Cristina Kirchner dejó ayer abierta la posibilidad de buscar un nuevo mandato presidencial en 2019, aunque señaló que si llegara a ser un “obstáculo” para la unidad y la victoria del peronismo, se “excluirá” de esa discusión y no será candidata.
“Si en el 2019 yo soy un obstáculo para lograr la unidad del peronismo y ganar las elecciones, no voy a ser ningún obstáculo, al contrario. Voy a hacer todo lo que esté a mi alcance para que el peronismo, en un frente amplio, pueda ofrecerle a la ciudadanía algo mejor de lo que hoy está teniendo”, remarcó en una extenso reportaje que brindó al portal Infobae.
Consultada puntualmente sobre si se excluiría de la competencia para favorecer al justicialismo, la actual candidata a senadora nacional por Unidad Ciudadana respondió: “Si esto impide la unidad y ganar, no tengas dudas”.
Al margen de las discusiones de cara al 2019, la exjefa de Estado negó que en la actualidad su figura represente un límite para la unidad del peronismo, al sostener que “es muy difícil ser un obstáculo” después de “haber ganado las elecciones” primarias del pasado 13 de agosto.
“Y sobre todo que te lo digan los que no tuvieron el resultado electoral esperado”, ironizó al referirse, sin nombrarlos, a sus rivales del peronismo Florencio Randazzo y Sergio Massa.
Justamente a los votantes del Frente Justicialista Cumplir y del frente 1País se dirigió días atrás la expresidente en una carta abierta difundida a través de sus redes sociales, donde enfatizó en la necesidad de concentrar todo el voto opositor en la boleta de Unidad Ciudadana, como único recurso a mano para hacerle frente al “gran ajuste” del Gobierno.
Por otra parte, volvió a defender su decisión de bloquear una interna con Randazzo por el PJ y armar un frente nuevo por afuera, ya que a su entender “no tenía sentido estar discutiendo la interna del peronismo” cuando están a la vista las consecuencias sociales y económicas de la política gubernamental.
“Además de una frivolidad me parecía que era absolutamente funcional al Gobierno”, justificó.
"No hay Estado de Derecho"
En otro orden, la jefa del kirchnerismo opinó que en la Argentina “no hay Estado de Derecho”, aunque aclaró que no está de acuerdo con catalogar al Gobierno de Mauricio Macri como una dictadura. “Acá no hay Estado de Derecho. En Venezuela no hay. Acá tampoco. Tenemos hace 42 días un desaparecido y nadie ha dicho absolutamente nada, nadie se hace cargo de nada. Acá el presidente (Mauricio Macri) sale por los medios diciendo que la procuradora (Alejandra Gils Carbó) tiene que renunciar. Sale diciendo que los jueces que no fallan como él quiere se tienen que ir. Secuestran el juramento de un senador de la oposición (en el Consejo de la Magistratura)”, argumentó. La expresidente se molestó ante la pregunta de si consideraba que en Venezuela está en funciones una dictadura y, si bien reconoció que en ese país está en riesgo el “Estado de Derecho” a partir del “estado de división y de fractura” social, pidió que se tenga el mismo parámetro para analizar la realidad de la Argentina gobernada por Cambiemos.
Milagro Sala
“En Venezuela hay presos políticos, sí. Acá también, con Milagro Sala. Acá hay presos políticos, hay persecución política, se intervienen sindicatos, acá el Presidente considera mafiosos a quienes piensan diferente”, apuntó, y agregó que así como el jefe de Estado venezolano, Nicolás Maduro, expulsó a la procuradora fiscal, “acá también quieren echar a la procuradora”. Aclaró que no comparte la consigna repetida por parte de la militancia que compara al macrismo con la dictadura (“Macri basura, vos sos la dictadura”), pero insistió en que el Estado de Derecho “está severamente cuestionado” por conductas del Gobierno y por una Justicia a la que definió como “no confiable”. “Se está restringiendo la libertad. La gente tiene miedo. Se arman causas, se persigue gente. Un pibe estuvo preso un mes por un Twitter. A mí me han insultado por las redes. ¿Escuchaste que yo alguna vez reprochara algo?”, remató.
