Editorial / El Valle resigna espacio en las elecciones legislativas

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24 JUN 2017 - 22:00 | Actualizado

Las fichas se empiezan a acomodar y desde anoche ya está claro cómo se va a ordenar el tablero político de Chubut de cara a las elecciones legislativas de octubre próximo.


Los nombres que finalmente encabezarán las listas de los principales partidos y alianzas dejan mucha tela para cortar pero una sensación concreta: Comodoro Rivadavia es el campo de batalla elegido por el dasnevismo, parte del peronismo y la alianza Cambiemos para lograr imponer a sus candidatos en las PASO del 13 de agosto y las legislativas del 22 de octubre.

No está mal que se apunte a conquistar al aglomerado con mayor cantidad de electores. Pero parece al menos riesgoso poner casi todas las fichas fuertes de un lado de la provincia en desmedro de otras regiones. Porque, al fin y al cabo, lo que estará en juego en los comicios de octubre es quién representará mejor los intereses de los chubutenses en la Cámara de Diputados.

En este esquema, el segundo aglomerado urbano y económico más importante de Chubut, el Valle, parece haber quedado relegado en el mapa político. Aunque sigue siendo razonable esa máxima de la política chubutense que advierte que “una elección no se gana sin Comodoro”, bien podría relativizarse ese dato y razonar que “el Valle”, con Trelew, Puerto Madryn (una de las dos ciudades de Chubut que más creció en la última década en población y naturalmente en electores), Rawson y las localidades valletanas, representan en sí mismo un poderío electoral que no habría que soslayar.

Nombres

Mariano Arcioni (ChuPaTo), Gustavo Menna (Cambiemos) y Ricardo Fueyo (PJ-FpV oficialista), las cabezas de tres de las listas más representativas son dirigentes comodorenses. Casi todos reservaron su cupo femenino para una dirigente del Valle, pero todos saben que salvo el dasnevismo –que una vez lo hizo- nadie cree que alguna lista opositora pueda aspirar a captar las dos bancas que se pondrán en juego en octubre.

En el caso del PJ, la lista opositora que encabeza el sindicalista Héctor González parece ser la única representación de peso del Valle en las próximas PASO. Que a diferencia de los otros competidores eligió a una compañera de Comodoro (Mary Cativa). El mensaje de González el viernes pasado, durante el lanzamiento de la lista, fue a favor de defender los intereses de todas las regiones. Pero a la hora de la verdad, será el único candidato fuerte surgido del Valle.

Un dato al margen para este cierre de listas justicialistas: no es una buena señal que la Federación Peronista que encabezan Carlos Linares, Carlos Eliceche, Norberto Yauhar y José Arrechea, que se quedaron con el control del partido sin pasar por internas y luego de judicializarlas, no hayan podido cerrar una lista fuerte. Después de una interminable danza de nombres, algunos de los cuales se iban bajando a la velocidad de un rayo, terminaron optando por un dirigente extrapartidario –Fueyo no es afiliado al Partido Justicialista-, con buena imagen personal pero que tendrá que convencer a los miles de votos peronistas que estarán en juego.

Desequilibrios

Cuando desde esta Columna se plantea la pérdida de terreno político por parte del Valle no se lo hace en términos de regionalismos baratos, que por otra parte siempre han sido condenados por este diario, sino en términos de equilibrio regional.
Tal vez como consecuencia de décadas en donde el motor industrial de Chubut se vio perjudicado por la voracidad política del Valle, en los últimos años los comodorenses comenzaron a reclamar con argumentos muy atendibles tener una mayor presencia en el concierto de las decisiones políticas y económicas de la provincia.

Claro que ese legítimo reclamo estuvo acompañado también por excesos verbales de algunos altos dirigentes comodorenses que mezclaron las papas con las batatas y los petroleros con los chacareros, martillando sobre una vieja afirmación: el Valle se gasta la renta que Comodoro produce.

