“Les pido a los jueces que al momento de decidir piensen como si les hubiese pasado a sus hijos”

El joven Daniel Lucas Sorias, golpeado brutalmente a las puertas del boliche Rexo de Trelew, repudió la decisión judicial de dejar en libertad a su agresor, Lucio Bustamante. Junto a sus amigos habló con Jornada. “Me hace pensar que algo está fallando. No sé si la Justicia o nosotros como sociedad."

10 JUL 2016 - 21:51 | Actualizado

Por Lorena Leeming /@Loreleeming

Daniel Lucas Sorias pide no ser recordado como aquel joven que fue agredido por alguien con ánimo de quitarle la vida. A casi un año del brutal ataque, que recibió frente al local Rexo, se recupera. Ganó todas las batallas. Salió del estado crítico en el que había quedado como consecuencia del golpe de puño que recibió primero y una patada después, ya estando en la vereda aquel 30 de agosto de 2015. Está a la espera de un implante coclear porque sufre un zumbido permanente. Perdió, además, el sentido del olfato. Lejos del resentimiento, deslizó que si el acusado de haber intentado matarlo y dejarlo con discapacidad le pide disculpas, las aceptaría. Y le habló a los jueces: “Al momento de decidir, piensen como si les hubiese pasado a sus propios hijos”.

Daniel aceptó una entrevista con Jornada. Fue tras una audiencia en Tribunales en la que se decidió elevar el hecho a juicio. Habló de todo. De su vida, de sus proyectos y de su deseo de que lo sucedido no caiga en saco roto. Es estudiante de Ciencias Económicas. Su anhelo es recibirse de contador público. Sus amigos, que lo acompañaron en todo momento (hasta en la entrevista), aseguran que lo va a lograr sin dudas. Es un chico inteligente. Respetuoso. Usó las palabras justas para describir cada situación y pidió justicia. “¿Algún día seremos mejores que esto?”, expresó, parafraseando el texto de una película.

¿Cómo estás?

De salud, que es lo primero, estoy esperando un implante coclear para recuperar la audición. La necesidad es que se me vaya un zumbido constante y permanente. No siento necesidad de recuperar la audición sino que se me vaya ese zumbido porque no me puedo concentrar. Choco con mis familiares y afectos. A veces me justifico pero me perturbo. Es un aparato importado, la obra social se hizo cargo. Tengo cobertura del 100% con el certificado de discapacidad. El aparato sólo sale $400 y la cirugía %57 mil. Me opero en Buenos Aires. Tuve la pérdida del olfato y me dijeron que no se recupera. Igual, no me hace sentir mal porque si me pongo a imaginar lo que pasé, es muy poco. Pero sí, siento la necesidad de ser una persona normal.

¿Viste el video de lo que te sucedió?

Sí. Vi el video. Lamentablemente lo vi dos veces y no lo quiero volver a ver. Me genera tanta impotencia; bronca y malestar. Ver cómo una persona, al margen que sea yo, trata de manera tan salvaje a otra. Me da escalofríos. Me genera eso.

¿Qué te acordás de ese día?

Recuerdo que me junté con compañeros de la facultad. Íbamos a hacer una cena. Llegada la noche, fuimos a la casa de una compañera. Yo fui el encargado de hacer las compras. Me delegaron la responsabilidad de hacer la cena a mí. Salió muy rico, cero humidad (risas). Decidimos salir después. Era temprano. Fuimos a Ború. Estuvimos un buen rato: media hora. Me llamó Ezequiel Ramírez y me dice que quería salir e iba a Rexo. Es un amigo. No es un compañero de la universidad. Luego, fui para allá. Ahí nos vimos. Y realmente, para ser honesto, desde ese momento, se me borró la memoria. Puede ser por el gran golpe contra el cordón, la trompada en la cabeza pero se me borró esa imagen. Uno tiende a disociar los hechos. Eso me dice la psicóloga. Estoy yendo porque siento esa necesidad. Son las 2 o 3 de la mañana y pienso en el juicio.

