Samso, el primer samurai de Chubut en el lejano Japón

A mediados del siglo XIX, el Japón se occidentalizó. La película El último Samurai, lo refleja. El capitán Nathan Algren, el personaje protagonizado por Tom Cruise, es el foráneo norteamericano destinado a entrenar al novel ejército japonés. Guillermo Samso está en ese mismo proceso de enamoramiento con el Japón.

24 MAY 2017 - 20:43 | Actualizado

La intención es arrasar a la resistencia samurái, cuna de los ancestrales valores nipones, para dar paso al denominado progreso. Algren, sin embargo, se enamora de los valores del adversario que debía combatir. Y se les une.

Guillermo Samso está en ese mismo proceso de enamoramiento con el Japón. En enero, fichó como ayudante de Juan Esnaider, en el JEF United Chiba, equipo de segunda división. A nivel futbolístico, Samso sonríe. El JEF está a la altura de lo previsto. Y culturalmente está maravillado. Según relata, está viviendo una experiencia especial, donde pasión, cultura local y primer mundo se combinan.

Orden y progreso

“El balance deportivo es muy bueno. Estamos a cuatro puntos del reducido por el tercer ascenso. Ese es el objetivo. Pero falta. Son 42 partidos, vamos por la fecha 15”, detalló.

“La expectativa que tenemos es que el equipo siga creciendo. Hay buenas individualidades. Por ejemplo, tenemos a Joaquín Larrivey, ex-Huracán y Vélez”, relató.

Samso elogia el nivel de juego que observa. “Es de Primera B Nacional, pero con infraestructura de primer mundo, donde hay elencos con más presupuesto que el nuestro”, explica. “Es un fútbol muy parejo, donde la técnica es imprescindible. El césped se corta en un rango de entre 17 y 21 centímetros de altura. Y se riega siempre”, reseñó.

“Se da un juego rápido, donde se hace hincapié en la pelota parada. Esas condiciones favorecen nuestro juego”, indicó.

Cultura y respeto

Las instalaciones asombran a Samso. “En el club no falta absolutamente nada. Tenemos todas las comodidades”, expresó. “Jugamos en un estadio con capacidad para 25 mil personas, que se llena. Y visitamos o visitaremos recintos que han sido mundialistas. El nivel de infraestructura sorprende a Esnaider, que ha dirigido en Europa. Imaginate qué puedo llegar a sentir yo, que dirigí federales en canchas de tierra”, explicó.

Además, se muestra contento por el nivel de comportamiento del hincha local, que no confunde pasión con barbarie. “Ir a jugar afuera, es increíble. Cuando llega el equipo visitante a jugar, el público local te espera con aplausos. Tras el partido, lo mismo, sea el resultado que fuera. Hay mucho respeto por el rival. Es una manera increíble de vivir el fútbol”, resaltó.

La cultura japonesa más allá de una cancha, tampoco ha sido un obstáculo. “Es diferente. No es difícil insertarse, siempre y cuando estés dispuesto a respetar sus tradiciones, sus pautas de conducta y su estilo de vida”, resaltó. “Me ayuda a estar en permanente contacto en el club con un traductor, Makoto Ohira. Además, he aprendido algo de inglés y unas palabras de japonés”, reseñó.

Pese al buen pasar futbolístico y al asombro cultural, Samso no niega la nostalgia. “Se extraña. Pero estoy muy cómodo. Trato de estar ocupado en el club, siempre hay actividades. Estoy observando inferiores o coordinando un selectivo de muchachos que pueden integrarse al primer equipo”, indicó. “O sino recorro Tokio, una ciudad maravillosa, que está muy cerca de Chiba, la ciudad donde está el JEF. Voy en tren”, reseñó. “Igualmente, estoy en contacto permanente con mi familia, a través de la tecnología. Ellos a la distancia me ayudan a enfocarme en mis objetivos”, concluyó.

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24 MAY 2017 - 20:43

La intención es arrasar a la resistencia samurái, cuna de los ancestrales valores nipones, para dar paso al denominado progreso. Algren, sin embargo, se enamora de los valores del adversario que debía combatir. Y se les une.

Guillermo Samso está en ese mismo proceso de enamoramiento con el Japón. En enero, fichó como ayudante de Juan Esnaider, en el JEF United Chiba, equipo de segunda división. A nivel futbolístico, Samso sonríe. El JEF está a la altura de lo previsto. Y culturalmente está maravillado. Según relata, está viviendo una experiencia especial, donde pasión, cultura local y primer mundo se combinan.

Orden y progreso

“El balance deportivo es muy bueno. Estamos a cuatro puntos del reducido por el tercer ascenso. Ese es el objetivo. Pero falta. Son 42 partidos, vamos por la fecha 15”, detalló.

“La expectativa que tenemos es que el equipo siga creciendo. Hay buenas individualidades. Por ejemplo, tenemos a Joaquín Larrivey, ex-Huracán y Vélez”, relató.

Samso elogia el nivel de juego que observa. “Es de Primera B Nacional, pero con infraestructura de primer mundo, donde hay elencos con más presupuesto que el nuestro”, explica. “Es un fútbol muy parejo, donde la técnica es imprescindible. El césped se corta en un rango de entre 17 y 21 centímetros de altura. Y se riega siempre”, reseñó.

“Se da un juego rápido, donde se hace hincapié en la pelota parada. Esas condiciones favorecen nuestro juego”, indicó.

Cultura y respeto

Las instalaciones asombran a Samso. “En el club no falta absolutamente nada. Tenemos todas las comodidades”, expresó. “Jugamos en un estadio con capacidad para 25 mil personas, que se llena. Y visitamos o visitaremos recintos que han sido mundialistas. El nivel de infraestructura sorprende a Esnaider, que ha dirigido en Europa. Imaginate qué puedo llegar a sentir yo, que dirigí federales en canchas de tierra”, explicó.

Además, se muestra contento por el nivel de comportamiento del hincha local, que no confunde pasión con barbarie. “Ir a jugar afuera, es increíble. Cuando llega el equipo visitante a jugar, el público local te espera con aplausos. Tras el partido, lo mismo, sea el resultado que fuera. Hay mucho respeto por el rival. Es una manera increíble de vivir el fútbol”, resaltó.

La cultura japonesa más allá de una cancha, tampoco ha sido un obstáculo. “Es diferente. No es difícil insertarse, siempre y cuando estés dispuesto a respetar sus tradiciones, sus pautas de conducta y su estilo de vida”, resaltó. “Me ayuda a estar en permanente contacto en el club con un traductor, Makoto Ohira. Además, he aprendido algo de inglés y unas palabras de japonés”, reseñó.

Pese al buen pasar futbolístico y al asombro cultural, Samso no niega la nostalgia. “Se extraña. Pero estoy muy cómodo. Trato de estar ocupado en el club, siempre hay actividades. Estoy observando inferiores o coordinando un selectivo de muchachos que pueden integrarse al primer equipo”, indicó. “O sino recorro Tokio, una ciudad maravillosa, que está muy cerca de Chiba, la ciudad donde está el JEF. Voy en tren”, reseñó. “Igualmente, estoy en contacto permanente con mi familia, a través de la tecnología. Ellos a la distancia me ayudan a enfocarme en mis objetivos”, concluyó.


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