El aliado menos pensado

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Guiño y visita. Macri consolidará su buena relación con Das Neves el 3 de marzo próximo, cuando lo visite en Chubut.
20 FEB 2016 - 21:42 | Actualizado

La relación política que Mauricio Macri y Mario Das Neves construyeron en poco más de setenta días no estaba en los planes de nadie. Ni de ellos mismos.

El gesto de Macri de nombrar a Das Neves con un tono afectuoso en medio de su primer anuncio fuerte en la Casa Rosada, ante los más importantes gobernadores, sindicalistas y empresarios de la Argentina, no pasó inadvertido para nadie. Y se sumó a otro gesto más importante: la confirmación de que lo acompañará el próximo 3 de marzo en la Legislatura provincial durante su discurso inaugural de sesiones ordinarias. No es poca cosa.

Es cierto que ese guiño político presidencial no soluciona los problemas de los chubutenses. Pero es una señal inequívoca de una sintonía entre Nación y Provincia que podría ayudar a transitar los problemas con otra perspectiva.

Ambos se necesitan. A Das Neves se le hizo muy cuesta arriba en su segundo mandato cuando se divorció del kirchnerismo, por lo que ya sabe cuáles son las consecuencias de caminar por veredas políticas distintas a las del Gobierno nacional.

Macri destronó al kirchnerismo con un enorme triunfo electoral en la Provincia de Buenos Aires y el resto de las grandes provincias, pero sigue teniendo un déficit que deberá atacar cuanto antes: juntar voluntades (y manos) en el Congreso –algo que ya viene armando con bastante éxito pero que se verá en los hechos a partir de marzo- y ganar territorialidad para el futuro. El Presidente aspira a estar ocho años en la Casa Rosada y para eso necesita sumar aliados fuertes en las regiones en donde no le fue tan bien en 2015.

Das Neves tiene –a los ojos de Macri- el perfil del peronista no kirchnerista que no necesita de la estructura del Partido Justicialista para ganar elecciones.

A los ojos de Das Neves, Macri ya no es “el límite”, como lo percibía en otros tiempos. Ahora es el Presidente y, como buen peronista que es, el gobernador siente al “calor del poder” como el mejor ámbito para hacer política, esa que como misión principal debe tener siempre el resolver los problemas de la gente.

Algunos lo llaman “pragmatismo”. Otros, peronismo a secas.

Codo a codo

A Macri y Das Neves los unió la crisis petrolera. Fue el mismísimo Presidente el que apuró la firma del acuerdo alcanzado hace tres semanas para calmar un poco la tensa situación de la industria de los hidrocarburos en Chubut, inclusive en contra de la posición intransigente que había demostrado todo el tiempo el antipático ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren.

A Macri le llegó rápido la novedad de los gritos y hasta algún insulto al aire que dio Das Neves contra Aranguren en la reunión previa a la firma del acuerdo por los petroleros. Y dicen que no le cayó nada mal que Aranguren haya encontrado la horma de su zapato.

Pero para llegar a Macri, Das Neves contó con un apoyo clave: el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, que está siendo clave en este armado territorial y que el día de los gritos de Das Neves a Aranguren, se puso sin dudar ni un poco del lado del gobernador.

Frigerio es economista pero siente la política como el ámbito indicado para resolver los problemas. Y tiene aspiraciones, si es que Macri se queda un tiempo largo en Balcarce 50. Por eso convenció al Presidente que era el mejor momento para iniciar un camino de coincidencias con Das Neves.

El gobernador catalogó a esta novedosa relación como “la etapa de diálogo”. Das Neves cree hay que terminar con esa vieja relación entre Nación y Provincias en la cual los gobernadores se dedicaban más a mendigar que a negociar. A escuchar en silencio que a discutir con respeto.

“Tampoco hay que tenerle miedo a las diferencias. Porque si alguna vez no estoy de acuerdo con alguna decisión del gobierno nacional también lo voy a plantear”, aclaró Das Neves para que nadie se confunda.

“Ni me voy a arrodillar ni voy a votar cualquier cosa”, dijo Das Neves, palabras más, palabras menos, para explicar su sintonía con Macri.