No tuviste la posibilidad de defenderte nunca…

Fue algo externo a mí. Exógeno. No entiendo. Se me hace difícil comprender que es ajeno. Tampoco depende de mí si se hace o no justicia.

¿Qué te preocupa?

Que al agresor lo dejaron libre. Hacía un mes y medio que estaba en domiciliaria. Estoy disgustado con esa decisión pero no puedo hacer nada. Que hoy esté en libertad me hace pensar que algo está fallando. No se si la justicia o nosotros como sociedad. Si uno mismo como persona. Esto me pasó a mí pero le podía haber pasado a cualquier persona. Defiendo las justas causas. Si hay algo que no me parece justo lo voy a pelear. Me gustaría que se hiciera justicia. Lo que se dijo en esa audiencia es que se espera una pena de 4 y 12 años de prisión. Es lo que dice el código. La jurisprudencia dice que se toma de la menor. En caso de efectiva condena, va a cumplir meses. Eso me disgusta. No en lo particular, sino como persona y parte de la sociedad.

Está muy claro que él atentó contra tu vida.

Son claras las imágenes. El video. No era mi intención pelear. No es la manera adecuada. Podemos hablar y disentir en opiniones. A las trompadas, piñas, riñas, no se solucionan.

¿Qué les pedís a los jueces de la causa?

Yo les pido por favor que no sea éste el caso de la pena mínima. Que esto represente un cambio en la sociedad y en la justicia. Quiero que se haga justicia. Que vaya a un juicio normal. Que nadie se sienta presionado. Hoy él está en libertad. A los jueces les pido que vean este caso como si fuera que le pasó a su propio hijo. Que lo vean de esa manera. Me gustaría preguntarle a Bustamente qué haría él si ese persona agredida fuera su hijo. Si fuera él el que estuviera en mis zapatos. Eso le diría. Eso le preguntaría alguna vez. Para sentirme más seguro; para dormir o sacarme ese sabor amargo. Me gustaría decirle eso. Él tuvo la posibilidad de hablar. Le dieron la palabra y en ningún momento dijo: me equivoqué, te pido disculpas. Eso me haría sentir bien a mí mismo. Tenemos sentimientos.

¿Aceptarías una disculpa de él?

Por supuesto. Si. Claro que sí. Creo que cada acción tiene su reacción. Él tomó una medida y tiene consecuencias, que se atenga.

Conmoción y solidaridad

Sorias, manifestó su voluntad de agradecer a toda la gente que se conmovió, solidarizó y estuvo demostrándole su calidad de ser humano, compromiso y responsabilidad como personas. “Me han hecho sentir muy querido desde el momento que empecé a tomar consciencia. Por otro lado, agradecer a ustedes desde el periodismo, por compartir con la gente mi situación y evolución y desde luego por darme espacio”, indicó.

Daniel manifestó su deseo de que la comunidad no lo señale o lo recuerde como “aquel joven que fue agredido por otra persona con ánimos de quitarme la vida”.

Por el contrario, manifestó: “Me defino como un vecino suyo, compañero universitario que está haciendo todo lo posible para recibirse y como hijo de una madre maravillosa y luchadora”.

Se refirió a la situación judicial: “Tengo el desagrado de comunicar que, quien intentó quitarme la vida, esa misma que me convirtió en una persona discapacitada, dada mi incapacidad para poder escuchar desde un oído y sentir aromas , hoy se encuentra en libertad”.

No obstante, aclaró que su mayor preocupación “no pasa por el temor de que pudiera hacerme algún daño a mí, porque si algo he aprendido desde lo que me pasó es: ser paciente y perder el miedo”.

