Los griegos marchan a Atenas contra el ajuste

Decenas de personas comenzaron hoy en Patras, en el norte del Peloponeso griego, una marcha a pie de ocho días organizada por el gobierno de la ciudad que tendrá como destino Atenas y como objetivo, pedirle para pedir que el Gobierno griego tome medidas contra el aumento del desempleo del país.

03 ABR 2016 - 18:23 | Actualizado

A primera hora de la mañana, el alcalde de Patras, Kostas Peletidis, del comunista KKE, dio el puntapié inicial a la marcha de 220 kilómetros, que parará en los próximos días en las ciudades de Egio, Akrata, Xylókastro, Corinto, Agii Theodori, Mégara, Elefsina y Jaidari hasta finalmente llegar a la capital griega el 10 de abril, fecha en la que está convocado una gran manifestación en la plaza Syntagma, frente al Parlamento.

A lo largo de esta semana y finalmente en la simbólica plaza de Atenas, sede de infinitas protestas en la historia reciente de Grecia, los manifestantes pedirán más medidas de protección de los desempleados y sus familias, así como que el gobierno de Alexis Tsipras promueva proyectos, por ejemplo de infraestructuras, para paliar "las necesidades del pueblo", informó la agencia de noticias EFE.

En cada una de estas localidades donde se detendrá la comitiva están programados actos de concienciación como reuniones, conciertos, protestas y eventos culturales.

Peletidis dijo a los medios locales que esta marcha es "un mensaje de esperanza a los ciudadanos que se han convertido en espectadores de unos políticos que les consideran ovejas dispuestas a sacrificarse sin decir una palabra",

"Es hora de escuchar la voz de los desempleados, la voz de los trabajadores, de los pensionistas y de los jóvenes", concluyó Peletidis.

El 25 de enero de 2015, después de cinco años de ajuste implacable, Grecia eligió por mayoría un gobierno encabezado por la coalición de izquierdas Syriza y su propuesta antiajuste contra el monitoreo externo de la economía.

Syriza inició inmediatamente unas negociaciones con sus acreedores, representados por la "Troika" formada por el FMI, el Banco Central Europeo (BCE) y la Comisión Europea (CE), pero la presión de la Unión Europea fue demasiado fuerte y Tsipras terminó aceptando un nuevo acuerdo de ajuste y medidas de austeridad.

03 ABR 2016 - 18:23

A primera hora de la mañana, el alcalde de Patras, Kostas Peletidis, del comunista KKE, dio el puntapié inicial a la marcha de 220 kilómetros, que parará en los próximos días en las ciudades de Egio, Akrata, Xylókastro, Corinto, Agii Theodori, Mégara, Elefsina y Jaidari hasta finalmente llegar a la capital griega el 10 de abril, fecha en la que está convocado una gran manifestación en la plaza Syntagma, frente al Parlamento.

A lo largo de esta semana y finalmente en la simbólica plaza de Atenas, sede de infinitas protestas en la historia reciente de Grecia, los manifestantes pedirán más medidas de protección de los desempleados y sus familias, así como que el gobierno de Alexis Tsipras promueva proyectos, por ejemplo de infraestructuras, para paliar "las necesidades del pueblo", informó la agencia de noticias EFE.

En cada una de estas localidades donde se detendrá la comitiva están programados actos de concienciación como reuniones, conciertos, protestas y eventos culturales.

Peletidis dijo a los medios locales que esta marcha es "un mensaje de esperanza a los ciudadanos que se han convertido en espectadores de unos políticos que les consideran ovejas dispuestas a sacrificarse sin decir una palabra",

"Es hora de escuchar la voz de los desempleados, la voz de los trabajadores, de los pensionistas y de los jóvenes", concluyó Peletidis.

El 25 de enero de 2015, después de cinco años de ajuste implacable, Grecia eligió por mayoría un gobierno encabezado por la coalición de izquierdas Syriza y su propuesta antiajuste contra el monitoreo externo de la economía.

Syriza inició inmediatamente unas negociaciones con sus acreedores, representados por la "Troika" formada por el FMI, el Banco Central Europeo (BCE) y la Comisión Europea (CE), pero la presión de la Unión Europea fue demasiado fuerte y Tsipras terminó aceptando un nuevo acuerdo de ajuste y medidas de austeridad.


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