Otra lucha del "Huracán" Narváez

El púgil trelewense, que prepara su combate de eliminatoria mundialista contra "Manny" Rodríguez, programado el 4 de marzo en Nueva York, habló sobre sus dificultades económicas y que está pensando colgar los guantes.

25 ENE 2017 - 21:25 | Actualizado

A los 41 años y con dos títulos mundiales encima, la realidad de Omar Narváez está lejos de lo que él desearía. El apoyo económico no es suficiente, y así no puede disponer de un buen entrenamiento. El “Huracán”, que se prepara para pelear el 4 de marzo contra el puertorriqueño Manny Rodríguez en Nueva York, dialogó con FM Tiempo Trelew y se mostró desahuciado.

arváez cuenta que piensa en colgar los guantes: “Lo vengo pensando desde hace un tiempito porque no dan los números para que yo pueda mantenerme en este nivel, dado que los costos para un entrenamiento de alto rendimiento son muy grandes. Lo estamos analizando, lo hablo mucho con mi familia y la gente de confianza que está alrededor mío. Al no recibir ayuda importante para la preparación, eso ya me desmotiva, el trabajar sabiendo que voy a ir a pelear en una pelea sumamente importante y para la que me vengo preparando hace mucho tiempo. Para subir al ring, ir a cobrar y bajar con los números en cero, para eso prefiero hacer otra cosa. Necesito vivir, mis hijos tienen que estar mejor y tengo que ir pensando lo que tengo que hacer”. Narváez arriesgará su prestigio en Nueva York, pero los números no le cierran: “También quedaría en deuda con Osvaldo Rivero. Hace varias peleas que vengo quedando en deuda con Rivero porque prepararse para que yo pueda estar metido en los primeros lugares del ranking conlleva un cierto nivel de preparación y gastos de entrenamiento y suplementación. Es más, termino haciendo guantes de sparring con gente de acá cuando yo tendría que ir a entrenar al CENARD con la gente de la selección”.

El entrenamiento no está a su medida: “No puedo estar haciendo guantes con chicos que recién debutan. Se supone que yo, al ser campeón del mundo y buscar un tercer título mundial, tengo que trabajar con gente que me exija todo el tiempo”. Narváez fue contudente: “Yo no puedo estar yendo a pelear a Nueva York el 4 de marzo con Manny Rodríguez y no comer como debo, no suplementarme como se debe y no tener una buena recuperación”.

Narváez, que se viene preparando desde septiembre para este combate, explicó lo que pasó con la pelea que iba a realizarse el 13 de enero de Puerto Madryn: “La pelea en Madryn se llevó a una subasta, y la subasta decía por contrato que nosotros en 90 días teníamos que hacer la pelea. No fue culpa de Puerto Madryn. Hubo un problema de televisación, porque la televisión necesitaba un día sábado para un título tan importante que iba a ser el título interino mundial eliminatorio de la FIB. No era una fecha que pudiera solucionarse rápido. Perdimos esos 90 días de contrato y los puertorriqueños, jugando con su ventaja, enseguida se avivaron y empezaron a poner condiciones. El evento ya era caro y esto traía más gastos. De ahí sale la pelea en Nueva York, donde nosotros tenemos que ir a pelear bajo sus condiciones. Los números son demasiado bajos, hasta el punto que la mitad ya la llevo gastada”.

Y se sinceró: “Creo que soy un símbolo de la provincia en el deporte. Creo que soy una buena imagen y eso lo he demostrado en toda mi carrera durante muchos años. Desde el 96 que lo hago. Fui el primer representante olímpico que tuvo la provincia del Chubut, y no solo una vez sino que estuve en Atlanta y en Sidney. Fui campeón mundial desde el 2002 hasta el 2014, son doce años como campeón mundial. Creo que es una imagen fuerte para la provincia. Si yo estuviera del otro lado diría: hay que ayudar a esta clase de gente porque es un ejemplo para los pibes y para los demás deportistas”.

“Yo venía con toda la motivación encima y en pérdida. Yo vivo de esto; no puedo estar pensando que voy a entrenar y qué van a comer mis hijos al mediodía o de qué manera consigo plata. Yo tengo que pensar más en el futuro de mis hijos, no en que hoy que peleo tengo, y mañana que no peleo qué hago. A uno se le van las ganas”.


