Violencia en la familia y una nueva forma de abordar la problemática

El profesional asiste a víctimas de la Casa de la Mujer. Aplica el método de “constelaciones”. Es una mirada amplia y efectiva para resolver entre otros, la violencia de género. “Nos permite ver el alma de la familia”.

19 MAR 2017 - 20:42 | Actualizado

Por Lorena Leeming

Las cifras de violencia de género y familiar son cada vez más altas. Y los casos más graves. La muerte está cada vez más cerca. La solución debería ser trabajar en la raíz del problema: en la persona violenta. En evitar que suceda. “El tema no se pudo resolver hasta ahora porque la psicología mira la violencia como un hecho individual, como un problema psicológico. Se intenta explicar que quien golpea es porque fue golpeado o abusado cuando era niño. No es cierto. Hay quienes golpean y abusan cuando no lo han sido de niños. La violencia es del sistema”. Así resumió la situación Marcelo Holtzman. Es psicólogo. Pero además, especialista en el método de constelaciones. Fue convocado a integrar el equipo de la Casa de la Mujer. Trelew ya empezó a trabajar.

Holtzman es claro en sus conceptos. En una entrevista con Jornada se explayó sobre el minucioso trabajo profesional que realiza con las víctimas. Hace un abordaje desde la psicología y a través de métodos que realizan una mirada más amplia del panorama. Las víctimas alojadas en la “Casa de la Mujer” pueden ahora ser asistidas por el método de constelaciones familiares o también, son escuchadas en sesiones individuales.

“Las constelaciones familiares es un método que permite resolver cualquier tipo de situación. No solo violencia de género. Es un trabajo que se hace desde hace muchos años: problemas emocionales, salud física, relaciones con otras personas, dificultades para conseguir un trabajo, para lograr objetivos. Es muy frecuente la relación con el dinero también, a quienes les cuesta relacionarse con la plata”, detalló Holtzman.

El prestigioso profesional puso la lupa en la violencia de género. “Este es el tema que abordamos en la Casa de la Mujer. Es un puntapié inicial para un programa más amplio que abarca muchas instituciones. Aporta la constelación familiar una mirada mucho más amplia y más profunda que lo convencional de la psicología y la psiquiatría. Nos permite ver el plano del alma de la familia. La familia tiene una conciencia. Es una instancia. Cuando hablamos del inconsciente, no es algo que se puede ver ni tocar ni medir pero todos sabemos que existe”.

Conciencia familiar

Explicó al respecto, que “la familia tiene el alma o conciencia familiar que incluye el alma de todos sus miembros independientemente que estén vivos o no. Sigue perteneciendo. Siendo parte de una familia, participamos de toda su historia. Todas las consecuencias de situaciones que vivieron nuestros antepasados a través de generaciones: miedo, enojo, tristeza, violencia, nostalgia, sentimientos de culpa. Vivimos como si fueran propias, con ciertos mecanismos con identificación con esos antepasados como si fuera propio”.

Siendo miembros de una familia, remarca Holtzman, todos vivimos las consecuencias. Y no se habla solo de padres y hermanos. Sino de generaciones anteriores. “Lo específico en relación a la violencia. Y el por qué no se pudo resolver hasta ahora, es que psicología mira la violencia como un hecho individual: problema psicológico o individual. Incluso, a veces se intenta explicar que alguien golpea porque fue golpeado y abusado cuando era niño. No es cierto. Hay personas que han sido golpeadas y abusadas cuando eran niños y no lo hacen siendo adultos. Y hay personas que golpean y abusan cuando no lo fueron de niños. La violencia es del sistema”.

La persona violenta

Cuando una persona golpea y es violenta, queda explícito que en algún momento de la historia de la familia, probablemente muchas generaciones atrás, hubo hechos violentos que instalaron la violencia en la familia. El sistema es violento. Diferentes personas a través del tiempo, manifiestan esa misma violencia. Pero no es que la persona es de naturaleza violenta, sino que está tomando algo que es de la familia. Es decir: hay un río, hay muchas personas que se mojan en el mismo río pero el rio es uno solo. Siempre”, ejemplificó.

