Putin recibe a Erdogan y consolida acercamiento con Turquía

Rusia reforzó hoy su acercamiento con Turquía durante una visita del presidente turco Recep Tayyip Erdogan a Moscú, en la que solicitó que el Kremlin cese su actitud favorable a los kurdos en Siria y el gobierno ruso levantó algunas de las sanciones impuestas contra Ankara.

10 MAR 2017 - 16:31 | Actualizado

"Rusia y Turquía tienen un fuerte potencial (...) para llegar a un nuevo nivel de cooperación", manifestó el jefe de Estado ruso, Vladimir Putin. La de hoy fue la segunda visita de Erdogan a Rusia desde agosto de 2016.

La relación entre ambos países se vio perjudicada después de que en 2015 Turquía derribara un avión ruso en la frontera con Siria, que derivó en una serie de sanciones de Moscú contra Ankara.

De todos modos, desde mediados del año pasado hubo varias señales de acercamiento. Algunos analistas consideran que Erdogan busca apoyarse en una alianza con Moscú ante sus propias tensiones con Occidente.

Rusia y Turquía fungieron como países garantes del alto el fuego alcanzado a fines de diciembre en Siria, donde apoyan a bandos diferentes, y sostuvieron las conversaciones intrasirias de Astaná, en Kazajistán, en las que coincidieron en excluir de toda tregua al Estado Islámico (EI).

Pero Erdogan también tiene su interés propio en el asunto sirio. Exactamente en el momento en que Estados Unidos está apoyando una milicia kurdoárabe contra el EI donde los kurdos son mucho más que la columna vertebral, Ankara está librando un feroz combate contra el partido kurdo PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán), al que sindica como organización terrorista.

Según la agencia estatal turca Anadolu, citada por DPA, el mandatario turco señaló a la prensa en Rusia que "esperamos en particular que el Partido de Unión Democrática (PYD), que es el brazo del PKK en Siria, ponga fin a sus actividades en Moscú".

El PYD es un partido kurdo sirio, estrechamente vinculado al proscrito PKK turco. Ankara considera al PKK una organización terrorista y por ello ve de la misma manera al PYD. En medio de la crisis con el Gobierno turco, Rusia le permitió abrir una oficina propia en Moscú.

Erdogan aseguró asimismo que en el futuro debería dejar de utilizarse la palabra "normalización" para las relaciones entre ambos países. "Ya superamos esa etapa", apuntó.

El presidente turco destacó el buen avance de los proyectos energéticos conjuntos. Rusia planea construir el gasoducto Turkish Stream por el Mar Negro y la central nuclear Akkuyu en el sur de Turquía. Rusia quiere vender gas natural al sur de Europa a través del Turkish Stream.

El politólogo Amud Gayiev, de la Academia rusa de Ciencias, consideró que la visita de Erdogan representa una señal para Occidente. "Turquía no quiere seguir siendo el patio trasero de Europa", destacó el experto, que cree que con su acercamiento a Rusia, Turquía quiere eludir la presión de Bruselas.

Como señal de distensión, el Gobierno de Moscú decidió levantar parcialmente la prohibición a la importación de frutas y verduras turcas, aunque excluyó uno de los renglones principales, los tomates.

Además, Rusia volverá a permitir el ingreso de empresas turcas al país, según anunció Putin. Este permiso es importante más que nada para las empresas constructoras turcas, muy activas en Rusia, donde participan además en la construcción de hoteles y estadios para el Mundial de fútbol de 2018.

Ambos mandatarios aseguraron que esperan un pronto restablecimiento total de las relaciones.

10 MAR 2017 - 16:31

"Rusia y Turquía tienen un fuerte potencial (...) para llegar a un nuevo nivel de cooperación", manifestó el jefe de Estado ruso, Vladimir Putin. La de hoy fue la segunda visita de Erdogan a Rusia desde agosto de 2016.

La relación entre ambos países se vio perjudicada después de que en 2015 Turquía derribara un avión ruso en la frontera con Siria, que derivó en una serie de sanciones de Moscú contra Ankara.

De todos modos, desde mediados del año pasado hubo varias señales de acercamiento. Algunos analistas consideran que Erdogan busca apoyarse en una alianza con Moscú ante sus propias tensiones con Occidente.

Rusia y Turquía fungieron como países garantes del alto el fuego alcanzado a fines de diciembre en Siria, donde apoyan a bandos diferentes, y sostuvieron las conversaciones intrasirias de Astaná, en Kazajistán, en las que coincidieron en excluir de toda tregua al Estado Islámico (EI).

Pero Erdogan también tiene su interés propio en el asunto sirio. Exactamente en el momento en que Estados Unidos está apoyando una milicia kurdoárabe contra el EI donde los kurdos son mucho más que la columna vertebral, Ankara está librando un feroz combate contra el partido kurdo PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán), al que sindica como organización terrorista.

Según la agencia estatal turca Anadolu, citada por DPA, el mandatario turco señaló a la prensa en Rusia que "esperamos en particular que el Partido de Unión Democrática (PYD), que es el brazo del PKK en Siria, ponga fin a sus actividades en Moscú".

El PYD es un partido kurdo sirio, estrechamente vinculado al proscrito PKK turco. Ankara considera al PKK una organización terrorista y por ello ve de la misma manera al PYD. En medio de la crisis con el Gobierno turco, Rusia le permitió abrir una oficina propia en Moscú.

Erdogan aseguró asimismo que en el futuro debería dejar de utilizarse la palabra "normalización" para las relaciones entre ambos países. "Ya superamos esa etapa", apuntó.

El presidente turco destacó el buen avance de los proyectos energéticos conjuntos. Rusia planea construir el gasoducto Turkish Stream por el Mar Negro y la central nuclear Akkuyu en el sur de Turquía. Rusia quiere vender gas natural al sur de Europa a través del Turkish Stream.

El politólogo Amud Gayiev, de la Academia rusa de Ciencias, consideró que la visita de Erdogan representa una señal para Occidente. "Turquía no quiere seguir siendo el patio trasero de Europa", destacó el experto, que cree que con su acercamiento a Rusia, Turquía quiere eludir la presión de Bruselas.

Como señal de distensión, el Gobierno de Moscú decidió levantar parcialmente la prohibición a la importación de frutas y verduras turcas, aunque excluyó uno de los renglones principales, los tomates.

Además, Rusia volverá a permitir el ingreso de empresas turcas al país, según anunció Putin. Este permiso es importante más que nada para las empresas constructoras turcas, muy activas en Rusia, donde participan además en la construcción de hoteles y estadios para el Mundial de fútbol de 2018.

Ambos mandatarios aseguraron que esperan un pronto restablecimiento total de las relaciones.


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