“Me habló a mí”

Agregó Daniel que “el pasado 18 de mayo la jueza resolvió darle prisión domiciliaria. Recuerdo cuando en dicha audiencia me dirigió la palabra particularmente a mi. Lo recuerdo como si hubiese sido ayer: “Las razones que me inclinaron a tomar esta decisión son: nosotros a este tipo de casos, como somos técnicos, tenemos la necesidad de evaluarlo de manera antipática para el civil. Es simpática cuando uno le priva la libertad a uno que lastimó a otro. Me dirijo a usted Sorias, a razón de varios aspectos técnicos que son importantes. El tipo de delito, la pena de él no es alta, es de efectivo cumplimiento, pero no es alta. El es primario. Eventualmente, en caso de que haya una pena que sea de efectivo cumplimiento, es muy factible que esté muy pocos meses cumpliendo. Alguien se lo tiene que decir a las personas lo que te estoy diciendo, porque es así, porque es técnicamente así. El señor es primario. Ningún juez se aparta del mínimo en estas condiciones”, recordó.

El joven guarda además en su mente el recuerdo de otra audiencia. La realizada el pasado 5 de julio. “Allí la jueza decidió dar libertad a Bustamente. Se basó -básicamente- en la incapacidad de la familia de él para afrontar económicamente la realidad, y también, una “posible demanda civil contra él, que será de gran magnitud”.

Aquí se detuvo Daniel. Aclaró que no es su intención iniciarle ninguna demanda civil a Lucio Martín Bustamante. “Por lo tanto, carece de razón la decisión tomada. La sociedad quiere justicia en lo que respecta a lo penal. Yo no saco ningún beneficio porque ese tipo vaya preso. La que gana aquí es la gente, la sociedad, mi ciudad. Les pido nos hagan creer que el futuro puede ser mejor, que podemos sentirnos seguros, y por qué no también, que la justicia se aplica”, remarcó.

Para finalizar, reflexiono: “Me gustaría ser recordado como aquella persona que le hizo un bien a la sociedad, que se detuvo a pensar en los demás. Dios me volvió a dar la vida para que hiciera algo. Creo firmemente que este es mi propósito. Quiero compartir la frase de una película : “¿Algun día seremos mejores que esto?”.#

“Daniel es un chico que jamás incurrió en la violencia, no tiene perfil agresivo”

“Daniel es un chico que siempre está. Tenemos discusiones políticas pero jamás incurrió en la violencia. No es un tipo con el que no puedas hablar. No tiene perfil agresivo. Cero agresión, muy solidario, siempre está con los demás. No puedo entender cómo le pasó”. Así lo describió Francisco Sabattini, amigo de Daniel Sorias. Lo acompañó junto a Pablo Fernández y Pablo Martinez en la entrevista con Jornada.

Francisco hizo hincapié en los días en que su amigo estuvo en grave estado, internado en terapia intensiva. Se refirió al miedo, a la impotencia y la bronca que sintió el entorno del joven. No podían creer lo que estaba pasando. “Un día era Daniel. Y en un mes le pasó la vida. Se levanta y no sabe qué pasó. Es difícil vivir con eso. Se atrasó en los estudios, tuvo apoyo de docentes y alumnos pero tuvo un obstáculo”.

No obstante, sus amigos reconocen en Daniel un gran potencial tanto para el estudio como en sus fuerzas para salir adelante. “Tiene un futuro promisorio y lo va a lograr, pero quienes lo conocemos repudiamos lo que le sucedió”, agregó.

“No puede ser Daniel”

Se refirió al momento en que su grupo de amigos se enteró de la agresión. “Dijimos: no puede ser Daniel. Él no es de reaccionar. Al contrario, te va a hablar, va a intentar mediar. En el video se ve claramente lo que pasó. Da impotencia ver cómo rebotó la cabeza”, describió.

“Accidente es otra cosa”

Por su parte, Pablo Fernandez deslizó sentir molestia cuando se encuentra con personas que le dicen:“Sos el amigo del chico del accidente. ¿“Accidente”?. No. Accidente es otra cosa”, aclaró.

Aseguró Pablo que “como amigos, fue un mes de incertidumbre. De ir a la clínica todos los días. Estaba ahí nuestro amigo que lo vimos un viernes y no saber qué va a pasar. Tener que rezar para verlo otra vez”.

Los jóvenes, que acompañaron a Daniel en todo momento, coincidieron en afirmar que, lamentablemente, tienen que pasar estas cosas para reflexionar. “Tuvo que pasar esto para ver lo mal que está la sociedad”.

