El escritor, autor de "El farmer", "La revolución es un sueño eterno", que había sido bautizado al nacer en diciembre de 1928 como Marcos Ribak, falleció a las tres de la madrugada en un hospital cordobés, donde había sido internado luego de sufrir una fractura de cadera, que le provocó una septicemia y le causó la muerte.
Rivera, que había nacido en el barrio porteño de Villa Crespo y fue obrero textil al igual que su padre, vivía en Córdoba, desde hace un año junto a su esposa Susana Fiorito. Sus restos serán cremados, informaron a Télam fuentes allegadas al escritor.
"Es uno de los últimos grandes, y ayer murió Laiseca", lamentó Alberto Díaz, editor de Seix Barral, sello que publicó muchos de sus últimos libros.
Rivera "siempre tuvo una coherencia política inclaudicable, y una obra que fue un orgullo. Lo conocía desde hacía muchos años, porque hacía doce años que era su editor. Ahora iba a publicar 'Ese manco paz' y 'Cría de asesinos', señaló Díaz, en diálogo con Télam.
"La obra de Rivera abarca dos grandes bloques: sus novelas históricas que fueron excusas para hacer reflexiones sobre la Argentina, el poder y la pérdida del poder; y los libros donde abordó la realidad de la clase obrera, y a partir de su experiencia personal, como obrero, se hizo marxista", reflexionó Díaz.
Rivera había obtenido en 1992 el Premio Nacional de Literatura por "La revolución es un sueño eterno" y durante su trayectoria había escrito más de treinta libros, y los últimos libros publicados fueron "Estaqueados", "Guardia blanca" y "Kadish".
El escritor, autor de "El farmer", "La revolución es un sueño eterno", que había sido bautizado al nacer en diciembre de 1928 como Marcos Ribak, falleció a las tres de la madrugada en un hospital cordobés, donde había sido internado luego de sufrir una fractura de cadera, que le provocó una septicemia y le causó la muerte.
Rivera, que había nacido en el barrio porteño de Villa Crespo y fue obrero textil al igual que su padre, vivía en Córdoba, desde hace un año junto a su esposa Susana Fiorito. Sus restos serán cremados, informaron a Télam fuentes allegadas al escritor.
"Es uno de los últimos grandes, y ayer murió Laiseca", lamentó Alberto Díaz, editor de Seix Barral, sello que publicó muchos de sus últimos libros.
Rivera "siempre tuvo una coherencia política inclaudicable, y una obra que fue un orgullo. Lo conocía desde hacía muchos años, porque hacía doce años que era su editor. Ahora iba a publicar 'Ese manco paz' y 'Cría de asesinos', señaló Díaz, en diálogo con Télam.
"La obra de Rivera abarca dos grandes bloques: sus novelas históricas que fueron excusas para hacer reflexiones sobre la Argentina, el poder y la pérdida del poder; y los libros donde abordó la realidad de la clase obrera, y a partir de su experiencia personal, como obrero, se hizo marxista", reflexionó Díaz.
Rivera había obtenido en 1992 el Premio Nacional de Literatura por "La revolución es un sueño eterno" y durante su trayectoria había escrito más de treinta libros, y los últimos libros publicados fueron "Estaqueados", "Guardia blanca" y "Kadish".