Contexto

Holtzman reiteró que lo que permite la constelación, es poner a la vista siempre, el contexto familiar en el cual el miembro de la familia que ejerce violencia está implicado y que es la causa que él mismo ejerza violencia. “Es decir, hay un proceso inconsciente. Por eso la persona que agrede, puede en algún momento arrepentirse porque realmente no hay una voluntad consciente de hacer daño. Hay algo que se le impone, que lo domina y que no puede manejar”

Un tema sensible

Advierte el psicólogo que el tema de la violencia es sensible. Es difícil. “Lo que hablo es lo que portamos de manera no consciente y nos condiciona fuertemente. Tiene que ver con muchas otras cosas también. Uno puede portar de la misma manera tristezas, miedos, culpas, nostalgias , sin ser conscientes. No es tan notorio ni tan grave como la violencia. Pero la dinámica es la misma. Yo puedo identificarme con alguien que se sintió triste. No pasa nada grave si yo vivo con tristeza. Lo mismo pasa con la violencia. Alguien se identificó con un violento y es portador de violencia”.

Sobre el método que aplica para su trabajo en el tema, Holtzman apuntó que “la constelación nos permite poner a la vista el contexto. No miramos a la persona individualmente como si fuera su naturaleza ser violento sino la naturaleza de la familia en la cual la violencia se instaló y participan todos sus miembros o muchos de ellos. La persona que está identificada, puede convertirse en un perpetuador también. Puede ser un asesino, un torturador o lo que sea. Una persona que ejerza violencia sin lastimar, agresiva, romper cosas”.

“Portadora de violencia”

Y ejemplificó: “Hablaban de un caso de un hombre que le rompía los vidrios a la casa de su exesposa. No la golpeaba a ella pero rompía objetos. O también puede, enfermarse para no ejercer esa violencia. Incluso, hay algo más: la persona que es víctima de violencia, es también portadora. La violencia que no ejerce es convocada a su vida a través de la agresión. Es la parte menos simpática. Parece que uno culpara a la víctima. Pero en realidad, hay que traer en la mochila, al violento con el cual nos identificamos”

El “violento”

Habló de una gran verdad. Cuando se habla de violencia, los programas atinan a trabajar con las víctimas. “Pero cuando uno trabaja con la víctima el hecho violento ya sucedió. Entonces, no estamos trabajando con la violencia sino con la consecuencia. Tenemos que trabajar con el violento para desactivarla. Porque sino, la persona que es violenta, no le puede pegar más a esta persona que se fue pero le va a pegar a otra mujer. Si no trabajamos con los violentos, la violencia no se va a desactivar nunca. Si hablamos que la violencia está instalada en el sistema y diferentes personas la expresan, debemos trabajar para desactivarla. Así logramos que futuras generaciones de esta familia, ya no sean violentas. Lo sacamos. Es un trabajo además, de prevención”.

“Me golpea”

Explica Holtzman que la constelación se puede trabajar en forma complementaria a las sesiones. Lo más difícil para trabajar con la persona , es que se ponga en autocompasión. “Cuando la persona dice: me golpea, qué puedo hacer. Él es más fuerte, yo no puedo hacer nada. Ahí, pierde todo el poder de hacer algo. Pone la posibilidad de resolver o no resolver en el marido. Entonces, si él quiere le pega, si no quiere no le pega. Lo que tiene que hacer, es el control sobre su propia vida. Saber que así como cayó en la situación de violencia, tiene en sus manos salir. No dependen del otro que pega. Es donde puede empezar a salir”.

Revictimización

Asegura el psicólogo que “una de las cosas que sucede es que se revictimiza a la víctima con maltratos, con prejuicios. Plantear que la misma víctima es también, portadora de violencia. Y así se genera resistencia. No hay obstáculos. La persona, puede hacer una constelación sin este concepto. Puede decir: tengo una relación con un hombre que me golpea, quiero salir de esto. La constelación se hace, muestra lo que hay y allí se resuelve”.

Terapia transpersonal

Marcelo Holtzman ofrece además, terapia transpersonal. Se trata también, de una mirada más amplia de la que aporta la psicología y la psiquiatraía. “En psicoterapias y psicoanálisis, el ser humano se ve ahí solamente como un aparato psíquico. Cuando hablamos de transpersonal hablamos del ser humano con una manifestación humana en su cuerpo pero también, es una esencia. Hablamos de una esencia que tiene un propósito que le da sentido a nuestra vida: nuestra vocación”.

Agregó al respecto que “por diferentes motivos: personales o familiares, muchas personas no logran entrar en sintonía en su vocación y entonces, el trabajo transpersonal tiene como objetivo tratar de juntar lo humano y lo esencial para que la esencia se pueda manifestar y la persona pueda encontrar su destino, su lugar en el mundo”.

Hace un mes, Hotlzman comenzó a formar parte del equipo de la Casa de la Mujer. “Fue iniciativa de la concejal marcela Roberts. Me conoció con mi tarea. Le pareció que era productivo. Tuve contacto con la directora. Comenzaremos con encuentros de constelaciones”.