Sentencia y justicia

También se refirieron a la instancia judicial por delante: la del juicio oral. “Que se vea eso a la hora de dictar sentencia y hacer justicia. Te pone triste. Te tiene que pasar a vos para que abras los ojos”.

10 JUL 2016 - 21:51

Por Lorena Leeming /@Loreleeming

Daniel Lucas Sorias pide no ser recordado como aquel joven que fue agredido por alguien con ánimo de quitarle la vida. A casi un año del brutal ataque, que recibió frente al local Rexo, se recupera. Ganó todas las batallas. Salió del estado crítico en el que había quedado como consecuencia del golpe de puño que recibió primero y una patada después, ya estando en la vereda aquel 30 de agosto de 2015. Está a la espera de un implante coclear porque sufre un zumbido permanente. Perdió, además, el sentido del olfato. Lejos del resentimiento, deslizó que si el acusado de haber intentado matarlo y dejarlo con discapacidad le pide disculpas, las aceptaría. Y le habló a los jueces: “Al momento de decidir, piensen como si les hubiese pasado a sus propios hijos”.

Daniel aceptó una entrevista con Jornada. Fue tras una audiencia en Tribunales en la que se decidió elevar el hecho a juicio. Habló de todo. De su vida, de sus proyectos y de su deseo de que lo sucedido no caiga en saco roto. Es estudiante de Ciencias Económicas. Su anhelo es recibirse de contador público. Sus amigos, que lo acompañaron en todo momento (hasta en la entrevista), aseguran que lo va a lograr sin dudas. Es un chico inteligente. Respetuoso. Usó las palabras justas para describir cada situación y pidió justicia. “¿Algún día seremos mejores que esto?”, expresó, parafraseando el texto de una película.

¿Cómo estás?

De salud, que es lo primero, estoy esperando un implante coclear para recuperar la audición. La necesidad es que se me vaya un zumbido constante y permanente. No siento necesidad de recuperar la audición sino que se me vaya ese zumbido porque no me puedo concentrar. Choco con mis familiares y afectos. A veces me justifico pero me perturbo. Es un aparato importado, la obra social se hizo cargo. Tengo cobertura del 100% con el certificado de discapacidad. El aparato sólo sale $400 y la cirugía %57 mil. Me opero en Buenos Aires. Tuve la pérdida del olfato y me dijeron que no se recupera. Igual, no me hace sentir mal porque si me pongo a imaginar lo que pasé, es muy poco. Pero sí, siento la necesidad de ser una persona normal.

¿Viste el video de lo que te sucedió?

Sí. Vi el video. Lamentablemente lo vi dos veces y no lo quiero volver a ver. Me genera tanta impotencia; bronca y malestar. Ver cómo una persona, al margen que sea yo, trata de manera tan salvaje a otra. Me da escalofríos. Me genera eso.

¿Qué te acordás de ese día?

Recuerdo que me junté con compañeros de la facultad. Íbamos a hacer una cena. Llegada la noche, fuimos a la casa de una compañera. Yo fui el encargado de hacer las compras. Me delegaron la responsabilidad de hacer la cena a mí. Salió muy rico, cero humidad (risas). Decidimos salir después. Era temprano. Fuimos a Ború. Estuvimos un buen rato: media hora. Me llamó Ezequiel Ramírez y me dice que quería salir e iba a Rexo. Es un amigo. No es un compañero de la universidad. Luego, fui para allá. Ahí nos vimos. Y realmente, para ser honesto, desde ese momento, se me borró la memoria. Puede ser por el gran golpe contra el cordón, la trompada en la cabeza pero se me borró esa imagen. Uno tiende a disociar los hechos. Eso me dice la psicóloga. Estoy yendo porque siento esa necesidad. Son las 2 o 3 de la mañana y pienso en el juicio.

No tuviste la posibilidad de defenderte nunca…

Fue algo externo a mí. Exógeno. No entiendo. Se me hace difícil comprender que es ajeno. Tampoco depende de mí si se hace o no justicia.

¿Qué te preocupa?

