No fue el mismo Brown que terminó el 2016 y al menos en este partido se sintió el receso, que fue mucho más largo de lo previsto. Los amistosos sirven pero no tienen la misma exigencia que la competencia ante rivales con iguales intenciones.
De todas maneras, y con ese atenuante planteado, debe valorarse el punto obtenido ayer por el equipo portuario ante un rival sumamente necesitado de puntos al estar en zona de descenso directo. Le costó, es cierto, pero en el global fue más que su rival y por méritos debió llevarse un premio mayor.
Brown arrancó con todo y a los 20 segundos Figueroa lo tuvo ante Calviño, que tapó el remate en gran forma después de un centro de Mosca que cayó en el punto penal.
La visita también inquietó. Vía aérea para aprovechar la estatura de Mirando y con Chetti desbordando por derecha, Central creó un par de situaciones.
Albarracín metió un remate largo y la pelota dio en el ángulo izquierdo. Después de esa maniobra se produjo un tumulto porque jugadores visitantes entendían que el defensor browniano debía mandar el balón porque estaba en el suelo Sánchez. En la protesta, Albarracín, que lo único que hizo fue patear al arco, fue increpado por Miranda y el árbitro Ejarque decidió echar a ambos por esa acción.
Después de ese arranque intenso, en el que ambos tuvieron situaciones, el juego se desinfló y cayó en un pozo.
Después de largos minutos, Brown llegó otra vez sobre el área visitante. Bauman remató apenas desviado por la derecha tras recibir de Figueroa, que pivoteó entre defensores. La visita se plantó atrás apostando por alguna contra y Brown tuvo espacios para recorrer y aunque era más que el rival no podía crear chances con real peligro. La única hasta los 30’ fue un remate por arriba de Mosca. En los últimos metros Brown no podía, ahí la defensa visitante se paró bien y resignó atacar para defender el resultado. Los minutos pasaron y el nerviosismo se apoderó del equipo local porque tenía el balón pero no podía armar maniobras claras y todo dependía de un pelotazo o alguna asistencia de Dematei a los atacantes. Más allá de lo que la visita hacía, el equipo local no tuvo en esta vuelta a la actividad, el rendimiento que lo transformó en líder de la B Nacional. Quizás el parate fue la causa de esa merma y también el hecho de perder a un defensor y rearmar la última línea con un volante.
Cacheiro lo tuvo pero al definir por arriba de Calviño y el balón cayó en el techo del arco, en otra llegada del local.
Mosca remató desde afuera pero Calviño, rodilla al piso, controló sin problemas quedándose con la última del juego. En el tramo final el árbitro Ejarque permitió que colaboradores se metan en la cancha en una falta de conducción absoluta y fue muy permisivo con el arquero Calviño, que durante todo el complemento y parte del primero demoró el juego. Técnicamente correcto el juez que arbitró ayer pero no manejó ni condujo el juego que por momentos se desvirtuó.
Guillermo Brown dejó pasar una buena chance de sumar los tres aunque sacó igual un punto más de ventaja sobre los rivales directos que cedieron unidades en la fecha. El miércoles recibe a Nueva Chicago y para ese choque se perderá a Albarracín, expulsado, y a Flores, que llegó a la quinta amonestación.
No fue el mismo Brown que terminó el 2016 y al menos en este partido se sintió el receso, que fue mucho más largo de lo previsto. Los amistosos sirven pero no tienen la misma exigencia que la competencia ante rivales con iguales intenciones.
De todas maneras, y con ese atenuante planteado, debe valorarse el punto obtenido ayer por el equipo portuario ante un rival sumamente necesitado de puntos al estar en zona de descenso directo. Le costó, es cierto, pero en el global fue más que su rival y por méritos debió llevarse un premio mayor.
Brown arrancó con todo y a los 20 segundos Figueroa lo tuvo ante Calviño, que tapó el remate en gran forma después de un centro de Mosca que cayó en el punto penal.
La visita también inquietó. Vía aérea para aprovechar la estatura de Mirando y con Chetti desbordando por derecha, Central creó un par de situaciones.
Albarracín metió un remate largo y la pelota dio en el ángulo izquierdo. Después de esa maniobra se produjo un tumulto porque jugadores visitantes entendían que el defensor browniano debía mandar el balón porque estaba en el suelo Sánchez. En la protesta, Albarracín, que lo único que hizo fue patear al arco, fue increpado por Miranda y el árbitro Ejarque decidió echar a ambos por esa acción.
Después de ese arranque intenso, en el que ambos tuvieron situaciones, el juego se desinfló y cayó en un pozo.
Después de largos minutos, Brown llegó otra vez sobre el área visitante. Bauman remató apenas desviado por la derecha tras recibir de Figueroa, que pivoteó entre defensores. La visita se plantó atrás apostando por alguna contra y Brown tuvo espacios para recorrer y aunque era más que el rival no podía crear chances con real peligro. La única hasta los 30’ fue un remate por arriba de Mosca. En los últimos metros Brown no podía, ahí la defensa visitante se paró bien y resignó atacar para defender el resultado. Los minutos pasaron y el nerviosismo se apoderó del equipo local porque tenía el balón pero no podía armar maniobras claras y todo dependía de un pelotazo o alguna asistencia de Dematei a los atacantes. Más allá de lo que la visita hacía, el equipo local no tuvo en esta vuelta a la actividad, el rendimiento que lo transformó en líder de la B Nacional. Quizás el parate fue la causa de esa merma y también el hecho de perder a un defensor y rearmar la última línea con un volante.
Cacheiro lo tuvo pero al definir por arriba de Calviño y el balón cayó en el techo del arco, en otra llegada del local.
Mosca remató desde afuera pero Calviño, rodilla al piso, controló sin problemas quedándose con la última del juego. En el tramo final el árbitro Ejarque permitió que colaboradores se metan en la cancha en una falta de conducción absoluta y fue muy permisivo con el arquero Calviño, que durante todo el complemento y parte del primero demoró el juego. Técnicamente correcto el juez que arbitró ayer pero no manejó ni condujo el juego que por momentos se desvirtuó.
Guillermo Brown dejó pasar una buena chance de sumar los tres aunque sacó igual un punto más de ventaja sobre los rivales directos que cedieron unidades en la fecha. El miércoles recibe a Nueva Chicago y para ese choque se perderá a Albarracín, expulsado, y a Flores, que llegó a la quinta amonestación.