Dique Ameghino: en tres años, 40% menos de agua

Los aportes disminuyeron por la falta de lluvias y nevadas río arriba.

14 NOV 2016 - 22:00 | Actualizado

El ciclo del agua se repite año a año en la cuenca del río Chubut. Los aportes invernales producto de las lluvias en la alta cordillera y los deshielos primaverales obligan a mantener una cota baja en el embalse del dique Ameghino durante el otoño para compensar los aportes de agua que a partir de julio se registran de manera anual.

Sin embargo el aporte de agua varía según los periodos que la Patagonia atraviesa en materia climática. Por eso los registros indican que durante los tres últimos años se redujo en hasta un 40% el ingreso de agua al embalse, debido a la sequía que afectó todas las cuencas de la región.

Desde principios de este año se observó cómo embalses y lagos de la región disminuyeron de forma ostensible sus niveles, producto de la falta de lluvias en la cordillera y nevadas consistentes en las altas cumbres.

A mediados de año, el ingeniero agrónomo y técnico del INTA, Teddy Lloyd, informaba en una entrevista a FM Tiempo Esquel que en la región, y según los datos hasta el momento, existía un déficit marcado de precipitaciones. Advertía en aquel momento que “todos los datos detectan una caída muy marcada de las precipitaciones invernales”.

Lloyd explicaba que el 70% de las lluvias anuales caen en el invierno. “Lo que no llueva ahora, salvo que tengamos una primavera lluviosa, que es de baja posibilidad, es muy difícil recuperarlo”, había anticipado el especialista.

Aportó en aquel momento que en la zona de Corcovado, de 300 milímetros que caen generalmente en mayo-junio, sólo llovieron 30 milímetros y no se registraron precipitaciones de nieve. “Esto no es un fenómeno que solo ocurre aquí sino que desde el sur de Mendoza hasta Tierra del Fuego está ocurriendo proactivamente lo mismo”, manifestó.

Lloyd anticipaba que todo lo que no ocurriese en este invierno en la cordillera iba a tener efecto directo en la región del Valle. “Esto afecta al caudal de los dos ríos grandes de la provincia que son el Chubut y el Senguer”, comentó a principios de julio. “Los últimos datos que tenemos del caudal del río Chubut marca que tenemos la mitad de agua de lo que tenemos habitualmente”.

En lo que refiere al aporte de agua que recibe el embalse del Dique Florentino Ameghino, durante el trienio 2010-2013 recibió un aporte del río Chubut que promedió los 50 metros cúbicos por segundo. Esos aportes se redujeron de manera sensible desde 2013 hasta la actualidad, cuando el promedio de agua ingresada al espejo de agua promedió los 30 metros cúbicos por segundo, lo que representa un 40% menos de agua durante tres años consecutivos.

La relación entre aportes y erogaciones no es caprichosa; la administración del embalse está regida por la Norma Operativa de Agua del Contrato de Concesión de Ameghino. Esa norma fija que desde el 1º de abril al 1º de setiembre de cada período el embalse debe tener un nivel máximo de 154,90 metros. El motivo está dado por una cuestión operativa muy básica: si no se cumpliera esa cota y el aporte fuera extraordinario, el agua superaría la cota máxima del embalse, el agua saldría por los vertederos y no se podría cumplir con la principal premisa del dique, que es el control de crecidas aguas abajo del complejo.

Con ese rigor de funcionamiento, todos los períodos se llega a la primera quincena de noviembre con los valores máximos de Nivel de embalse, de modo que a partir de allí con el volumen embalsado se administra la erogación a fin de asegurar el caudal durante los meses subsiguientes, hasta el próximo otoño, que es cuando comienza el período de lluvias en las nacientes.

El aporte de la cuenca que alimenta el embalse se nutre mayoritariamente de las precipitaciones pluviales que se dan de manera más frecuente e intensa entre mayo y agosto. Sin embargo las bajas precipitaciones registradas para el período en curso marcaron la escasez del aporte de agua en el embalse. Los indicadores climáticos acerca de fenómenos como el Niño y la Niña iban marcando lluvias por debajo de los parámetros habituales y también las cuencas cercanas y del resto de la región indicaban escasos aportes de agua, tal como ocurrió con la cuenca del Senguer o el embalse Futaleufú, entre otros.

Por ese motivo el último mes de abril se inició una erogación en valores bajos al río Chubut, previendo que el ritmo de los aportes seguiría bajo y siguiendo también la Normativa de Agua.

La evolución de los aportes hasta este mes obligó a una administración de la erogación desde el Dique en niveles medio-bajos de tal forma de asegurar la provisión de agua hasta el próximo año, garantizando que el volcado al río sea el requerido tanto para riego como para consumo humano en las ciudades ubicadas en el Valle Inferior del Río Chubut.

