Editorial / La agenda equivocada

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Legislatura, largas charlas y debates lejanos. El problema más grave, muy lejos.
25 MAR 2017 - 22:14 | Actualizado

La semana política de Chubut estuvo signada por dos escenarios contrapuestos. Uno ficticio y otro real. Uno en donde no importa casi nada y otro en donde importa todo. Por un lado, la vulgar pelea callejera en la que se han convertido las sesiones de la Legislatura, con discursos agresivos, diputados que se “internan” para evitar ir a votar, decisiones que terminan en la Justicia y sectores que se sumergen en un toma y daca que es un insulto a las buenas prácticas políticas.

“A la gente no le importa un carajo lo que pasa en la Legislatura”. No lo dijo un ciudadano común, harto de la clase política. Lo dijo el diputado provincial Carlos Gómez, intentando eludir sin demasiada elegancia las preguntas de un periodista que insistía en saber qué análisis hacía de lo que había pasado en la Cámara el martes y miércoles pasado.

Gómez es un legislador de extracción sindical del sector petrolero. Justamente, la industria que ha venido sosteniendo a esta provincia en sus 60 años de existencia y que ahora está en una de sus crisis más profundas.

Tiene razón el diputado en minimizar el triste espectáculo de la Legislatura. Le da vergüenza, sobre todo, porque sabe que la agenda política pasó esta semana por el lugar equivocado. Mientras la principal industria de la provincia vive horas decisivas, un puñado de diputados provinciales se sacaron –y se seguirán sacando, por lo que parece- los ojos por cosas que sólo les interesan a ellos y a unos pocos más.

Días de definiciones

Mientras los diputados provinciales de Chubut se peleaban por ver quién manejaba la caja, los trabajadores petroleros esperan saber si habrá luz al final del túnel.

Con el cierre de marzo, el próximo viernes, se sabrá si el futuro cercano incluirá paz social o será el comienzo de una etapa en la cual el conflicto será permanente.

Las señales no son buenas: el Gobierno nacional le dio la espalda a la Cuenca del Golfo San Jorge y ya no oculta su preferencia por Vaca Muerta. Casi que no parece importarle que el sur de Chubut y el norte de Santa Cruz sean un bomba de tiempo a punto de estallar.

Por si alguno tenía dudas cómo iba a jugar el Gobierno nacional en la administración de la crisis, el ministro de Energía, Juan José Aranguren, anunció esta semana que a las operadoras y al propio Gobierno provincial que no habrá más incentivos para el precio del gas que se extrae en la Cuenca.

Y por si fuera poco, casi en el mismo momento en que la operadora Tecpetrol (del megagrupo empresario Techint) dejaba entrever la necesidad de prescindir de unos 263 trabajadores en Chubut, anunciaba millonarias inversiones en la provincia de Neuquén.

No es una casualidad: el Gobierno de Mauricio Macri eligió potenciar el yacimiento Vaca Muerta y así fortalecer su alianza política con el gobernador Omar Gutiérrez en detrimento de Chubut y Santa Cruz. No es este un cuestionamiento a los neuquinos y a la estrategia que vienen utilizando para defender sus intereses. Pero las cosas hay que decirlas tal cual son.

“Desastroso”

El líder petrolero Jorge “Loma” Ávila sintetizó crudamente la reunión del jueves en Buenos Aires: “Ha sido otro encuentro desastroso para nosotros, más allá que se pudo encontrar que se consigan los retroactivos y se le agregue la devolución de impuesto a las Ganancias sobre la zona del 40% a todos los trabajadores petroleros.”

A los petroleros les preocupa que la eliminación de los incentivos al precio del gas los deje sin paraguas ante las operadoras, que con lógica empresaria dejarán de arriesgar dinero donde es muy difícil obtener ganancias.

El jueves próximo, a esta altura el “Día D”, habrá otra reunión en Buenos Aires con todas las partes y se buscará una solución de último minuto. Los gremios, por las dudas, ratificaron su plan de lucha, que de no haber acuerdo comenzaría el 3 de abril.
Si se llega a ese escenario, el futuro será tan negro como el crudo que sacan de los pozos petroleros.

Regalías en picada

La agencia de noticias comodorense ADNSur publicó hace pocos días una estadística preocupante: los datos oficiales del Ministerio de Energía de la Nación actualizados a noviembre de 2016, muestran que Chubut perdió ingresos por 62 millones de dólares en comparación con el mismo período del 2015.

El organismo oficial registra hasta el mes de noviembre un ingreso total de 292,6 millones de dólares, mientras que a noviembre del año anterior, el ingreso por regalías había sido de 354,7 millones de dólares, lo que equivale a una caída de 17,5%. Cuando estén los datos de diciembre es de esperar que esa caída sea aún más marcada.

El informe, además, compara estos datos con los ingresos por regalías entre 2011 y 2014, cuando se superaban ampliamente los 400 millones de dólares en los primeros once meses del año.

Tampoco son buenas las cifras de producción de petróleo: en enero de este año se mantuvo la tendencia negativa del año anterior: según el Instituto Argentino del Petróleo y Gas (IAPG), Chubut produjo en enero de 2017 unos 23.624 metros cúbicos de petróleo por día, lo que significa una baja del 4,8% en relación a enero del año anterior.

El informe de ADNSur agrega un dato técnico que no se puede soslayar: por cada punto que se pierde de producción de crudo se pierden tres puntos de regalías.

Si la clase política sigue pensando más en el espectáculo circense de la Legislatura que en el futuro del petróleo y de las otras industrias de Chubut que corren el mismo riesgo, seguirá equivocando la agenda.

