La madre de Mariano Galván no cree que su hijo haya muerto en la montaña

Las autoridades de Paquistán cerraron la búsqueda y dieron por fallecidos al montañista trelewense y a su compañero español. La familia organiza su propio rescate.

03 JUL 2017 - 21:33 | Actualizado

"Tengo mucha fe, presiento que está vivo y que va a volver”, le dijo ayer a Jornada la madre de Mariano Galván, el montañista trelewense que desapareció la semana pasada en el monte Nanga Parbat, de 8.125 metros, en Paquistán, a pesar de que las autoridades de ese país lo dan por fallecido.

Con una fe desbordante, entera al hablar y hasta bromeando por lo que la ha hecho “parir” Mariano con su pasión por las montañas a lo largo de toda su vida, Alba Hughes no sólo se aferra a la esperanza sino a hechos concretos que han pasado otras veces con su hijo: “El año pasado en otra escalada estuvo cuatro días desaparecido, sin agua y sobrevivió. Mariano es así, tiene mucha fortaleza y ha rescatado personas de lugares en donde otros no se animaban a ir. Por eso presiento que va a volver”, dice su madre.

La familia de Mariano se sumó en las últimas horas a una iniciativa surgida en Mendoza (Ver “Colectan fondos”), impulsada por Martha Isabel Ribo Bastian, una amiga de muchos años del montañista chubutense, que hace un tiempo vive en tierras mendocinas: “Ella y otros amigos abrieron una cuenta en el Banco Nación y empezaron a juntar fondos con la idea de financiar una expedición privada. No será sencillo porque Paquistán dio por terminada la búsqueda y no deja acercar a nadie a la zona, pero lo vamos a intentar.”

Alba estuvo en comunicación ayer con la Cancillería argentina. Aunque le confirmaron que no se puede hacer nada institucionalmente desde nuestro país, sí le dijeron que como familiares pueden solicitar a las autoridades paquistaníes una autorización para poder acceder al monte Nanga Parbat con un grupo de rescatistas privado.

Para eso cuentan con un apoyo importante: Gonzalo Rivarola, el dueño de la firma de indumentaria para montañistas Garmont e íntimo amigo de Galván, quien ya comenzó a hacer contactos en Paquistán para intentar organizar una expedición de búsqueda.

Trabas
 
Por ahora, el mayor escollo es la Aviación Militar de Paquistán, que el sábado pasado dio por finalizada la búsqueda de Mariano y su compañero de aventura, el español Alberto Zerain, después de que los helicópteros de rescate afirmasen que ambos quedaron sepultados por una avalancha.

“El equipo de búsqueda vio pisadas hasta un punto y (luego) estas desaparecen, de modo que se confirma que están enterrados bajo una avalancha”, dijo una fuente diplomática española en Paquistán, según publicó el diario mendocino Los Andes.
Lela Peak Expedition, la compañía encargada de la expedición de Galván y Zerain, había reportado que perdió contacto con los deportistas desde el campo base el 24 de junio, cuando ambos se encontraban a más de 6.400 metros tratando de hacer el ascenso y tuvieron una llamada “rutinaria” en la que ninguno de ellos indicó que hubiera problema alguno, tras la cual su teléfono satelital se mantuvo apagado.

En España no son tan optimistas como en la Argentina y ya comenzaron a organizar los homenajes póstumos a Zerain, considerado un ejemplo por sus hazañas y un personaje muy popular en la zona de Vitoria Gestaiz, su lugar de nacimiento. Ayer, varios grupos políticos le solicitaron al alcalde local la concesión de una medalla de oro póstuma para el montañista dado por muerto.

Salmo 91
 
De este lado del mundo, Alba no se rinde ni mucho menos. Y apela al recuerdo y a su “experiencia” como madre de un montañista avezado como Mariano. Conoce y entiende cada uno de los términos técnicos que le transmitió su hijo: “Cuando él se va a una expedición yo me la paso leyendo sobre la montaña que va a escalar. Sufro pero siempre confío en él. Es como si lo hubiera dado a luz muchas veces en mi vida, ¡me ha hecho parir tantas veces! Pero yo sigo presintiendo que no está sepultado en esa montaña. No hay un cuerpo que lo certifique, no podemos perder las esperanzas.”

Alba no desdeña tampoco de su profunda fe y se aferra a ella para mantenerse en pie. “Todos estos días rezo el Salmo 91. Léanlo y sabrán por qué”, dice. Ese salmo de la Biblia habla de la seguridad que tienen los que confían en Dios, y de “la protección divina en medio de los peligros.” Dice muchas cosas pero una que para la madre de un montañista no es poca cosa: “Solo él puede librarte de las trampas del cazador y de mortíferas plagas, pues te cubrirá con sus plumas y bajo sus alas hallarás refugio”.

Colectan fondos

“Desde la familia de Mariano, con toda nuestra fe y esperanza necesitamos colaboren con el rescate que pensamos poner en marcha desde Pakistán, con los medios que podamos. No dejen de dudar de su regreso, todo aporte es importante, una oración, energías positivas. Te esperamos hijo, hermano, amigo, sobrino, primo”, escribieron sus familiares y amigos en las redes sociales.
 
Para colaborar hay que remitirse a la Caja de Ahorro 6470467217 del Banco Nación, sucursal 1099, cuyo CBU es 0110647930064704672179.
 
