“Canelita”, de Puerto Pirámides a Suiza

Un matrimonio de ese país pasó por Chubut y se enamoró de una perra callejera. Regresaron meses después y se la llevaron a su país.

“Queríamos un mejor futuro para ella”, dijo Daniel sobre “Canelita”.
12 AGO 2017 - 19:47 | Actualizado

De vagar por las calles de Puerto Pirámides, buscando un poco de cariño y comida, a vivir en medio de las comodidades y el amor incondicional que le brinda un matrimonio de Lucerna, Suiza. Así de vertiginosa ha sido la vida de “Canelita”, una perra que en pocos meses pasó  de un mundo a otro casi sin escalas y con una historia que merece ser contada.
Los protagonistas, además de esta perra chubutense, son Daniel y Marion Keist, una pareja cincuentañera que reside en Ebikon, una pequeña ciudad del cantón suizo de Lucerna. A mediados del año pasado, Daniel y Marion dejaron por un tiempo sus trabajos como asistentes sociales y se lanzaron a un viaje de “mochileros” alrededor del mundo.
Les tomó diez meses esta aventura, que incluyó pasos por las Azores, Rusia, Mongolia, China, Aruba, Argentina, la Antártida, Chile, Australia, Myanmar (la exBirmania) y culminó en Malasia en abril pasado.
El paso por la Argentina incluyó, como no podía ser de otra manera, una visita a Chubut, en donde la historia de los Keist cambiaría para siempre luego de conocer a “Canelita”.
Hambre de amor

“Después de veinticinco años, en 2016 decidimos con mi esposa hacer un nuevo gran viaje a través del mundo y decidimos incluir a este lugar llamado Argentina. Habíamos conocido aquella vez la maravillosa Península de Valdés y como buenos amantes de la naturaleza que somos, volvimos a Puerto Pirámides por una semana”, le contó Keist hace pocas semanas al periodista Ramiro Outeda, para un informe especial de la plataforma digital JornadaPLAY, que se verá en los próximo días a través de la página web de este diario.
Ese paso por Pirámides, en noviembre del año pasado, fue crucial en esta historia de amor entre Daniel, Marion y “Canelita”: “En el hotel en donde nos alojamos conocimos a la perra. El primer día, durante el desayuno, ella entró al lugar porque la puerta estaba abierta, se acercó a nuestra mesa y se sentó junto a nosotros. Se notaba que tenía hambre. Le di algo del plato, cosa que yo no suelo hacer. Rompí todas las reglas con esta perra”, bromea Keist.
“Desde aquel momento y durante los seis días que duró nuestra estadía, Canelita estuvo con nosotros. Nunca ladró, nos acompañó por las largas caminatas que hicimos por la playa y le compramos alimento y un recipiente para que pudiera comer durante esos días.” El cariño y la amistad fueron tan fuertes que Daniel y Marion preguntaron a los dueños del hotel si era posible pensar en llevarse a “Canelita” a Suiza. Pero la perra tenía un dueño, que no le daba mucha atención, pero era su dueño al fin.
Los Keist, además, tenían cinco meses de viaje por delante antes de regresar a su casa en Suiza, pero se fueron de Pirámides con la esperanza de un futuro reencuentro.
A finales de abril pasado, Daniel y Marion regresaron a su casa de Lucerna después de su gran viaje. No tardaron casi nada en retomar la idea de buscar a “Canelita”.
“Después de irnos de Pirámides, seguí en contacto por e-mail con muchas personas del hotel. Les pedí por favor que hablaran con el dueño, que queríamos tener a la perra, que queríamos un mejor futuro para ella”.
Daniel se contactó, finalmente, con el dueño de “Canelita”: “Fue muy difícil llegar a un acuerdo con él, muy difícil”, recuerda Keist. Aunque no quiere hablar de los detalles de la negociación, se entiende que tuvieron que pagar para llevarse a la perra: “No me gusta hablar de eso, perdón. No fue barato pero este fue un asunto del corazón, no de dinero. El dinero no es nada”, afirma Keist.
En junio pasado, Keist viajó especialmente desde Suiza a Chubut para poder llevarse a “Canelita”. Fue hasta Pirámides, cerró el trato, hizo un sinnúmero de trámites para poder sacar a la perra del país y regresó a Suiza. “Creo que vamos a hacer muy felices juntos”, le dijo a JornadaPLAY el día que partieron del Aeropuerto de Trelew.
Diario de viaje

Daniel y Marion abrieron el año pasado un blog (http://www.rucksackreise.ch/) para llevar un diario de viaje de la apasionante vuelta al mundo que dieron. Allí se pueden leer (traductor de alemán mediante) las anécdotas de aquel viaje y ver todas las fotos que sacaron en sus diez meses de “mochileros”.
Desde hace un par de meses, además, agregaron un espacio exclusivo de “Canelita”, en donde se pueden ver fotos de su nueva vida en Suiza.

