"Nunca dejó de ser un sencillo muchacho de Rosario que no se tomaba en serio, y que creaba sus historias a partir del ojo y el oído atento: de los diálogos que escuchaba de casualidad en la famosa Mesa de los Galanes que compartía con sus amigos en el bar El Cairo", recuerda Daniel Divinsky, quien editó su obra por 40 años en Ediciones De la Flor.
"Lo conocí por un artículo en la Revista política "Desacuerdo" -una publicación de izquierda, aunque él era independiente-. Lo que escribió me sorprendió por la combinación de lo sintético y agresivo y de un humor verbal prodigioso", dice Divinsky, que editó más de 70 obras del humorista, entre libros de historieta como "Boogie, el aceitoso" e "Inodoro Pereyra", y las tres novelas "Best Seller", "El área 18" y "La gansada".
"Trabajaba como un burócrata, porque se imponía un horario para escribir y dibujar, y la creatividad era una yapa. Quino admiraba cómo dibujaba las manos, porque a él nunca le salieron bien", dice a Télam el editor sobre Fontanarrosa, quien había nacido el 26 de noviembre de 1944.
Si bien su carrera se inició en revistas de Rosario, trascendió a nivel nacional por la originalidad de sus dibujos y la rapidez con que los ejecutaba, de ahí que su producción gráfica fuera tan prolífica o abundante.
En la década del 70, había comenzado a dibujar en las revistas Hortensia, Satiricón y en el diario Clarín y desde esos medios trascendió con sus personajes "Boogie, el aceitoso" -que llegó a publicaciones de Colombia y México-, y el gaucho Inodoro Pereyra, siempre unido a su perro Mendieta.
Hincha de Rosario Central y fanático del fútbol, también escribió varias obras con este deporte como temática, como el cuento "19 de diciembre de 1971", en el que relata la victoria de Central sobre Newell's en la semifinal de un torneo Nacional, "El ocho era Moacyr", o las historias sobre "La hermana Rosa", una mentalista excéntrica protagonista de historias relacionadas a los eventos en los que jugaba la Selección Nacional.
Entre sus libros de cuentos se destacan "El mundo ha vivido equivocado", "No sé si he sido claro", "Nada del otro mundo", "El mayor de mis defectos" y "Uno nunca sabe", entre muchos otros.
"Lo echo de menos como amigo, lo era fundamentalmente. pero además nadie escribe ni dibuja como él después de su muerte", destaca Divinsky.
Dos años antes de su muerte y en el Congreso de la Lengua que se realizó en Rosario, su defensa de las "malas palabras" -presentes en buena parte de su obra- sorprendió a los presentes en una disertación donde solicitaba "una amnistía" para esos vocablos. Allí quedaron marcadas a fuego sus dotes de irreverente y provocador.
El periodista y escritor rosarino Horacio Vargas, que publicó en 2014 "El negro Fontanarrosa", explica a Télam que fue una biografía "pensada desde un principio como un homenaje pero que evitara los lugares comunes, la mirada lacrimógena".
"Yo no era su amigo en una ciudad donde todos eran sus amigos y eso me permitió tomar distancia del Negro y abordar su historia de vida desde otro lugar: es la crónica de un ícono cultural con múltiples voces, materiales inéditos que ahora, a diez años de su fallecimiento, vuelve a ser reeditada tras una primera edición agotada".
"El Negro era el antidivo perfecto. Podía otorgar una entrevista a un chico de una escuela primaria y destinarle el mismo tiempo que a un periodista consagrado de la Argentina", destaca el periodista.
"Era generoso -infinidad de revistas alternativas han recibido sobres con ilustraciones del Negro sin cobrarles nada-, ha recomendado jóvenes periodistas y dibujantes a jefes de redacción, y no se equivocaba", destaca.
"Pese a su obra múltiple (fue cadete, publicista, humorista, ilustrador, cuentista, novelista, discreto jugador de fútbol, conferencista) era un tipo humilde y de una ironía insuperable", recuerda.
"Para mí esto de dibujar y también escribir es una perfecta excusa, porque cuando escribo algo y me dicen que no es muy bueno yo digo 'lo que ocurre es que soy dibujante', y cuando hago un dibujo y me dicen que es flojo, yo digo 'bueno, mi verdadera profesión es la de escritor'", recuerda Vargas que decía Fontanarrosa.
"Una vez le dije: Charles Bukowsky suele decir que lo único que se necesita para ser escritor es una máquina de escribir. Y él me respondió: Es una frase ingeniosa y suena muy linda pero yo la derivaría al hecho del esfuerzo de trabajo. Creo que es más importante tener una idea y atreverse a contarla. Lo que me he dado cuenta después de mucho tiempo, es que yo también me dedicaba a contarles a los chicos del barrio las películas que iba a ver. Eso refleja indudablemente un gusto por la narración, por contar historias, yo creo que tal vez sea el oficio más viejo de mundo".
