Desde el Vaticano, Lorenzetti elogió Laudato Si

El presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Ricardo Lorenzetti, afirmó hoy en el Vaticano que la encíclica papal de 2015 Laudato Si’ “es el gran documento del siglo XXI” que “le habla a toda la humanidad, no sólo a los cristianos”, y convocó a “armonizar el desarrollo con opciones que sean compatibles con la naturaleza y el goce de una generación y la siguiente”.

07 SEP 2016 - 10:31 | Actualizado

“Hoy hay grandes problemas en la humanidad pero hay pocos documentos que nos guíen en cuál es el camino para solucionar esos problemas. Y la encíclica Laudato Si’ es un documento histórico, es el gran documento que tenemos en el siglo XXI”, afirmó Lorenzetti al participar de un congreso que entre hoy y mañana sentará las bases para replicar en los países de América la experiencia del Instituto de Diálogo Interreligioso que funciona en Argentina desde 2001.

“Hoy enfrentamos un problema sobre el diálogo. Encontrarse con los que piensan igual se ha difundido a través de Internet: uno visita las páginas que tienen el pensamiento que uno tiene previamente, forma grupos cada vez más cerrados y eso genera ir a los extremos”, criticó Lorenzetti, antes del encuentro que tendrá mañana con el papa Francisco junto al resto de los participantes del Congreso.

El congreso de dos días buscará sentar las bases de un diálogo tendientes a replicar en los países de la Organización de Estados Americanos (OEA) el Instituto de Diálogo Interreligioso lanzado en Buenos Aires en el 2001 por el entonces cardenal Jorge Bergoglio junto al presbítero Guillermo Marcó, el rabino Daniel Goldman y el dirigente islámico Omar Abboud con la Laudato Si’ como hoja de ruta.

En su intervención de 25 minutos en el Auditorio Agustinianum de la Santa Sede, el presidente de la Corte destacó que la encíclica papal del 2015 “trabaja sobre los presupuestos sobre los que tiene que haber diálogos”.

“Uno de sus aspectos centrales es que plantea un problema común. Hace mucho se hablaba de problemas ambientales y mucho más de conflictos: sobre recursos escasos como tierra, agua y poder. La encíclica plantea que hoy el recurso escaso es la naturaleza, algo común a todos”, destacó Lorenzetti sobre el escrito de Francisco.

“La segunda cuestión de la Encíclica es que plantea que hay antecedentes comunes en todos nosotros. La cuestión ambiental puede ser planteada tanto en los pueblos originarios de América como en la tradición cristiana católica. También en las tradiciones judías y musulmanas. En todas encontrábamos una tradición más integrada del hombre y la mujer con la madre tierra”, destacó.

Además, la encíclica “le habla a toda la humanidad, no solo a los cristianos", y "enseña cómo un documento puede sentar las bases para un diálogo sobre aquello que tenemos en común y no sobre aquello que nos separa”.

En su discurso, Lorenzetti destacó que en la encíclica, “se recoge lo mejor del pensamiento científico actual” y destacó el planteo “integral” del documento papal.

“En todas las ciencias se habla de sistema, solo en la gobernabilidad política y económica se habla de partes. Hay un atraso cultural en la gobernabilidad respecto de lo que se ha aprendido en el resto de las ciencias. Por eso es necesario que sea también integral”, pidió.

En ese marco, el presidente del máximo tribunal rechazó las “falsas antinomias entre la defensa de la naturaleza y lucha por la igualdad social y económica; y entre defensa del ambiente y desarrollo”.

“En muchos gobiernos se ha dicho que la prioridad es la igualdad, y se plantea dejar el ambiente para más adelante porque es una cosa de pocos. Es una falsa antinomia porque hay muchas razones para sostener que la lucha por la igualdad está unida a la lucha por el ambiente”, sostuvo.

“Muchos gobiernos vinculados a los sectores de izquierda tienen aquí una enseñanza muy clara, porque muchos conflictos ambientales repercuten fundamentalmente sobre los más pobres y los más humildes. ¿Quiénes soportan los costos de las catástrofes ambientales? Los países menos desarrollados”, aseveró Lorenzetti.

Además, planteó que "otra falsa antinomia que disuelve esta aproximación integral es entre defensa del ambiente y desarrollo", y expresó su convicción de que "no hay antinomia".

"El desarrollo que no es sustentable no es bueno para nadie, ni siquiera para los que quieren ese desarrollo. La sobreexplotación de un recurso produce pobreza”, criticó el titular del Máximo Tribunal en su intervención en el encuentro.

