado, un hospital de MSF en Azaz registró un aumento del 50% de las consultas en su departamento de pacientes ambulatorios, muchos de los cuales sufren infecciones respiratorias, dijo Muskilda Zancada, jefa de la misión de MSF en Siria.

La semana pasada, la ONU suspendió conversaciones de paz para Siria que había abierto días antes en Ginebra en medio de diferencias insalvables entre el gobierno y la oposición siria potenciadas por la ofensiva en Alepo, aunque espera reanudarlas antes de fin de mes.

El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, ha encabezado las críticas a Rusia acusándola de haber socavado los esfuerzos diplomáticos para Siria con sus ataques en Alepo en apoyo a Al Assad.

Kerry y otros 20 cancilleres, incluyendo al ruso Serguei Lavrov, se reunirán mañana en Múnich para tratar de acordar un alto el fuego y un acceso de ayuda humanitaria a las ciudad asediadas por el Ejército.

Antes del encuentro, Francia, el Reino Unido y sus aliados en el Consejo de Seguridad volvieron a criticar hoy a Rusia por sus operaciones en Siria y a pedir el fin de los ataques y el ingreso de ayuda humanitaria.

"Permítanme ser claro sobre esto: no estamos pidiendo un favor al régimen sirio y sus aliados, es su obligación", dijo el embajador francés ante la ONU, Francois Delattre, a periodistas.

El Consejo de Seguridad se reunió para discutir la crisis en Alepo, a pedido de España y Nueva Zelanda.

En los últimos días, el Ejército sirio recuperó varias localidades cerca de Alepo, la capital provincial, y logró cortar una vía de suministros clave que los rebeldes usaban para abastecerse en la ciudad, dividida desde 2012 en un sector este controlado por los insurgentes y un sector oeste bajo control del gobierno.

Cuatro meses de ataques rusos han inclinado la balanza claramente a favor del Ejército sirio, que antes de la intervención rusa parecía al borde de la derrota, complicado ante múltiples frentes.

Occidente ha dicho que la mayoría de los bombardeos rusos han tenido como blanco a grupos rebeldes apoyados por Turquía, Arabia Saudita o Estados Unidos, y no el EI.

Estados Unidos encabeza una coalición de países que desde 2014 realiza una campaña de bombardeos contra el EI, separada de la de Rusia.

"Lo que Rusia está haciendo es beneficiar directamente al EI" con su ofensiva en Alepo contra grupos rebeldes que lo combaten, dijo hoy Brett McGurk, el enviado especial estadounidense para la coalición anti EI, en un testimonio ante la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, en Washington.


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