En Rosario, la ciudad donde el autor vivió hasta su muerte el 19 de julio de 2007 luego de sufrir una esclerosis lateral amiotrófica, los homenajes se iniciaron con el preestreno de la película "Fontanarrosa, lo que se dice un ídolo", un largometraje basado en seis de sus célebres cuentos, que se estrenará el 27 de julio, y cuyo lanzamiento nacional será el 3 de agosto próximo.
Hoy, en el bar El Cairo, de Sarmiento y Santa Fe, a las 21.30 se realizará un concierto homenaje de Eduardo Spinassi, un destacado pianista folklórico argentino.
Mañana, día en que se cumplen los 10 años de su muerte, desde las 9 se realizará una emisión especial del programa radial Perros de la Calle, que conduce Andy Kusnetzoff, junto a Nicolás Cayetano, Harry Salvarrey y Gabriel Schultz, donde habrá invitados especiales para repasar la vida y la obra del artista.
Ese mismo día, a las 19, en el Galpón 13 del Parque Nacional a la Bandera se inaugurará la muestra "Fontanarrosa... el mayor de mis afectos", con entrada libre y gratuita, donde se exhibirán dibujos, fotos, objetos, libros, proyecciones, charlas, dispositivos lúdicos y habrá dibujantes en vivo.
También mañana, a las 21, en el Teatro Príncipe de Asturias del Centro Cultural Parque de España, en Sarmiento y el río, se presentará la obra de teatro "Negro y Rosa", de Carlos Ares, dirigida por Leonor Benedetto e interpretada por Arturo Bonín, como "El Negro".
Otros actores se pondrán en la piel de los más destacados personajes de historietas de Fontanarrosa: Alejandro Pérez, como Boogie; Claudio Rangnau, como Inodoro; León Pommerantz, como Eulogia; Diamela Viani, como la Hermana Rosa; Javier Schonholtz, como Sperman; y Diego Castro, como Jesús.
El jueves, en el Centro Cultural Roberto Fontanarrosa, en San Martín y San Juan, se inaugurará "Los clásicos según Fontanarrosa", una muestra multimedia que sintetiza el cruce entre la narrativa y el humor que caracterizó su producción artística. Esta exposición se podrá visitar de forma libre y gratuita hasta el domingo 20 de agosto, de lunes a viernes de 9 a 21, sábados, domingos y feriados de 10 a 20.
"Nunca dejó de ser un sencillo muchacho de Rosario que no se tomaba en serio, y que creaba sus historias a partir del ojo y el oído atento: de los diálogos que escuchaba de casualidad en la famosa Mesa de los Galanes que compartía con sus amigos en el bar El Cairo", recuerda Daniel Divinsky, quien editó su obra por 40 años en Ediciones De la Flor.
"Lo conocí por un artículo en la Revista política "Desacuerdo" -una publicación de izquierda, aunque él era independiente-. Lo que escribió me sorprendió por la combinación de lo sintético y agresivo y de un humor verbal prodigioso", dice Divinsky, que editó más de 70 obras del humorista, entre libros de historieta como "Boogie, el aceitoso" e "Inodoro Pereyra", y las tres novelas "Best Seller", "El área 18" y "La gansada".
"Trabajaba como un burócrata, porque se imponía un horario para escribir y dibujar, y la creatividad era una yapa. Quino admiraba cómo dibujaba las manos, porque a él nunca le salieron bien", dice a Télam el editor sobre Fontanarrosa, quien había nacido el 26 de noviembre de 1944.
Si bien su carrera se inició en revistas de Rosario, trascendió a nivel nacional por la originalidad de sus dibujos y la rapidez con que los ejecutaba, de ahí que su producción gráfica fuera tan prolífica o abundante.
En la década del 70, había comenzado a dibujar en las revistas Hortensia, Satiricón y en el diario Clarín y desde esos medios trascendió con sus personajes "Boogie, el aceitoso" -que llegó a publicaciones de Colombia y México-, y el gaucho Inodoro Pereyra, siempre unido a su perro Mendieta.
Hincha de Rosario Central y fanático del fútbol, también escribió varias obras con este deporte como temática, como el cuento "19 de diciembre de 1971", en el que relata la victoria de Central sobre Newell's en la semifinal de un torneo Nacional, "El ocho era Moacyr", o las historias sobre "La hermana Rosa", una mentalista excéntrica protagonista de historias relacionadas a los eventos en los que jugaba la Selección Nacional.
Entre sus libros de cuentos se destacan "El mundo ha vivido equivocado", "No sé si he sido claro", "Nada del otro mundo", "El mayor de mis defectos" y "Uno nunca sabe", entre muchos otros.
"Lo echo de menos como amigo, lo era fundamentalmente. pero además nadie escribe ni dibuja como él después de su muerte", destaca Divinsky.