Cristina Kirchner dejó ayer abierta la posibilidad de buscar un nuevo mandato presidencial en 2019, aunque señaló que si llegara a ser un “obstáculo” para la unidad y la victoria del peronismo, se “excluirá” de esa discusión y no será candidata.
“Si en el 2019 yo soy un obstáculo para lograr la unidad del peronismo y ganar las elecciones, no voy a ser ningún obstáculo, al contrario. Voy a hacer todo lo que esté a mi alcance para que el peronismo, en un frente amplio, pueda ofrecerle a la ciudadanía algo mejor de lo que hoy está teniendo”, remarcó en una extenso reportaje que brindó al portal Infobae.
Consultada puntualmente sobre si se excluiría de la competencia para favorecer al justicialismo, la actual candidata a senadora nacional por Unidad Ciudadana respondió: “Si esto impide la unidad y ganar, no tengas dudas”.
Al margen de las discusiones de cara al 2019, la exjefa de Estado negó que en la actualidad su figura represente un límite para la unidad del peronismo, al sostener que “es muy difícil ser un obstáculo” después de “haber ganado las elecciones” primarias del pasado 13 de agosto.
“Y sobre todo que te lo digan los que no tuvieron el resultado electoral esperado”, ironizó al referirse, sin nombrarlos, a sus rivales del peronismo Florencio Randazzo y Sergio Massa.
Justamente a los votantes del Frente Justicialista Cumplir y del frente 1País se dirigió días atrás la expresidente en una carta abierta difundida a través de sus redes sociales, donde enfatizó en la necesidad de concentrar todo el voto opositor en la boleta de Unidad Ciudadana, como único recurso a mano para hacerle frente al “gran ajuste” del Gobierno.
Por otra parte, volvió a defender su decisión de bloquear una interna con Randazzo por el PJ y armar un frente nuevo por afuera, ya que a su entender “no tenía sentido estar discutiendo la interna del peronismo” cuando están a la vista las consecuencias sociales y económicas de la política gubernamental.
“Además de una frivolidad me parecía que era absolutamente funcional al Gobierno”, justificó.
"No hay Estado de Derecho"
En otro orden, la jefa del kirchnerismo opinó que en la Argentina “no hay Estado de Derecho”, aunque aclaró que no está de acuerdo con catalogar al Gobierno de Mauricio Macri como una dictadura. “Acá no hay Estado de Derecho. En Venezuela no hay. Acá tampoco. Tenemos hace 42 días un desaparecido y nadie ha dicho absolutamente nada, nadie se hace cargo de nada. Acá el presidente (Mauricio Macri) sale por los medios diciendo que la procuradora (Alejandra Gils Carbó) tiene que renunciar. Sale diciendo que los jueces que no fallan como él quiere se tienen que ir. Secuestran el juramento de un senador de la oposición (en el Consejo de la Magistratura)”, argumentó. La expresidente se molestó ante la pregunta de si consideraba que en Venezuela está en funciones una dictadura y, si bien reconoció que en ese país está en riesgo el “Estado de Derecho” a partir del “estado de división y de fractura” social, pidió que se tenga el mismo parámetro para analizar la realidad de la Argentina gobernada por Cambiemos.
Milagro Sala
“En Venezuela hay presos políticos, sí. Acá también, con Milagro Sala. Acá hay presos políticos, hay persecución política, se intervienen sindicatos, acá el Presidente considera mafiosos a quienes piensan diferente”, apuntó, y agregó que así como el jefe de Estado venezolano, Nicolás Maduro, expulsó a la procuradora fiscal, “acá también quieren echar a la procuradora”. Aclaró que no comparte la consigna repetida por parte de la militancia que compara al macrismo con la dictadura (“Macri basura, vos sos la dictadura”), pero insistió en que el Estado de Derecho “está severamente cuestionado” por conductas del Gobierno y por una Justicia a la que definió como “no confiable”. “Se está restringiendo la libertad. La gente tiene miedo. Se arman causas, se persigue gente. Un pibe estuvo preso un mes por un Twitter. A mí me han insultado por las redes. ¿Escuchaste que yo alguna vez reprochara algo?”, remató.