Una llamada desde El Everest
 
En 2012, el Grupo Jornada colaboró con Mariano Galván proveyéndole un teléfono satelital para que pudiera utilizarlo durante su expedición al monte Everest, el más alto del mundo. Ayer, su madre recordó este dato y una anécdota de aquella hazaña: “Me acuerdo que el día que hizo cumbre me llamó por teléfono a casa. Yo estaba limpiando y era Mariano que me llamaba por el teléfono satelital que le había dado Jornada. ‘Mamá, estoy a ocho mil metros, me faltan ochocientos pero quería saludarte’, me dijo. Fue muy emocionante.”


 

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03 JUL 2017 - 21:33

"Tengo mucha fe, presiento que está vivo y que va a volver”, le dijo ayer a Jornada la madre de Mariano Galván, el montañista trelewense que desapareció la semana pasada en el monte Nanga Parbat, de 8.125 metros, en Paquistán, a pesar de que las autoridades de ese país lo dan por fallecido.

Con una fe desbordante, entera al hablar y hasta bromeando por lo que la ha hecho “parir” Mariano con su pasión por las montañas a lo largo de toda su vida, Alba Hughes no sólo se aferra a la esperanza sino a hechos concretos que han pasado otras veces con su hijo: “El año pasado en otra escalada estuvo cuatro días desaparecido, sin agua y sobrevivió. Mariano es así, tiene mucha fortaleza y ha rescatado personas de lugares en donde otros no se animaban a ir. Por eso presiento que va a volver”, dice su madre.

La familia de Mariano se sumó en las últimas horas a una iniciativa surgida en Mendoza (Ver “Colectan fondos”), impulsada por Martha Isabel Ribo Bastian, una amiga de muchos años del montañista chubutense, que hace un tiempo vive en tierras mendocinas: “Ella y otros amigos abrieron una cuenta en el Banco Nación y empezaron a juntar fondos con la idea de financiar una expedición privada. No será sencillo porque Paquistán dio por terminada la búsqueda y no deja acercar a nadie a la zona, pero lo vamos a intentar.”

Alba estuvo en comunicación ayer con la Cancillería argentina. Aunque le confirmaron que no se puede hacer nada institucionalmente desde nuestro país, sí le dijeron que como familiares pueden solicitar a las autoridades paquistaníes una autorización para poder acceder al monte Nanga Parbat con un grupo de rescatistas privado.

Para eso cuentan con un apoyo importante: Gonzalo Rivarola, el dueño de la firma de indumentaria para montañistas Garmont e íntimo amigo de Galván, quien ya comenzó a hacer contactos en Paquistán para intentar organizar una expedición de búsqueda.

Trabas
 
Por ahora, el mayor escollo es la Aviación Militar de Paquistán, que el sábado pasado dio por finalizada la búsqueda de Mariano y su compañero de aventura, el español Alberto Zerain, después de que los helicópteros de rescate afirmasen que ambos quedaron sepultados por una avalancha.

“El equipo de búsqueda vio pisadas hasta un punto y (luego) estas desaparecen, de modo que se confirma que están enterrados bajo una avalancha”, dijo una fuente diplomática española en Paquistán, según publicó el diario mendocino Los Andes.
Lela Peak Expedition, la compañía encargada de la expedición de Galván y Zerain, había reportado que perdió contacto con los deportistas desde el campo base el 24 de junio, cuando ambos se encontraban a más de 6.400 metros tratando de hacer el ascenso y tuvieron una llamada “rutinaria” en la que ninguno de ellos indicó que hubiera problema alguno, tras la cual su teléfono satelital se mantuvo apagado.

En España no son tan optimistas como en la Argentina y ya comenzaron a organizar los homenajes póstumos a Zerain, considerado un ejemplo por sus hazañas y un personaje muy popular en la zona de Vitoria Gestaiz, su lugar de nacimiento. Ayer, varios grupos políticos le solicitaron al alcalde local la concesión de una medalla de oro póstuma para el montañista dado por muerto.

Salmo 91
 
De este lado del mundo, Alba no se rinde ni mucho menos. Y apela al recuerdo y a su “experiencia” como madre de un montañista avezado como Mariano. Conoce y entiende cada uno de los términos técnicos que le transmitió su hijo: “Cuando él se va a una expedición yo me la paso leyendo sobre la montaña que va a escalar. Sufro pero siempre confío en él. Es como si lo hubiera dado a luz muchas veces en mi vida, ¡me ha hecho parir tantas veces! Pero yo sigo presintiendo que no está sepultado en esa montaña. No hay un cuerpo que lo certifique, no podemos perder las esperanzas.”

Alba no desdeña tampoco de su profunda fe y se aferra a ella para mantenerse en pie. “Todos estos días rezo el Salmo 91. Léanlo y sabrán por qué”, dice. Ese salmo de la Biblia habla de la seguridad que tienen los que confían en Dios, y de “la protección divina en medio de los peligros.” Dice muchas cosas pero una que para la madre de un montañista no es poca cosa: “Solo él puede librarte de las trampas del cazador y de mortíferas plagas, pues te cubrirá con sus plumas y bajo sus alas hallarás refugio”.

Colectan fondos

“Desde la familia de Mariano, con toda nuestra fe y esperanza necesitamos colaboren con el rescate que pensamos poner en marcha desde Pakistán, con los medios que podamos. No dejen de dudar de su regreso, todo aporte es importante, una oración, energías positivas. Te esperamos hijo, hermano, amigo, sobrino, primo”, escribieron sus familiares y amigos en las redes sociales.
 
Para colaborar hay que remitirse a la Caja de Ahorro 6470467217 del Banco Nación, sucursal 1099, cuyo CBU es 0110647930064704672179.
 
Una llamada desde El Everest
 
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