“Lo que se plantea en la Encíclica es armonizar el desarrollo con las opciones que sean compatibles con la Naturaleza y el goce de una generación y la siguiente”, afirmó Lorenzetti antes de criticar que, muchas veces, “los gobiernos piensan en cómo ganar la próxima elección y no en los problemas de mediano y largo plazo”.

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07 SEP 2016 - 10:31

“Hoy hay grandes problemas en la humanidad pero hay pocos documentos que nos guíen en cuál es el camino para solucionar esos problemas. Y la encíclica Laudato Si’ es un documento histórico, es el gran documento que tenemos en el siglo XXI”, afirmó Lorenzetti al participar de un congreso que entre hoy y mañana sentará las bases para replicar en los países de América la experiencia del Instituto de Diálogo Interreligioso que funciona en Argentina desde 2001.

“Hoy enfrentamos un problema sobre el diálogo. Encontrarse con los que piensan igual se ha difundido a través de Internet: uno visita las páginas que tienen el pensamiento que uno tiene previamente, forma grupos cada vez más cerrados y eso genera ir a los extremos”, criticó Lorenzetti, antes del encuentro que tendrá mañana con el papa Francisco junto al resto de los participantes del Congreso.

El congreso de dos días buscará sentar las bases de un diálogo tendientes a replicar en los países de la Organización de Estados Americanos (OEA) el Instituto de Diálogo Interreligioso lanzado en Buenos Aires en el 2001 por el entonces cardenal Jorge Bergoglio junto al presbítero Guillermo Marcó, el rabino Daniel Goldman y el dirigente islámico Omar Abboud con la Laudato Si’ como hoja de ruta.

En su intervención de 25 minutos en el Auditorio Agustinianum de la Santa Sede, el presidente de la Corte destacó que la encíclica papal del 2015 “trabaja sobre los presupuestos sobre los que tiene que haber diálogos”.

“Uno de sus aspectos centrales es que plantea un problema común. Hace mucho se hablaba de problemas ambientales y mucho más de conflictos: sobre recursos escasos como tierra, agua y poder. La encíclica plantea que hoy el recurso escaso es la naturaleza, algo común a todos”, destacó Lorenzetti sobre el escrito de Francisco.

“La segunda cuestión de la Encíclica es que plantea que hay antecedentes comunes en todos nosotros. La cuestión ambiental puede ser planteada tanto en los pueblos originarios de América como en la tradición cristiana católica. También en las tradiciones judías y musulmanas. En todas encontrábamos una tradición más integrada del hombre y la mujer con la madre tierra”, destacó.

Además, la encíclica “le habla a toda la humanidad, no solo a los cristianos", y "enseña cómo un documento puede sentar las bases para un diálogo sobre aquello que tenemos en común y no sobre aquello que nos separa”.

En su discurso, Lorenzetti destacó que en la encíclica, “se recoge lo mejor del pensamiento científico actual” y destacó el planteo “integral” del documento papal.

“En todas las ciencias se habla de sistema, solo en la gobernabilidad política y económica se habla de partes. Hay un atraso cultural en la gobernabilidad respecto de lo que se ha aprendido en el resto de las ciencias. Por eso es necesario que sea también integral”, pidió.

En ese marco, el presidente del máximo tribunal rechazó las “falsas antinomias entre la defensa de la naturaleza y lucha por la igualdad social y económica; y entre defensa del ambiente y desarrollo”.

“En muchos gobiernos se ha dicho que la prioridad es la igualdad, y se plantea dejar el ambiente para más adelante porque es una cosa de pocos. Es una falsa antinomia porque hay muchas razones para sostener que la lucha por la igualdad está unida a la lucha por el ambiente”, sostuvo.

“Muchos gobiernos vinculados a los sectores de izquierda tienen aquí una enseñanza muy clara, porque muchos conflictos ambientales repercuten fundamentalmente sobre los más pobres y los más humildes. ¿Quiénes soportan los costos de las catástrofes ambientales? Los países menos desarrollados”, aseveró Lorenzetti.

Además, planteó que "otra falsa antinomia que disuelve esta aproximación integral es entre defensa del ambiente y desarrollo", y expresó su convicción de que "no hay antinomia".

"El desarrollo que no es sustentable no es bueno para nadie, ni siquiera para los que quieren ese desarrollo. La sobreexplotación de un recurso produce pobreza”, criticó el titular del Máximo Tribunal en su intervención en el encuentro.

“Lo que se plantea en la Encíclica es armonizar el desarrollo con las opciones que sean compatibles con la Naturaleza y el goce de una generación y la siguiente”, afirmó Lorenzetti antes de criticar que, muchas veces, “los gobiernos piensan en cómo ganar la próxima elección y no en los problemas de mediano y largo plazo”.


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