La actual pérdida de terreno del Valle tiene que ver con cuestiones muy palpables e íntimamente ligadas a la contienda electoral que este año ocupará a los chubutenses: el recambio de dos bancas de la Cámara de Diputados. Actualmente, de los cinco diputados nacionales de Chubut, tres son comodorenses de pura cepa: Jorge Taboada, Nelly Lagoria y Ana Llanos. Y de los tres senadores, dos son de la ciudad petrolera: Juan Mario Pais y Alfredo González Luenzo.

En contrapartida, sólo un diputado (el trelewense Sixto Bermejo) y una senadora (la madrynense Nancy González) representan al Valle. Y uno solo a la cordillera: el diputado nacional Santiago Igón, esquelense por adopción.

Las dos bancas que se van a renovar en octubre son las que actualmente ocupan Bermejo y Lagoria. Si la lógica electoral se cumple es seguro que un comodorense se quedará con una de las bancas y hay grandes chances que otro de la misma ciudad lo imite. En ese caso, a partir de diciembre podría haber seis de los ocho legisladores nacionales por Chubut de origen comodorense.

La necesidad de un equilibrio en el nivel de la representación regional podría ser un tema de segundo orden en tiempos de bonanza. Pero en tiempo de crisis profundas como la actual, el equilibrio se hace fundamental. Para que no vuelva a pasar lo que los mismos comodorenses reclamaron durante años: que los legisladores nacionales por Chubut se ocupaban de muchas cosas menos de Comodoro.

Hoy el Valle está en una crisis profunda: la desocupación trepó a tasas que hacía una década no se registraban; las fábricas y comercios cierran a un ritmo incesante; y cada vez es mayor la proporción de gente que depende de un empleo público, que al Estado le cuesta cada vez más pagar.

Lo que se va a definir en octubre, además, es con qué modelo está la gente. Si con el del Gobierno nacional, que le ha dado la espalda a la Patagonia y a Chubut en particular. O con el de la oposición, que tratará de ponerle un freno a las políticas ultraliberales de Mauricio Macri.#

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24 JUN 2017 - 22:00

Las fichas se empiezan a acomodar y desde anoche ya está claro cómo se va a ordenar el tablero político de Chubut de cara a las elecciones legislativas de octubre próximo.


Los nombres que finalmente encabezarán las listas de los principales partidos y alianzas dejan mucha tela para cortar pero una sensación concreta: Comodoro Rivadavia es el campo de batalla elegido por el dasnevismo, parte del peronismo y la alianza Cambiemos para lograr imponer a sus candidatos en las PASO del 13 de agosto y las legislativas del 22 de octubre.

No está mal que se apunte a conquistar al aglomerado con mayor cantidad de electores. Pero parece al menos riesgoso poner casi todas las fichas fuertes de un lado de la provincia en desmedro de otras regiones. Porque, al fin y al cabo, lo que estará en juego en los comicios de octubre es quién representará mejor los intereses de los chubutenses en la Cámara de Diputados.

En este esquema, el segundo aglomerado urbano y económico más importante de Chubut, el Valle, parece haber quedado relegado en el mapa político. Aunque sigue siendo razonable esa máxima de la política chubutense que advierte que “una elección no se gana sin Comodoro”, bien podría relativizarse ese dato y razonar que “el Valle”, con Trelew, Puerto Madryn (una de las dos ciudades de Chubut que más creció en la última década en población y naturalmente en electores), Rawson y las localidades valletanas, representan en sí mismo un poderío electoral que no habría que soslayar.

Nombres

Mariano Arcioni (ChuPaTo), Gustavo Menna (Cambiemos) y Ricardo Fueyo (PJ-FpV oficialista), las cabezas de tres de las listas más representativas son dirigentes comodorenses. Casi todos reservaron su cupo femenino para una dirigente del Valle, pero todos saben que salvo el dasnevismo –que una vez lo hizo- nadie cree que alguna lista opositora pueda aspirar a captar las dos bancas que se pondrán en juego en octubre.