Que al agresor lo dejaron libre. Hacía un mes y medio que estaba en domiciliaria. Estoy disgustado con esa decisión pero no puedo hacer nada. Que hoy esté en libertad me hace pensar que algo está fallando. No se si la justicia o nosotros como sociedad. Si uno mismo como persona. Esto me pasó a mí pero le podía haber pasado a cualquier persona. Defiendo las justas causas. Si hay algo que no me parece justo lo voy a pelear. Me gustaría que se hiciera justicia. Lo que se dijo en esa audiencia es que se espera una pena de 4 y 12 años de prisión. Es lo que dice el código. La jurisprudencia dice que se toma de la menor. En caso de efectiva condena, va a cumplir meses. Eso me disgusta. No en lo particular, sino como persona y parte de la sociedad.

Está muy claro que él atentó contra tu vida.

Son claras las imágenes. El video. No era mi intención pelear. No es la manera adecuada. Podemos hablar y disentir en opiniones. A las trompadas, piñas, riñas, no se solucionan.

¿Qué les pedís a los jueces de la causa?

Yo les pido por favor que no sea éste el caso de la pena mínima. Que esto represente un cambio en la sociedad y en la justicia. Quiero que se haga justicia. Que vaya a un juicio normal. Que nadie se sienta presionado. Hoy él está en libertad. A los jueces les pido que vean este caso como si fuera que le pasó a su propio hijo. Que lo vean de esa manera. Me gustaría preguntarle a Bustamente qué haría él si ese persona agredida fuera su hijo. Si fuera él el que estuviera en mis zapatos. Eso le diría. Eso le preguntaría alguna vez. Para sentirme más seguro; para dormir o sacarme ese sabor amargo. Me gustaría decirle eso. Él tuvo la posibilidad de hablar. Le dieron la palabra y en ningún momento dijo: me equivoqué, te pido disculpas. Eso me haría sentir bien a mí mismo. Tenemos sentimientos.

¿Aceptarías una disculpa de él?

Por supuesto. Si. Claro que sí. Creo que cada acción tiene su reacción. Él tomó una medida y tiene consecuencias, que se atenga.

Conmoción y solidaridad

Sorias, manifestó su voluntad de agradecer a toda la gente que se conmovió, solidarizó y estuvo demostrándole su calidad de ser humano, compromiso y responsabilidad como personas. “Me han hecho sentir muy querido desde el momento que empecé a tomar consciencia. Por otro lado, agradecer a ustedes desde el periodismo, por compartir con la gente mi situación y evolución y desde luego por darme espacio”, indicó.

Daniel manifestó su deseo de que la comunidad no lo señale o lo recuerde como “aquel joven que fue agredido por otra persona con ánimos de quitarme la vida”.

Por el contrario, manifestó: “Me defino como un vecino suyo, compañero universitario que está haciendo todo lo posible para recibirse y como hijo de una madre maravillosa y luchadora”.

Se refirió a la situación judicial: “Tengo el desagrado de comunicar que, quien intentó quitarme la vida, esa misma que me convirtió en una persona discapacitada, dada mi incapacidad para poder escuchar desde un oído y sentir aromas , hoy se encuentra en libertad”.

No obstante, aclaró que su mayor preocupación “no pasa por el temor de que pudiera hacerme algún daño a mí, porque si algo he aprendido desde lo que me pasó es: ser paciente y perder el miedo”.

“Me habló a mí”

Agregó Daniel que “el pasado 18 de mayo la jueza resolvió darle prisión domiciliaria. Recuerdo cuando en dicha audiencia me dirigió la palabra particularmente a mi. Lo recuerdo como si hubiese sido ayer: “Las razones que me inclinaron a tomar esta decisión son: nosotros a este tipo de casos, como somos técnicos, tenemos la necesidad de evaluarlo de manera antipática para el civil. Es simpática cuando uno le priva la libertad a uno que lastimó a otro. Me dirijo a usted Sorias, a razón de varios aspectos técnicos que son importantes. El tipo de delito, la pena de él no es alta, es de efectivo cumplimiento, pero no es alta. El es primario. Eventualmente, en caso de que haya una pena que sea de efectivo cumplimiento, es muy factible que esté muy pocos meses cumpliendo. Alguien se lo tiene que decir a las personas lo que te estoy diciendo, porque es así, porque es técnicamente así. El señor es primario. Ningún juez se aparta del mínimo en estas condiciones”, recordó.