Dos años antes de su muerte y en el Congreso de la Lengua que se realizó en Rosario, su defensa de las "malas palabras" -presentes en buena parte de su obra- sorprendió a los presentes en una disertación donde solicitaba "una amnistía" para esos vocablos. Allí quedaron marcadas a fuego sus dotes de irreverente y provocador.
El periodista y escritor rosarino Horacio Vargas, que publicó en 2014 "El negro Fontanarrosa", explica a Télam que fue una biografía "pensada desde un principio como un homenaje pero que evitara los lugares comunes, la mirada lacrimógena".
"Yo no era su amigo en una ciudad donde todos eran sus amigos y eso me permitió tomar distancia del Negro y abordar su historia de vida desde otro lugar: es la crónica de un ícono cultural con múltiples voces, materiales inéditos que ahora, a diez años de su fallecimiento, vuelve a ser reeditada tras una primera edición agotada".
"El Negro era el antidivo perfecto. Podía otorgar una entrevista a un chico de una escuela primaria y destinarle el mismo tiempo que a un periodista consagrado de la Argentina", destaca el periodista.
"Era generoso -infinidad de revistas alternativas han recibido sobres con ilustraciones del Negro sin cobrarles nada-, ha recomendado jóvenes periodistas y dibujantes a jefes de redacción, y no se equivocaba", destaca.
"Pese a su obra múltiple (fue cadete, publicista, humorista, ilustrador, cuentista, novelista, discreto jugador de fútbol, conferencista) era un tipo humilde y de una ironía insuperable", recuerda.
"Para mí esto de dibujar y también escribir es una perfecta excusa, porque cuando escribo algo y me dicen que no es muy bueno yo digo 'lo que ocurre es que soy dibujante', y cuando hago un dibujo y me dicen que es flojo, yo digo 'bueno, mi verdadera profesión es la de escritor'", recuerda Vargas que decía Fontanarrosa.
"Una vez le dije: Charles Bukowsky suele decir que lo único que se necesita para ser escritor es una máquina de escribir. Y él me respondió: Es una frase ingeniosa y suena muy linda pero yo la derivaría al hecho del esfuerzo de trabajo. Creo que es más importante tener una idea y atreverse a contarla. Lo que me he dado cuenta después de mucho tiempo, es que yo también me dedicaba a contarles a los chicos del barrio las películas que iba a ver. Eso refleja indudablemente un gusto por la narración, por contar historias, yo creo que tal vez sea el oficio más viejo de mundo".
En Rosario, la ciudad donde el autor vivió hasta su muerte el 19 de julio de 2007 luego de sufrir una esclerosis lateral amiotrófica, los homenajes se iniciaron con el preestreno de la película "Fontanarrosa, lo que se dice un ídolo", un largometraje basado en seis de sus célebres cuentos, que se estrenará el 27 de julio, y cuyo lanzamiento nacional será el 3 de agosto próximo.
Hoy, en el bar El Cairo, de Sarmiento y Santa Fe, a las 21.30 se realizará un concierto homenaje de Eduardo Spinassi, un destacado pianista folklórico argentino.
Mañana, día en que se cumplen los 10 años de su muerte, desde las 9 se realizará una emisión especial del programa radial Perros de la Calle, que conduce Andy Kusnetzoff, junto a Nicolás Cayetano, Harry Salvarrey y Gabriel Schultz, donde habrá invitados especiales para repasar la vida y la obra del artista.
Ese mismo día, a las 19, en el Galpón 13 del Parque Nacional a la Bandera se inaugurará la muestra "Fontanarrosa... el mayor de mis afectos", con entrada libre y gratuita, donde se exhibirán dibujos, fotos, objetos, libros, proyecciones, charlas, dispositivos lúdicos y habrá dibujantes en vivo.
También mañana, a las 21, en el Teatro Príncipe de Asturias del Centro Cultural Parque de España, en Sarmiento y el río, se presentará la obra de teatro "Negro y Rosa", de Carlos Ares, dirigida por Leonor Benedetto e interpretada por Arturo Bonín, como "El Negro".
Otros actores se pondrán en la piel de los más destacados personajes de historietas de Fontanarrosa: Alejandro Pérez, como Boogie; Claudio Rangnau, como Inodoro; León Pommerantz, como Eulogia; Diamela Viani, como la Hermana Rosa; Javier Schonholtz, como Sperman; y Diego Castro, como Jesús.
El jueves, en el Centro Cultural Roberto Fontanarrosa, en San Martín y San Juan, se inaugurará "Los clásicos según Fontanarrosa", una muestra multimedia que sintetiza el cruce entre la narrativa y el humor que caracterizó su producción artística. Esta exposición se podrá visitar de forma libre y gratuita hasta el domingo 20 de agosto, de lunes a viernes de 9 a 21, sábados, domingos y feriados de 10 a 20.