Enterate de las noticias de PROVINCIA a través de nuestro newsletter

Anotate para recibir las noticias más importantes de esta sección.

Te podés dar de baja en cualquier momento con un solo clic.

Las más leídas

14 NOV 2016 - 22:00

El ciclo del agua se repite año a año en la cuenca del río Chubut. Los aportes invernales producto de las lluvias en la alta cordillera y los deshielos primaverales obligan a mantener una cota baja en el embalse del dique Ameghino durante el otoño para compensar los aportes de agua que a partir de julio se registran de manera anual.

Sin embargo el aporte de agua varía según los periodos que la Patagonia atraviesa en materia climática. Por eso los registros indican que durante los tres últimos años se redujo en hasta un 40% el ingreso de agua al embalse, debido a la sequía que afectó todas las cuencas de la región.

Desde principios de este año se observó cómo embalses y lagos de la región disminuyeron de forma ostensible sus niveles, producto de la falta de lluvias en la cordillera y nevadas consistentes en las altas cumbres.

A mediados de año, el ingeniero agrónomo y técnico del INTA, Teddy Lloyd, informaba en una entrevista a FM Tiempo Esquel que en la región, y según los datos hasta el momento, existía un déficit marcado de precipitaciones. Advertía en aquel momento que “todos los datos detectan una caída muy marcada de las precipitaciones invernales”.

Lloyd explicaba que el 70% de las lluvias anuales caen en el invierno. “Lo que no llueva ahora, salvo que tengamos una primavera lluviosa, que es de baja posibilidad, es muy difícil recuperarlo”, había anticipado el especialista.

Aportó en aquel momento que en la zona de Corcovado, de 300 milímetros que caen generalmente en mayo-junio, sólo llovieron 30 milímetros y no se registraron precipitaciones de nieve. “Esto no es un fenómeno que solo ocurre aquí sino que desde el sur de Mendoza hasta Tierra del Fuego está ocurriendo proactivamente lo mismo”, manifestó.

Lloyd anticipaba que todo lo que no ocurriese en este invierno en la cordillera iba a tener efecto directo en la región del Valle. “Esto afecta al caudal de los dos ríos grandes de la provincia que son el Chubut y el Senguer”, comentó a principios de julio. “Los últimos datos que tenemos del caudal del río Chubut marca que tenemos la mitad de agua de lo que tenemos habitualmente”.

En lo que refiere al aporte de agua que recibe el embalse del Dique Florentino Ameghino, durante el trienio 2010-2013 recibió un aporte del río Chubut que promedió los 50 metros cúbicos por segundo. Esos aportes se redujeron de manera sensible desde 2013 hasta la actualidad, cuando el promedio de agua ingresada al espejo de agua promedió los 30 metros cúbicos por segundo, lo que representa un 40% menos de agua durante tres años consecutivos.

La relación entre aportes y erogaciones no es caprichosa; la administración del embalse está regida por la Norma Operativa de Agua del Contrato de Concesión de Ameghino. Esa norma fija que desde el 1º de abril al 1º de setiembre de cada período el embalse debe tener un nivel máximo de 154,90 metros. El motivo está dado por una cuestión operativa muy básica: si no se cumpliera esa cota y el aporte fuera extraordinario, el agua superaría la cota máxima del embalse, el agua saldría por los vertederos y no se podría cumplir con la principal premisa del dique, que es el control de crecidas aguas abajo del complejo.

Con ese rigor de funcionamiento, todos los períodos se llega a la primera quincena de noviembre con los valores máximos de Nivel de embalse, de modo que a partir de allí con el volumen embalsado se administra la erogación a fin de asegurar el caudal durante los meses subsiguientes, hasta el próximo otoño, que es cuando comienza el período de lluvias en las nacientes.

El aporte de la cuenca que alimenta el embalse se nutre mayoritariamente de las precipitaciones pluviales que se dan de manera más frecuente e intensa entre mayo y agosto. Sin embargo las bajas precipitaciones registradas para el período en curso marcaron la escasez del aporte de agua en el embalse. Los indicadores climáticos acerca de fenómenos como el Niño y la Niña iban marcando lluvias por debajo de los parámetros habituales y también las cuencas cercanas y del resto de la región indicaban escasos aportes de agua, tal como ocurrió con la cuenca del Senguer o el embalse Futaleufú, entre otros.

Por ese motivo el último mes de abril se inició una erogación en valores bajos al río Chubut, previendo que el ritmo de los aportes seguiría bajo y siguiendo también la Normativa de Agua.

La evolución de los aportes hasta este mes obligó a una administración de la erogación desde el Dique en niveles medio-bajos de tal forma de asegurar la provisión de agua hasta el próximo año, garantizando que el volcado al río sea el requerido tanto para riego como para consumo humano en las ciudades ubicadas en el Valle Inferior del Río Chubut.


NOTICIAS RELACIONADAS