Los socios de Merkel le dan la espalda tras la derrota

La Unión Socialcristiana (CSU), los socios políticos del partido de la canciller alemana, Angela Merkel, exigieron endurecer la política de refugiados y dar prioridad a inmigrantes cristianos, a sólo un día que la líder alemana instara a la coalición de su gobierno a defender su política hacia los refugiados.

08 SEP 2016 - 12:12 | Actualizado

Tras la durísima derrota del fin de semana en las elecciones regionales en el estado de Mecklemburgo-Antepomerania, donde el partido de Merkel -Unión Cristianodemócrata (CDU)- fue desbancado por el partido populista de derecha Alternativa para Alemania (AfD), la canciller ayer instó a toda la coalición de gobierno a resistir presiones anti inmigratorias y defender la política de aceptación de refugiados.

Pero en menos de 24 horas, los medios alemanes publicaron un documento confeccionado por la CSU, el partido hermano en Baviera de las filas de Merkel, donde resalta su postura a futuro: "prioridad para inmigrantes procedentes de nuestra cultura occidental cristiana" y "un Estado debe decidir él mismo a quién acoge, no son los inmigrantes los que lo deciden".

Estas ideas son la base de un proyecto que los socialcristianos bávaros quieren presentar en una reunión de la cúpula del partido que se celebra mañana y el sábado.

"Alemania debe seguir siendo Alemania", agrega el documento, que subraya: "Estamos en contra de que nuestro país abierto cambie como consecuencia de la inmigración y del flujo de refugiados. No somos nosotros los que nos tenemos que orientar hacia los inmigrantes, sino al revés".

Por eso, la CSU subraya en el texto su voluntad de anclar en la Constitución bávara una "cultura dominante" como contrapartida al multiculturalismo, consignó la agencia de noticias EFE.

También exigen un tope legal para la acogida de refugiados de 200.000 al año, zonas de tránsito en las fronteras para estudiar sus peticiones de asilo y la expulsión de los que son rechazados.

Además, reclaman poner fin a la doble ciudadanía, prohibir las vestimentas de las mujeres musulmanas como el niqab y la burka, al que llaman "uniforme del islamismo" y piden una ley que limite "la inmigración ilegal".

En el documento, los socialcristianos defienden el pacto entre la Unión Europea (UE) y Turquía al haber contribuido, junto al cierre de la ruta de los Balcanes, a "la reducción del flujo hacia Europa y Alemania". Y rechazan un régimen de libre visado con Turquía.

Estas demandas llegan un día después de que Merkel, en su primer discurso ante el Parlamento desde las elecciones del domingo, defendiera su política de aceptación de refugiados y llamara a todos los partidos, de izquierda y derecha, a unirse contra AfD.

La canciller alertó de que buscar "pequeñas ventajas" partidistas sólo favorecerá a quienes ganan votos con "eslóganes y respuestas aparentemente fáciles" a los problemas del país, como la crisis de los refugiados.

A su juicio, hay que tener en cuenta las preocupaciones de la gente, estén o no justificadas, pero también "defender los hechos" y responder a una pregunta clave: qué país quiere ser Alemania en el siglo XXI.

Merkel apostó por los principios de "libertad, seguridad, justicia y solidaridad" y defendió la gestión realizada por su gobierno de la crisis de los refugiados: "La situación es hoy mucho mejor que hace un años, aunque, por supuesto, queda mucho por hacer", manifestó.

08 SEP 2016 - 12:12

Tras la durísima derrota del fin de semana en las elecciones regionales en el estado de Mecklemburgo-Antepomerania, donde el partido de Merkel -Unión Cristianodemócrata (CDU)- fue desbancado por el partido populista de derecha Alternativa para Alemania (AfD), la canciller ayer instó a toda la coalición de gobierno a resistir presiones anti inmigratorias y defender la política de aceptación de refugiados.

Pero en menos de 24 horas, los medios alemanes publicaron un documento confeccionado por la CSU, el partido hermano en Baviera de las filas de Merkel, donde resalta su postura a futuro: "prioridad para inmigrantes procedentes de nuestra cultura occidental cristiana" y "un Estado debe decidir él mismo a quién acoge, no son los inmigrantes los que lo deciden".

Estas ideas son la base de un proyecto que los socialcristianos bávaros quieren presentar en una reunión de la cúpula del partido que se celebra mañana y el sábado.

"Alemania debe seguir siendo Alemania", agrega el documento, que subraya: "Estamos en contra de que nuestro país abierto cambie como consecuencia de la inmigración y del flujo de refugiados. No somos nosotros los que nos tenemos que orientar hacia los inmigrantes, sino al revés".

Por eso, la CSU subraya en el texto su voluntad de anclar en la Constitución bávara una "cultura dominante" como contrapartida al multiculturalismo, consignó la agencia de noticias EFE.

También exigen un tope legal para la acogida de refugiados de 200.000 al año, zonas de tránsito en las fronteras para estudiar sus peticiones de asilo y la expulsión de los que son rechazados.

Además, reclaman poner fin a la doble ciudadanía, prohibir las vestimentas de las mujeres musulmanas como el niqab y la burka, al que llaman "uniforme del islamismo" y piden una ley que limite "la inmigración ilegal".

En el documento, los socialcristianos defienden el pacto entre la Unión Europea (UE) y Turquía al haber contribuido, junto al cierre de la ruta de los Balcanes, a "la reducción del flujo hacia Europa y Alemania". Y rechazan un régimen de libre visado con Turquía.

Estas demandas llegan un día después de que Merkel, en su primer discurso ante el Parlamento desde las elecciones del domingo, defendiera su política de aceptación de refugiados y llamara a todos los partidos, de izquierda y derecha, a unirse contra AfD.

La canciller alertó de que buscar "pequeñas ventajas" partidistas sólo favorecerá a quienes ganan votos con "eslóganes y respuestas aparentemente fáciles" a los problemas del país, como la crisis de los refugiados.

A su juicio, hay que tener en cuenta las preocupaciones de la gente, estén o no justificadas, pero también "defender los hechos" y responder a una pregunta clave: qué país quiere ser Alemania en el siglo XXI.

Merkel apostó por los principios de "libertad, seguridad, justicia y solidaridad" y defendió la gestión realizada por su gobierno de la crisis de los refugiados: "La situación es hoy mucho mejor que hace un años, aunque, por supuesto, queda mucho por hacer", manifestó.


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