 

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25 ENE 2017 - 21:25

A los 41 años y con dos títulos mundiales encima, la realidad de Omar Narváez está lejos de lo que él desearía. El apoyo económico no es suficiente, y así no puede disponer de un buen entrenamiento. El “Huracán”, que se prepara para pelear el 4 de marzo contra el puertorriqueño Manny Rodríguez en Nueva York, dialogó con FM Tiempo Trelew y se mostró desahuciado.

arváez cuenta que piensa en colgar los guantes: “Lo vengo pensando desde hace un tiempito porque no dan los números para que yo pueda mantenerme en este nivel, dado que los costos para un entrenamiento de alto rendimiento son muy grandes. Lo estamos analizando, lo hablo mucho con mi familia y la gente de confianza que está alrededor mío. Al no recibir ayuda importante para la preparación, eso ya me desmotiva, el trabajar sabiendo que voy a ir a pelear en una pelea sumamente importante y para la que me vengo preparando hace mucho tiempo. Para subir al ring, ir a cobrar y bajar con los números en cero, para eso prefiero hacer otra cosa. Necesito vivir, mis hijos tienen que estar mejor y tengo que ir pensando lo que tengo que hacer”. Narváez arriesgará su prestigio en Nueva York, pero los números no le cierran: “También quedaría en deuda con Osvaldo Rivero. Hace varias peleas que vengo quedando en deuda con Rivero porque prepararse para que yo pueda estar metido en los primeros lugares del ranking conlleva un cierto nivel de preparación y gastos de entrenamiento y suplementación. Es más, termino haciendo guantes de sparring con gente de acá cuando yo tendría que ir a entrenar al CENARD con la gente de la selección”.

El entrenamiento no está a su medida: “No puedo estar haciendo guantes con chicos que recién debutan. Se supone que yo, al ser campeón del mundo y buscar un tercer título mundial, tengo que trabajar con gente que me exija todo el tiempo”. Narváez fue contudente: “Yo no puedo estar yendo a pelear a Nueva York el 4 de marzo con Manny Rodríguez y no comer como debo, no suplementarme como se debe y no tener una buena recuperación”.

Narváez, que se viene preparando desde septiembre para este combate, explicó lo que pasó con la pelea que iba a realizarse el 13 de enero de Puerto Madryn: “La pelea en Madryn se llevó a una subasta, y la subasta decía por contrato que nosotros en 90 días teníamos que hacer la pelea. No fue culpa de Puerto Madryn. Hubo un problema de televisación, porque la televisión necesitaba un día sábado para un título tan importante que iba a ser el título interino mundial eliminatorio de la FIB. No era una fecha que pudiera solucionarse rápido. Perdimos esos 90 días de contrato y los puertorriqueños, jugando con su ventaja, enseguida se avivaron y empezaron a poner condiciones. El evento ya era caro y esto traía más gastos. De ahí sale la pelea en Nueva York, donde nosotros tenemos que ir a pelear bajo sus condiciones. Los números son demasiado bajos, hasta el punto que la mitad ya la llevo gastada”.

Y se sinceró: “Creo que soy un símbolo de la provincia en el deporte. Creo que soy una buena imagen y eso lo he demostrado en toda mi carrera durante muchos años. Desde el 96 que lo hago. Fui el primer representante olímpico que tuvo la provincia del Chubut, y no solo una vez sino que estuve en Atlanta y en Sidney. Fui campeón mundial desde el 2002 hasta el 2014, son doce años como campeón mundial. Creo que es una imagen fuerte para la provincia. Si yo estuviera del otro lado diría: hay que ayudar a esta clase de gente porque es un ejemplo para los pibes y para los demás deportistas”.

“Yo venía con toda la motivación encima y en pérdida. Yo vivo de esto; no puedo estar pensando que voy a entrenar y qué van a comer mis hijos al mediodía o de qué manera consigo plata. Yo tengo que pensar más en el futuro de mis hijos, no en que hoy que peleo tengo, y mañana que no peleo qué hago. A uno se le van las ganas”.


 


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