Porque cuando la bomba explote, no habrá Legislatura que pueda parar la crisis en la que se sumergirá Chubut.#

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Legislatura, largas charlas y debates lejanos. El problema más grave, muy lejos.
25 MAR 2017 - 22:14

La semana política de Chubut estuvo signada por dos escenarios contrapuestos. Uno ficticio y otro real. Uno en donde no importa casi nada y otro en donde importa todo. Por un lado, la vulgar pelea callejera en la que se han convertido las sesiones de la Legislatura, con discursos agresivos, diputados que se “internan” para evitar ir a votar, decisiones que terminan en la Justicia y sectores que se sumergen en un toma y daca que es un insulto a las buenas prácticas políticas.

“A la gente no le importa un carajo lo que pasa en la Legislatura”. No lo dijo un ciudadano común, harto de la clase política. Lo dijo el diputado provincial Carlos Gómez, intentando eludir sin demasiada elegancia las preguntas de un periodista que insistía en saber qué análisis hacía de lo que había pasado en la Cámara el martes y miércoles pasado.

Gómez es un legislador de extracción sindical del sector petrolero. Justamente, la industria que ha venido sosteniendo a esta provincia en sus 60 años de existencia y que ahora está en una de sus crisis más profundas.

Tiene razón el diputado en minimizar el triste espectáculo de la Legislatura. Le da vergüenza, sobre todo, porque sabe que la agenda política pasó esta semana por el lugar equivocado. Mientras la principal industria de la provincia vive horas decisivas, un puñado de diputados provinciales se sacaron –y se seguirán sacando, por lo que parece- los ojos por cosas que sólo les interesan a ellos y a unos pocos más.

Días de definiciones

Mientras los diputados provinciales de Chubut se peleaban por ver quién manejaba la caja, los trabajadores petroleros esperan saber si habrá luz al final del túnel.

Con el cierre de marzo, el próximo viernes, se sabrá si el futuro cercano incluirá paz social o será el comienzo de una etapa en la cual el conflicto será permanente.

Las señales no son buenas: el Gobierno nacional le dio la espalda a la Cuenca del Golfo San Jorge y ya no oculta su preferencia por Vaca Muerta. Casi que no parece importarle que el sur de Chubut y el norte de Santa Cruz sean un bomba de tiempo a punto de estallar.

Por si alguno tenía dudas cómo iba a jugar el Gobierno nacional en la administración de la crisis, el ministro de Energía, Juan José Aranguren, anunció esta semana que a las operadoras y al propio Gobierno provincial que no habrá más incentivos para el precio del gas que se extrae en la Cuenca.

Y por si fuera poco, casi en el mismo momento en que la operadora Tecpetrol (del megagrupo empresario Techint) dejaba entrever la necesidad de prescindir de unos 263 trabajadores en Chubut, anunciaba millonarias inversiones en la provincia de Neuquén.

No es una casualidad: el Gobierno de Mauricio Macri eligió potenciar el yacimiento Vaca Muerta y así fortalecer su alianza política con el gobernador Omar Gutiérrez en detrimento de Chubut y Santa Cruz. No es este un cuestionamiento a los neuquinos y a la estrategia que vienen utilizando para defender sus intereses. Pero las cosas hay que decirlas tal cual son.

“Desastroso”

El líder petrolero Jorge “Loma” Ávila sintetizó crudamente la reunión del jueves en Buenos Aires: “Ha sido otro encuentro desastroso para nosotros, más allá que se pudo encontrar que se consigan los retroactivos y se le agregue la devolución de impuesto a las Ganancias sobre la zona del 40% a todos los trabajadores petroleros.”

A los petroleros les preocupa que la eliminación de los incentivos al precio del gas los deje sin paraguas ante las operadoras, que con lógica empresaria dejarán de arriesgar dinero donde es muy difícil obtener ganancias.

El jueves próximo, a esta altura el “Día D”, habrá otra reunión en Buenos Aires con todas las partes y se buscará una solución de último minuto. Los gremios, por las dudas, ratificaron su plan de lucha, que de no haber acuerdo comenzaría el 3 de abril.
Si se llega a ese escenario, el futuro será tan negro como el crudo que sacan de los pozos petroleros.

Regalías en picada

La agencia de noticias comodorense ADNSur publicó hace pocos días una estadística preocupante: los datos oficiales del Ministerio de Energía de la Nación actualizados a noviembre de 2016, muestran que Chubut perdió ingresos por 62 millones de dólares en comparación con el mismo período del 2015.

El organismo oficial registra hasta el mes de noviembre un ingreso total de 292,6 millones de dólares, mientras que a noviembre del año anterior, el ingreso por regalías había sido de 354,7 millones de dólares, lo que equivale a una caída de 17,5%. Cuando estén los datos de diciembre es de esperar que esa caída sea aún más marcada.

El informe, además, compara estos datos con los ingresos por regalías entre 2011 y 2014, cuando se superaban ampliamente los 400 millones de dólares en los primeros once meses del año.

Tampoco son buenas las cifras de producción de petróleo: en enero de este año se mantuvo la tendencia negativa del año anterior: según el Instituto Argentino del Petróleo y Gas (IAPG), Chubut produjo en enero de 2017 unos 23.624 metros cúbicos de petróleo por día, lo que significa una baja del 4,8% en relación a enero del año anterior.

El informe de ADNSur agrega un dato técnico que no se puede soslayar: por cada punto que se pierde de producción de crudo se pierden tres puntos de regalías.

Si la clase política sigue pensando más en el espectáculo circense de la Legislatura que en el futuro del petróleo y de las otras industrias de Chubut que corren el mismo riesgo, seguirá equivocando la agenda.

Porque cuando la bomba explote, no habrá Legislatura que pueda parar la crisis en la que se sumergirá Chubut.#


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