Respecto a la modalidad de trabajo, indicó que “las mujeres van como siempre. Además de todo lo que tenían a su disposición, se les va a ofrecer para ellas y sus niños trabajos de constelaciones y sesiones individuales para quienes necesiten. No solo violencia sino también otros aspectos. Nos permite también, aunque no estén familiares, reparar nuestra situación con respecto a la familia de origen”.

Vulnerabilidad

Indicó que “podemos reintegrarnos en lo profundo del alma y reconciliar lo que quedó como malestar con familia de origen: padres y hermanos. Le vamos a dar una vuelta más profundizando para que la persona pueda estar mejor plantada”

Para finalizar, aseguró que cuando una persona es maltratada y violentada es común que se sienta vulnerable e impotente. “Es muy frecuente que dependan económicamente. La dependencia también las condiciona”.

Estadísticas

La estadística de un femicidio cada 30 horas en Argentina se sostiene en los últimos años, tal como reveló el informe presentado por La Casa del Encuentro, que computó 230 entre el primer día de este año y el 31 de octubre último, asesinatos que dejaron sin mamá a 294 personas, en su mayoría menores de edad.

El informe da cuenta de las cifras de un período donde se realizaron dos marchas con la consigna NiUnaMenos, movilizaciones que “no construyen agresores, ellos existen y no deben silenciarnos”, según dijo a Télam Ada Rico, responsable del relevamiento.

A partir de las multitudinarias concentraciones realizadas en el país el 3 de junio y el 19 de octubre de 2016 se debate en diversos ámbitos sobre el recrudecimiento de la violencia de género.

Por eso Rico inicia el análisis de las estadísticas para Télam explicando que en junio se registraron 13 femicidios “que es el promedio más bajo de los 9 años que llevamos realizando los informes”, pero en octubre “el porcentaje es el más alto desde 2008, con 39” asesinatos.

“Queda graficado de esta manera que no es causa y efecto, es evidente que el agresor no se construye por una movilización, el agresor existe siempre y la causa es mucho más profunda. El violento no lo hace por inspiración o efecto contagio. Hablar de femicidios es nombrar las desigualdades estructurales que existen entre varones y mujeres, es nombrar la violencia extrema y movilizarnos para repudiarla. Es reclamar que dejen de matarnos”, aseveró la dirigente social.

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19 MAR 2017 - 20:42

Por Lorena Leeming

Las cifras de violencia de género y familiar son cada vez más altas. Y los casos más graves. La muerte está cada vez más cerca. La solución debería ser trabajar en la raíz del problema: en la persona violenta. En evitar que suceda. “El tema no se pudo resolver hasta ahora porque la psicología mira la violencia como un hecho individual, como un problema psicológico. Se intenta explicar que quien golpea es porque fue golpeado o abusado cuando era niño. No es cierto. Hay quienes golpean y abusan cuando no lo han sido de niños. La violencia es del sistema”. Así resumió la situación Marcelo Holtzman. Es psicólogo. Pero además, especialista en el método de constelaciones. Fue convocado a integrar el equipo de la Casa de la Mujer. Trelew ya empezó a trabajar.

Holtzman es claro en sus conceptos. En una entrevista con Jornada se explayó sobre el minucioso trabajo profesional que realiza con las víctimas. Hace un abordaje desde la psicología y a través de métodos que realizan una mirada más amplia del panorama. Las víctimas alojadas en la “Casa de la Mujer” pueden ahora ser asistidas por el método de constelaciones familiares o también, son escuchadas en sesiones individuales.

“Las constelaciones familiares es un método que permite resolver cualquier tipo de situación. No solo violencia de género. Es un trabajo que se hace desde hace muchos años: problemas emocionales, salud física, relaciones con otras personas, dificultades para conseguir un trabajo, para lograr objetivos. Es muy frecuente la relación con el dinero también, a quienes les cuesta relacionarse con la plata”, detalló Holtzman.

El prestigioso profesional puso la lupa en la violencia de género. “Este es el tema que abordamos en la Casa de la Mujer. Es un puntapié inicial para un programa más amplio que abarca muchas instituciones. Aporta la constelación familiar una mirada mucho más amplia y más profunda que lo convencional de la psicología y la psiquiatría. Nos permite ver el plano del alma de la familia. La familia tiene una conciencia. Es una instancia. Cuando hablamos del inconsciente, no es algo que se puede ver ni tocar ni medir pero todos sabemos que existe”.

