Un presidente le dijo "hijo de puta" a Obama antes de reunirse en el G-20

El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, calificó hoy a Barack Obama de "hijo de puta", horas antes del encuentro que tenía previsto mantener en una cumbre en Laos con su par estadounidense, quien suspendió la reunión con el mandatario asiático.

Duterte ya había maltratado en idénticos términos al papa Francisco.
05 SEP 2016 - 18:30 | Actualizado

Duterte insultó así a Obama tras las críticas sobre su sangrienta guerra contra el narcotráfico, que se cobró más de 2.400 vidas en poco más de dos meses, una situación por la que en agosto pasado Washington había expresado preocupación.

"Debe ser respetuoso. Y no sólo lanzar preguntas y comunicados. Hijo de puta, te voy a maldecir en ese foro", dijo Duterte en una conferencia de prensa, ante la pregunta de un reportero sobre cómo explicaría a Obama el alto número de homicidios extrajudiciales, informó la agencia de noticias EFE.

El mandatario filipino advirtió al jefe de la Casa Blanca que no lo sermonee sobre los derechos humanos cuando se reúnan en la capital de Laos durante la cumbre de la Asean, una asociación de diez países del Sudeste Asiático, entre ellos Filipinas.

Preguntado al respecto hoy en China, donde participó de la cumbre del G20, Obama indicó que Duterte "es un tipo extravagante" y que, si llegaba a reunirse con él, pensaba plantearle la preocupación de Estados Unidos por su campaña de ejecuciones extrajudiciales.

"Lo cierto es que la forma en la que se gestiona el tráfico de drogas es seria para todos y hay que hacerlo de la forma adecuada", de "una manera que cumpla con las normas internacionales básicas", apuntó Obama.

Después de un tenso cruce de declaraciones entre ambos sobre la controvertida campaña antidrogas emprendida por el nuevo líder de Filipinas, la Casa Blanca anunció que Obama no se reunirá con Duterte.

"El presidente Obama no mantendrá una reunión bilateral con el presidente Duterte de las Filipinas esta tarde (del martes 6 de septiembre, hora local de Laos)", dijo el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Ned Price, en un comunicado distribuido en Washington.

"En su lugar, (Obama) se reunirá con la presidenta Park (Geun-hye) de Corea del Sur esta tarde del 6 de septiembre", agregó Price, al confirmar un encuentro que ya había adelantado el gobierno surcoreano pero del que hasta ahora no había informado la Casa Blanca.

Horas antes de emitirse el comunicado, Obama aseguró que no tenía claro si debía reunirse con Duterte y dijo que había solicitado a su equipo que tomara una decisión al respecto.

"Lo que he hecho es pedir a mi equipo que hable con la parte filipina para descubrir si se trata de un momento en el que podemos mantener conversaciones constructivas", subrayó Obama en una rueda de prensa al término de la cumbre del G20 en Hangzhou, este de China.

La guerra contra la droga comandada por Duterte recibió numerosas críticas de organizaciones como la ONU, tanto por la elevada cifra de muertos como por lo que consideran violaciones de derechos y libertades fundamentales.

En los apenas dos meses que trascurrieron desde su llegada al poder, Duterte hizo de su verborrea sin freno en una de las señas más reconocibles de la nueva administración.

Semanas atrás, el presidente filipino había tenido un fuerte cruce con Washington al llamar "hijo de puta" y "homosexual" al embajador de Estados Unidos en Manila, Philip Goldberg, por unas críticas que el diplomático hizo contra él durante la pasada campaña electoral.

Incluso, durante un discurso por el lanzamiento de su campaña en noviembre pasado, Duterte se refirió al papa Francisco como "hijo de puta" por haber provocado embotellamientos de tráfico durante una visita al archipiélago, donde un 80% de la población se identifica como católica.

Duterte ya había maltratado en idénticos términos al papa Francisco.
05 SEP 2016 - 18:30

Duterte insultó así a Obama tras las críticas sobre su sangrienta guerra contra el narcotráfico, que se cobró más de 2.400 vidas en poco más de dos meses, una situación por la que en agosto pasado Washington había expresado preocupación.

"Debe ser respetuoso. Y no sólo lanzar preguntas y comunicados. Hijo de puta, te voy a maldecir en ese foro", dijo Duterte en una conferencia de prensa, ante la pregunta de un reportero sobre cómo explicaría a Obama el alto número de homicidios extrajudiciales, informó la agencia de noticias EFE.

El mandatario filipino advirtió al jefe de la Casa Blanca que no lo sermonee sobre los derechos humanos cuando se reúnan en la capital de Laos durante la cumbre de la Asean, una asociación de diez países del Sudeste Asiático, entre ellos Filipinas.

Preguntado al respecto hoy en China, donde participó de la cumbre del G20, Obama indicó que Duterte "es un tipo extravagante" y que, si llegaba a reunirse con él, pensaba plantearle la preocupación de Estados Unidos por su campaña de ejecuciones extrajudiciales.

"Lo cierto es que la forma en la que se gestiona el tráfico de drogas es seria para todos y hay que hacerlo de la forma adecuada", de "una manera que cumpla con las normas internacionales básicas", apuntó Obama.

Después de un tenso cruce de declaraciones entre ambos sobre la controvertida campaña antidrogas emprendida por el nuevo líder de Filipinas, la Casa Blanca anunció que Obama no se reunirá con Duterte.

"El presidente Obama no mantendrá una reunión bilateral con el presidente Duterte de las Filipinas esta tarde (del martes 6 de septiembre, hora local de Laos)", dijo el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Ned Price, en un comunicado distribuido en Washington.

"En su lugar, (Obama) se reunirá con la presidenta Park (Geun-hye) de Corea del Sur esta tarde del 6 de septiembre", agregó Price, al confirmar un encuentro que ya había adelantado el gobierno surcoreano pero del que hasta ahora no había informado la Casa Blanca.

Horas antes de emitirse el comunicado, Obama aseguró que no tenía claro si debía reunirse con Duterte y dijo que había solicitado a su equipo que tomara una decisión al respecto.

"Lo que he hecho es pedir a mi equipo que hable con la parte filipina para descubrir si se trata de un momento en el que podemos mantener conversaciones constructivas", subrayó Obama en una rueda de prensa al término de la cumbre del G20 en Hangzhou, este de China.

La guerra contra la droga comandada por Duterte recibió numerosas críticas de organizaciones como la ONU, tanto por la elevada cifra de muertos como por lo que consideran violaciones de derechos y libertades fundamentales.

En los apenas dos meses que trascurrieron desde su llegada al poder, Duterte hizo de su verborrea sin freno en una de las señas más reconocibles de la nueva administración.

Semanas atrás, el presidente filipino había tenido un fuerte cruce con Washington al llamar "hijo de puta" y "homosexual" al embajador de Estados Unidos en Manila, Philip Goldberg, por unas críticas que el diplomático hizo contra él durante la pasada campaña electoral.

Incluso, durante un discurso por el lanzamiento de su campaña en noviembre pasado, Duterte se refirió al papa Francisco como "hijo de puta" por haber provocado embotellamientos de tráfico durante una visita al archipiélago, donde un 80% de la población se identifica como católica.


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