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12 AGO 2017 - 19:47

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Los protagonistas, además de esta perra chubutense, son Daniel y Marion Keist, una pareja cincuentañera que reside en Ebikon, una pequeña ciudad del cantón suizo de Lucerna. A mediados del año pasado, Daniel y Marion dejaron por un tiempo sus trabajos como asistentes sociales y se lanzaron a un viaje de “mochileros” alrededor del mundo.
Les tomó diez meses esta aventura, que incluyó pasos por las Azores, Rusia, Mongolia, China, Aruba, Argentina, la Antártida, Chile, Australia, Myanmar (la exBirmania) y culminó en Malasia en abril pasado.
El paso por la Argentina incluyó, como no podía ser de otra manera, una visita a Chubut, en donde la historia de los Keist cambiaría para siempre luego de conocer a “Canelita”.
Hambre de amor

“Después de veinticinco años, en 2016 decidimos con mi esposa hacer un nuevo gran viaje a través del mundo y decidimos incluir a este lugar llamado Argentina. Habíamos conocido aquella vez la maravillosa Península de Valdés y como buenos amantes de la naturaleza que somos, volvimos a Puerto Pirámides por una semana”, le contó Keist hace pocas semanas al periodista Ramiro Outeda, para un informe especial de la plataforma digital JornadaPLAY, que se verá en los próximo días a través de la página web de este diario.
Ese paso por Pirámides, en noviembre del año pasado, fue crucial en esta historia de amor entre Daniel, Marion y “Canelita”: “En el hotel en donde nos alojamos conocimos a la perra. El primer día, durante el desayuno, ella entró al lugar porque la puerta estaba abierta, se acercó a nuestra mesa y se sentó junto a nosotros. Se notaba que tenía hambre. Le di algo del plato, cosa que yo no suelo hacer. Rompí todas las reglas con esta perra”, bromea Keist.
“Desde aquel momento y durante los seis días que duró nuestra estadía, Canelita estuvo con nosotros. Nunca ladró, nos acompañó por las largas caminatas que hicimos por la playa y le compramos alimento y un recipiente para que pudiera comer durante esos días.” El cariño y la amistad fueron tan fuertes que Daniel y Marion preguntaron a los dueños del hotel si era posible pensar en llevarse a “Canelita” a Suiza. Pero la perra tenía un dueño, que no le daba mucha atención, pero era su dueño al fin.
Los Keist, además, tenían cinco meses de viaje por delante antes de regresar a su casa en Suiza, pero se fueron de Pirámides con la esperanza de un futuro reencuentro.
A finales de abril pasado, Daniel y Marion regresaron a su casa de Lucerna después de su gran viaje. No tardaron casi nada en retomar la idea de buscar a “Canelita”.
“Después de irnos de Pirámides, seguí en contacto por e-mail con muchas personas del hotel. Les pedí por favor que hablaran con el dueño, que queríamos tener a la perra, que queríamos un mejor futuro para ella”.
Daniel se contactó, finalmente, con el dueño de “Canelita”: “Fue muy difícil llegar a un acuerdo con él, muy difícil”, recuerda Keist. Aunque no quiere hablar de los detalles de la negociación, se entiende que tuvieron que pagar para llevarse a la perra: “No me gusta hablar de eso, perdón. No fue barato pero este fue un asunto del corazón, no de dinero. El dinero no es nada”, afirma Keist.
En junio pasado, Keist viajó especialmente desde Suiza a Chubut para poder llevarse a “Canelita”. Fue hasta Pirámides, cerró el trato, hizo un sinnúmero de trámites para poder sacar a la perra del país y regresó a Suiza. “Creo que vamos a hacer muy felices juntos”, le dijo a JornadaPLAY el día que partieron del Aeropuerto de Trelew.
Diario de viaje

Daniel y Marion abrieron el año pasado un blog (http://www.rucksackreise.ch/) para llevar un diario de viaje de la apasionante vuelta al mundo que dieron. Allí se pueden leer (traductor de alemán mediante) las anécdotas de aquel viaje y ver todas las fotos que sacaron en sus diez meses de “mochileros”.
Desde hace un par de meses, además, agregaron un espacio exclusivo de “Canelita”, en donde se pueden ver fotos de su nueva vida en Suiza.


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