La heterogeneidad política que muestra hoy el poder en la Argentina, repartido entre muchos, les da mayor relevancia a los gobernadores. Y eso Das Neves lo sabe mejor que nadie. La composición del Congreso de la Nación es un ejemplo de ello, y la Cámara de Diputados en particular, el lugar que mejor expresa esa mistura política. Nadie tiene los votos suficientes para prescindir de otros.

Luz amarilla

Pero, ya lo dijimos, la relación política que están construyendo Macri y Das Neves no soluciona todos los problemas. La crisis petrolera que los acercó a ambos, por ejemplo, estuvo a punto de estallar por los aires el miércoles pasado, cuando los petroleros de Chubut lanzaron un paro porque las operadoras, según los gremios, estaban boicoteando la “paz social” que habían firmado dos semanas antes –el día de los gritos de Das Neves a Aranguren-.

Aunque a la luz de los hechos, los llamados cruzados entre la Casa de Gobierno en Rawson, la Rosada y los celulares del ministro de Trabajo de la Nación, Jorge Triaca, y del líder de los Petroleros, Jorge “Loma” Ávila, desactivaron rápidamente el paro, el sacudón sirvió para advertirles a las petroleras que esta vez no hay margen para ninguna picardía.

Aunque desde Pan American Energy e YPF salieron a aclarar oficial e informalmente que no estaban incumpliendo el acuerdo, no esbozaron ni un mínimo de defensa sobre la actitud que la empresa Tecpetrol viene teniendo desde que se desató la crisis del crudo.

Tecpetrol es la única que amenazó con despedir 200 petroleros y la que apuró las reuniones de Nación, provincia, operadoras y gremios. Ahora, de nuevo hizo trascender que antes de que termine la “paz social” de seis meses podría romper unilateralmente el acuerdo y dejar petroleros de Chubut en la calle.

Tecpetrol, para los que no lo saben, es una operadora mediana en Chubut pero forma parte de uno de los grupos económicos más grandes de la Argentina, si no el más grande: Techint, de la familia Rocca, el conglomerado siderúrgico y de construcción que se convirtió en la primera multinacional con base en la Argentina.

Ávila dijo que “si Tecpetrol no puede, que se vaya.” Y le pidió al gobernador que evalúe la reversión de las áreas petroleras que la empresa de los Rocca tiene en Chubut.

Esta semana habrá novedades.

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Guiño y visita. Macri consolidará su buena relación con Das Neves el 3 de marzo próximo, cuando lo visite en Chubut.
20 FEB 2016 - 21:42

La relación política que Mauricio Macri y Mario Das Neves construyeron en poco más de setenta días no estaba en los planes de nadie. Ni de ellos mismos.

El gesto de Macri de nombrar a Das Neves con un tono afectuoso en medio de su primer anuncio fuerte en la Casa Rosada, ante los más importantes gobernadores, sindicalistas y empresarios de la Argentina, no pasó inadvertido para nadie. Y se sumó a otro gesto más importante: la confirmación de que lo acompañará el próximo 3 de marzo en la Legislatura provincial durante su discurso inaugural de sesiones ordinarias. No es poca cosa.

Es cierto que ese guiño político presidencial no soluciona los problemas de los chubutenses. Pero es una señal inequívoca de una sintonía entre Nación y Provincia que podría ayudar a transitar los problemas con otra perspectiva.

Ambos se necesitan. A Das Neves se le hizo muy cuesta arriba en su segundo mandato cuando se divorció del kirchnerismo, por lo que ya sabe cuáles son las consecuencias de caminar por veredas políticas distintas a las del Gobierno nacional.

Macri destronó al kirchnerismo con un enorme triunfo electoral en la Provincia de Buenos Aires y el resto de las grandes provincias, pero sigue teniendo un déficit que deberá atacar cuanto antes: juntar voluntades (y manos) en el Congreso –algo que ya viene armando con bastante éxito pero que se verá en los hechos a partir de marzo- y ganar territorialidad para el futuro. El Presidente aspira a estar ocho años en la Casa Rosada y para eso necesita sumar aliados fuertes en las regiones en donde no le fue tan bien en 2015.

Das Neves tiene –a los ojos de Macri- el perfil del peronista no kirchnerista que no necesita de la estructura del Partido Justicialista para ganar elecciones.

A los ojos de Das Neves, Macri ya no es “el límite”, como lo percibía en otros tiempos. Ahora es el Presidente y, como buen peronista que es, el gobernador siente al “calor del poder” como el mejor ámbito para hacer política, esa que como misión principal debe tener siempre el resolver los problemas de la gente.