En el caso del PJ, la lista opositora que encabeza el sindicalista Héctor González parece ser la única representación de peso del Valle en las próximas PASO. Que a diferencia de los otros competidores eligió a una compañera de Comodoro (Mary Cativa). El mensaje de González el viernes pasado, durante el lanzamiento de la lista, fue a favor de defender los intereses de todas las regiones. Pero a la hora de la verdad, será el único candidato fuerte surgido del Valle.

Un dato al margen para este cierre de listas justicialistas: no es una buena señal que la Federación Peronista que encabezan Carlos Linares, Carlos Eliceche, Norberto Yauhar y José Arrechea, que se quedaron con el control del partido sin pasar por internas y luego de judicializarlas, no hayan podido cerrar una lista fuerte. Después de una interminable danza de nombres, algunos de los cuales se iban bajando a la velocidad de un rayo, terminaron optando por un dirigente extrapartidario –Fueyo no es afiliado al Partido Justicialista-, con buena imagen personal pero que tendrá que convencer a los miles de votos peronistas que estarán en juego.

Desequilibrios

Cuando desde esta Columna se plantea la pérdida de terreno político por parte del Valle no se lo hace en términos de regionalismos baratos, que por otra parte siempre han sido condenados por este diario, sino en términos de equilibrio regional.
Tal vez como consecuencia de décadas en donde el motor industrial de Chubut se vio perjudicado por la voracidad política del Valle, en los últimos años los comodorenses comenzaron a reclamar con argumentos muy atendibles tener una mayor presencia en el concierto de las decisiones políticas y económicas de la provincia.

Claro que ese legítimo reclamo estuvo acompañado también por excesos verbales de algunos altos dirigentes comodorenses que mezclaron las papas con las batatas y los petroleros con los chacareros, martillando sobre una vieja afirmación: el Valle se gasta la renta que Comodoro produce.

La actual pérdida de terreno del Valle tiene que ver con cuestiones muy palpables e íntimamente ligadas a la contienda electoral que este año ocupará a los chubutenses: el recambio de dos bancas de la Cámara de Diputados. Actualmente, de los cinco diputados nacionales de Chubut, tres son comodorenses de pura cepa: Jorge Taboada, Nelly Lagoria y Ana Llanos. Y de los tres senadores, dos son de la ciudad petrolera: Juan Mario Pais y Alfredo González Luenzo.

En contrapartida, sólo un diputado (el trelewense Sixto Bermejo) y una senadora (la madrynense Nancy González) representan al Valle. Y uno solo a la cordillera: el diputado nacional Santiago Igón, esquelense por adopción.

Las dos bancas que se van a renovar en octubre son las que actualmente ocupan Bermejo y Lagoria. Si la lógica electoral se cumple es seguro que un comodorense se quedará con una de las bancas y hay grandes chances que otro de la misma ciudad lo imite. En ese caso, a partir de diciembre podría haber seis de los ocho legisladores nacionales por Chubut de origen comodorense.

La necesidad de un equilibrio en el nivel de la representación regional podría ser un tema de segundo orden en tiempos de bonanza. Pero en tiempo de crisis profundas como la actual, el equilibrio se hace fundamental. Para que no vuelva a pasar lo que los mismos comodorenses reclamaron durante años: que los legisladores nacionales por Chubut se ocupaban de muchas cosas menos de Comodoro.

Hoy el Valle está en una crisis profunda: la desocupación trepó a tasas que hacía una década no se registraban; las fábricas y comercios cierran a un ritmo incesante; y cada vez es mayor la proporción de gente que depende de un empleo público, que al Estado le cuesta cada vez más pagar.

Lo que se va a definir en octubre, además, es con qué modelo está la gente. Si con el del Gobierno nacional, que le ha dado la espalda a la Patagonia y a Chubut en particular. O con el de la oposición, que tratará de ponerle un freno a las políticas ultraliberales de Mauricio Macri.#