Conciencia familiar

Explicó al respecto, que “la familia tiene el alma o conciencia familiar que incluye el alma de todos sus miembros independientemente que estén vivos o no. Sigue perteneciendo. Siendo parte de una familia, participamos de toda su historia. Todas las consecuencias de situaciones que vivieron nuestros antepasados a través de generaciones: miedo, enojo, tristeza, violencia, nostalgia, sentimientos de culpa. Vivimos como si fueran propias, con ciertos mecanismos con identificación con esos antepasados como si fuera propio”.

Siendo miembros de una familia, remarca Holtzman, todos vivimos las consecuencias. Y no se habla solo de padres y hermanos. Sino de generaciones anteriores. “Lo específico en relación a la violencia. Y el por qué no se pudo resolver hasta ahora, es que psicología mira la violencia como un hecho individual: problema psicológico o individual. Incluso, a veces se intenta explicar que alguien golpea porque fue golpeado y abusado cuando era niño. No es cierto. Hay personas que han sido golpeadas y abusadas cuando eran niños y no lo hacen siendo adultos. Y hay personas que golpean y abusan cuando no lo fueron de niños. La violencia es del sistema”.

La persona violenta

Cuando una persona golpea y es violenta, queda explícito que en algún momento de la historia de la familia, probablemente muchas generaciones atrás, hubo hechos violentos que instalaron la violencia en la familia. El sistema es violento. Diferentes personas a través del tiempo, manifiestan esa misma violencia. Pero no es que la persona es de naturaleza violenta, sino que está tomando algo que es de la familia. Es decir: hay un río, hay muchas personas que se mojan en el mismo río pero el rio es uno solo. Siempre”, ejemplificó.

Contexto

Holtzman reiteró que lo que permite la constelación, es poner a la vista siempre, el contexto familiar en el cual el miembro de la familia que ejerce violencia está implicado y que es la causa que él mismo ejerza violencia. “Es decir, hay un proceso inconsciente. Por eso la persona que agrede, puede en algún momento arrepentirse porque realmente no hay una voluntad consciente de hacer daño. Hay algo que se le impone, que lo domina y que no puede manejar”

Un tema sensible

Advierte el psicólogo que el tema de la violencia es sensible. Es difícil. “Lo que hablo es lo que portamos de manera no consciente y nos condiciona fuertemente. Tiene que ver con muchas otras cosas también. Uno puede portar de la misma manera tristezas, miedos, culpas, nostalgias , sin ser conscientes. No es tan notorio ni tan grave como la violencia. Pero la dinámica es la misma. Yo puedo identificarme con alguien que se sintió triste. No pasa nada grave si yo vivo con tristeza. Lo mismo pasa con la violencia. Alguien se identificó con un violento y es portador de violencia”.

Sobre el método que aplica para su trabajo en el tema, Holtzman apuntó que “la constelación nos permite poner a la vista el contexto. No miramos a la persona individualmente como si fuera su naturaleza ser violento sino la naturaleza de la familia en la cual la violencia se instaló y participan todos sus miembros o muchos de ellos. La persona que está identificada, puede convertirse en un perpetuador también. Puede ser un asesino, un torturador o lo que sea. Una persona que ejerza violencia sin lastimar, agresiva, romper cosas”.

“Portadora de violencia”

Y ejemplificó: “Hablaban de un caso de un hombre que le rompía los vidrios a la casa de su exesposa. No la golpeaba a ella pero rompía objetos. O también puede, enfermarse para no ejercer esa violencia. Incluso, hay algo más: la persona que es víctima de violencia, es también portadora. La violencia que no ejerce es convocada a su vida a través de la agresión. Es la parte menos simpática. Parece que uno culpara a la víctima. Pero en realidad, hay que traer en la mochila, al violento con el cual nos identificamos”

El “violento”

Habló de una gran verdad. Cuando se habla de violencia, los programas atinan a trabajar con las víctimas. “Pero cuando uno trabaja con la víctima el hecho violento ya sucedió. Entonces, no estamos trabajando con la violencia sino con la consecuencia. Tenemos que trabajar con el violento para desactivarla. Porque sino, la persona que es violenta, no le puede pegar más a esta persona que se fue pero le va a pegar a otra mujer. Si no trabajamos con los violentos, la violencia no se va a desactivar nunca. Si hablamos que la violencia está instalada en el sistema y diferentes personas la expresan, debemos trabajar para desactivarla. Así logramos que futuras generaciones de esta familia, ya no sean violentas. Lo sacamos. Es un trabajo además, de prevención”.