Algunos lo llaman “pragmatismo”. Otros, peronismo a secas.

Codo a codo

A Macri y Das Neves los unió la crisis petrolera. Fue el mismísimo Presidente el que apuró la firma del acuerdo alcanzado hace tres semanas para calmar un poco la tensa situación de la industria de los hidrocarburos en Chubut, inclusive en contra de la posición intransigente que había demostrado todo el tiempo el antipático ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren.

A Macri le llegó rápido la novedad de los gritos y hasta algún insulto al aire que dio Das Neves contra Aranguren en la reunión previa a la firma del acuerdo por los petroleros. Y dicen que no le cayó nada mal que Aranguren haya encontrado la horma de su zapato.

Pero para llegar a Macri, Das Neves contó con un apoyo clave: el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, que está siendo clave en este armado territorial y que el día de los gritos de Das Neves a Aranguren, se puso sin dudar ni un poco del lado del gobernador.

Frigerio es economista pero siente la política como el ámbito indicado para resolver los problemas. Y tiene aspiraciones, si es que Macri se queda un tiempo largo en Balcarce 50. Por eso convenció al Presidente que era el mejor momento para iniciar un camino de coincidencias con Das Neves.

El gobernador catalogó a esta novedosa relación como “la etapa de diálogo”. Das Neves cree hay que terminar con esa vieja relación entre Nación y Provincias en la cual los gobernadores se dedicaban más a mendigar que a negociar. A escuchar en silencio que a discutir con respeto.

“Tampoco hay que tenerle miedo a las diferencias. Porque si alguna vez no estoy de acuerdo con alguna decisión del gobierno nacional también lo voy a plantear”, aclaró Das Neves para que nadie se confunda.

“Ni me voy a arrodillar ni voy a votar cualquier cosa”, dijo Das Neves, palabras más, palabras menos, para explicar su sintonía con Macri.

La heterogeneidad política que muestra hoy el poder en la Argentina, repartido entre muchos, les da mayor relevancia a los gobernadores. Y eso Das Neves lo sabe mejor que nadie. La composición del Congreso de la Nación es un ejemplo de ello, y la Cámara de Diputados en particular, el lugar que mejor expresa esa mistura política. Nadie tiene los votos suficientes para prescindir de otros.

Luz amarilla

Pero, ya lo dijimos, la relación política que están construyendo Macri y Das Neves no soluciona todos los problemas. La crisis petrolera que los acercó a ambos, por ejemplo, estuvo a punto de estallar por los aires el miércoles pasado, cuando los petroleros de Chubut lanzaron un paro porque las operadoras, según los gremios, estaban boicoteando la “paz social” que habían firmado dos semanas antes –el día de los gritos de Das Neves a Aranguren-.

Aunque a la luz de los hechos, los llamados cruzados entre la Casa de Gobierno en Rawson, la Rosada y los celulares del ministro de Trabajo de la Nación, Jorge Triaca, y del líder de los Petroleros, Jorge “Loma” Ávila, desactivaron rápidamente el paro, el sacudón sirvió para advertirles a las petroleras que esta vez no hay margen para ninguna picardía.

Aunque desde Pan American Energy e YPF salieron a aclarar oficial e informalmente que no estaban incumpliendo el acuerdo, no esbozaron ni un mínimo de defensa sobre la actitud que la empresa Tecpetrol viene teniendo desde que se desató la crisis del crudo.

Tecpetrol es la única que amenazó con despedir 200 petroleros y la que apuró las reuniones de Nación, provincia, operadoras y gremios. Ahora, de nuevo hizo trascender que antes de que termine la “paz social” de seis meses podría romper unilateralmente el acuerdo y dejar petroleros de Chubut en la calle.

Tecpetrol, para los que no lo saben, es una operadora mediana en Chubut pero forma parte de uno de los grupos económicos más grandes de la Argentina, si no el más grande: Techint, de la familia Rocca, el conglomerado siderúrgico y de construcción que se convirtió en la primera multinacional con base en la Argentina.

Ávila dijo que “si Tecpetrol no puede, que se vaya.” Y le pidió al gobernador que evalúe la reversión de las áreas petroleras que la empresa de los Rocca tiene en Chubut.

Esta semana habrá novedades.


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