El joven guarda además en su mente el recuerdo de otra audiencia. La realizada el pasado 5 de julio. “Allí la jueza decidió dar libertad a Bustamente. Se basó -básicamente- en la incapacidad de la familia de él para afrontar económicamente la realidad, y también, una “posible demanda civil contra él, que será de gran magnitud”.

Aquí se detuvo Daniel. Aclaró que no es su intención iniciarle ninguna demanda civil a Lucio Martín Bustamante. “Por lo tanto, carece de razón la decisión tomada. La sociedad quiere justicia en lo que respecta a lo penal. Yo no saco ningún beneficio porque ese tipo vaya preso. La que gana aquí es la gente, la sociedad, mi ciudad. Les pido nos hagan creer que el futuro puede ser mejor, que podemos sentirnos seguros, y por qué no también, que la justicia se aplica”, remarcó.

Para finalizar, reflexiono: “Me gustaría ser recordado como aquella persona que le hizo un bien a la sociedad, que se detuvo a pensar en los demás. Dios me volvió a dar la vida para que hiciera algo. Creo firmemente que este es mi propósito. Quiero compartir la frase de una película : “¿Algun día seremos mejores que esto?”.#

“Daniel es un chico que jamás incurrió en la violencia, no tiene perfil agresivo”

“Daniel es un chico que siempre está. Tenemos discusiones políticas pero jamás incurrió en la violencia. No es un tipo con el que no puedas hablar. No tiene perfil agresivo. Cero agresión, muy solidario, siempre está con los demás. No puedo entender cómo le pasó”. Así lo describió Francisco Sabattini, amigo de Daniel Sorias. Lo acompañó junto a Pablo Fernández y Pablo Martinez en la entrevista con Jornada.

Francisco hizo hincapié en los días en que su amigo estuvo en grave estado, internado en terapia intensiva. Se refirió al miedo, a la impotencia y la bronca que sintió el entorno del joven. No podían creer lo que estaba pasando. “Un día era Daniel. Y en un mes le pasó la vida. Se levanta y no sabe qué pasó. Es difícil vivir con eso. Se atrasó en los estudios, tuvo apoyo de docentes y alumnos pero tuvo un obstáculo”.

No obstante, sus amigos reconocen en Daniel un gran potencial tanto para el estudio como en sus fuerzas para salir adelante. “Tiene un futuro promisorio y lo va a lograr, pero quienes lo conocemos repudiamos lo que le sucedió”, agregó.

“No puede ser Daniel”

Se refirió al momento en que su grupo de amigos se enteró de la agresión. “Dijimos: no puede ser Daniel. Él no es de reaccionar. Al contrario, te va a hablar, va a intentar mediar. En el video se ve claramente lo que pasó. Da impotencia ver cómo rebotó la cabeza”, describió.

“Accidente es otra cosa”

Por su parte, Pablo Fernandez deslizó sentir molestia cuando se encuentra con personas que le dicen:“Sos el amigo del chico del accidente. ¿“Accidente”?. No. Accidente es otra cosa”, aclaró.

Aseguró Pablo que “como amigos, fue un mes de incertidumbre. De ir a la clínica todos los días. Estaba ahí nuestro amigo que lo vimos un viernes y no saber qué va a pasar. Tener que rezar para verlo otra vez”.

Los jóvenes, que acompañaron a Daniel en todo momento, coincidieron en afirmar que, lamentablemente, tienen que pasar estas cosas para reflexionar. “Tuvo que pasar esto para ver lo mal que está la sociedad”.

Sentencia y justicia

También se refirieron a la instancia judicial por delante: la del juicio oral. “Que se vea eso a la hora de dictar sentencia y hacer justicia. Te pone triste. Te tiene que pasar a vos para que abras los ojos”.


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