“Me golpea”

Explica Holtzman que la constelación se puede trabajar en forma complementaria a las sesiones. Lo más difícil para trabajar con la persona , es que se ponga en autocompasión. “Cuando la persona dice: me golpea, qué puedo hacer. Él es más fuerte, yo no puedo hacer nada. Ahí, pierde todo el poder de hacer algo. Pone la posibilidad de resolver o no resolver en el marido. Entonces, si él quiere le pega, si no quiere no le pega. Lo que tiene que hacer, es el control sobre su propia vida. Saber que así como cayó en la situación de violencia, tiene en sus manos salir. No dependen del otro que pega. Es donde puede empezar a salir”.

Revictimización

Asegura el psicólogo que “una de las cosas que sucede es que se revictimiza a la víctima con maltratos, con prejuicios. Plantear que la misma víctima es también, portadora de violencia. Y así se genera resistencia. No hay obstáculos. La persona, puede hacer una constelación sin este concepto. Puede decir: tengo una relación con un hombre que me golpea, quiero salir de esto. La constelación se hace, muestra lo que hay y allí se resuelve”.

Terapia transpersonal

Marcelo Holtzman ofrece además, terapia transpersonal. Se trata también, de una mirada más amplia de la que aporta la psicología y la psiquiatraía. “En psicoterapias y psicoanálisis, el ser humano se ve ahí solamente como un aparato psíquico. Cuando hablamos de transpersonal hablamos del ser humano con una manifestación humana en su cuerpo pero también, es una esencia. Hablamos de una esencia que tiene un propósito que le da sentido a nuestra vida: nuestra vocación”.

Agregó al respecto que “por diferentes motivos: personales o familiares, muchas personas no logran entrar en sintonía en su vocación y entonces, el trabajo transpersonal tiene como objetivo tratar de juntar lo humano y lo esencial para que la esencia se pueda manifestar y la persona pueda encontrar su destino, su lugar en el mundo”.

Hace un mes, Hotlzman comenzó a formar parte del equipo de la Casa de la Mujer. “Fue iniciativa de la concejal marcela Roberts. Me conoció con mi tarea. Le pareció que era productivo. Tuve contacto con la directora. Comenzaremos con encuentros de constelaciones”.

Respecto a la modalidad de trabajo, indicó que “las mujeres van como siempre. Además de todo lo que tenían a su disposición, se les va a ofrecer para ellas y sus niños trabajos de constelaciones y sesiones individuales para quienes necesiten. No solo violencia sino también otros aspectos. Nos permite también, aunque no estén familiares, reparar nuestra situación con respecto a la familia de origen”.

Vulnerabilidad

Indicó que “podemos reintegrarnos en lo profundo del alma y reconciliar lo que quedó como malestar con familia de origen: padres y hermanos. Le vamos a dar una vuelta más profundizando para que la persona pueda estar mejor plantada”

Para finalizar, aseguró que cuando una persona es maltratada y violentada es común que se sienta vulnerable e impotente. “Es muy frecuente que dependan económicamente. La dependencia también las condiciona”.

Estadísticas

La estadística de un femicidio cada 30 horas en Argentina se sostiene en los últimos años, tal como reveló el informe presentado por La Casa del Encuentro, que computó 230 entre el primer día de este año y el 31 de octubre último, asesinatos que dejaron sin mamá a 294 personas, en su mayoría menores de edad.

El informe da cuenta de las cifras de un período donde se realizaron dos marchas con la consigna NiUnaMenos, movilizaciones que “no construyen agresores, ellos existen y no deben silenciarnos”, según dijo a Télam Ada Rico, responsable del relevamiento.

A partir de las multitudinarias concentraciones realizadas en el país el 3 de junio y el 19 de octubre de 2016 se debate en diversos ámbitos sobre el recrudecimiento de la violencia de género.

Por eso Rico inicia el análisis de las estadísticas para Télam explicando que en junio se registraron 13 femicidios “que es el promedio más bajo de los 9 años que llevamos realizando los informes”, pero en octubre “el porcentaje es el más alto desde 2008, con 39” asesinatos.

“Queda graficado de esta manera que no es causa y efecto, es evidente que el agresor no se construye por una movilización, el agresor existe siempre y la causa es mucho más profunda. El violento no lo hace por inspiración o efecto contagio. Hablar de femicidios es nombrar las desigualdades estructurales que existen entre varones y mujeres, es nombrar la violencia extrema y movilizarnos para repudiarla. Es reclamar que dejen de matarnos”, aseveró la dirigente social.


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